miércoles, 16 de diciembre de 2015

EL KRISTO SOCIAL cap 37 al cap 40

CAPITULO XXXVII PATRÓN ORO Y PATRÓN TRABAJO
El patrón oro está llamado a desaparecer, el patrón trabajo debe reemplazar al patrón oro, la moneda debe representar horas de trabajo.
Si queremos que desaparezca el patrón oro necesitamos industrializarnos totalmente.
Mientras los países subdesarrollados no se desarrollen serán esclavos del patrón oro.


La industrialización total convierte a un país subdesarrollado en un país desarrollado.
Los países subdesarrollados se ven obligados a comprar a los países desarrollados todo lo que necesitan y sólo pueden pagar con patrón oro.
Estados Unidos de Norteamérica es un país desarrollado y la América latina está constituida por países subdesarrollados.
Los comerciantes latinoamericanos tienen que comprarle a estados Unidos mercancías, y pagarla en patrón oro.
Los Estados unidos no aceptan la igualdad de la moneda y exigen el pago en dólares o su equivalente a Dólares como si todo el territorio latinoamericano, fuese los Estados Unidos.
Cuando la moneda nacional de cualquier país latinoamericano está muy baja con relación al dólar, es claro que la compra de mercancía a los Estados unidos sale carísima.
Los comerciantes importadores venden caro porque compran caro, y los pequeños comerciantes compran caro y venden también caro.
Los consumidores sufren las malas consecuencias de todo esto y tienen que sufrir muchísimo para comprar las cosas que necesitan.
Los comerciantes no podrían vender barato porque compran caro, tienen que pagar con patrón oro, con dólares.
No se le puede pagar a los Estados Unidos con moneda que represente horas de trabajo porque los Estados Unidos sólo venden al precio de patrón oro.
Los países latinoamericanos no producen automóviles, aviones, radios, maquinaria agrícola, etc., etc., etc., y en estas condiciones se ven obligados a comprar mercancía a los Estados unidos.
Se puede comprar a otros países pero el mundo está gobernado por el patrón oro y el problema siempre es el mismo.
Los países subdesarrollados son esclavos del patrón oro y sólo dejarán de ser esclavos cuando se desarrollen.
Solo con la industrialización total se desarrolla cualquier país.
Cuando ya un país no necesite comprar nada al exterior, puede darse el lujo de reemplazar al patrón oro por el patrón trabajo.
Cuando todos los países latinoamericanos están totalmente desarrollados, podrán negociar entre sí sobre la base del patrón trabajo.
Es imposible abaratar la vida mientras seamos esclavos del patrón oro.
La comida debería ser barata pero como los transportes son caros la comida es cara.
Hay que comprar los carros al exterior y éstos cuestan caros, los choferes tienen que pagar los camiones y el dinero pero el pago tiene que salir de los usuarios.
Quienes transportan alimentos venden caro para pagar el transporte y por ello los alimentos salen caros.
La base de toda carestía de alimentos, mercancías, maquinarias, carros, etc., es el patrón oro.
Cuando la moneda represente horas de trabajo, la vida será barata y el hambre habrá terminado.
Cuando el patrón trabajo reemplace al patrón oro seremos libres de verdad.
Las grandes empresas aéreas, marítimas y terrestres de propiedad de las grandes compañías norteamericanas venden los pasajes de acuerdo con su moneda nacional estadounidense como si Chile, o Argentina, Venezuela, etc., fuesen la nación estadounidense.
No existe piedad ni consideración para nadie; hay que pagar el equivalente en dólares aun cuando la moneda esté muy baja con relación al dólar.
Son relativamente muy pocos los habitantes de los países latinoamericanos que pueden darse el lujo de viajar a Europa o de visitar al Tío Sam (Estados Unidos)
El patrón oro tiene a la humanidad sumida en la miseria y el único camino para libertarnos de dicho patrón tiene un nombre: Industrialización.
Necesitamos la industrialización total del campo y de la ciudad, del pueblo y del villorio.
Cuando un país puede producir todo lo que consume se halla libre de verdad.
Es inútil intentar libertarnos con revoluciones de sangre y aguardiente.
Sólo por medio de la llamarada de la inteligencia, se puede lograr la libertad.
Resulta estúpido levantarnos en armas contra los Estados Unidos; nosotros necesitamos comprarle a los Estados Unidos y a algunas otras potencias lo que necesitamos porque todavía no somos capaces de producir lo que consumimos.
De nada nos sirve protestar si no somos capaces de producir aviones, buques, automóviles, materias primas de toda especie, máquinas agrícolas, etc., etc., etc.
Cuando los países latinoamericanos se desarrollen entonces el Tío Sam tendrá que tratarnos de igual a igual, mano a mano.
Desgraciadamente muchos países Latinoamericanos han firmado muchos tratados comprometedores con los Estados Unidos.
Algunos países han firmado tratados por medio de los cuales se comprometieron a no fabricar maquinaria, aviones, buques, etc., etc., etc.
La libertad cuesta muy cara y si los países latinoamericanos quieren de verdad hacerse libres, necesitan tener el valor de romper todos esos tratados comprometedores.
De cuando en cuando aparece en la América Latina algún estadista heroico y amante de la libertad.
Los mercaderes yanquis siempre intentan sobornar a tales estadistas, y cuando no lo logran entonces suelen financiar grandes conjuras secretas para asesinarlos o derrocarlos.
El yo de la codicia no ahorra medios por perversos que sean, para lograr sus fines; La codicia desemboca en el asesinato y muchas veces en las revoluciones de sangre y aguardiente.
Es necesario que los pueblos comprendan la necesidad de la industrialización nacional, todo lo que obstaculice el camino de la industrialización, obstaculiza el camino de la libertad.
Si en el pasado dimos la sangre por la libertad, ahora debemos estar dispuestos a sellar esa libertad con el sello de la perfecta comprensión.
No se trata de levantarnos en armas contra los Estados Unidos porque eso es estúpido, lo importante es únicamente romper valerosamente con aquellos tratados que obstaculicen la libre industrialización.
En la América Latina existen millones de hombres industriosos y grandes genios capaces de hacer maravillosos inventos, es necesario romper todos los tratados que impiden la libre industrialización de los pueblos.
Es indispensable libertarnos del patrón oro y establecer el patrón trabajo, esto sólo es posible mediante la industrialización total.


CAPITULO XXXVIII  LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
Mucho es lo que se ha hablado sobre la futura guerra; no hay duda de que ésta será atómica. Han habido grandes acontecimientos políticos como en el caso de Cuba por ejemplo, y sin embargo no ha estallado la tercera Guerra Mundial, la humanidad aguarda con infinito terror esta pavorosa catástrofe que por anticipado sabemos que es inevitable; lo curioso es que a pesar de la Guerra Fría y de los grandes acontecimientos políticos, la Tercera Guerra Mundial no ha estallado todavía, la pobre gente a cada instante aguarda la tan temida guerra atómica, muchos hasta la desean; así es la humanidad.
Realmente lo que sucede es que jamás se ha peleado por ideologías; las guerras son siempre por cuestión de mercados. No son los pueblos los que inventan las guerras, estas se deben siempre a las camarillas de los poderosos, cuestión de mercados. Los poderosos son los que inventan las guerras; es doloroso ver a los pobres pueblos engañados por las camarillas de los poderosos, estos señores les hacen creer a los pueblos que se debe pelear por la patria en peligro, religión, por la democracia, por la causa del proletariado, etc., etc., etc., entonces los pueblos engañados van al matadero, eso es todo, aún las mismas guerras medievales de las cruzadas se debieron a los mercados de especies; eso fue todo. Los poderosos engañaron a los pueblos haciéndoles creer que se debía pelear contra los moros por la conquista del santo sepulcro, la tierra santa, el cristianismo, etc., todo eso fue un engaño, la guerra fue por la cuestión del mercado de especies, a los capitalistas europeos les interesaba el control absoluto de todos los mercados de especies.
La segunda guerra mundial se debió a cuestión de mercados. Hitler llevó a su pueblo a la guerra por cuestión de mercados. Alemania necesitaba abrirse paso en el comercio internacional, la competencia de mercados era terrible, y Hitler lleno de ambición sólo vio el camino equivocado de la violencia para la conquista mundial, la segunda guerra mundial es en el fondo una repetición de la primera.
La tercera guerra mundial no ha empezado a pesar de tantos graves acontecimientos políticos, debido al hecho de que ni Estados Unidos ni Europa han podido todavía saturar de mercancías todo el Asia, Europa, África y América. Esas dos grandes potencias han chocado con sus opuestas ideologías políticas, pero no han chocado por cuestión de mercados, porque ni una ni otra pueden todavía abastecer todos los mercados del mundo. Téngase en cuenta que el Asia no puede todavía ser abastecida por Rusia ni por los Estados Unidos, es decir no hay conflicto de mercados; cuando dicha clase de conflictos comience la tercera guerra mundial será entonces un hecho; por aquellos días se le hará creer a los pueblos que deben pelear por la democracia, por la libertad, por el comunismo, por la religión, por la patria en peligro, etc., etc., etc., y los pobres pueblos engañados irán a la guerra. Así ha sido siempre, mueren millones de personas para enriquecer a unas pocas. Son los poderosos de la tierra quienes llevan a los pueblos a la guerra. Desgraciadamente esos poderosos son creados por los pueblos, y son la viva expresión del egoísmo de los pueblos.
También es muy cierto que los pueblos son extensiones del individuo. El mal, el egoísmo, la raíz de la guerra se halla en el individuo; mientras el individuo continúe con su egoísmo, con sus ambiciones, con su odio, con su codicia, habrá pueblos así y éstos crearán líderes, jefes, poderosos, que los llevarán como bueyes al matadero, eso es todo.
Resulta absurdo querer acabar con las guerras sin preocuparnos por la Disolución del Yo; mientras exista el yo habrán guerras.
En estos momentos todo el que quiere hacerse famoso se convierte en paladín de la paz.
Por estos tiempos se gastan muchos miles de dólares en propaganda pro-paz como si la paz fuese cuestión de propaganda.
Son muchos los que aspiran a ganarse el premio Nóbel de la paz, son muchos los millones que se gastan en propaganda por la paz pero la tercera guerra es inevitable como lo verán más tarde todos nuestros queridos lectores.
Es absurdo auto-engañarnos con propaganda de paz; es estúpido creer que con organizaciones pro-paz y muchos paladines del premio Nóbel podamos acabar con el flagelo de la guerra.
Mientras existan dentro del individuo los factores de la guerra, habrán guerras inevitablemente.
Todos los tratados de no-agresión resultan inútiles si dentro del individuo continúan existiendo todos los factores de la guerra.
Los pueblos van a la guerra debido al odio, el egoísmo, la crueldad, la competencia y la codicia.
La tercera guerra mundial será una consecuencia de la segunda y esta última una consecuencia de la primera.
La codicia desorbitada, el conflicto de mercados, la competencia bárbara y el odio, llevarán a la humanidad a la tercera guerra mundial, aun cuando se hayan gastado millones de dólares en propaganda de paz, y aun cuando se hayan ganado el premio Nóbel muchos paladines.
Estamos al borde del tercer gran cataclismo mundial.
Las naciones se preparan febrilmente para la tercera guerra mundial, y por todas partes aparecen los paladines de la paz.
Propaganda de paz, organizaciones de paz, premio Nóbel de la paz, “vanidad de vanidades, y todo vanidad”.
Mientras dentro de cada persona existan los factores de la guerra, habrá guerra inevitablemente.
La crueldad individual se convierte en crueldad colectiva, el odio individual se convierte en odio colectivo, el egoísmo individual se convierte en egoísmo colectivo, la codicia individual se convierte en codicia colectiva, y la guerra viene a ser la tragedia espectacular donde quedan demostradas nuestras bajas pasiones.
Mientras exista el yo dentro del individuo habrán guerras.
La tercera guerra mundial será peor que las dos guerras precedentes, y lo peor del caso es que esta vez sufrirá mucho más la población civil.
La tercera guerra mundial será atómica, y el resultado de tantas explosiones nucleares, vendrá a ser por lógica secuencia, la descomposición de átomo en cadena.
Nadie podría profetizar la fecha en que se descompondría el átomo en sucesión encadenada incontrolable, lo único que podemos afirmar sin temor a equivocarnos, es que el abuso de la energía nuclear puede traer como consecuencia la descomposición del átomo en cadena.
Cuando esto suceda los terremotos y maremotos se sucederán en forma catastrófica, entonces las ciudades caerán hechas ruinas como castillos de naipes.
La tercera guerra mundial no sólo es pavorosa por ella en sí misma, y por los muchos millones de muertos sino que lo que es peor; tendrá consecuencias de tipo atómico en el tiempo.
La energía atómica incontrolable puede provocar sismos y convulsiones marítimas espantosas.
La bomba atómica acabó con el continente Atlante produciendo la revolución de los ejes de la tierra, entonces los mares cambiaron de lecho y la Atlántida se sumergió en el fondo del océano que lleva su nombre.
Tradiciones arcaicas que se pierden en la noche aterradora de los siglos, afirman que la Lemuria fue destruida por la bomba atómica.
Ya la humanidad ha pasado por dos grandes cataclismos geológicos provocados por la guerra nuclear.
Cuando conocemos el pasado profetizamos el futuro sin temor a equivocarnos porque el pasado se convierte en futuro debido a que el tiempo es redondo.
Estamos al borde de un gran cataclismo y no queremos comprenderlo; así fueron también los atlantes en vísperas de la gran catástrofe.
El Partido Socialista Cristiano Latinoamericano lucha por la paz mediante la llamarada de la comprensión creadora.
No sentamos dogmas, queremos comprensión y eso es todo.
Necesitamos la transformación del individuo, sólo así es posible la transformación del mundo.
Necesitamos el cambio dentro del individuo, sólo así podrá cambiar el mundo.
Estamos ante el dilema del ser o del no ser de la filosofía; o cambiamos o perecemos, eso es todo.


CAPITULO XXXIX LA TRAGEDIA DE LOS INQUILINOS
Lanzar a la calle a los habitantes de una casa cuando el jefe de familia está enfermo es un delito.
Un jefe de familia enfermo no puede trabajar para pagar el alquiler de la casa y echarlo a la calle con toda su familia, es un crimen.
Sacar de su casa a una familia que no puede pagar la renta porque no tiene con que pagarla debido a enfermedad o falta de trabajo es criminoso.
Lanzar de la casa a una familia que ha tenido un fracaso económico y que por ello no puede pagar el alquiler de la casa, es delictuoso.
La vivienda es algo muy sagrado y es injusto sacar de su casa a los enfermos, a los que se encuentran sin trabajo, a los inválidos, a aquellos que han tenido algún fracaso económico y que por ello no pueden pagar el alquiler de la casa, etc., etc.
Todas las leyes que existen actualmente para controlar a los inquilinos, son injustas porque los creadores de tales leyes son propietarios de casas. Muchos legisladores son dueños de edificios y poseen hasta varios miles de casas que alquilan.
Es claro que aquellos que han creado las leyes sobre inquilinos, no han actuado justamente porque nadie puede ser juez y parte a la vez.
El legislador que crea una ley sobre inquilinato si es dueño de unas cuantas casas, creará la ley a su acomodo, de acuerdo con sus intereses egoístas, pues no será tan tonto como para poner el cuchillo en su mismo cuello.
En semejante circunstancia las leyes actuales son crueles con los inquilinos, inhumanas, monstruosas.
Realmente las leyes actuales están a favor de los caseros y en contra de los inquilinos.
Los caseros son los que han creado las leyes sobre inquilinato, los legisladores actuales son ricos caseros.
Ha llegado la hora de comprender la tragedia del pueblo; los inquilinos deben crear sindicatos y ligas de inquilinos, uniones de inquilinos.
La unión hace la fuerza; los inquilinos unidos pueden formar poderosos movimientos sociales capaces de transformar el mundo.
El Partido Socialista Cristiano Latinoamericano debe crear por doquiera uniones de inquilinos, ligas de inquilinos, sindicatos de inquilinos.
Las agrupaciones de inquilinos unidos deben luchar para salvar a las familias en desgracia cuando los actuarios quieren lanzarlas a la calle.
Es necesario que los caseros sepan aguardar a los inquilinos honrados, ellos pueden pagar el alquiler de la casa si se les da la oportunidad.
Que se lance a la calle a quienes no tienen familia y malgastan el dinero en toda clase de vicios y placeres.
Que se lance a la calle a los tramposos y malvados que tienen dinero y no quieren pagar.
Es injusto lanzar a la calle a las gentes honradas por el sólo delito de no poder pagar el alquiler de la casa.
Que las autoridades investiguen primero y muy bien no solo el nombre y apellido del inquilino, sino su vida privada, sus costumbres, su oficio, etc., antes de lanzarlos a la calle.
Los gobiernos deben proteger a los inquilinos y no estar en contra de los inquilinos.
Todo ser viviente necesita protección, este ejemplo nos lo da la naturaleza, los padres protegen a sus hijos.
El sol protege a la tierra con su vida; toda madre defiende y alimenta sus hijos.
Es muy grave que los gobiernos en vez de defender a las pobres gentes que no pueden pagar el alquiler de la casa, envíen sus esbirros para lanzarlas a la calle.
Es horrible contemplar en las grandes ciudades casos insólitos de horribles injusticias.
Millares de personas pobres de solemnidad han sido sacadas a la fuerza de sus casas humildes con el propósito de crear en la zona que ocupan elegantes colonias residenciales para gente pudiente.
Esas pobres gentes por lo común se sitúan en algún otro lugar de las grandes ciudades y construyen sus nuevas viviendas con paredes de cartones y latas.
Cuando hemos visitado tales ciudades, nuestros amigos han procurado alejarnos de tales sitios de desnudez y miseria y siempre con bonitas palabras prefieren mostrarnos las suntuosas residencias y zonas de gente rica.
Por más que se intente tapar la miseria de los pobres inquilinos, allí está ella pidiendo justicia al cielo.
Y esta lacra social existe lo mismo en Moscú que en New York, lo mismo en México que en París, es totalmente mundial.
Mientras existan caseros legislando existirá la tragedia de los inquilinos. Es necesario que los inquilinos unidos luchen por sus derechos, sólo así podrán defenderse de la tiranía de los caseros.
El yo egoísta de los caseros es cruel y despiadado con tal de llenar la bolsa con dinero y más dinero, no tienen el menor inconveniente en arrojar a la calle a los hambrientos, enfermos e infelices inquilinos.
La codicia de los caseros no tiene límite, el yo codicioso quiere siempre subir más y más el precio del alquiler de la vivienda sin importarle un comino el sacrificio de los inquilinos.
La astucia de los caseros en vez de disminuir aumenta espantosamente y se combina con la crueldad.
Si alguna pobre viuda llena de hijos sólo tiene dinero para pagar por adelantado el primer mes de alquiler de una casa, está irremediablemente perdida porque el casero exige dos meses por anticipado, fiador y documento.
Muchas pobres madres de familia han muerto de frío en los parques de las grandes ciudades.
El yo de cada casero es cruel y despiadado, no tiene compasión, no conoce los principios más elementales de la Caridad Universal.
En estas circunstancias sólo le queda a los inquilinos un solo camino: unirse, trabajar unidos en lucha contra los caseros hasta vencerlos.
Es necesario que los hombres de buena voluntad trabajen por el bien común difundiendo esta doctrina del Cristo Social, haciendo publicaciones, organizando grupos de inquilinos, fundar ligas de inquilinos, uniones, sindicatos, etc., etc., etc.


CAPITULO XL EL SEGURO DE VIDA
Cualquier análisis de fondo sobre la vida y la muerte del hombre, nos lleva a la conclusión lógica de que el seguro social es una necesidad vital.
Todo hombre y toda mujer están expuestos siempre a la enfermedad y a la muerte.
En el mundo existen tres tipos de actos: 1º Actos nacidos del destino. 2º Actos nacidos de la voluntad consciente. 3º Actos relacionados con la ley de los accidentes.
En el estado relativo de comprensión en que vive el ser humano actualmente, el seguro social es una necesidad porque muy pocos son aquellos que pueden determinar circunstancias nacidas de la voluntad consciente.
El Animal Intelectual conocido como bípedo tricerebrado, es realmente llamado falsamente hombre. El bípedo tricentrado realmente no es capaz de hacer nada; sólo es víctima de las circunstancias, está sometido a dos leyes: 1º Ley del destino. 2º Ley de los accidentes.
La gente le echa la culpa de todo a la ley del destino cuando en realidad las inconscientes máquinas locas tricerebradas están muy especialmente sometidas a la ley de los accidentes.
La humanidad en su conjunto es un órgano de la naturaleza, este órgano recoge cierto tipo de ondas cósmicas, que luego inconscientemente transforma y adapta a las necesidades vitales del organismo planetario.
Cada bípedo humano es una célula orgánica del órgano transformador de ondas cósmicas.
La suerte que correría el planeta tierra si la humanidad dejara de existir sería la misma de un hombre al que se le extrajera el hígado el corazón.
Cualquier catástrofe cósmica, cualquier acontecimiento planetario repercute sobre las máquinas bípedas arrojándolas a la guerra. Lo más grave es que los bípedos humanos creen que hacen cuando en realidad no son capaces de hacer nada; todo les sucede.
Es imposible predecir el futuro de una máquina loca sometida a la ley de los accidentes y por ello consideramos que el seguro social es indispensable.
Todo trabajador necesita el seguro social, realmente el seguro social no debe ser privilegio de unos pocos afortunados. El seguro de vida lo necesita el hombre del arado y el burócrata, el voceador de periódicos y la humilde empleada de mostrador, el soldado y el mesero, el mendigo y el presidente de la República, todos necesitamos el seguro de vida.
El bípedo tricentrado es un ser demasiado débil aun cuando se crea a sí mismo muy fuerte y como quiera que es una víctima de fuerzas que no conoce, conviene que tenga el seguro de vida.
Todo trabajador puede perder un brazo, un pie, etc., durante el trabajo. Todo ser humano está sometido a las enfermedades y a la muerte.
Es justo que la viuda de un trabajador tenga dinero para sostenerse y alimentar y educar a sus hijos, es justo que todo anciano goce del seguro en la edad en que ya no pueden trabajar, es justo que todo accidente de trabajo sea pagado por el seguro.
Actualmente ya las compañías de seguros sociales saben cuanto vale una pierna, un brazo, un dedo, etc., en toda clase de accidentes de trabajo.
Desgraciadamente muchas veces las leyes se quedan escritas y no se cumplen.
No podemos negar que la doctrina del seguro es muy noble, pero el yo humano sabotea constantemente las más bellas intenciones.
Son muchas las personas que han sido burladas por el seguro.
Es necesario que el seguro sea verdaderamente seguro y que no falle.
Consideramos que es necesario perfeccionar el sistema del seguro a fin de que no falle y sirva a las necesidades de todos los seres humanos sin distinción de raza, sexo, casta, nacionalidad o color.
Necesitamos disolver el yo, el mi mismo para llegar a Ser. Sólo el Ser no necesita del seguro porque no es víctima de las circunstancias.
Solo el Ser puede hacer. Sólo el Ser ha pasado más allá de la ley de los accidentes.
Cuando el hombre posee voluntad consciente puede realmente determinar las circunstancias.
El estado en que nos hallamos actualmente los bípedos humanos es doloroso.
El Animal Intelectual falsamente llamado hombre está sometido a la ley de los accidentes, y por ello necesita el seguro de vida.


 SAMAEL AUM WEOR.

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