sábado, 18 de septiembre de 2021

MITOLOGIA ASIRIA


La religión asiria es una adaptación de la babilónica que, a su vez, procede directamente de la acadia cuyo contenido, en su mayor parte, es una evolución de la sumeria.

De la babilónica a la acadia, el principal elemento diferenciador consiste en la proclamación de Marduk como dios supremo del panteón, asumiendo las competencias de los acadios Anu y Enlil.
Entre la asiria y la babilónica la diferencia consiste en que el papel de Marduk es ocupado por Ashur, dios que dio el nombre a su pueblo y que en la copia del Enuma Elish (Poema de la creación) realizada en la época de Senaquerib (finales del siglo VIII y principios del VII a.C.) ocupó la dignidad de dios principal de la narración. El resto de las divinidades asirias cumplen funciones iguales o perecidas a las babilónicas e, incluso, en muchos casos conservan sus nombres.
La religión asiria es politeísta y, según una tablilla encontrada en las excavaciones de Nínive, el número de dioses podría llegar a los 2500 entre principales, secundarios y seres semidivinos.

Las divinidades asirias eran, al igual que las mesopotámicas, de figura antropomórfica y, aunque conceptualmente eran inmortales, podía causárseles la muerte.
Al frente del panteón figuraba Ashur como deidad protectora de toda Asiria. Tras él aparecían los dioses principales y en la parte más baja de la pirámide celestial, estaban los seres semidivinos. En este orden cósmico, los seres humanos ocupaban el último escalón y eran absolutamente dependientes de los dioses.

DIOSES PRINCIPALES
ANU

Era el dios del cielo. Junto con Enki y Enlil forma la llamada “Tríada Sumeria” de dioses principales. Se supone que en un principio (antes de 2500 a.C.) era el dios principal, para luego ser sustituido por Enlil en este papel y más tarde por los distintos dioses regionales (Marduk, Ashur, etc.). Pese a esto, siempre tuvo un papel preponderante en todos los panteones como demiurgo, o dios original del Universo, aunque sus características concretas nunca estuvieron muy definidas. Astronómicamente, estaba asociado con el “Sendero de An”, región de la bóveda celeste coincidente con el Ecuador, aunque más tarde se ampliaría la zona hasta ocupar el espacio entre los dos trópicos. Se le representaba mediante una estrella o, más frecuentemente, a partir de la época cassita, mediante la corona de siete pares de cuernos propia de los grandes dioses. En la tradición babilónica estaba unido a la diosa Antu. El centro de su culto era la antigua ciudad de Uruk.

ASHUR

Cuando Babilonia fue dominada por los asirios, Marduk, el dios supremo babilónico, fue sustituido por Ashur ocupando el primer lugar entre los dioses y se transformó profundamente su papel en la cosmogonía, al ser considerado como rey de todos los dioses y, por tanto, asumiendo todas sus competencias, origen de sí mismo, padre de los demás inmortales, creador del cielo de Anu y de los infiernos, autor de la totalidad de los hombres y de toda cosa tangible o intangible. Sin embargo, en la iconografía popular, fuera de Asiria, nunca tuvo la relevancia de sus predecesores en otras mitologías anteriores. A pesar de que Ashur significa el benévolo era en realidad una deidad guerrera a la que se representaba con la forma de un disco alado o bien montado sobre un toro. También era el dios de la fertilidad y en ese caso se representaba rodeado de ramas y junto a una cabra. Era el esposo de Ishtar.

BEL

Significaba señor y representaba más un título que un nombre. Su pareja femenina era Belit, señora o dueña.
En un principio era una dignidad atribuida al dios sumerio Enlil y más tarde esta forma de cortesía se utilizó para designar a Marduk. Su equivalente femenino Belit sirvió para denominar a Sarpanit, la esposa de Marduk, así como a Ninhursag, Damkina o Ninmah y otras divinidades femeninas sumerias.
Algunos textos bíblicos de Isaías, Jeremías y Daniel, utilizan la expresión Bel refiriéndose a Marduk cuando anunciaron su derrota y humillación como divinidad opresora de Israel.

BELIT

Era la esposa de Bel y estaba consideradaza como la diosa del destino, siendo especialmente adorada en Nippur. Era madre de Sin, el dios de la Luna, y en documentos asirios aparece identificada con Ishtar y, en ocasiones, como esposa de Ashur o de Enlil. A veces se considera el nombre de Belit más como un título, La Señora, que como una divinidad.

DERCETO

Era una diosa asiria representada en forma de pez con cabeza, brazos y pecho de mujer. Estaba casada con el dios Hadad, con quien tuvo una hija llamada Semíramis.
A veces era confundida con Dagón, quien igualmente aparecía como medio pez, aunque su parte humana era masculina.
A Derceto le estaban consagrados los peces y se le rendía culto en templos con grandes estanques. Era la representación femenina de las fuerzas fecundantes de la naturaleza, así como a Dagón le correspondía la masculina.
Diodoro Sículo difundió una leyenda que explicaba los motivos por los que su cuerpo era de naturaleza mixta, pez y mujer. Se contaba que Derceto había ofendido a la diosa del amor y ésta, en venganza, le inspiró una ardorosa pasión hacia el pastor Caístro, uno de los servidores del templo, naciendo de esta relación Semíramis que gobernaría Asiria. Tras nacer la niña, el amor de la diosa hacia el padre y la hija se extinguió, por lo que Derceto hizo matar al hombre, abandonó a la hija y ella misma se arrojó al agua para suicidarse. Sin embargo, los dioses no lo permitieron y la obligaron a vivir con su morfología anfibia.

EA

Era el dios de la sabiduría, las artes y del “Abzu” o inframundo, de donde, según la tradición sumeria, procedían todas las cosas. En general, era el señor del agua y de la fertilidad y junto con Anu y Enlil formaba la triada de principales dioses sumerios. Era tradicionalmente considerado como protector de la humanidad y fue él quien aconsejó a Ziusudra (Sumer) o Atrahasis (Acad) la construcción del arca para salvarse junto a su familia y todas las especies de la tierra del exterminio decretado por Enlil mediante el diluvio. Astronómicamente estaba asociado con las constelaciones de Acuario y Capricornio, así como con el “Sendero de Ea”, región del cielo coincidente con el Trópico de Capricornio. Solía considerarse como hijo de Anu y esposo de la diosa Damgalnun. Era representado por una figura masculina portando o vertiendo agua. Al igual que otros dioses, a partir de la época cassita será también representado mediante la tradicional corona de siete pares de cuernos sobre un altar, al igual que Enlil y Anu. Astronómicamente estaba representado por la constelación de Acuario y muchas veces aparecía en unión de su sirviente, el dios de las dos caras Isimud. Su centro de culto estaba localizado en el templo E-abzu, en la ciudad de Eridu.

ENLIL

Era el dios supremo del panteón sumerio-acadio y el creador de la humanidad. Sus poderes y competencias específicos fueron variando ampliamente con la evolución histórica. Sustituyó a Anu, dios del cielo, como deidad suprema, al ser una deidad más identificable por el pueblo llano. Pese a ser su creador, es él quien ordenó un diluvio para acabar con la humanidad. Habitualmente era el depositario de las tablillas Me, consideradas como un compendio de leyes cósmicas por las que se regía el universo. Astronómicamente era asociado con el “Camino de Enlil”, región del cielo al norte del ecuador celeste, a veces coincidente con el Trópico de Cáncer. También se le relacionó con las pléyades y con el planeta Júpiter. En la tradición acadia era conocido como Ellil. Posteriormente sería asimilado por el dios de Babilonia, Marduk. A partir de la época cassita era representado mediante la corona con siete pares de cuernos sobre un altar o por siete estrellas, las Pléyades. Se le consideraba unido a la diosa Ninlil y algunos de los dioses más conocidos eran hijos suyos: Adad, Nergal, Ninurta, Pabilsag o Zababa. Tradicionalmente, el centro de su culto era Nippur, donde estaba el E-kur o “la casa de la montaña” el principal templo que le estaba consagrado.

HADAD

Era el dios del trueno y de la lluvia en Asiria y quien hacía crecer o tenía el poder de destruir las plantas. Era hijo de Anu y se le solía identificar con Adad, el dios acadio que tenía sus mismos cometidos. A veces era conocido sólo con el nombre de Baal, aunque este apelativo también se le otorga a otras divinidades. De igual forma se equiparaba al hurrita Teshub, dios de las tormentas.
En su representación solía aparecer un rayo y frecuentemente se le comparaba con un toro salvaje. Era invocado para producir lluvias que fertilizaran la tierra de labor, pero también para provocar diluvios en el las filas enemigas.
En los textos religiosos ugaríticos, Baal/Hadad, era el señor del cielo que gobernaba la lluvia y por lo tanto la germinación de las plantas con el poder emanado de su deseo de que fueran fértiles. Era, por tanto, el protector de la vida y proporcionaba el crecimiento de las cosechas para la población agrícola de la región. La ausencia del dios podía causar la sequía, el hambre, la muerte y el caos. En los textos ugaríticos generalmente aparece bajo la referencia de Él.

IMHULLU

Significaba “el viento malo” y fue el arma que utilizó Marduk para destruir a Tiamat, según relataba el Enuma Elish acadio. Fue una adopción de la mitología asiria.

ISHTAR

Era la diosa del amor, el sexo, la belleza, la fertilidad y la guerra que, junto con Shamash y Sin, miembros de la tríada semita de dioses celestes, se incorporó al panteón mesopotámico desde el acadio. Era una deidad muy popular entre los pueblos semitas, donde también era conocida como Anat o Astarté. Protagonizaba o, al menos, participaba, en muchos relatos como el del pastor Dumuzi o la epopeya de Gilgamesh. A veces aparecía como hija del dios de la Luna, Nannar, pero en otras ocasiones lo hace de Enlil o Enki. Se la identificaba con la estrella del alba o del atardecer y con tal identificación llegó al mundo heleno. Su figura aparecía representada mediante una estrella de 8 o 16 puntas, una flor, un león o una mujer, a veces desnuda. Recibía culto en el templo E-ana (“Casa del Cielo”) de Uruk.

KIRUBI

Eran unas criaturas mitológicas asirias con forma de leones, o toros, alados muy corpulentos, representadazos en las entradas de los templos y palacios a modo de advertencia para guardar respeto.

NINO

Era hijo de Baal y se le atribuía la fundación de Nínive, futura capital del imperio asirio, que durante el reinado de Senaquerib llegó a ser una de las ciudades más importantes del mundo. Con ayuda del rey árabe Ariaeo se apoderó de la totalidad de Asiria. Durante el asedio a la ciudad de Bactriana, conoció a la esposa de su oficial Menón, Semíramis, se enamoró de ella y contrajo matrimonio tras el suicidio de su marido.
A la muerte de Nino, hacia 2189 a.C., tras 52 años de reinado, Semíramis gobernó el imperio, que expandió desde Etiopía hasta la India. Erigió un monumento funerario dedicado a Nino cerca de Babilonia.

SHAMASH (Utu)

Era el dios del Sol que, junto con Sin e Ishtar, miembros de la “Tríada semita” de dioses celestes, se incorporó al panteón mesopotámico desde Acadia. Se trataba de la divinidad del orden y de la Ley a quien se atribuye la entrega a Hammurabi del primer código de leyes conocido de la humanidad. Su genealogía varió mucho con el tiempo: los sumerios lo consideraban hijo de Nanna y hermano de Inanna, pero los acadios y babilonios pensaban que su progenitor era Anu o, a veces, Enlil. Su esposa era Sherida o Aya y se le representaba con un disco solar de ocho puntas o mediante una figura masculina de la que surgían llamas de los hombros. En épocas posteriores se le atribuyó como símbolo una balanza con el cual aparece representado en la constelación de Libra.

SIN (Nanna o Nannar)

Era el dios de la Luna que, junto con Shamash e Ishtar, como miembros de la “Tríada semita” de dioses celestes, se incorporó al panteón mesopotámico desde Acadia. Era tradicionalmente adorado en Ur y generalmente era considerado como hijo de Enlil. Se le representaba mediante un creciente lunar y nunca tuvo un centro de culto definido, aunque se solía citar el templo E-Kishnugal, en Ur, como uno de los principales.

TASMETU

Era la esposa de Nabu, el dios de la sabiduría, agricultura y escritura. Su misión era escuchar las súplicas de sus devotos y, si los encontraba merecedores de ellas, las concedía. En algunos sitios también se le rendía culto como diosa del amor. Estaba asociaba a la constelación de Capricornio.



TREBETA

Era hijo de Nino, rey de Asiria, y de una esposa anterior a Semíramis. Tras la muerte de su padre se vio obligado a exiliarse a Europa donde fundó a orillas del río Mosela, la ciudad que llevaba su nombre, actual Tréveris. , unos 1300 años antes de la fundación de Roma.

No hay comentarios: