Samael Aun Weor
SEGUNDA EDICIÓN
BOGOTA — COLOMBIA ENERO DE 1969
PREFACIO DEL AUTOR
en nombre de la
verdad, nosotros los HERMANOS DEL TEMPLO, damos gracias infinitas al Hermano
Manuel S. Sánchez y en general a toda la Hermandad del SANTUARIO de
BARQUISIMETO por haber impreso esta obra. Este SANTUARIO se LLAMARA DESDE
AHORA, SANTUARIO MAITREYA, por sus servicios prestados al CRISTO CÓSMICO y a LA
GRAN HUMANIDAD DOLIENTE, EL SANTUARIO MAITREYA está cumpliendo una gigantesca
misión universal.
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Damos también
gracias al Hermano RAMÓN FLOREZ DERMA por su trabajo técnico bíblico y en
general a todos aquellos que en una u otra forma se preocuparon por el triunfo
de esta obra.
Llamamos a todas
las religiones, escuelas, sectas, órdenes, logias, etc., para formar el
Ejército de Salvación Mundial.
Invitamos a todas
las personas de buena voluntad a engrosar las filas del A.G.L.A. No estamos
contra nadie ni contra la religión o escuela de nadie. Consideramos a todas las
religiones, escuelas y sectas, como perlas preciosas engarzadas en el hilo de
oro de la DIVINIDAD. NO ATACAMOS A NADIE, NO ODIAMOS A NADIE, NO COMBATIMOS A
NADIE.
ACLARAMOS LA
DOCTRINA SECRETA DE NUESTRO ADORABLE SALVADOR. Amamos intensamente a la pobre
humanidad doliente. Advertimos a la humanidad de la tierra, la hora
apocalíptica en que nos hallamos. Descorremos el velo de El Apocalipsis.
Este es un libro
terriblemente divino. Con este libro tendrán los seres humanos que definirse
por ÁNGELES O DEMONIOS, ÁGUILAS O REPTILES.
Los tiempos del fin
han llegado y estamos en ellos. Aquellos que suponen los tiempos del fin para
un porvenir remotísimo están equivocadísimos. Los hechos hablan por sí solos.
Los pavorosos cataclismos que azotaron a Chile recientemente y que causaron
tremendos daños al Japón; los terribles terremotos ocurridos en distintos
lugares del mundo; las enfermedades desconocidas que están apareciendo ahora y
que la ciencia médica no puede curar; los odios a muerte; Las bombas atómicas,
etc., están demostrándonos en forma evidente que los tiempos del fin ya
llegaron.
EL MOVIMIENTO
GNÓSTICO MUNDIAL, LA ACCIÓN LIBERTADORA AMERICANA DEL SUR, Y EL SIVANANDA
ARYAVARTA ASHRAMA, ESTÁN EN PIE, LUCHANDO POR LA NUEVA ERA ACUARIA. EL
TRIÁNGULO ALAS, GNOSIS, SIVANANDA ARYAVARTA ASHRAMA, luchan por la nueva era.
La hora tremenda ha
llegado y no podemos permanecer indiferentes.
Pronto estallará la
guerra atómica y habrá en todos los rincones de la tierra cosas terribles. La
hora apocalíptica ha llegado. ¡Ay!, ¡Ay!, ¡Ay!, de los moradores de la tierra.
Agosto
17 de 1960.
CIUDAD
DE MÉXICO
INTRODUCCIÓN
Enseñanzas secretas
del Divino Rabí de Galilea
El cuatro de
febrero del año mil novecientos sesenta y dos, entre las dos y tres de la tarde
se iniciará la Nueva Era Acuaria.
Muchas escuelas
están esperando la Nueva Era. Este libro es el Mensaje de la Nueva Era Acuaria.
Sorprenderá a muchos estudiantes esoteristas el anuncio de cataclismos
espantosos para la Era Acuaria.
Ciertamente el yo,
el mí mismo, el ego reencarnante quiere comodidades, anhela una era de
seguridades, una era que le ofrezca lo que no le estorbe. Una era sensual,
cómoda, sin guerras, odios ni problemas.
Es urgente saber
que la vida ha iniciado su retorno hacia la Gran Luz. Esto significa
catástrofe. La tierra pasará por un proceso de desintegración y reintegración
planetaria.
Acuario trae
terribles cataclismos.
Todo lo que está
escrito en el Apocalipsis es para los tiempos del fin. Tenemos que informar a
la humanidad que los tiempos del fin ya llegaron.
El Apocalipsis es
el Mensaje de la Nueva Era. Nosotros hemos estudiado los versículos
apocalípticos en los mundos superiores.
En este libro
declaramos el resultado de nuestras investigaciones.
Mucho se ha hablado
y escrito sobre el Apocalipsis. Empero todo lo que se ha hecho es especular
intelectualmente y repetir lo que supuestas autoridades han afirmado. Eso es
todo.
El presente trabajo
es el resultado de tremendas investigaciones esotéricas realizadas
pacientemente por nosotros, en los mundos superiores.
Hemos hallado el
Apocalipsis dividido en tres partes: La Primera la hemos titulado "EL
HIJO DEL HOMBRE"; la Segunda lleva por título "EL
LIBRO SELLADO"; y la Tercera ha quedado titulada "LA
NUEVA JERUSALÉM".
La primera parte
Enseña la senda del filo de la navaja. La segunda versa sobre los tiempos del
fin. La tercera nos informa la tierra futura.
Este es un libro de
cristificación práctica. Este es un libro de esoterismo trascendental y
absolutamente practico.
En este libro no
teorizamos. Esta es una obra ciento por ciento práctica. Muchos estudiantes
anhelan cristificarse pero no saben por dónde empezar. Desconocen la clave, el
secreto.
En este libro le
regalamos al estudiante la clave, el secreto, la llave. Aquí la tenéis
sedientos amantes de la Verdad. Ahora, practicad.
No estáis solos.
Nosotros os amamos profundamente y cuando estéis hollando la senda del filo de
la navaja, estaréis asistidos por nosotros los hermanos del templo.
El A.G.L.A (Acción
Gnóstica Libertadora de Amerindia), está constituido por el triángulo
Alas-Gnosis-Sivananda Aryavarta Ashrama.
Son tres poderosos
movimientos unidos que propagan por el mundo entero el esoterismo gnóstico de
nuestro Adorable Salvador del mundo.
Todos aquellos que
después de leer este libro quieran ingresar al A.G.L.A, deben escribirnos.
Ninguna carta quedará sin respuesta.
El A.G.L.A cuenta
con millones de personas en el Occidente y el Oriente. El A.G.L.A es el
Ejército de Salvación Mundial.
El Jefe Supremo del
A.G.L.A es el Cristo Jesús.
Sabed, hermanos
gnósticos, que Jesús el Cristo está vivo.
El Cristo-Jesús
resucitó al tercer día con su cuerpo de carne y hueso, y todavía vive con ese
cuerpo de carne y hueso en el Shambala.
El país secreto del
Shambala se halla en el Tibet oriental. Allí el Maestro tiene su Templo. Con él
viven muchos otros maestros que también resucitaron y conservan sus cuerpos
desde edades antiquísimas.
El Maestro
Adorable, JESÚS EL CRISTO, ha estado muy activo y ha trabajado intensamente
ayudando a la pobre humanidad doliente, Él es el Jefe del Movimiento Gnóstico.
Él es el Supremo Jerarca del A.G.L.A.
Aunque parezca
increíble, el Adorable Salvador del mundo, estuvo trabajando como enfermero en
los campos de batalla, durante la primera y segunda guerra mundial.
Vamos a transcribir
el conmovedor relato de Don Mario Roso de Luna, el insigne escritor teosófico.
Este relato lo encontramos en el libro "Qué mata a la muerte", o
libro "De los Jinas", obra formidable de Don Mario. Veamos:
"Extrañas
narraciones llegaban a nosotros en las trincheras. A lo largo de la línea de
trescientas millas que hay desde Suiza hasta el mar, corrían ciertos rumores,
cuyo origen y veracidad ignorábamos nosotros. Iban y venían con rapidez, y
recuerdo el momento en que mi compañero Jorge Casay, dirigiéndome una mirada
extraña con sus ojos azules, me preguntó si yo había visto al amigo de los
heridos, y entonces me refirió lo que sabía respecto al particular. Me dijo
que, después de muchos violentos combates, se había visto un hombre vestido de
blanco inclinándose sobre los heridos. Las balas lo cercaban, las granadas
caían a su alrededor, pero nada tenia poder para tocarle. Él era un héroe
superior a todos los héroes, o algo más grande todavía. Esté misterioso personaje,
a quien los franceses llaman "el camarada vestido de blanco", parecía
estar en todas partes a la vez: en Nancy, en la, Argona, en Soissons, en Iprés;
en dondequiera, que hubiese hombres hablando de él con voz apagada. Algunos,
sin embargo, sonreían diciendo que las trincheras hacían efecto en los nervios
de los hombres. Yo, que con frecuencia era descuidado en mi conversación,
exclamaba que para creer tenía que ver, y que necesitaba la ayuda de un
cuchillo germánico que me hiciera, caer en tierra, herido. Al día siguiente los
acontecimientos se sucedieron con gran viveza en este pedazo del frente.
Nuestros grandes cañones rugieron desde el amanecer hasta la noche, y
comenzaron de nuevo a la mañana. Al medio día recibimos orden de tomar las
trincheras de nuestro frente. Estas se hallaban a doscientas yardas de nosotros
y no bien habíamos partido, comprendimos que nuestros gruesos cañones habían
fallado en la preparación. Se necesitaba un corazón de acero para marchar
adelante pero ningún hombre vaciló. Habíamos avanzado ciento cincuenta yardas
cuando comprendimos que íbamos mal. Nuestro capitán nos ordenó ponernos a
cubierto, entonces precisamente fui herido en ambas piernas. Por misericordia
divina caí dentro de un hoyo. Supongo que me desvanecí, porque cuando abrí los
ojos me encontré solo. Mi dolor era horrible; pero no me atrevía a moverme
porque los alemanes no me viesen, pues estaba a cincuenta yardas de distancia,
y no esperaba a que se apiadasen de mí. Sentí alegría cuando comenzó a anochecer.
Había junto a mí algunos hombres que se habrían considerado en peligro en la
oscuridad, si hubiesen pensado que un camarada estaba vivo todavía. Cayó la
noche, y bien pronto oí unas pisadas no furtivas, sino firmes y reposadas, como
si ni la oscuridad ni la muerte pudiesen alterar el sosiego de aquellos pies.
Tan lejos estaba yo de sospechar quién fuese el que se acercaba, que aunque
percibí la claridad de los blancos en la oscuridad, me figuré que era, algún
labriego en camisa, y hasta se me ocurrió si sería una mujer demente. Más de
improviso, con un ligero estremecimiento, que no sé si fue de alegría o de
terror, caí en la cuenta que se trataba del "camarada vestido de
blanco", y en aquel mismo instante los fusiles alemanes comenzaron a disparar.
Las balas podían apenas errar tal blanco, pues él levantó sus brazos como en
súplica, y luego los retrajo, permaneciendo al modo de una de esas cruces que
tan frecuentemente se ven en las orillas de los caminos de Francia. Entonces
habló; sus palabras parecían familiares; pero todo lo que yo recuerdo fue el
principio: "Sí, tú has conocido"... Y el fin: "Pero ahora ellos
están ocultos a tus ojos"...
"Entonces se
inclinó, me cogió en sus brazos (a, mí que soy el hombre más corpulento de mi
Regimiento), y me transportó como a un niño. Supongo que me quedé dormido,
porque cuando desperté, este sentimiento se había disipado. Yo era un hombre y
deseaba saber lo que podía hacer por mi amigo para ayudarle y servirle. Él
estaba mirando hacia el arroyo, y sus manos estaban juntas, como si orase; y
entonces vi que él también estaba herido. Creí ver como una herida desgarrada
en su mano, y conforme oraba, se formó una gota de sangre que cayó a tierra.
Lancé un grito sin poderlo remediar, porque aquella herida me pareció más horrorosa
que las que yo había visto en esta amarga guerra.
"Estáis herido
también (dije con timidez) Quizá me oyó, quizá lo adivinó en mi semblante; Pero
contestó gentilmente: Esa es una antigua herida, pero me ha molestado hace
poco". Y entonces noté con pena que la misma cruel marca aparecía en su
pie. Os causará admiración el que yo no hubiese caído antes en la cuenta; yo
mismo me admiré.
Pero tan sólo
cuando yo vi su pie, le conocí: "EL CRISTO VIVO". Yo se lo había oído
decir al Capellán unas semanas antes pero ahora comprendí que él había venido
hacia mí (hacia mí, que le había distanciado de mi vida en la ardiente fiebre
de mi juventud) Yo ansiaba hablarle y darle las gracias; pero me faltaban las
palabras. Y entonces él se levantó y me dijo: "Quédate aquí hoy junto al
agua; yo vendré por ti mañana; tengo alguna labor para que hagas por mí".
En un momento se marchó; y mientras lo espero, escribo esto para no perder la
memoria de ello. Me siento débil y solo, y mi dolor aumenta; pero tengo su
promesa; yo sé que él ha de venir mañana por mí".
Hasta aquí el
relato de un soldado, trascrito por Don Mario Roso de Luna en el libro
"Que mata a la muerte". Este hecho concreto está demostrando hasta la
saciedad que Jesús vive todavía con el mismo cuerpo físico que usó en la Tierra
Santa.
Aquí en este libro
hemos entregado la clave de la resurrección.
Hemos rasgado el
velo del Santuario. Hemos entregado a la pobre humanidad doliente la doctrina
secreta del Adorable, con siete sellos en el Apocalipsis.
El Mensaje de Acuario
es un Libro de Poderes terriblemente divinos.
Aquí están todos
los secretos, aquí están todas las claves de la cristificación.
Aquí está escrita
la Doctrina que el Adorable Enseñó en secreto a sus humildes discípulos.
El Adorable
permanecerá con nosotros hasta la consumación de los siglos.
Esta es
su Doctrina. Aquí la tenéis. Estudiadla y practicadla.
PAZ
INVERENCIAL
SAMAEL AUN
WEOR
BUDHA
MAITREYA KALKI AVATARA DE LA NUEVA ERA ACUARIA
PRIMERA PARTE
EL
HIJO DEL HOMBRE
"NOS AUTEM GLORIARI OPORTET
IN CRUCE DOMINI NOSTRI JESU-CHRISTI"
CAPÍTULO I EL HIJO DEL HOMBRE
B
|
ienaventurado el
que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guarda las cosas en
ella escritas: porque el tiempo está cerca" (Apocalipsis 1:3).
Hijo del Hombre:
Revélanos lo oculto. Cada sinfonía deliciosa del cosmos inefable, cada nota,
cada melodía escondida tiernamente entre el encanto purísimo de las fragantes
rosas exquisitas de los jardines del nirvana, es la viva encarnación de tu
palabra.
¡Los tiempos del fin han llegado! "He aquí que
viene con las nubes (el Bienamado) y realmente todo ojo le verá y los que le
traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea.
Amén" (Ap. 1: 7).
¡Ya viene el Adorable!, El que tanto ha sangrado por nosotros...
¡Ya se acerca el Bendito!, viene como una madre que angustiada busca a sus
hijitos...
Escuchad hombres y
dioses: en el misterio de cada onda profunda, se acerca el Adorable... Aquél
que nos hace reyes y sacerdotes para Dios y su Padre. La brisa vespertina nos
trae orquestaciones a veces tan dulces como el arrullo de una madre. A veces
tan severas como el rayo que terrible centellea entre la tempestad catastrófica
del furioso océano apocalíptico.
En la profundidad
inefable y deliciosa del Santuario, habla el Bienamado con voz de Paraíso, y
dice cosas sublimes: "Yo Soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el
Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso" (Ap. 1: 8).
Un rayo terrible
relampaguea entre el terciopelo azul de la noche estrellada... ¡Es el Hijo del Hombre! Del rayo divino dimana el íntimo. Resuena el coro de los santos, cantan tiernamente las vírgenes
del nirvana. Ellas se conmueven cuando el rayo penetra en el alma de algún
hombre santo.
El rayo inefable
entra en el alma y se transforma en ella. Él se transforma en ella y ella en
él. Lo divino se humaniza y lo humano se diviniza. ¡Estas son las nupcias eternas del alma y del cordero
pascual!
De estas bodas de
Alkimia de esta mezcla de amor y paz, resulta eso que llamamos el Hijo del
Hombre. Él es el resplandeciente y luminoso Yo Soy. Nuestro resplandeciente
Dragón de Sabiduría. Él es el rico tesoro que nos trajo el Adorable.
Él es el
Hombre-Sol, Ormus, Osiris. Vishnú, Chur, El Cordero; el hombre del tiempo y del
río cantado por Daniel.
El es Alfa y Omega,
el primero y el postrero, que es y que era y que ha de venir. Él es el Amado
Eterno. El Anciano de los Días.
El Señor de toda
adoración, quiere morar en el fondo de cada alma. Él es el óleo de la mirra y
el collado del incienso. Él es el Adorable y el Adorador.
La expresión
"yo soy" debe traducirse así: "soy el Ser". Realmente el
Bienamado es el Ser de nuestro Ser, que es y que era y que ha de venir. Tenemos
un tabernáculo precioso (el cuerpo físico), un alma angustiada y un espíritu
(el íntimo). Esta tríada humana emanó de aquel rayo terriblemente divino que
hace resonar su campanada, entre el espacio infinito, cuando nosotros venimos
al mundo.
Cada hombre tiene
su rayo particular que resplandece, con toda la potencia de su gloria, en el
mundo de los dioses inefables. Ese Rayo de la Aurora, es el Ser de nuestro Ser.
Es el Cristo interno de cada hombre. Es la Corona Sephirotica de los
cabalistas, la Corona de la Vida: "Sé fiel hasta la muerte (dice el Bendito),
y yo te daré la Corona de la Vida" (Ap. 2: 10).
Al que sabe, la
palabra da poder. Nadie la pronunció. Nadie la pronunciará sino aquél que lo
tiene Encarnado.
Al banquete del
cordero pascual asisten los convidados. En la mesa de los ángeles resplandecen
de gloria aquellos que lo tienen encarnado. El rostro del Bienamado es como un
relámpago.
Cristo es el
Ejército de la Voz. Cristo es el Verbo. En el mundo del Adorable Eterno, no
existen ni la personalidad ni la individualidad, ni el yo. En el Señor de Suprema
Adoración todos somos uno. Cuando el Bienamado se transforma en el alma, cuando
el alma se transforma en el Bienamado, entonces de esta mezcla inefable -divina
y humana- nace eso que nosotros llamamos el Hijo del Hombre.
Aquel Gran Señor de
la Luz, siendo el Hijo del Dios Vivo, se convierte en el Hijo del Hombre cuando
se transforma en el alma humana. El Hombre-Sol es el último resultado de todas
nuestras purificaciones y amarguras. El Hombre-Sol es divino y humano. El Hijo
del Hombre es el último resultado del hombre; el hijo de nuestros sufrimientos;
el solemne Misterio de la sustanciación.
Cristo es el Logos
Solar (Unidad Múltiple Perfecta). Cristo es el Gran Aliento Eterno, profundo,
insondable, emanado de entre las entrañas inefables del Absoluto.
Cristo es nuestro
incesante hálito eterno, para sí mismo profundamente ignoto... Nuestro divino
Augoides.
Cristo es aquel
rayo purísimo, inefable y terriblemente divino que resplandeció como un
relámpago en el rostro de Moisés... allá, entre el solemne Misterio del Monte
Nebo.
Cristo no es la
Mónada. Cristo no es el septenario teosófico. Cristo no es el Jivan-Atman.
Cristo es el rayo que nos une al Absoluto. Cristo es el Sol Central.
En el Oriente
Cristo es KwanYin (la Voz Melodiosa), Avalokiteswara, Vishnú.
Entre los egipcios
Cristo es Osiris, y todo aquel que lo encarnaba era un Osirificado.
Cristo es el hilo
átmico de los indostaníes.
El Hijo del Hombre
resplandece con toda la potencia de su gloria, en el solemne banquete del
Cordero Pascual.
Samael Aun Weor
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