lunes, 15 de abril de 2024

PISTIS SOPHIA CAPITULO 45 ANDRÉS INTERPRETA EL SEXTO ARREPENTIMIENTO DE SOFÍA

            45.1 Andrés interpreta el Sexto Arrepentimiento según el Salmo 129 (Actual 130)

            Sucedió entonces, cuando Jeú hubo terminado de decir estas palabras a sus Discípulos, que él les dijo: ¿Entendéis de qué manera IO discurro con vosotros?

            Andrés se adelantó y dijo: Mi Señor, concerniente a la solución del sexto arrepentimiento de Sofía Tu Poder-Luz profetizó anteriormente a través de David en el Salmo ciento veintinueve, diciendo:

Andrés es el decidido Discípulo que, cual ocurre simbólicamente en la Obra Arquetípica,  siempre se adelanta confiado en el Ser para vencer la indefinición claramente marcada por el seis, mismo que conduce al loco apasionado hacia un extremo, ora al otro, con desastrosos resultados de total esterilidad.

            En este caso específico, Andrés alegoriza al hábil Laborante que ha desarrollado plena capacidad transmutatoria de la Energía Primordial, obteniendo el verdadero discipulado (Salmo 129=1+2+9=12) al salir triunfante del infierno jupiterino (Sexto Arrepentimiento). 

            “1. Desde las profundidades he llorado a TI, ¡Oh Señor!”

            El Alma compungida clama desde el caos a Dios íntimo para obtener el perdón.

            “2. Escuchad mi voz; deja que Tus oídos acudan a la voz de mi súplica”.

            La súplica al Ser que emite el Operante es para obtener su auxilio.

            “3. ¡Oh Señor!, si Tú atendiste mis iniquidades, ¿Quién será digno de pasar?”

            El Ser extiende una valiosa parte de su Divina Naturaleza constituyendo el Intercesor Elemental, con la finalidad de favorecer a su materia protegiéndola constantemente contra todas las asechanzas del ego pluralizado; El Laborante prudente, sabe escuchar y obedecer, acatando este resguardo maravilloso, obteniendo la dignidad de trascender cuanta prueba se le presente.

            “4. Porque el perdón está en Tus manos, por amor a Tu Signo he esperado por TI, ¡Oh Señor!”

            Merced a esta Providencia precautoria, el Laborante despierto evita caer en infinidad de errores, y para los transgresores, cuando el arrepentimiento es sincero, el Ser otorga al hijo su misericordioso perdón.

            “5. Mi Alma ha esperado por Tus palabras”.

            Pistis Sofía aguarda con verdadera ansiedad y fervor el Poder de Luz, para que el Verbo Divino se haga carne en su naturaleza.

            “6. Mi Alma ha tenido esperanzas en el Señor desde la mañana hasta la noche. Deja que Israel tenga esperanzas en el Señor desde la mañana hasta por la noche.

            Pistis Sofía, pese a las angustiantes pruebas que debe soportar en los infiernos de Júpiter, donde tienen asidero los más nefastos actos nigrománticos,  jamás debe perder la Fe, y más bien, insuflada de consciente seguridad, mediante su Pirámide íntima, debe acudir por salvación a la mismísima Luz de las Alturas.

            “7. Porque la Gracia permanece ante el Señor y en Ella hay gran redención”.

            El Alma Humana obtiene, en comunión con su par Divina, la pureza que a ésta le es inherente como constitutiva del Ser, y a cuya causa prodiga al Adepto perseverante la bendición redentora.

            “8. Y Él librará a Israel de todas sus iniquidades”.

            El Padre-Madre en unión con el Hijo Salvador, constituyen la Pirámide de Is-Ra-El, portadores de redención para el Bodhisatwa levantado, que padecía por infringir las Leyes de Karma y Katancia, los efectos esclavizantes y tormentosos del ego pluralizado y agigantado como Guardián del Umbral.

           A.Z.F., V.M.K. EL TAWA MANU