sábado, 29 de julio de 2017

EL MENSAJE DE ACUARIO Cap 2 y Cap 3

CAPÍTULO II EL PRIMOGÉNITO DE LOS MUERTOS
J
esucristo es el testigo fiel y el primogénito de los muertos y príncipe de los reyes de la tierra, porque él venció a la muerte. "Él nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre sacratísima de Mártir Adorable" (Ap. 1: 5).
El Bendito tiene el maravilloso elixir de larga vida. El regalo de Cupido es una gracia del Altísimo. Los santos maestros de la Muralla Guardiana tienen el maravilloso elixir. Cuando un maestro de compasión renuncia a la dicha inefable del nirvana, por amor a la pobre humanidad doliente, tiene derecho a pedir el regalo de Cupido.
Este elixir de larga vida, es un gas que queda depositado en el fondo vital del organismo humano. Entonces el iniciado clama con gran voz, diciendo: ¡Oh muerte! ¡Huye delante de mis pasos hasta la consumación los siglos! ¡Tú serás mi esclava y yo seré tu señor!

Es sublime la gloria de los grandes misterios y van pasando por nuestro jardín interno y delicado, las sublimes imágenes de todos los Osirificados, entre una luz difusa de oro y de violeta.
Las pruebas funerales del arcano 13 se desenvuelven como una ópera profunda en los grandes misterios arcaicos.
De entre las viejas sepulturas de los antiguos tiempos se levantaron los austeros hierofantes de los grandes misterios.
En la noche aterradora de los siglos, las viejas óperas del arcano 13 resonaban con sus inefables melodías entre las cavernas subterráneas de la tierra.
Conservar el cuerpo joven durante millones de años, y no morir jamás, fue siempre el mayor anhelo de los grandes maestros de la Alkimia.
Nosotros decimos: Mejor es la ancianidad eterna. Un anciano venerable, con el regalo de Cupido está siempre liberado del peligro de caer.
Aquellos que reciben el elixir de larga vida mueren, pero no mueren. El Señor de toda compasión recibió el maravilloso elixir de larga vida; y su cuerpo fue embalsamado para la muerte.
Al tercer día, el Maestro de Suprema Compasión llegóse ante el santo sepulcro, y clamó con gran voz invocando a su cuerpo. Junto con Él estaban los ángeles de la muerte y las santas mujeres.
Ehecatl, Señor del Movimiento, entrando en el santo sepulcro dijo con voz de paraíso: ¡Jesús: levántate con tu cuerpo de entre tu tumba! Ehecatl, ángel del movimiento cósmico, indujo en el cuerpo de Jesús, actividad y movimiento.
Al levantarse el cuerpo, penetró dentro de los mundos suprasensibles. El cuerpo físico de Jesús se sumergió dentro de los mundos internos. Allí lo aguardaban en cuerpo astral, las santas mujeres trayendo drogas aromáticas. Ellas trataron el cuerpo de Jesús con esas drogas. Obedeció el cuerpo órdenes supremas y penetró dentro del cuerpo astral del Maestro por el tope superior de la cabeza sideral.
Así resucitó el Adorable de entre los muertos. El cuerpo abandonó el santo sepulcro y se sumergió dentro de los mundos internos.
Después de la resurrección, Jesús se les apareció a los discípulos de Emaus y cenó con ellos (Lucas 24: 30, 31). Jesús se les apareció también a sus once apóstoles que se hallaban reunidos y les demostró con hechos la tremenda realidad de su resurrección (Juan 20: 19, 20). Las sagradas escrituras dan testimonio de las distintas apariciones del Divino Maestro después de su resurrección.
El cuerpo del Maestro quedó sumergido dentro de los mundos suprasensibles. El cuerpo del Divino Rabí de Galilea entró en estado de "Jinas". Jesús murió pero no murió.
Actualmente vive el maestro en el Shambala del Tibet Oriental. Allí vive con el mismo cuerpo con que resucitó. Junto con él moran en el Shambala otros santos maestros que lograron la resurrección inefable.
El Gran Maestro Zanoni logró la resurrección y se conservó joven durante millones de años. Desgraciadamente perdió la cabeza en la guillotina durante la revolución francesa.
Se cayó por haber tomado mujer. Se enamoró de una joven artista de Nápoles. Ese fue su error.
Un Gran Maestro tártaro, cuyo cuerpo tiene actualmente millones de años de existencia, nos dijo textualmente lo siguiente: "Verdadero Maestro, sólo es aquél que ya ha tragado tierra. Uno, antes de tragar tierra, realmente no es más que un tonto".
El Divino Rabí de Galilea es el primogénito de los muertos. Porque además de haber resucitado de entre los muertos, es el Jefe de las Almas.
El Conde de San Germán posee actualmente el mismo cuerpo físico con el cual se le conoció durante los siglos XVII y XVIII en las regias Cortes de Europa.
Después de la resurrección, el cuerpo físico queda en estado de "Jinas", es decir, sumergido dentro de los mundos suprasensibles. Sin embargo, puede entrar en el mundo físico cada vez que el Maestro así lo quiera.
En estas condiciones tan exaltadas, los Maestros de Perfección sólo viven para guiar la corriente de vida de los innumerables siglos.
Condenados por si mismos a vivir durante millones de años guiando la corriente de los siglos, esos santos inefables son los silenciosos vigilantes de la Muralla Guardiana. Ese muro protector ha sido levantado con la sangre de esos Santos del Bendito. Ese muro protege a la humanidad desde la aurora de la creación.
El sendero secreto está lleno de tormentos infinitos. La senda secreta nos lleva directamente al Absoluto, donde resplandece la Luz Increada.
Jesucristo, el primogénito de los muertos, vive actualmente en el Shambala. Ese país secreto se halla en estado de "Jinas". Ahí tiene el Bendito Adorable su Sagrado Templo.
Resplandece el firmamento oriental con todo el amor del Maestro. Las tímidas florecillas del sendero, que el Santo de los Santos huella sin dañarlas, se estremecen deliciosamente con la perfumada brisa.
El fuego flamígero, las aguas puras de vida, la tierra de suave perfume, el aire impetuoso del Shambala tibetano, están embriagados con la gloria de aquel Adorable que es, y que era y que ha de venir.
El Mahavatara Babají, quien conserva su cuerpo desde hace varios millones de años, prometió Enseñar públicamente la ciencia que nos permite inmortalizar el cuerpo de carne y hueso. Aquí en este libro se entrega esta ciencia. Ha quedado cumplida la promesa del inmortal Babají.

CAPÍTULO III LAS SIETE IGLESIAS
Y
 me volví a ver la voz que hablaba conmigo (el Verbo que hablaba al Apóstol), y vuelto, vi siete candeleros de oro (los siete chacras de la médula espinal, las siete iglesias). Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del Hombre (un Verbo Enseñaba al Apóstol) vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro. Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana, blanca como la nieve; y sus ojos como llamas de fuego. Y sus pies semejantes a latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas (el Verbo, el Logos, suena). Y tenía en su diestra siete estrellas (en el Macrocosmos los siete Espíritus ante el Trono; en el Microcosmos los siete ángeles atómicos que gobiernan los siete chacras o iglesias de la médula espinal). Y de su boca salía una espada aguda de dos filos (la espada flamígera). Y su rostro era como el Sol cuando resplandece en su fuerza. Y cuando yo le vi caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí diciéndome: no temas. "Yo Soy el primero y el último" (nuestro resplandeciente Dragón de Sabiduría es el primero y el último). (Ap. 1: 12-17).
El Bienamado vive y ha sido muerto y he aquí que vive por los siglos de los siglos. "Él tiene las llaves del infierno y de la muerte" (Ap. 1: 18).
Cuando salimos del Edém nos divorciamos de ese Verbo que vive entre las ignotas profundidades de nuestro ser. El Bienamado murió por nosotros, pero he aquí que vive eternamente.
El Bienamado es Hiram asesinado por tres traidores. Es Jesús condenado a muerte por Judas, Caifás y Pilatos. Esos tres traidores constituyen eso que nosotros llamamos el yo, el ego y el mí mismo (Satán). Sebal, el primer traidor de Hiram, es Satán en el cuerpo astral del ser humano. Hortelut, el segundo traidor de Hiram, es Satán en la mente. Stokin, el tercer traidor de Hiram, es el Satán en el alma voluntad.
He aquí al yo en sus tres niveles fundamentales de la conciencia. Este es el príncipe de este mundo, el Dragón negro de tres cabezas que debemos decapitar y disolver.
Estos son los tres rebeldes que llevamos dentro. El demonio del deseo, el demonio de la mente, y el demonio de la mala voluntad. Estos son los tres asesinos del Verbo, "pero he aquí que él vive por todos los siglos de los siglos, Amén".
Él tiene las llaves de nuestros propios infiernos atómicos. "Él tiene las llaves del infierno y de la muerte".
Necesitamos resucitar al Hijo del Hombre dentro de nosotros mismos.
Existen las siete iglesias en el microcosmos-hombre y en el macrocosmos.
El Apocalipsis es el libro del hombre y del universo. Las siete iglesias de nuestra médula espinal resplandecen de felicidad con el fuego sagrado del Espíritu Santo.
Las siete iglesias de nuestra médula espinal son las puertas que nos dan acceso a las siete catedrales gloriosas de los mundos superiores.
Nosotros nos sentimos llenos de mucho temor y temblor místico, cuando vemos la majestuosa catedral de Sardis entre relámpagos, truenos, terremotos, tempestades y grande granizo.
El chacra laríngeo es la puerta que nos da acceso a la gran catedral de Sardis.
La iglesia sublime y terriblemente divina de Laodicea es toda de oro puro. Su cúpula y sus muros son todos labrados en el más puro oro del Espíritu.
El loto de los mil pétalos, la corona resplandeciente de los santos, nos da acceso a la gloriosa catedral de Laodicea, templo que realmente existe en los mundos superiores.
En las siete iglesias de los mundos internos estudiamos los Rituales de la Vida y de la Muerte mientras llega el Oficiante (el Verbo).
Las siete iglesias de la médula espinal están unidas a los siete chacras o plexos nerviosos del sistema nervioso gran simpático por medio de ciertos nervios muy finos.
Las siete iglesias penden como flores de loto del famoso Nadi Chitra. Dentro del canal medular existe el canal de Susumná. Dentro del canal de Susumná está aquel canal al cual llamamos Nadi Chitra. Las siete iglesias penden hermosas y divinas de este precioso canal medular.
La médula espinal es el candelero. A la derecha y a la izquierda están las dos olivas del templo, las dos ramas de olivas que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro. Ese aceite de oro, es el "Ens Seminis".
"Estos dos hijos de aceite son los que están adelante del Señor de toda la tierra" (Zac. 4:14). Estos son los dos testigos (Ida y Pingalá). Este es el par de nervios simpáticos que se enroscan como dos serpientes en la médula espinal. Por ellos sube el aceite de oro puro, hasta el cáliz (cerebro).
Cuando la serpiente de metal despierta, entra en el "canalis centralis" de la médula espinal y va subiendo muy lenta y difícilmente por entre aquel canal medular llamado en la India Brahma Nadi.
Las siete iglesias resplandecen con el fuego abrasador del Espíritu Santo. Conforme el fuego sagrado va subiendo, las siete iglesias devienen abiertas, y se tornan hacia arriba.
Conforme las siete iglesias se abren, despiertan entonces los chacras o plexos simpáticos.
El candelero tiene siete lámparas que son las siete iglesias, y siete canales para las lámparas que están encima de él. Estos siete canales corresponden a los siete grados de poder del fuego.
Todos estos chacras, discos, ruedas magnéticas son los sentidos del cuerpo astral.
Nuestra alma está envuelta en el cuerpo astral. El cuerpo astral tiene su anatomía, fisiología y patología ultra sensibles.
Los sentidos del cuerpo astral y las glándulas endocrinas se hallan en íntima correspondencia: donde quiera haya un plexo nervioso, allí hay un chacra del cuerpo astral.
Dentro del cuerpo astral está la mente, la voluntad, la conciencia, el espíritu, etc.
Con el despertar de las siete iglesias, el cuerpo astral se llena de gloria y de belleza.
Así es como nos transfiguramos y glorificamos totalmente.
Samael Aun Weor


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