Jeú El Kristo, en aquel entonces instruyó a
sus Discípulos sólo hasta las Regiones del Primer Misterio.
Cuando Jeú El Kristo se hubo levantado de la
muerte, sucedió que primero dedicó once años haciendo discursos a sus
Discípulos e instruyéndolos, pero sólo hasta las Regiones del Primer Mandato y
su Primer Misterio, conservando su respectivo velo que es el Veinticuatroavo
Misterio, bajo aquellos mismos principios que se encuentran en el Segundo
Espacio del Primer Misterio, el que fue antes de todos los Misterios y que es
el Padre-Madre en forma de Blanca Paloma.
Es innegable y de majestuosa Verdad afirmar
enfáticamente que Jeú El Kristo, en su condición de Mikael Aun Weor, resucitó
triunfalmente después de su desencarnación en la Cruz, pasando luego a realizar
la suprema labor de ejercitar prioritariamente a sus Discípulos con enseñanza
sólida, para asegurar el cumplimiento de una eficaz misión de salvación en pro
de la humanidad, siendo ejecutada esta dedicación exclusiva de entrenamiento en
absoluta reserva durante once años, período que se corresponde con la
respectiva Carta Metrológica de la Persuasión, relativa a la Misericordia de la
Gran Ley por los Hombres.
Es evidente que en una primera fase, el
Adorable había externado a sus Discípulos la develación del Primer Mandato con
sus correspondientes Misterios, con la firme intención de proceder a volverlos
conscientes y disciplinarlos en la vigilia, lo que permitió a éstos revestirse
de Fe, Esperanza y Amor, preparándose para encarnar futuros cuerpos y así
avanzados, acompañarle en su posterior llegada.
Sin embargo, hasta ahí había mantenido el
velo respecto al misterioso Número 24, que constituye la clara descripción que
define al auténtico Enamorado o Iniciado por su Gran Amor, más allá de las
perjudiciales indecisiones y adulterios, tanto en el aspecto carnal como
doctrinario.
Es justamente en las labores que se realizan
en el Segundo Espacio del Primer Misterio, cuando se procesa la Primigenia
Materia como Mercurio Filosofal en el Laboratorio Alquímico del Iniciado,
logrando así la Luz Íntima para descifrar todos los orígenes y sus respectivos
enigmas, aún aquellos que antecedieron del Invisible como Protocosmos o
Paramateria, siendo comprendidos ya en la materia y en la infinita
manifestación de los espacios, como Pacha Tata (Dios Padre) y Pacha Mama (Diosa
Madre), en simultaneidad armoniosa de acción que se desenvuelve en el Mahátmico
o femenino Macrocosmos de la Creación que constituye el Cero Radical.
A.Z.F., V.M.K. EL TAWA MANÚ
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