miércoles, 21 de octubre de 2015

EL KRISTO SOCIAL cap 5 al cap 8

CAPITULO V    EL DINERO

El dinero en sí mismo no es ni bueno ni malo, todo depende del uso que hagamos de él, si lo usamos para el bien, es bueno, si lo usamos para el mal, es malo.
No podemos negar que hoy por hoy, debido a la barbarie humana, el dinero resulta ser de hecho un factor básico en la vida práctica.
Lo grave no está en conseguir dinero, lo grave está en la codicia. La humanidad actual es tremendamente codiciosa.
Las gentes dependen del dinero para su propia felicidad. Quieren dinero y más dinero, no se contentan con PAN, ABRIGO Y REFUGIO, quieren más dinero del que se necesita para tener PAN, ABRIGO Y REFUGIO.
Conocemos en el sistema capitalista individuos que tienen más de mil casas que les producen jugosas entradas mensuales, y además tienen haciendas y carros último modelo para transportarse.


Esa clase de sujetos no necesitan mil casas para vivir en ellas, tampoco necesitan muchas tierras para cultivar los alimentos. Ni mucho menos pueden necesitar 30 o 40 coches de lujo para transportarse de un lugar a otro.
Realmente esta clase de individuos ha perdido su tiempo miserablemente dedicando todos sus esfuerzos a conseguir todas esas cosas inútiles. Ciertamente esos individuos son ociosos, vagabundos de la mente, fantásticos soñadores utopistas.
Los gobiernos no deben ciertamente acabar con la libre iniciativa de los pueblos y de los individuos, pero sí debe establecer muy fuertes gravámenes para esos grandes capitales.
Esa clase de poderosos debe pagar los más grandes impuestos, para beneficio de las obras públicas, educación, higiene, etc., etc., etc.
Además de la cuestión del reparto mensual de las utilidades sobre el capital entre los trabajadores, es claro que el capital viene a quedar en manos de los trabajadores. El capital debe ser de quien lo trabaja. Los trabajadores trabajan el capital.
Necesitamos dinero, eso es obvio, pero cuando el dinero se convierte en una necesidad psicológica, cuando lo utilizamos con otros propósitos diversos de los que tienen en sí mismo, cuando dependemos de él para conseguir fama, prestigio, posición social, entonces el dinero asume ante la mente una importancia que no tiene, una importancia tremendamente exagerada y desproporcionada, de aquí se origina la lucha y los tremendos problemas por poseerlo.
Débese distinguir las necesidades fundamentales, de las necesidades PSICOLÓGICAS.
PAN, ABRIGO Y REFUGIO son necesidades vitales fundamentales, eso es obvio.

Posición social, grandes casinos, mesas de juego, últimas modas, lujosos carruajes, etc., etc., eso no se necesita, eso es absurdo.
En el fondo de toda esta cuestión lo que el ego quiere es satisfacción, goza sintiéndose satisfecho.
El yo busca satisfacción, quiere satisfacción y es apenas normal que busque aquellas sensaciones que pueden darle la anhelada satisfacción.
El EGO quiere sensaciones de riqueza, buenos banquetes, sensaciones de poderío, lujo y vanidad, todo esto con el único propósito de sentirse satisfecho.
Nosotros debemos comprender muy a fondo la naturaleza de la sensación y de la satisfacción, si es que realmente anhelamos la disolución del yo.
La sensación y la satisfacción son trabas de la mente. Debemos libertar la mente de esas trabas, y eso sólo es posible por medio de la comprensión.
Es urgente empezar por comprender en forma íntegra aquellas sensaciones y satisfacciones más familiares.
Es necesario establecer allí, precisamente allí, el cimiento adecuado y preciso para la comprensión.
Necesitamos auto-observarnos, tener conciencia de nuestras propias sensaciones y satisfacciones personales.
Existen muchos tipos de satisfacción y de sensación y por lograr eso, cometemos el error de perder el tiempo miserablemente dedicados únicamente a conseguir fortuna.
Unos quieren sensaciones de riqueza, poder, mando, etc. Otros quieren sensaciones sexuales, conseguir mujeres y más mujeres, etc. Son innumerables las sensaciones que conducen inevitablemente a satisfacciones miserables, indignas y sucias.
Quienes andan en busca de sensaciones sucias, quienes andan en busca de satisfacciones estúpidas, no tienen el menor inconveniente en explotar a sus semejantes, se vuelven espantosamente crueles y codiciosos, avaros y astutos.
Analice usted querido lector cuáles son las sensaciones que más les gustan, qué tipo de satisfacciones desea. Si usted querido lector quiere de verdad disolver el yo, se hace necesario que comprenda a fondo y en todos los niveles de la mente, lo que son sus sensaciones y satisfacciones personales.
La sensación y la satisfacción sirven de fundamento al yo.
Cuando comprendemos nuestra justa relación con el dinero, termina de hecho el dolor del desprendimiento, y el espantoso sufrimiento que nos produce la competencia.
No se trata de renunciar al dinero, ni de codiciarlo, lo importante es sabernos relacionar con él, en forma recta.
Nosotros conocimos el caso de un hombre que no tenía jamás dinero, visitaba a las gentes dedicadas a los estudiosos espirituales, y todas esas gentes le brindaban pan, abrigo y refugio.
Este hombre decía: yo no necesito dinero porque si tengo hambre, cualquier amigo me da de comer, y si tengo sed cualquiera me da de beber, y si necesito viajar, cualesquiera me regala el pasaje, y si necesito recrearme en algún jardín me siento en alguna silla para recrearme en él, el jardinero trabaja para mí. El dueño de casa tiene bonitos muebles, para que yo me siente en ellos, etc., etc., etc.
No hay duda de que este hombre era un tremendo egoísta enamorado de sí mismo, siempre pensó ese hombre en lo que los demás le brindarían, pero jamás pensó en corresponder, en dar, en hacerle a los demás la vida más grata. Así es como entre el incienso de la oración también se esconde el delito.
Nosotros no debemos caer en semejantes errores. Lo indispensable es aprender a relacionarnos con el dinero.
Necesitamos dinero para cubrir nuestras necesidades físicas inmediatas, desgraciadamente la necesidad se transforma en codicia, hoy en día nuestra relación con el dinero se basa en la codicia.
Debemos aprender a diferenciar las necesidades físicas inmediatas, y las necesidades psicológicas. Es necesario saber dónde termina la necesidad y donde comienza la codicia.
Hoy en día las gentes no se contentan con pan, abrigo y refugio, quieren conseguir dinero y más dinero para cosas que no son pan, abrigo y refugio.
El yo psicológico dándose cuenta de su propia vaciedad y miseria, quiere ser grande, y para ello busca dinero y más dinero.
El codicioso sufre y hace sufrir, se amarga la vida a sí mismo, y se la amarga a los demás.
La codicia es la causa secreta del odio y de las brutalidades de este mundo, muchas veces estas brutalidades suelen asumir aspectos legales.
Si queremos que se acabe la codicia en el mundo, debemos empezar por acabarla dentro de nosotros mismos, porque nosotros somos el mundo.
Necesitamos comprender a fondo todos los procesos complejos de la codicia, si es que realmente queremos llegar a la disolución del yo.
Es urgente comprender en forma íntegra el proceso de la codicia en todos los niveles de la mente. Sólo así podremos realizar sobre la tierra, el Cristo Social.
Es necesario que los gobiernos democráticos democraticen todos los sistemas del crédito.
Hoy en día todos los sistemas del crédito son burgueses y crueles. Sólo se le conceden créditos a los poderosos, no hay créditos para los pobres trabajadores.
Los gobiernos deben democratizar el crédito. Es necesario que de los distintos sistemas de crédito participen el humilde barrendero y el elegante doctor, el pobre policía, y el general de división, la humilde mesera, y el cargador de bultos pesados, etc., etc., etc.
El Partido Socialista Cristiano Latinoamericano debe luchar por la democratización del crédito.
No es justo que hombres y mujeres hábiles para el trabajo, sucumban de hambre y miseria, habiendo tanto dinero.
Es necesario aprender a utilizar el dinero sabiamente. Sólo así podemos acabar con el hambre y la miseria.
Si bien es cierto que el individuo tiene que adaptarse a la sociedad, también es cierto que la sociedad debe adaptarse al individuo.
Resulta tremendamente cruel y absurdo el que se le dé dinero a crédito a los poderosos, y no se le dé a los trabajadores.
La democratización del crédito puede acabar con el hambre y la miseria. La democratización del crédito transformaría la vida económica de los pueblos haciéndola rica con el trabajo fecundo y creador.
Dinero hay mucho, lo malo es que está mal distribuido. A la puerta de los ricos lloran los infelices.
Hoy en día el crédito sólo es para los poderosos. Así se cumple el dicho vulgar que dice: “Al que tiene caballo le dan caballo, y al que no tiene caballo le dan caballazos”.

EL ENTE DE PREVISIÓN Y AYUDA SOCIAL

Si realmente queremos crear la auténtica y legítima democracia necesitamos establecer en todos los países de la América Latina, el ENTE DE PREVISIÓN Y AYUDA SOCIAL.
Si bien es cierto que el individuo necesita adaptarse a la sociedad, también es cierto, que la sociedad debe adaptarse al individuo. El Ente de Previsión y Ayuda Social, viene precisamente a llenar con exactitud esta preciosa finalidad humana.
El estado debe ser padre y madre para el pueblo, el estado debe ser menos cruel, menos despiadado, menos bárbaro.
El Ente de Previsión y Ayuda Social está llamado a solucionar muchos problemas que le dan a nuestra sociedad un aspecto muy feo y doloroso.
En un país de la América Latina conocimos el caso de una pobre maestra de escuela que a pesar de haber envejecido en el Magisterio no fue jubilada sino cuando ya estaba para morirse.
Ella había educado las nuevas generaciones, ella se había agotado enseñando. El sueldo de la pobre trabajadora del ramo de la educación era como para limosneros.
La única esperanza de la infeliz era lograr algún día no muy lejano, la ansiada jubilación, y ciertamente la logró en vísperas de su muerte, cuando ya la vieron todos arrojando sangre por la nariz; ningún médico logró salvarla, estaba enferma de cáncer.
Si hubiera existido el Ente de Previsión y Ayuda Social la cosa habría sido muy diferente. Desgraciadamente dicha institución todavía es un proyecto. Eso de las jubilaciones debería depender del Ente de Previsión y Ayuda Social.
Es necesario comprender que el trabajador tiene pleno derecho al descanso y a la jubilación. No es justo explotar miserablemente al trabajador, exprimirle el sudor de su juventud y luego arrojarlo a la calle.
El gran estadista Albardi dijo: “EN UN GRAN SISTEMA POLÍTICO LAS PARTES VIVEN DEL TODO, Y EL TODO VIVE DE LAS PARTES”. “POR CONSIGUIENTE LOS INTERESES SOCIALES DEBEN ESTAR REGULADOS POR EL ESTADO DENTRO DE UNA SIMETRÍA DE INTERESES, DE MODO QUE NO RESULTEN HIJOS Y ENTRENADOS; ESTO PASA CON LAS JUBILACIONES, PARA ALGUNOS TRABAJADORES DE LA NACIÓN HAY LEYES JUBILATORIAS Y PARA OTROS NO EXISTEN”.
Si queremos en la América Latina conjurar el horrible monstruo del comunismo, necesitamos verdadera justicia social.
Es absurdo que los estados provoquen con sus injusticias huelgas, tortuguismo, actos de violencia, gritos de protesta, etc., etc., etc.
El estado no se creó para formar problemas, el estado se creó con el propósito de resolver problemas.
En todo el país verdaderamente civilizado, o que presuma de civilizado, se debe fundar el Ente de Previsión y Ayuda Social.
Esa institución resolvería con eficiencia los problemas de jubilación, pensiones, desocupación, incapacidad para trabajar, etc., etc., etc.
El ente es previsión y ayuda social, necesitaría dinero, y mucho dinero, pero afortunadamente el mundo está lleno de dinero, lo importante es saberlo distribuir sabiamente.
Si bien es cierto que existen muchos impuestos injustos, también es cierto que se pueden poner muchos impuestos justos.
El jefe de familia si tiene dinero para hacer una gran fiesta en su casa, también es justo que coopere con un impuesto para el Ente de Previsión y Ayuda Social. Así paga el desvelo que provoca a sus vecinos; es bueno saber que todo en la vida cuesta.
El individuo que tiene el vicio de fumar, es bueno que pague por su vicio, que coopere con un impuesto para el Ente de Previsión y Ayuda Social.
El borracho que atormenta a la humanidad con su borrachera debe pagar el impuesto por su vicio.
El soltero ya que no tiene mujer, por lo menos siquiera debe cooperar con su impuesto para esta institución.
Llegó la hora de crear la estampilla del ENTE DE PREVISIÓN SOCIAL Y AYUDA SOCIAL.
Esta estampilla debe usarse en toda boleta de transportes, ya sea este por tierra, por agua o por aire.
Toda carta, todo documento, todo certificado de cualquier especie, podría llevar esta estampilla.
Todo boleto de teatro, cine, toreo, football, circo, etc., etc., etc., debe llevar esta estampilla.
Es necesario que la gente que se divierta aprenda a cooperar para la pobre gente que ya no se puede divertir.
Se debe gravar las grandes compañías, como seguros, créditos, capitalización, etc., en beneficio del Ente de Previsión y Ayuda Social.
Se deben exigir contribución de las loterías, se puede exigir participación en el producto del impuesto a las ganancias excesivas, impuesto al juego no gravado todavía, impuesto a las carreras de caballos y automóviles, impuesto al cine, capitales congelados, etc., etc., etc. Así esta institución tendría fondos monetarios suficientes para atender a todos los humanos problemas.
Es necesario que el estado acabe con los injustos impuestos y establezca justos impuestos.
Los trabajadores por estos tiempos tienen que pagar terribles impuestos injustos que en nada los benefician y en mucho los perjudican.
El Ente de Previsión y Ayuda Social es una necesidad inmediata para todos los pueblos.
El Ente de Previsión y Ayuda Social está llamado a resolver muchos problemas vitales cuales son: ancianidad, desamparo, miseria, desocupación, etc.
El Ente de Previsión y Ayuda Social debe contar en una mano el pan y en la otra la espada para evitar muchos abusos.
El Ente de Previsión y Ayuda Social debe tener con fuerzas de policía e investigadores secretos para saber quien es quien, y quien realmente necesita y quien no necesita.


LA MENTE-CORAZÓN

LA MENTE CORAZÓN DEL ANIMAL INTELECTUAL llamado hombre está llena de vanas teorías y supuestos mentales que a nada bueno pueden conducirnos.
Los intelectuales modernos quieren hacer un mundo nuevo de acuerdo con el fantástico modelo que ellos han fabricado en su mente.
Los líderes políticos hacen asombrosas promesas a las sufridas y hambrientas muchedumbres con el propósito de lograr el poder, y una vez satisfechos su ambición, se ríen a sus anchas del pobre pueblo imbécil.
El mundo está en crisis y por todas partes hay guerras y rumores de guerras, promesas y burlas, fusilamientos y partidos políticos que se combaten mutuamente.
Es absurdo suponer que podemos salir de este caos social con todas sus luchas y miserias, si individualmente no nos resolvemos de verdad a un cambio radical y definitivo.
Son inútiles los golpes de estado, las sangrientas dictaduras las revoluciones de sangre y aguardiente.
Si verdaderamente queremos un cambio radical absoluto, necesitamos primero cambiar nosotros mismos individualmente.
Lo que nosotros somos como individuos, es el mundo. Realmente el mundo es el individuo porque el mundo es una suma de individuos. El problema del mundo es el del individuo.
Si el individuo no cambia internamente, el mundo tampoco cambiará aún cuando muchos le quieran cambiar basándose en doctrinas extremistas, revoluciones sangrientas, dictaduras abominables, etc.
Si estudiamos detenidamente nuestros problemas íntimos, tenemos que llegar a la conclusión lógica de que ningún líder puede resolvernos esos problemas.
Lo que yo soy, es de hecho, el partido, el grupo, la familia, la sociedad, la patria.
El individuo es el principio y el fin de todo orden de cosas. Si queremos una transformación radical de este mundo amargo y doloroso, necesitamos transformarnos individualmente cada uno, y en forma verdaderamente muy íntima.
Necesitamos con suma urgencia establecer con firmeza en nuestra mente, los valores positivos del espíritu.
Cuando los valores groseros del mundo ocupan nuestra mente, el resultado es hambre, miseria, guerra, ignorancia, enfermedades, etc., etc., etc.
Sólo a partir de comprensión profunda podemos resolver en forma positiva y verdadera, todos los problemas económicos y sociales que nos afligen y torturan.
La opresión y la explotación, la agresividad y la crueldad económica de esos tiempos, se deben al olvido de los valores eternos del espíritu.
No se deshacen las tinieblas a manotazos, sino trayendo luz. Tampoco se deshace el error combatiéndolo con violencia, sino enseñando la verdad.
Las doctrinas políticas establecidas por medio de la violencia, no consiguen jamás acabar con el personalismo, la codicia, la ambición, el egoísmo y la competencia.
Cuando el ser humano está acorralado por la ley, busca substitutos para su propia satisfacción personal.
Los substitutos se convierten en vehículos de nuestros propios errores, odios, egoísmos, celos, ambiciones, etc., etc., etc. Así las dictaduras quedan burladas.
El fin del Zar y su familia Real, tuvo el substituto de Lenin, Stalin, Kruschev, y toda la camarilla del Kremlin.
El capital individual tuvo el substituto del capital de estado, y la burguesía fue reemplazada por una nueva burguesía disfrazada de proletaria.
Todas las ambiciones antiguas se disfrazaron en Rusia con la Doctrina de Marx y de Lenin.
Todos los vicios y maldades se multiplicaron en secreto, y se recrudeció la crueldad por la falta de los valores eternos.
Si nosotros amamos de verdad a la humanidad, si nosotros queremos cooperar en la iniciación de esta nueva era que está comenzando, es necesario que haya dentro de cada individuo, voluntaria e inteligente transformación intima.
Este cambio íntimo seguramente no ha de producirse por medio de ninguna forma de violencia o coacción desde afuera, porque si así fuera el resultado sería nuevos desastres sociales y amarguras. La regeneración íntima debe ser voluntaria, inteligente, y no obligada.
Debemos ser sinceros con nosotros mismos y hacerle la disección al yo con el tremendo bisturí de la autocrítica.
Es absurdo criticar los errores ajenos. Lo fundamental es descubrir nuestros errores y luego desintegrarlos basándonos en análisis y muy profunda comprensión.
Cuando un error ha sido totalmente comprendido en forma íntegra, y en todos los niveles más hondos de la mente se desintegra inevitablemente.
Así es como podemos disolver el yo. Sólo con la muerte del yo podemos de verdad hacer un mundo mejor.
Necesitamos liberar la mente y el corazón de toda clase de maldades, si es que realmente queremos transformarnos íntimamente para bien de la sociedad.




HAMBRE Y MISERIA EN LA AMÉRICA LATINA

La ALIANZA PARA EL PROGRESO del extinto señor presidente Kennedy es burguesa, no es democrática.
Los veinte mil millones de dólares que Estados Unidos le presta a la América Latina, tienen una sepultura inevitablemente: los sótanos de los bancos y las cajas fuertes de los poderosos.
Estemos absolutamente seguros de que sólo los privilegiados señores de la tierra podrán gozarse esos dineros.
Las pobres meseras de restaurante, el humilde barrendero de las calles, el sufrido limpiador de calzado, el paciente campesino, etc., etc., etc., apenas si, y en forma vaga, tendrán noticias relacionadas con esa cuestión de los veinte mil millones de dólares.
Los veinte mil millones resultan un magnífico regalo para las bolsas de los altos magistrados, estos están ya acostumbrados a resolver inteligentemente cuestiones más difíciles.
Hay un dicho vulgar que reza así: “ANTE EL ARCA ABIERTA EL MAS JUSTO PECA”. La llave del arca la tienen siempre los poderosos.
El Tío Sam podría regalarle sus tesoros a la América Latina sin que por ello terminara en los países latinoamericanos el hambre y la miseria.
Los países latinoamericanos son aparentemente libres y soberanos, pero en el fondo no son libres ni soberanos, son esclavos del Tío Sam.
La América Latina todavía no es capaz de bastarse a sí misma. Todos los países de la América Latina están SUBDESARROLLADOS.
Se equivocan aquellos que piensan que si todos los tesoros de los ricos se repartieran entre los pobres terminarían el hambre de los pueblos. Realmente no sólo no alcanzarían esos tesoros para dar a todos los pueblos, sino que además el hambre se intensificaría.
El único sistema que no fallaría para acabar con el hambre, se llama industrialización.
Si los países latinoamericanos se industrializan totalmente se hacen entonces libres de verdad porque pueden bastarse a sí mismos.
El país que es capaz de producir no sólo todo lo que consume, sino además lo que no alcanza a consumir, se convierte en exportador.
El país que no necesita importar porque puede bastarse a sí mismo, es libre de verdad.
La América Latina todavía no es libre por el hecho de no poder bastarse a sí misma, la América Latina está subdesarrollada.
La América Latina tiene que comprarle al Tío Sam, mercancías de toda especie, máquinas, aviones, automóviles, etc., etc., etc.
El Tío Sam exige el pago con moneda de esa que circula en todo el territorio de los Estados Unidos. El Tío Sam no acepta otro tipo de moneda.
La moneda norteamericana está con relación a las distintas monedas de los países latinoamericanos, demasiado alta.
Cada dólar de los estados Unidos vale en México doce pesos con cuarenta centavos, en otros países latinoamericanos cada dólar vale miles de pesos nacionales.
Los importadores tienen que pagarle a Estados Unidos toda la mercancía importada con dólares o con el equivalente a dólares como si todos los países latinoamericanos fuesen estados del territorio norteamericano.
Los consumidores tienen que comprar caro, al precio equivalente en dólares, porque los importadores no pueden importar barato.
La víctima final de toda esta tragedia es el pueblo, el pobre pueblo sufrido, humillado y explotado.
“LA ECONOMÍA POLÍTICA NO HA DADO NINGÚN RESULTADO FAVORABLE, NECESITAMOS CREAR UNA ECONOMÍA ADMINISTRATIVA”.
La América Latina necesita industrializarse totalmente para hacerse libre de verdad.
Cada país latinoamericano debe crear su propia economía administrativa nacional.
El problema del mundo es el problema del individuo. Si queremos un país desarrollado, desarrollemos al individuo. Si queremos un país industrializado, es necesario habilitar técnicamente al individuo porque lo que es el individuo, es la sociedad.
Las escuelas de educación primaria y secundaria deben habilitar técnicamente al individuo.
Cuando el individuo resuelva su problema económico, la América entera habrá resuelto su problema económico.
En la América Latina los poderosos queman el café o lo arrojan al mar, y derraman la leche dizque para conservar los precios.
Millones de hambrientos quisieran para sí esa leche, y ese café. El Tío Sam se ríe de todas esas cosas y cuando lo molestan demasiado, compra bien barato.
Cuando el capital sea de los trabajadores, no se derramará más leche, ni se quemará el café ni necesitaremos rogarle al TÍO SAM ( los Estados Unidos)
Ha llegado la hora de aprender a pensar por sí mismos. Ha llegado el instante de que los pueblos latinoamericanos comprendan la necesidad de la industrialización.
Ha llegado el momento de que las autoridades comprendan la urgencia de sancionar severamente a los hambreadores del pueblo, a aquellos que queman el café y derraman la leche para conservar los precios.
Los pueblos de la América Latina tienen hambre y mientras unos sucumben de miseria, otros derraman la leche y queman el café.
Los veinte mil millones que Estados Unidos de Norteamérica presta a los países latinoamericanos, no sólo no acabarán con el hambre, sino que además complicarán más la economía de los pueblos.

Los países latinoamericanos con eso de los veinte mil millones contraen de hecho muy grandes compromisos con el Tío Sam.
V.M. SAMAEL AUN WEOR.

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