jueves, 14 de abril de 2022

ROSA ESOTÉRICA Cap 10 y Cap 11


LA ROSA
Cuento Alemán
Había un Rey en un País de ensueño…
Sus poéticos dominios, alcanzaban a todo un territorio, cuya fertilidad exuberante, era fama.
Una constante Primavera, templaba el ambiente y las dulces pomas, en plena madurez, aromaban la brisa suave.
Todo era una caricia sutil…
La tierra, blanda y pródiga, no esperaba la huella del arado. El cultivo no había nacido en la mente del hombre y la vegetación, la florescencia, los frutos, era una santa dádiva que se ofrecía a todos, porque todo nacía y se prodigaba espontáneamente…

En los bosques había un dulce y constante concierto de gorjeos. Ni existía la caza ni la pesca. Los animales todos, jamás esperaban su sacrificio y el ave y el pez, venían a las manos del hombre para ser inmolados voluntariamente.
Era un país de ensueño. Por todas partes existía una perpetua felicidad y la armonía latente en todas las cosas, era como un manto de armiño que cayera sobre todo con blanda placidez.
El Rey tenía doble felicidad.
Había casado con una bella Princesa, extremadamente hermosa, y un amor reflexivo coronaba de dicha aquella santa unión.
Encinta la Reina y próxima a dar a luz, cuyo fausto acontecimiento era precursor de una nueva felicidad, pidió que, para recibir aquel deseado fruto de sus entrañas, se llenara su habitación y el lecho de Rosas, pues como era esperada una Princesa tenía el deseo preconcebido de que naciera sobre Rosas…
Así se hizo, porque todos los súbditos, al conocer el afán de su Reina, enviaron las más bellas Rosas y de más grato perfume.
Nacida ya la Princesa y después de varios días de tan esperado suceso, una noche, durante el sueño, se hirió la Reina con una espina que apareció clavada en su mano…
Al día siguiente, la encontraron muerta…
La pena del Rey era inconsolable. La pérdida de la mujer amada, había abierto hondos surcos en su alma y el recuerdo le torturaba amargamente.
Un día, contemplando a la Princesa, tuvo la idea de que pudiera correr igual peligro que su madre y entonces mandó cortar las Rosas del Reino, decretando que no se pronunciase jamás su nombre para que nunca llegara a sus oídos infantiles.
Los  súbditos  cumplieron  el  mandato  y  desde  entonces  el  nombre  de  ROSA
enmudeció en todos los labios… Mientras, creció la Princesa.
Pasado el tiempo y escuchando un día el relato de un viaje a un Reino vecino, que el padre de su mejor amiga había visitado, donde existía una gran vegetación de Rosas, llamóle la atención este nombre y cuanto se dijera sobre su belleza y perfume, naciendo en ella la curiosidad, desde ese día, por conocerlas…
Raro era, que desde el nacimiento de la Princesa, la fertilidad del suelo había descendido y los animales, de excesiva mansedumbre antes, se habían tornado huraños.
Con la extinción de las Rosas, todo había palidecido, aunque los habitantes de aquella feliz comarca lo ignoraran.
De pronto, la Princesa enferma gravemente…
Acuden todos los Médicos del Reino y no pueden dar con el origen de aquella enfermedad. La Princesa, entretanto, perdía su energía, su belleza, y la lozana frescura de su rostro, extinguiéndose lentamente…
Sólo un Paje, entrevió la causa y hasta la misma Princesa repetía, que podía curar si le exhibieran las Rosas. Pero nadie faltaba al decreto del Rey…
Entonces,  el  Paje,  a  hurtadillas  y  burlando  toda  vigilancia  palaciega,  trajo  una ROSA del país vecino. Al verla la Princesa, radical e instantáneamente se operó el milagro de su salvación…
Quedó el Rey atónito, cuando contempló una mañana a su hija, a cuyo rostro había vuelto la perdida lozanía, reconociéndola sana y salva de su mortal dolencia.
Pero al saber la causa de este milagro inaudito, exclamó: Si bien la Rosa dio muerte a mi Reina, ha salvado a mi Princesa. Acto seguido, dio orden de que cultivaran las Rosas.
Desde entonces, volvió con ellas la prosperidad, y la armonía latente en todas las cosas resurgió de nuevo, retornando aquel País de ensueño a su augusta y perpetua felicidad…
Cuenta la tradición, que el Paje se casó después con la Princesa y llegó a ser un Rey bondadoso…

LA ROSA COMO EMBLEMA
Había dicho Zeus a Aquiles Tacio, que si las flores todas quisieran elegir una Reina, no podría ser otra que la Rosa. Ella, es el adorno de la tierra, la divina explosión de Dios sobre las planicies silvestres, la sábana de nieve que corona los almendros en flor, el símbolo de la Primavera. En ella, la gota de rocío se detiene y titila como una perla. La belleza de todo lo creado, en ellas tiene su síntesis y es como un mensaje de líricas ensoñaciones para las almas sutiles.
En un tiempo remoto, fueron en primer lugar los mismos Sacerdotes quienes edificaban sus Templos y siglos tardó, para que ellos permitieran a los profanos ocuparse de las construcciones sagradas.
Más tarde, se organizaron Gremios y Sociedades constructoras cuyos fines eran también religiosos y para distinguir las Obras de cada uno de ellos, elegían un Símbolo. Así ocurrió a los mismos Francmasones. Todavía por Cataluña, en España, puede verse un Templo en cuyo frontispicio aparece un Jesús de Galilea entre dos columnas B. y J. teniendo su mano diestra en actitud de hacer un signo bien conocido de los Aprendices de esta Institución.
De este modo, las Sociedades de construcción, eligieron como símbolo la Rosa y tanto se generalizó este emblema, que aún hoy, como reminiscencia habitual del pasado, todavía hablamos de rosetas al referirnos a los adornos de algunos edificios sin que guarden ya ninguna relación con la Rosa simbólica en cuanto a su forma.
En el castillo de Heidelberg, tan visitado hoy por los turistas, encontramos sobre la puerta principal cinco Rosas y, sobre ellas, una escuadra. También en la Catedral de Santiago de Chile, se advierte una Cruz con siete Rosas, lo que prueba que los Sacerdotes constructores no pertenecían a un Gremio solamente, sino que eran con toda seguridad miembros de la Orden Rosa Cruz.
Durante las Cruzadas, se hicieron muchos Castillos en el trayecto a Tierra Santa y todos ellos tienen de común, una Rosa. ¿Fue el paso de los Caballeros Templarios?. ¿Eran peregrinaciones de los Iniciados Rosa Cruz?. Así, en el Convento Griego de San Jorge, por todas partes vemos Rosas esculpidas en piedra.
Herodoto cuenta, que en Babilonia se hicieron Rosas de plata y éstas se ponían como atributo divino y como ofrenda de amor a los Dioses.
Dice la Mitología, que la primera Rosa salió de la espuma del mar cuando Afrodita, al ver herido a Adonis, corre a socorrerlo. En este instante, un blanco Rosal había brotado de entre las aguas y la misma Afrodita se hiere con una espina tiñendo con su sangre las Rosas que, desde entonces, tomaron su tinte de púrpura. Otra leyenda dice, que la primera Rosa sólo tenía espinas y al poner los Dioses su néctar sagrado sobre ella, brotó, erguida y lozana, en forma de flor.
Todavía cuenta otra tradición, que cuando Afrodita llora la muerte de Adonis, sus lágrimas se mezclan con la sangre de este Dios de cuya fusión brota como una ascua la Rosa.


Libanio, hábil Retórico griego, nacido en Antioquía, logra en una de sus Leyendas que Afrodita triunfe como Reina de la Belleza, sólo porque llevaba una corona de Rosas.
Fue así. Tres Diosas en Ida, se disputaban el premio de la Belleza. Dos de las contrincantes, Atena y Here, exigían que Afrodita abandonara su cinturón, pues tan sólo con ese hechizo llevaba una acentuada ventaja y podía obtener el triunfo. Tras prolongadas discusiones, se priva a Afrodita de su mágico cinturón y se le permite adornarse con las flores que ella misma quisiera elegir para compensar esta prohibición. Entonces, se baña Afrodita y queda sorprendida al ver que su mismo cinturón, del que iba a despojarse, se había transformado en Rosas.
Era París el Juez que había de dictar el fallo.
Al entrar en Ida, Afrodita, todos quedaron estupefactos… Las mismas Diosas contrincantes, ya no esperaron el fallo de París, sino que se postraron espontáneamente ante ella declarándola más bella que ninguna, gracias a sus adornos de Rosas.
Lo que fueron las Rosas para Afrodita como Diosa Femenina de la Belleza, lo fueron también para Dionysos, el principio masculino como Dios, que conquista un triunfo semejante gracias a una corona de Rosas que llevaba como vencedor, como Dithyrambos. He aquí por qué vemos a Baco siempre coronado de Rosas.
Es bien curioso este mito de Dithyrambos y Baco y en nuestro libro “BIORITMO” se olvidó mencionarlo. Baco nació dos veces. Una del seno de Sémele y otra del muslo de Júpiter. En los bailes en honor de Dionysos y del Amor se guardaba marcadamente un ritmo de 23 y 28 compases. En su principio, conocieron pues el ritmo los Griegos.
El Ditirambo pasó más tarde a hacer un papel principal en la poesía, dándole una expresión elogiosa, que luego fue desacreditada en Atenas.
En el Museo de Cambridge, hay una estatua de Deméter que se encontró en Eleusis y lleva una canasta de Rosas. Deméter, como hija de Saturno y de Júpiter, es la Diosa griega de la Agricultura y ella sola puede repartir sus mieses con una canasta de Rosas.
Cosmos, también recibe una corona de Rosas de las Ninfas, a quienes fueron dedicadas.
Anacreonte, quien se encarga de hacer una Poesía en honor de las Rosas, pregunta:
¿Qué puede haber sin Rosas?. Las Rosas formaban parte de la vida divina y de la profana en Grecia.
Es, así mismo, curioso, que en Méjico Moctezuma declare que cumple un deber por encargo de sus antepasados, de cultivar las Rosas y por esta causa las mandó traer de todos los lugares aun de los más apartados de su País. Parece que las mejores y de más grato perfume, fueron aportadas por un pueblo extraño y lejano donde ya le rendían culto divino. Estos fueron los Mayas.
Solo Roma, la guerrera, olvidó durante siglos las Rosas y adornó a sus héroes y vencedores con otras flores. Los Mirtos.
Platón cuenta que a los niños aplicados y cuidadosos, se les debía obsequiar con coronas de Rosas, pues así lo habían hecho con anterioridad los Egipcios.
Posteriormente, volvemos a encontrar de nuevo las Rosas en Roma. Cicerón narra, que cuando le quisieron colocar a Escipión el Africano la corona de Rosas, como máximo premio a sus hazañas, ésta se rompió provocando la risa en los romanos. Pero Licinio exclamó: No hay que reír. La Cabeza de Escipión es demasiado importante y venerable y se rompen hasta las Rosas.


Con la intromisión del Cristianismo, volvieron las Rosas a florecer como emblemas y celebraron su justo triunfo en la Ciudad eterna.
Plinio nos dice que en su tiempo, se traían cargamentos de Rosas de España, Milán y Alejandría para exornar las mesas.
Se tienen noticias que en Venecia, para hacer más fantásticas las salidas de los personajes y de los potentados en sus góndolas, se tiraban millones de Rosas al mar por la ruta que habían de llevar las naves.
El mismo Cristianismo, con María, tomó de nuevo la Rosa como símbolo. La Rosa mohosa, planta pequeña de la familia de los hongos, se formó cuando algunas gotas de sangre del Redentor cayeron sobre el musgo que crecía bajo la Cruz del Gólgota.
Para los primeros cristianos, la Rosa blanca es el resultado de las lágrimas de la
Magdalena que con su llanto, lava la Rosa púrpura y ésta se pone blanca.
En la vida de Santa Isabel de Hungría, las Rosas figuran a cada instante.
Luís, el Piadoso, perdió una Cruz que era una reliquia y cuenta la leyenda que hasta en sus oraciones pedía que le fuera devuelta. Uno de sus criados la encontró colgada de un rosal floreciente y esto sucedía en pleno Invierno cuando más azotaba la nieve.
La Rosa fue declarada santa por uno de los Papas y desde entonces, el Papa bendice,
Una rosa de Oro con que obsequia a las Iglesias que, según él, se distinguen en el culto.
El Rosario que usan los católicos, debe ser hecho de palo de Rosas y de Rositas
pequeñas.
Tácito también nos cuenta, que ningún pueblo de la Tierra veneraba tanto la Rosa como los antiguos alemanes que se adornaban con Rosas el 24 de junio y a cuya fiesta le llamaban La fiesta de la Rosa.
El Cristianismo, con justicia, dedicó ese día a San Juan…
Si transgredimos a la vieja literatura como si nos estacionamos en la moderna para buscar el origen de la palabra ROSA-CRUZ, tropezamos siempre con que los autores la fundamentan en ese seudónimo de Cristián Rosenkreuz. Hasta algunas Sociedades Secretas que usurpan el título de ROSA-CRUZ, ven en ese seudónimo un nombre cualquiera como el de Juan Sánchez. Hasta Leadbeater cae en ese mismo error y ello prueba que no han dado todavía con un verdadero Iniciado Rosa Cruz. No es esta alusión en cuanto a Leadbeater que me consta ha recibido LUZ INICIATICA en la India.
Vamos a dar una explicación oculta. Ros, en Latín, quiere decir ROCIO y el Rocío es algo muy importante en su sustancia íntima, para el Alquimista, y, sobre todo, en su aplicación con el Arcano de la ROSA.
Un hecho, sin género de dudas, que la palabra ROSA-CRUZ es de origen Alemán, es  que  los  Alquimistas  Alemanes  usaban  constantemente  el  Rocío  y  lo  cruzaban  y mezclaban con otras sustancias para hacer la transmutación del oro…
Ahora, el Rocío en Alemán, se llama TAU y el Alemán es una de las Lenguas Arcaicas. TAU en Griego, es la Cruz. Así que se ha dicho y se puede seguir diciendo, como lo expresan las Obras Herméticas, que los ROSA-CRUZ eran los manipuladores del ROCIO que tanto como Rocío y Cruz se unen en la palabra TAU.
Observa, Discípulo, esta Clave: Dos son uno y uno es nada… Porque el Rocío, después de haber dejado al Alquimista, su esencia y su fuerza, se va, se hace nada…
                                                                                               KRUMM HELLER

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