PRIMERA PARTE
El Conocimiento de Sí Mismo.
Bueno, vamos a tratar un poco
sobre las inquietudes del espíritu. Ante todo se necesita comprensión creadora.
Lo fundamental en la vida es realmente llegar a conocerse a sí mismo: ¿De dónde venimos, para dónde vamos, cuál es el objeto mismo de la existencia, para qué vivimos?, etc., etc.
Ciertamente aquella frase que se
puso en el templo de Delfos es axiomática: "Noscete Ipsum" : Hombre,
conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses.
Conocerse a sí mismo es lo
fundamental. Todos creen que se conocen a sí mismos y realmente no se conocen.
Así que es necesario llegar al pleno conocimiento de sí mismo.
Esto requiere incesante
auto-observación; lo que necesitamos es vernos tal cual somos. Desafortunadamente
las gentes admiten fácilmente que tienen cuerpo físico, más cuesta trabajo que
comprendan su propia psicología, que la acepten en forma cruda, real. El cuerpo
físico aceptan que lo tienen porque pueden verlo, tocarlo, palparlo, más la
psicología es un poco distinta, un poco diferente. Ciertamente que como no
pueden ver su propia psiquis, no pueden tocarla, no pueden palparla, pues para
ellos es algo que no entienden.
Cuando una persona comienza a
observarse a sí mismo, se mira a sí mismo, nos está indicando que se está
volviendo diferente a los demás.
En las diversas circunstancias de
la vida podemos nosotros auto-descubrirnos. Es de los distintos eventos de la
existencia de los que nosotros podemos sacar el material psíquico necesario
para el despertar de la conciencia.
En relación pues con las personas,
ya sea en el campo, en la casa, en el trabajo, en la escuela, en la calle,
etc., los defectos que llevamos escondidos afloran espontáneamente, y si
estamos alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, entonces los
vemos. Defecto descubierto debe ser trabajado, comprendido en todos los niveles
de la mente.
Si por ejemplo pasamos por una
escena de ira, tenemos que comprender todo lo que sucede. Supongamos que
tuvimos una pequeña riña, tal vez llegamos a un almacén, pedimos algo, el
empleado nos trajo otra cosa que nosotros no habíamos pedido, entonces nos
irritamos. Señor, le decimos, pero si yo le he pedido tal cosa y usted me está
trayendo tal otra, no se da cuenta que estoy de afán y no puedo perder tiempo.
He aquí una pequeña riña, un
pequeño disgusto. Es obvio que necesitamos comprender qué fue lo que pasó.
Si llegamos a casa debemos de inmediato concentrarnos profundamente en el hecho sucedido, y si ahondamos en los motivos profundos que nos hicieron actuar de esa forma y regañar al empleado o al mezo por que no nos trajo lo que habíamos pedido, venimos a descubrir nuestra propia auto importancia, es decir nos venimos a creer auto importantes. Obviamente ha habido en nosotros eso que se llama engreimiento, orgullo, irritabilidad.
Si llegamos a casa debemos de inmediato concentrarnos profundamente en el hecho sucedido, y si ahondamos en los motivos profundos que nos hicieron actuar de esa forma y regañar al empleado o al mezo por que no nos trajo lo que habíamos pedido, venimos a descubrir nuestra propia auto importancia, es decir nos venimos a creer auto importantes. Obviamente ha habido en nosotros eso que se llama engreimiento, orgullo, irritabilidad.
Allí vemos defectos: la
impaciencia es un defecto, el engreimiento es otro defecto, sentirnos muy
importantes he ahí otro defecto, el orgullo, sentirnos muy grandes y ver con
desprecio al mozo que nos estaba sirviendo. Todos esos motivos nos hicieron
portarnos en forma inarmónica.
De paso hemos descubierto varios
yoes que deben ser trabajados, comprendido a fondo lo que es el yo del
engreimiento, habrá de estudiarse a fondo lo que es el yo del orgullo, deberá estudiarse
a fondo, habrá de comprenderse totalmente lo que es el yo de la auto
importancia, habrá de estudiarse a fondo lo que es el yo de la falta de
paciencia, lo que es el yo de la ira, etc. Es un grupo de yoes, cada uno debe
ser comprendido por separado, analizado, estudiado.
Tenemos que aceptar que detrás de
ese insignificante suceso, se esconden un grupo de yoes. Hay que estudiarlos a
cada uno por separado, y que esos naturalmente están activos, hay que
estudiarlos a cada uno por separado, dentro de cada uno de ellos está
embotellada la Esencia, es decir la Conciencia, entonces hay que
desintegrarlos, aniquilarlos, reducirlos a polvareda cósmica.
Para desintegrarlos tendremos que
concentrarnos en la Divina Madre Kundalini, suplicarle, rogarle, los reduzca a
polvo.
Pero primero hay que comprender un
defecto, pongamos la ira, y luego después de haberlo comprendido, entonces
rogarle a la Divina Madre Kundalini, la elimine. Después hay que comprender la
impaciencia, suplicarle a ella elimine tal error, después comprender la
auto-importancia, porqué nos creemos importantes, si nosotros no somos más que
unos míseros gusanos del lodo de la tierra, en qué basamos nuestra
auto-importancia, porque nada somos, cada uno de nosotros no es más que un vil
gusano del lodo de la tierra, en qué basamos nuestra auto - importancia, en qué
la fundamentamos.
Realmente que no hay basamento
para nuestra auto importancia, porque nada somos, cada uno de nosotros no es
más que un vil gusano del lodo de la tierra.
¿Qué somos ante el infinito, ante
la galaxia en que vivimos, ante esos millones de mundos que pueblan el espacio
infinito?
¿Porqué sentirnos
auto-importantes?
Así, analizando cada uno de
nuestros defectos los vamos comprendiendo, y defecto que vayamos comprendiendo
debe ser eliminado con la ayuda de nuestra Divina Madre Kundalini.
Es obvio que habrá que suplicarle
a ella, que habrá que rogarle, elimine el defecto que uno vaya comprendiendo.
En una escena pues, toman parte varios yoes.
Pongamos otra escena, una de
celos, por ejemplo. Incuestionablemente es grave eso también, existen varios
yoes.
Un hombre encuentra de pronto que
su mujer está hablando con otro hombre, en forma muy quedito. ¿Qué quiere decir
eso? Sentirá celos, le formará pelea a la mujer, es claro, pero si observamos
esa escena, allí hubo celos, ira, amor propio, varios yoes, pues el yo de amor
propio se sintió herido, los celos entraron en actividad, la ira también.
Cualquier escena, cualquier acontecimiento, cualquier evento debe servirnos de
base para el auto-descubrimiento.
En cualquier evento venimos a
descubrir que tenemos dentro de nosotros mismos varios yoes, eso es obvio. Se
necesita que nosotros estemos alertas y vigilantes, como el vigía en época de
guerra. Es indispensable el estado de alerta percepción, alerta novedad.
Si no procedemos en esta forma la
Conciencia continuará metida dentro de los agregados psíquicos que en nuestro
interior cargamos y no despertaría jamás.
Tenemos que comprender que estamos
dormidos. Si la gente estuviera despierta podría ver, tocar y palpar las
grandes realidades de los mundos superiores. Si las gentes estuvieran
despiertas recordarían sus vidas pasadas. Si las gentes estuvieran despiertas
verían la tierra como es.
Actualmente, no están viendo la
tierra tal como es. Las gentes de la Lemuria veían el mundo como es, sabían que
el mundo tiene nueve dimensiones por todo, y veían las 7 fundamentales y veían
al mundo en forma multidimensional. En el fuego percibían las salamandras o
criaturas del fuego; en las aguas percibían a las criaturas acuáticas, a las
ondinas y nereidas; en el aire era claro para ellos los silfos; y dentro del
elemento tierra veían a los Gnomos.
Cuando levantaban los ojos hacia
el infinito podían percibir a otras humanidades planetarias, los planetas del
espacio eran visibles para los antiguos en forma distinta. Veían el aura de los
planetas y también podían percibir a los genios planetarios. Pero cuando la
Conciencia humana quedó enfrascada entre todos esos yoes o elementos
indeseables que constituyen el Ego. El mí mismo, el Yo mismo, entonces la
Conciencia se durmió. Ahora se procesa en virtud de su propio embotellamiento.
En tiempos de la Lemuria cualquier
persona podía ver por lo menos la mitad de un Honstapagnos (un Honstapagnos
equivale a cinco millones y medio de tonalidades del color). Cuando la
Conciencia quedó metida entre el Ego, los sentidos degeneraron.
En la Atlántida ya solo se podía percibir un tercio de las tonalidades del color. Y ahora apenas si se perciben los 7 colores del espectro solar y unas pocas tonalidades.
En la Atlántida ya solo se podía percibir un tercio de las tonalidades del color. Y ahora apenas si se perciben los 7 colores del espectro solar y unas pocas tonalidades.
Las gentes de la Lemuria eran
diferentes, para ellos las montañas tenían alta vida espiritual, los ríos para
ellos eran los cuerpos de los dioses, la tierra entera era perceptible para
ellos, como un gran organismo viviente. Eran otro tipo de gentes, distintas.
Ahora desgraciadamente la humanidad está en un estado de caducidad. Si no nos preocupamos nosotros por auto-descubrirnos por conocernos mejor, continuaremos con la Conciencia dormida, metida entre todos los yoes que llevamos en nuestro interior.
Ahora desgraciadamente la humanidad está en un estado de caducidad. Si no nos preocupamos nosotros por auto-descubrirnos por conocernos mejor, continuaremos con la Conciencia dormida, metida entre todos los yoes que llevamos en nuestro interior.
Los psicólogos normalmente creen
que tenemos un solo Yo y nada más. En Gnosis se piensa diferente. En Gnosis
sabemos que la ira es un yo, que la codicia es otro yo, que la envidia es otro
yo, que la gula es otro yo, etc., etc., etc.
Virgilio, el poeta de Montua, el
autor de la Eneida, decía que aunque tuviéramos mil lenguas para hablar y
paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar nuestros defectos cabalmente. Son
tantos. ¿Y dónde vamos a descubrirlos?
Solamente en el terreno de la vida
práctica se hace posible el auto-descubrimiento. Cualquier escena callejera es
suficiente para saber cuántos yoes entraron en actividad.
Cualquier yo que entre en
actividad hay necesidad de trabajarlo, para comprenderlo y desintegrarlo, sólo
por ese camino se hace posible liberar la Conciencia, sólo por ese camino se
hace posible el despertar.
A nosotros nos debe interesar
primero que todo el despertar, porque mientras continuemos así como estamos,
dormidos, ¿qué podemos saber de lo Real, de la Verdad? Para llegar uno a
conocer a fondo los misterios de la vida y de la muerte se necesita
indispensablemente despertar. Es posible despertar si uno se lo propone. No es
posible despertar si la Conciencia continúa embotellada dentro de todos esos
yoes.
Vivimos dentro de un mecanismo
bastante complicado, la vida se ha vuelto profundamente mecanicista en un 100
%.
La ley de recurrencia es terrible, todo se repite, la vida podemos compararla a una rueda que está girando incesantemente sobre sí misma. Pasan los acontecimientos una y otra vez, siempre repitiéndose.
La ley de recurrencia es terrible, todo se repite, la vida podemos compararla a una rueda que está girando incesantemente sobre sí misma. Pasan los acontecimientos una y otra vez, siempre repitiéndose.
En realidad de verdad nunca hay
una solución final para los problemas, cada cual carga los problemas, la
solución final en realidad de verdad no existe. Si hubiera una solución final
para los problemas que uno tiene en la vida, esto significaría que la vida no
sería vida sino muerte.
Así pues que la solución final no
se conoce. Gira la rueda de la vida, siempre pasando los mismos
acontecimientos, repitiéndose en forma más o menos modificada, más o menos alta
o baja, pero repitiéndolos. Llegar a la solución final y pedir que la
repetición de eventos o circunstancias no sigan es algo más que imposible,
entonces lo único que tenemos que aprender es saber cómo vamos a reaccionar
ante las distintas circunstancias de la vida.
Si siempre reaccionamos de la
misma forma, si siempre reaccionamos con violencia, si siempre reaccionamos con
lujuria, si siempre reaccionamos con codicia ante los hechos diversos que se
repiten una y otra vez en cada existencia humana, pues no cambiaríamos nunca,
porque los acontecimientos que ustedes están viviendo actualmente ya los
vivieron en la pasada existencia.
Esto significa que por ejemplo si
ahora están ustedes sentados escuchándome, en la pasada existencia también
estuvieron escuchándome, no será aquí mismo en esta casa, pero sí en cualquier
lugar de la ciudad.
Así también en la antepasada
estuvieron sentados escuchándome, en la tras-pasada, estuvieron sentados
escuchándome y yo estuve hablándoles a ustedes, es decir, siempre esta rueda de
la vida está girando y los acontecimientos van pasando, siempre son los mismos.
Así pues es imposible impedir que los acontecimientos dejen de repetirse. Lo
único que podemos hacer es cambiar nuestra actitud hacia los acontecimientos de
la vida.
Si nosotros aprendemos a no
reaccionar ante ningún impacto proveniente del mundo exterior, si aprendemos a
ser serenos, impasibles, entonces lo que sucederá es que nosotros podremos
evitar que los acontecimientos produzcan en nosotros los mismos resultados.
Vamos a ver, por ejemplo, en una
pasada existencia sobre un acontecimiento que cité en mi libro titulado:
"El Misterio del Áureo Florecer", de aquella existencia en la que me
llamé Juan Conrado, Tercer Gran Señor de la Provincia de Granada, en la antigua
España, en la época de la inquisición, cuando el inquisidor Tomás de Torquemada
hacía desastres en toda Europa. Quemaba viva a la gente en la hoguera.
Ciertamente había yo llegado a él
con el propósito de pedir amonestación cristiana para alguien, tratábase de un
Conde que me zahería constantemente con sus palabras, que hacía mofa de mí,
etc.
En aquella época andaba yo de
Bodisattwa caído y por cierto no era una mansa oveja, el Ego estaba bien
revivido, pero quería evitar un nuevo duelo, no por temor si no porque ya
estaba cansado de tantos duelos, y llegué muy temprano hasta la puerta de la
inquisición.
Un monje está ahí en la puerta. Me
dijo: "Que milagro verlo por aquí señor Marquéz." Le dije:
"Muchas gracias su reverencia, vengo a solicitarle una audiencia con el
señor Inquisidor, Monseñor Tomás de Torquemada". "Imposible - dijo -
hoy hay muchas visitas, sin embargo voy a tratar de conseguir para usted la
audiencia". "Muchas gracias -le dije- su reverencia", para
adaptarme a todos los convenios de aquella época, en realidad de verdad tenía
que adaptarse uno, o de lo contrario se le ponía grave la cosa.
En todo caso el monje aquel
desapareció como por encanto y aguardé pacientemente a que regresara. Ya de
regreso me dice: "Está conseguida para usted la audiencia, señor Marqués,
puede pasar".
Y pasé, atravesé un patio y llegué
a un gran salón que estaba en tinieblas y pasé a otro salón que también estaba
en tinieblas y por último a un tercer salón que estaba iluminado por una
lámpara. La lámpara estaba colocada sobre una mesa, ante la mesa se hallaba
sentado el Inquisidor Tomás de Torquemada, nada menos que el gran Inquisidor,
un ser pues cruel, sobre su pecho caía una gran cruz. Se encontraba en un
estado aparentemente beatífico, con las manos puestas sobre el pecho, al verme
no más que saludarle con todas las reverencias de la época. Me dijo:
"Siéntese, Ud. Señor Marqués, ¿qué lo trae a usted por aquí?"
Entonces dije: "Vengo a solicitar una amonestación cristiana para el Conde
Fulano de Tal y Tal y cincuenta mil nombres y apellidos, que lanza sátiras
contra mí, sus burlas, sus mofas y no tengo ganas de otro duelo, quiero evitar
un nuevo duelo".
"Pero no se preocupe usted señor Marquéz - me respondió - ya tenemos muchas quejas contra este condesito aquí en la casa inquisitorial, vamos a hacerle aprehender, lo llevaremos a la torre del martirio, le meteremos los pies sobre carbones encendidos, le quemaremos bien los pies para que sufra, le levantaremos las uñas, lo torturaremos y después lo llevaremos a la plaza pública y lo quemaremos en la hoguera".
"Pero no se preocupe usted señor Marquéz - me respondió - ya tenemos muchas quejas contra este condesito aquí en la casa inquisitorial, vamos a hacerle aprehender, lo llevaremos a la torre del martirio, le meteremos los pies sobre carbones encendidos, le quemaremos bien los pies para que sufra, le levantaremos las uñas, lo torturaremos y después lo llevaremos a la plaza pública y lo quemaremos en la hoguera".
Bueno, yo no había pensado ir tan
lejos, únicamente iba a pedir una amonestación cristiana. Claro, quedé perplejo
al escuchar a Torquemada hablando en esa forma y verlo con las manos puestas
sobre el pecho en actitud beatífica. Aquello me causó horror, no pude menos que
manifestar mi descontento al decirle:"Ud. Es un perverso, yo no he venido
a pedirle que queme vivo a nadie, ni que venga Ud. a torturar a nadie,
únicamente he venido a pedirle una amonestación cristiana y eso es todo, ahora
se dará cuenta que no estoy de acuerdo con su secta", y en fin pronuncié
unas cuantas palabras y unos cuantos gritos que por ahora me reservo, en un
lenguaje un poquito altisonante. Motivo más que suficiente para que aquel alto
dignatario de la inquisición dijera: "Con que esas tenemos, señor
Marqués". Hizo sonar una campana y apareció un grupo de caballeros armados
hasta los dientes, se puso de pie aquel caballero del Santo Oficio y ordenó a
los caballeros aquellos diciendo: "Prended a este hombre". "Un
momento caballeros -dije- recordad las reglas de la caballería".
En aquella época las reglas de la
caballería eran respetables, respetabilísimas por todo el mundo. "Dadme
una espada", -les dije al estilo de los Gachupiños- y me batiré con cada
uno de vosotros ". Era ni más ni menos, que un Gachupín, nos encontrábamos
reencarnados en plena Edad Media, en época de Torquemada. Un caballero me
entrega una espada, yo la recibo, luego da un paso hacia atrás y me dice:
"En guardia" y le respondí "Siempre estoy!" y nos trabamos
en lid.
No se oían sino golpes de espadas,
parecía que esas espadas al golpearse unas con otras lanzaban chispas. Aquel
caballero era muy hábil con la esgrima, pues manejaba las armas a la maravilla.
Yo tampoco era una mansa oveja, claro está que no.
Total que el duelo fue muy grave,
no me faltaba más que hacer una de mis mejores estocadas para salir victorioso,
pero los otros caballeros estaban viendo el asunto, se dieron cuenta que su
compañero iba directo al panteón y claro que me cayeron en pandilla. Más llegó
un momento en que el brazo derecho se me cansó, ya no podía con el peso de la
espada ante tal lucha...
Querían quemarme vivo. Ahí tenían un poco de leña al pie de un poste de acero. Me encadenaron en aquel poste, prendieron fuego a la leña y a los pocos segundos estaba ardiendo como tea encendida. Sentí gran dolor en las carnes, veía cómo mi cuerpo físico se quemaba hasta quedar reducido todo a cenizas.
Querían quemarme vivo. Ahí tenían un poco de leña al pie de un poste de acero. Me encadenaron en aquel poste, prendieron fuego a la leña y a los pocos segundos estaba ardiendo como tea encendida. Sentí gran dolor en las carnes, veía cómo mi cuerpo físico se quemaba hasta quedar reducido todo a cenizas.
Quise dar y di un paso, sentí que
aquel dolor supremo se convertía en felicidad. Entendí que más allá del dolor
existía la felicidad, el dolor humano por más grande que sea tiene un límite.
Una lluvia bienhechora comenzó a caer sobre mí. Total, salí de aquel palacio
caminando despacito, despacito. De manera que ya había desencarnado, el cuerpo
físico pereció en la hoguera de la Inquisición...
Hoy por ejemplo, al repetirse un
evento de esos en mi vida, estoy seguro que ya no iría a una hoguera, ni a un
panteón, ni algo por el estilo. ¿Por qué? Porque hoy al no tener ya esos yoes
de la ira, de la impaciencia, escucharía al inquisidor serenamente, impasible,
comprendería el estado en que se encuentra, guardaría un silencio total,
ninguna reacción saldría de mí. Como resultado no pasaría eso, es claro, podría
salir tranquilo, sin problemas.
De manera que los problemas en
realidad de verdad los forma el Ego. Si en aquella ocasión no hubiera
reaccionado de esa forma contra el Santo Oficio, como así le llamaban, contra
la inquisición, etc., etc., pues es obvio que no habría desencarnado en esa
forma. Esto no significa cobardía, sino sencillamente habría permanecido
impasible, sereno, luego habría dado la espalda y me habría retirado sin
problemas.
Sólo queda un punto en discusión:
el condesito aquel habría sido aprehendido, quemado vivo en la hoguera y se me
podía echar la culpa a mi. No, porque habría tenido el valor de informarle eso
al Conde, aunque aquel Conde se habría llenado de tremenda ira contra mí, pero
habría salvado su existencia, tal vez hasta el hombre habría quedado
agradecido. Es decir, circunstancias tan fatales no habrían sucedido, si el Ego
hubiera sido desintegrado, pero desgraciadamente tenía un Ego muy desarrollado
y esos son los problemas que forma el Ego.
Cuando uno no tiene ego esos
problemas no se suceden. Pueda que las circunstancias se repitan, pero ya no
suceden, ya no vienen esos problemas.
La cruda realidad es que los
eventos pueden estarse repitiendo, pero lo que nosotros tenemos que modificar
es nuestra actitud hacia los eventos. Si nuestra actitud es negativa, pues nos
creamos gravísimos problemas, eso es obvio. Necesitamos pues cambiar nuestra
actitud hacia la existencia, pero uno no puede cambiar su actitud hacia la vida
si no elimina aquellos elementos perjudiciales que lleva en su psiquis.
La ira, por ejemplo, cuántos
problemas le trae a uno. La lujuria cuántos problemas le trae. Los celos, cuán
nefasto son. La envidia cuántos inconvenientes le proporciona a uno.
Uno tiene que cambiar su actitud
ante las distintas circunstancias de la vida, éstas se repiten, con uno o sin
uno, pero se repiten.
Lo que importa es que uno cambie su actitud ante las distintas circunstancias de la vida. Es decir, necesitamos nosotros auto-conocernos profundamente. Y si nos auto conocemos descubrimos nuestros errores. Y si despertamos venimos a experimentar eso que no es del tiempo, eso que es la verdad.
Lo que importa es que uno cambie su actitud ante las distintas circunstancias de la vida. Es decir, necesitamos nosotros auto-conocernos profundamente. Y si nos auto conocemos descubrimos nuestros errores. Y si despertamos venimos a experimentar eso que no es del tiempo, eso que es la verdad.
Pero mientras nosotros continuemos
con la conciencia dormida, embotellada dentro del ego, entre los yoes,
obviamente no sabremos nada de los misterios de la vida y de la muerte. No
podemos así mismo experimentar lo real, viviremos en la ignorancia.
Se hace pues urgente, inaplazable
cumplir con la máxima de Tales de Mileto: "Gnocete ipsum", Hombre,
conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses. Todas las leyes de
la naturaleza están dentro de uno mismo y si uno no las descubre dentro de uno
mismo, tampoco las puede descubrir fuera de si mismo.
El hombre está contenido en el
Universo y el Universo está contenido en el hombre. Así pues, el Universo está
dentro de uno. Si no descubrimos al Universo dentro de nosotros mismos, tampoco
lo descubrimos fuera de si mismo, eso es obvio.
Existen dentro de nosotros posibilidades extraordinarias, pero ante todo debemos partir del principio "Gnocete Ipsum": Hombre Conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses.
Existen dentro de nosotros posibilidades extraordinarias, pero ante todo debemos partir del principio "Gnocete Ipsum": Hombre Conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses.
La personalidad o la falsa
personalidad, por ejemplo, es óbice para la verdadera felicidad. Todo ser
humano tiene una falsa personalidad, que está formada por el engreimiento, por
la vanidad, por el orgullo, por el temor, por el egoísmo, por la ira, por la
auto-importancia, por el auto-sentimentalismo, etc.
La falsa personalidad es
verdaderamente problemática, está dominada por todo ese tipo de yoes que he
enumerado. Mientras uno posea la falsa personalidad en modo alguno habrá de
conocer la real felicidad. Si uno quiere ser feliz, y todos tenemos derecho a
la felicidad, tiene que empezar por eliminar la falsa personalidad. Pero para
poder eliminar la falsa personalidad tiene uno que eliminar los yoes que la
caracterizan, los que he enumerado.
Eliminados todos esos yoes,
entonces todo cambia, se crea en nuestra Conciencia un centro de gravedad
continuo y deviene un estado de felicidad extraordinaria, pero mientras exista
la falsa personalidad la felicidad no es posible. Debemos tener en cuenta todo
eso si es que realmente anhelamos algún día ser felices.
Incuestionablemente lo más
importante en la vida práctica viene a ser precisamente cristalizar en la
humana personalidad eso que se denomina alma.
¿Que se entiende por alma? Todo
ese conjunto de poderes, fuerzas, esas virtudes, facultades del Ser. Si uno
elimina, por ejemplo, el yo de la ira, en su reemplazo cristalizará en nuestra
humana persona la virtud de la serenidad, de la paciencia. Si uno elimina el defecto
del egoísmo, en su reemplazo cristalizará en nosotros la virtud maravillosa del
altruismo. Si uno elimina el defecto de la lujuria, en su reemplazo
cristalizará en nuestra alma la virtud extraordinaria de la castidad. Si uno
elimina de su naturaleza el odio, en su reemplazo cristalizará en nuestra
personalidad el amor. Si uno elimina el defecto de la envidia, en su reemplazo
cristalizará en la humana personalidad la alegría por el deber ajeno, la
filantropía, etc.
Así que es necesario comprender
que hay necesidad de eliminar los elementos indeseables de nuestra psiquis para
cristalizar en nuestra humana persona eso que se llama alma: Un conjunto de
fuerzas, de atributos, de virtudes, de poderes cósmicos, etc.
Sin embargo, he de decir que no todo es intelecto, el intelecto es útil cuando está al servicio del espíritu. Incuestionablemente debemos pasar por grandes crisis emocionales si es que queremos nosotros cristalizar alma en sí mismos. Si el agua no hierve a 100 grados centígrados no cristaliza lo que hay que cristalizar y no se elimina lo que hay que eliminar. Así también, si no pasamos por grave crisis emocionales, pues no cristalizará en nosotros eso que se llama alma, no se eliminará en nosotros eso que se debe eliminar.
Sin embargo, he de decir que no todo es intelecto, el intelecto es útil cuando está al servicio del espíritu. Incuestionablemente debemos pasar por grandes crisis emocionales si es que queremos nosotros cristalizar alma en sí mismos. Si el agua no hierve a 100 grados centígrados no cristaliza lo que hay que cristalizar y no se elimina lo que hay que eliminar. Así también, si no pasamos por grave crisis emocionales, pues no cristalizará en nosotros eso que se llama alma, no se eliminará en nosotros eso que se debe eliminar.
Así ha sido siempre. Cuando el
alma cristaliza completamente en uno, hasta el mismo cuerpo físico se convierte
en alma.
Jesús de Nazareth, el Gran Kabir, habló claro sobre eso, dijo: "En paciencia poseeréis vuestras almas", las gentes no poseen un alma, el alma los posee. El alma de cada persona sufre cargando con un fardo abrumador: la persona. Poseer el alma es muy distinto, pero escrito está: "En paciencia poseeréis vuestras almas".
Jesús de Nazareth, el Gran Kabir, habló claro sobre eso, dijo: "En paciencia poseeréis vuestras almas", las gentes no poseen un alma, el alma los posee. El alma de cada persona sufre cargando con un fardo abrumador: la persona. Poseer el alma es muy distinto, pero escrito está: "En paciencia poseeréis vuestras almas".
Hay yoes muy difíciles de
eliminar, defectos terribles, yoes que están en relación con la ley del Karma.
Cuando se llega a eso parece como si nos detuviéramos en el avance, y
obviamente que sí. Más con infinita paciencia, al fin se consigue la
eliminación de esos yoes. La paciencia y la serenidad son facultades
extraordinarias, virtudes magníficas, necesarias para avanzar en este camino de
la transformación radical.
En mi libro "Las Tres
Montañas" hablo claramente sobre la paciencia y la serenidad. Un día
estando en el Monasterio, aguardábamos un grupo de hermanos impacientemente al
Abad, al Hierofante, más este tardaba y pasaban las horas y éste tardaba. Todos
estaban preocupados, habían allí algunos maestros. Maestros, claro, muy
respetabilísimos, pero llenos de impaciencia, se paseaban dentro del salón,
iban, venían, se jalaban el cabello, se rascaban la cabeza, se halaban las
barbas, impacientes. Yo permanecía tranquilo, sereno, paciente aguardaba,
únicamente me causaba curiosidad esos hermanitos impacientes. Al fin después de
varias horas se presentó el Maestro, y dirigiéndose a todos les dijo: "A ustedes
les faltan dos virtudes que éste hermano tiene", y me señaló a mí. Luego
dirigiéndose a mí me dice: "Dígales usted, hermano, cuáles son esas dos
virtudes". Entonces yo me puse de pie y dije: "Hay que saber ser
pacientes, hay que saber ser serenos". Todos quedaron perplejos. En
seguida el Maestro trajo una naranja, símbolo de esperanza, y me la entregó,
aprobándome. Quedé aprobado para entrar en la Segunda Montaña, que es la de la
Resurrección. Los otros, los impacientes, quedaron aplazados.
Se me citó después en otro
Monasterio para firmar algunos papeles que tenía que firmar, y así lo hice. Más
tarde se me entregaron ciertas instrucciones esotéricas y se me admitió pues en
loes estudios de la Segunda Montaña, y aquellos compañeros hasta ahora todavía
están luchando por lograr la paciencia y la serenidad, pues no la tienen.
Vean pues lo importante que es ser
paciente, ser sereno. Así pues cuando uno está trabajando en la disolución de
un yo y por nada de la vida consigue disolverlo porque es muy difícil, porque
hay yoes así que se relacionan con las leyes el Karma, no le queda a uno más
remedio que multiplicar la paciencia y la serenidad hasta triunfar, pero muchos
son impacientes, quieren eliminar tal o cual yo, de inmediato, sin pagar el
precio correspondiente, y eso es absurdo. En el trabajo sobre uno mismo se
necesita multiplicar la paciencia hasta el infinito, y la serenidad hasta el
colmo de los colmos. Quien no sabe tener paciencia, quien no sabe ser sereno,
fracasa en el camino esotérico.
Obsérvense ustedes en la vida
práctica: ¿Son impacientes?, ¿saben permanecer serenos en el momento preciso?
Si no tienen esas dos preciosas virtudes, pues hay que trabajar para
conseguirlas. ¿Cómo? Eliminando los yoes de la impaciencia y eliminando los
yoes de la falta de serenidad, del enojo. Loes yoes del enojo, de la ira, que
son los que no permiten la serenidad.
¿Qué es lo que buscamos a la larga nosotros con todo esto? Pues cambiar, cambiar totalmente, pues así como estamos incuestionablemente, lo único que hacemos es sufrir, amargarnos la vida. Cualquiera puede hacernos sufrir a nosotros; basta que nos toque una fibra del corazón para que ya estemos sufriendo. Si nos dicen una palabra dura sufrimos, si nos dan unas palmaditas en el hombro y unas palabras dulces, nos alegramos. Así somos de débiles.
¿Qué es lo que buscamos a la larga nosotros con todo esto? Pues cambiar, cambiar totalmente, pues así como estamos incuestionablemente, lo único que hacemos es sufrir, amargarnos la vida. Cualquiera puede hacernos sufrir a nosotros; basta que nos toque una fibra del corazón para que ya estemos sufriendo. Si nos dicen una palabra dura sufrimos, si nos dan unas palmaditas en el hombro y unas palabras dulces, nos alegramos. Así somos de débiles.
Nuestros procesos psicológicos no
dependen de nosotros, mejor dicho, no tenemos nosotros poder sobre nuestros
procesos psicológicos. Cualquiera puede manejarnos nuestra psiquis.
¿Quieren ver ustedes una persona
enojada? Pues díganle una palabra dura y la verán enojada. Luego, ¿quieren
verla contenta? Denle una palmadita en el hombro y luego unas palabras dulces y
ya cambia, ya está contenta. Qué fácil es, cualquiera juega con las psiquis de
los demás. Qué débiles son estas criaturas. Se trata pues de cambiar, de que
todo esto que tenemos de débil sea eliminado, hasta nuestra misma identidad
personal debe perderse para nosotros mismos. Esto quiere decir que el cambio
debe ser radical, pues hasta nuestra misma identidad personal, soy Fulano de
Tal, Equis, Equis, debe perderse para sí mismos. Llegará el día en que nos
encontremos a nuestra misma identidad personal.
Se trata de convertirnos en algo
distinto, en algo diferente. Obviamente hasta la misma identidad personal debe
perderse. Tratamos de convertirnos en criaturas distintas, criaturas felices,
seres dichosos y tenemos derecho a la felicidad. Pero si no nos esforzamos,
¿cómo vamos a cambiar?, ¿de qué manera? He aquí lo grave.
Lo más importante es pues no
identificarnos con las circunstancias de la existencia. La vida es como una
película y es de hecho una película, que tiene un principio y tiene un fin.
Distintas escenas van pasando por la pantalla de la mente. El error más grave
de nosotros consiste en identificarnos con esas escenas. ¿Por qué? Porque
pasan, sencillamente porque pasan, son escenas de una gran aventura y al fin
pasan. Afortunadamente en el camino de la vida tomé como lema eso, no
identificarse uno con las circunstancias diferentes de la vida.
Me viene a la memoria casos de la
niñez. Como quiera que mis padres terrenales se habían divorciado, nos tocaba a
nosotros los hermanos de una gran familia sufrir, habíamos quedado nosotros con
el jefe de la familia y se nos prohibía pues visitar a la jefa o sea a nuestra
madre terrenal. Sin embargo nosotros no éramos tan ingratos como para olvidar a
la jefa, nos escapábamos de casa con un hermanito menor que me seguía. Ibamos a
visitarla y luego regresábamos a casa a donde el jefe. Más mi hermano sufría
mucho, pues al regreso se cansaba porque era muy pequeño y yo tenía que
cargarlo sobre mis espaldas y lloraba aquél amargamente y decía: "Ahora al
regresar a casa el jefe nos va a azotar, el jefe nos va dar azotes y de
palos". Yo le respondía diciendo: "¿Por qué lloras? Todo pasa,
acuérdate que todo pasa". Cuando llegábamos a casa ciertamente nos
aguardaba el jefe lleno de grande ira y nos daba de latigazos. Posteriormente
nosotros nos internábamos en nuestra recámara a dormir, pero al acostarnos yo
le decía a mi hermano: "¿Te fijas?, ya pasó, ¿te convences que todo pasa?
" Eso el jefe lo alcanzó a oír cuando a mi hermano le decía que todo pasa,
eso ya pasó. Y claro el jefe era bastante iracundo, empuñó de nuevo el látigo
terrible que traía, penetró en la recámara de nosotros diciendo: "Conque
todo pasa, sinvergüenzas", y luego otra azotaína más terrible nos dio,
retirándose después al parecer muy tranquilo por habernos azotado. Y un poquito
más quedito le decía a mi hermano: " ¿Te fijas? Eso también pasó", es
decir, nunca me identificaba con esas escenas y tomé como lema en la vida jamás
identificarme con las circunstancias, con los eventos, con los acontecimientos,
porque sé que esas escenas van pasando.
Tanto que uno se preocupa porque
tiene un problema, que no halla cómo resolverlo, y después ya pasa y viene otra
escena completamente distinta. Entonces para qué se preocupó, si tenía que
pasar, con qué objeto se preocupó.
Cuando uno se identifica con los
distintos eventos de la vida, comete muchos errores. Si uno se identifica con
una copa de licor que le está ofreciendo un grupo de amigos, pues resulta
borracho. Pues si uno se identifica con una persona del sexo opuesto en un
momento dado, pues resulta fornicando. Si uno se identifica con un insultador
que le está hiriendo a uno con la palabra, resulta también uno insultando. A
ustedes le parece cuerdo que a uno de nosotros que somos aparentemente serios
resultemos insultando, ¿ustedes creen que eso estaría bien?.
Si uno se identifica con una
escena de puro sentimentalismo llorón donde todos están llorando amargamente,
pues uno también resulta con sus buenas lágrimas. ¿Ustedes creen que eso
estaría correcto?, que otros nos pongan a llorar así porque les dio la gana.
Esto que estoy diciéndoles a
ustedes es indispensable, si es que ustedes quieren autodescubrirse. Si uno se
identifica completamente con una escena, pues se ha olvidado de sí mismo, se ha
olvidado del trabajo que está haciendo, entonces está perdiendo el tiempo
tontamente. Las gentes se olvidan de sí mismas completamente, se olvidan de su
propio Ser Interior Profundo, porque se identifican con las circunstancias.
Normalmente las gentes andan
dormidas, por eso están identificadas con las circunstancias que les rodean y
cada cual tiene su cancioncita psicológica, como decía en mi libro
"Psicología Revolucionaria". De pronto se encuentra uno a alguien que
le dice: "Yo tuve en la vida que hacer esto y esto y esto, me robaron, fui
un hombre rico, tuve dinero, me estafaron, Fulano de Tal fue el malvado que me
estafó". Y tal es su canción psicológica que diez años después encuentra
uno al mismo sujeto y vuelve a cantarle la misma canción, a los veinte años le
encuentra y vuelve a narrarle la misma canción. Esa es su canción psicológica,
quedó identificado por ese evento para el resto de su vida.
En esas circunstancias, cómo va
uno a disolver el Ego, de qué manera, si lo está fortificando al identificarse,
así fortifica los yoes. Si uno se identifica con una trifulca resulta también
uno dando puñetazos. Me viene a la memoria un caso por ahí de un boxeo, un
campeón peleando contra otro de E.E. UU. Y al final todos los espectadores
terminaron dándose golpes unos con otros, perfectamente locos, todos resultaron
boxeadores.
Observen ustedes lo que es la
identificación. He visto de pronto a una dama viendo una película donde los
actores lloran, lloro fingido, claro está, pero aquella dama que está
contemplándola película resulta llorando también terriblemente, en estado de
angustia espantosa. Vean ustedes lo que es la identificación, esa pobre mujer
se ha identificado con esa película, pues ha creado al héroe de la película o a
la heroína. Un nuevo yo ha creado dentro de sí misma, ese nuevo yo se ha robado
parte de su conciencia, de manera que ahora esa persona está más dormida. ¿Por
qué? Por la identificación.
En cierta ocasión se me ocurrió ir
a un cine, hace muchísimos años, la película pues estaba muy romántica, un par
de enamorados que se querían, que se adoraban y yo muy interesado en ver aquel
par de enamorados, esas poses, esas palabras... Qué miradas!... Yo encantado
mirándoles ahí, al fin terminó la tal película y yo muy tranquilo me fui a la
casa. Ya estando en casa sentí sueño y me acosté, entonces esa noche fui a dar
al mundo de la mente, ahí me encontré una mujer como aquella que yo había
admirado en la película, estaba hasta guapita y estaba frente a frente a mí, me
senté con ella en una mesa a tomar algún refresco. Vinieron las dulces palabras
muy semejantes a las de la película, por cierto. Conclusión: bueno, no llegué
hasta la cópula química ni nada por el estilo, pero no faltaron besos, los
abrazos, las caricias, las ternuras y cincuenta mil cosas por el estilo.
Les estoy narrando una historia de
hace veinte años, no es de ahora, porque ahora no voy a cines, pero en aquella
época si iba a algún cine. Conclusión: la escena no estaba muy buena, un
poquito erótica. De pronto cambió el panorama y descendí del mundo de la mente
al mundo astral, son dos mundos diferentes. Al llegar al mundo astral me
encontraba dentro de un gran templo y pude verificar que un Maestro me había
estado analizando. Claro, en mi interior me dije: "Metí la pata". Me
retiré unos pocos pasos a aguardar a ver qué sucedía y de pronto el Maestro
aquel me envió un papel con el guardián del templo. Leí el papel y decía:
"Retírese usted inmediatamente de este Templo, pero con INRI" (INRI
es conservando el fuego) puesto que no había fornicado, no pasaba de las
ternuras.
Bueno, total que entonces dije:
"Ni modo esto está mal, esto está grave". Y muy despacio salí, avancé
por el corredor de la nave central y antes de salir fuera del templo reparé que
era el templo de las representaciones mentales, de las efigies mentales...
Posteriormente tuve que destruir tal efigie o representación de la película
para poder ser aceptado en dicho templo.
Escuchar el mensaje y vivirlo, es lo más indicado en este tiempo. Aquellos que quieran despertar su conciencia, deben escuchar y vivir este mensaje.
Escuchar el mensaje y vivirlo, es lo más indicado en este tiempo. Aquellos que quieran despertar su conciencia, deben escuchar y vivir este mensaje.
SEGUNDA
PARTE
LA
ELIMINACION DE LOS DEFECTOS
LAS
MAQUINAS HUMANAS
Mucho hemos oído y hablado sobre
los tres factores integrantes de la Revolución de la Conciencia, pero es
necesario hacer un recuento, una profunda reflexión y detectar hasta qué punto
hemos cumplido con ese nuestro deber ante la Gran Obra.
¿Cuántas veces nos recordamos a si
mismos durante el día? ¿En cuántas ocasiones dejamos de identificarnos con el
tren de vida que llevamos y observamos detenida y serenamente el batallar de la
antítesis en nuestras mentes?
Nuestro deber cósmico es no
permitir que pasen pensamientos mecanicistas, al igual que no dar cabida a
pensamientos envenenados, así como dejar por completo nuestros instintos
animales.
Es necesario e indispensable
realizar dentro de cada uno de nosotros el primer choque consciente, trabajando
intensamente con la no identificación, luchar contra la imagen negativa y la
consideración interior.
Morir en sí mismo es lo importante
y trabajar sobre sí es lo indispensable. Para ello hay que atravesar profundas
crisis emocionales. Sin embargo, se hace necesario hacernos conscientes de
nuestros actos, ya que con ellos logramos realizar parte de la Obra.
Dividirnos entre
"observador" y "observado", es el propósito.
Auto-descubrirnos en acción y reconocer nuestros errores, he ahí la tarea
fundamental de cada uno, puesto que al morir en sí mismo es nuestra meta.
Desintegrando las gentes que hay
en nuestro interior, quedará la casa libre y en ella solamente habitará la
Conciencia, el Ser. Entonces seremos libres de verdad y nos habremos convertido
en individuos superiores.
Quien despierta la conciencia,
tiene acceso a la ciencia objetiva, universal y pura. Es por ello que no
debemos dejarnos fascinar por esta ciencia subjetiva ultra moderna: Biología,
Química, Física, etc. En el fondo resulta algo meramente incipiente, lo que hasta
el momento se ha denominado la ciencia pura, puesto que ella sólo es posible
para los hombres de Conciencia despierta.
Esta Ciencia nada tiene que ver
con la podredumbre de teorías que existe en los diferentes colegios, en las
diferentes escuelas y universidades del mundo. Sin embargo, los científicos
creen que tienen la última palabra, más no saben ellos nada sobre la Ciencia
Objetiva del Universo.
Veamos un hecho concreto: cuando
los científicos al unísono con los astronautas lograron llegar en un cohete
tripulado a la Luna, creyeron con su razón subjetiva, que este evento había
sido grandioso, se auto exaltaron y trataron de hacer ver a la humanidad que
con sus piruetas de circo ya habían conquistado el mundo, pero cuán equivocados
estaban y aún lo están, ya que les falta la Razón Objetiva.
Cuando se les dice a los
científicos que hay seres extraterrestres, que existen naves que vienen de
otros mundos, lo niegan rotundamente. ¿Cuáles son los motivos para ello?
Los científicos ultramodernos, son
robots que no están programados para conocer la Ciencia Objetiva Universal,
solamente están programados para conocer la ciencia oficial universitaria y eso
es todo.
De manera que estos científicos
ultramodernos, son seres de razón subjetiva, que todo lo suponen y lo sustentan
con sus hipótesis, puesto que les falta un conocimiento concreto y objetivo de
las leyes del Universo.
Son robots, preparados con
materias universitarias, para trabajar dentro de su programa y nada más. No
podría pues, exigírseles que conceptuasen sobre seres extraterrestres y naves
interplanetarias, porque para ello aún no están programados.
Dicho robots han sido construidos en las universidades y no funcionan en otra forma, sino de acuerdo a su propio acondicionamiento (mecánico).
Dicho robots han sido construidos en las universidades y no funcionan en otra forma, sino de acuerdo a su propio acondicionamiento (mecánico).
La razón subjetiva se nutre con
las percepciones externas, elabora sus conceptos de contenido, por medio de los
informes recogidos con los sentidos y con esos conceptos forma sus
razonamientos, haciendo de ello la razón subjetiva.
Razón objetiva es otra cosa, pero
ya eso es revolucionario. No se puede saber nada de lo real cuando todo emana
de los sentidos, eso es obvio, relativo, irrefutable; pero existe la razón, y
ella es objetiva. Esta funciona únicamente con los conceptos de la Conciencia,
con los datos que ella misma aporta.
Cuando logramos eliminar los
elementos inhumanos, en los cuales está enfrascada la Conciencia o embotellada,
entonces ésta puede aportar datos a la razón. Razón basada en los datos de la
Conciencia, es Razón Objetiva.
Nada saben los científicos del
razonamiento subjetivo sobre la Conciencia. ¿Cómo han de saber? ¿De qué manera
podrían investigarlo?, si son robots que están programados para algo que no
salga del mundo de los cinco sentidos. Son meras máquinas que funcionan de
acuerdo con lo que aprendieron en los colegios, universidades, academias, etc.,
etc., y que no pueden funcionar de otra forma.
¿Creen ustedes que un robot puede
funcionar de otra forma a como ha sido programado? Pues obviamente no, ¿Verdad?
Así pues, éstas máquinas humanas que se titulan científicas, nada saben sobre
la Conciencia, para ello no están programadas.
Sólo la Psicología Trascendental,
enseñada por los pocos sabios que en el mundo han sido (como dijeron los
poetas), puede orientarnos, con el propósito de que la Conciencia despierte.
Indubitablemente, está despierta , cuando los elementos infrahumanos que
habitan en nuestro interior se reducen a polvareda cósmica.
Conciencia despierta, es
Conciencia que puede informar. En la Conciencia están los datos que necesitamos
para nuestra orientación psicológica, en la Conciencia, están las partículas de
dolor de nuestro Padre que está en secreto, en la Conciencia está la sabiduría,
si nosotros conseguimos liberarla, ella puede orientarnos.
Un hombre de Conciencia despierta
es un hombre libre, que puede por sí mismo conocer la senda que habrá de
llevarlo a la Liberación Final.
Ahora verán ustedes porqué es tan
importante morir de instante en instante y de momento a momento (es decir,
eliminar defectos).
Es indispensable estudiar a fondo
el libro titulado: El Misterio del Áureo Florecer. Se han enseñado en este
libro la Kriya Sexual necesaria para el despertar de la Conciencia.
Yo, Samael Aun Weor, he enseñado
en esa obra cómo despertar Conciencia. He unificado en esa obra la cuestión
sexual y la cuestión Conciencia. Pero se necesita conocer a fondo dicha obra,
meditar en ella profundamente y llevar esas enseñanzas a la práctica. Así
conseguiremos la liberación auténtica.
En cuanto al tercer factor de la
Revolución de la Conciencia (sacrificio o servicio a la humanidad), cuando se
trata pues de avanzar firmemente en la senda de la auto liberación íntima, es
necesario imitar nosotros al Cristo, que entregó su vida por la humanidad
doliente.
Tenemos que ser capaces de subir
al Ara del supremo sacrificio si así trabajamos de verdad con los tres factores
de la Revolución de la Conciencia (morir, nacer - aprovechar positivamente
nuestras energías - y sacrificio), si amamos a nuestros semejantes.
Si con la antorcha del verbo
incendiamos el mundo, es obvio que subiremos por los distintos niveles del Ser,
hasta convertirnos en verdaderos Seres, en el sentido completo de la palabra.
Hay que trabajar a fondo en los
tres factores. Hay que estudiar a fondo aquellos libros: Las Tres Montañas; Sí
Hay Infierno, Sí
Hay Diablo, Sí Hay Karma; La
Doctrina Secreta de Anahuac; Psicología Revolucionaria; y la Gran Rebelión.
En estas obras hay medios de
orientación para trabajar en los tres factores de la Revolución de la
Conciencia, trabajar en sí mismos y laborar por un mundo mejor.
DIDACTICA
DE LA MEDITACION SUPERIOR PARA ELIMINAR LOS DEFECTOS.
Un hombre cualquiera ve muy
quedita a su mujer o esposa, con un caballero cualquiera, lógicamente no se
aguantaría, no se quedaría tranquilo.
Producto de ello saltaría el yo de
los celos. Seguidamente se sentiría herido aquel otro del amor propio, luego
vendría la ira.
Viniendo por último toda clase de
insultos y reclamos, producto de aquella pésima transformación.
Es lógico que si este hermano
quisiera eliminar tales yoes, uno por cada día, ¿entonces qué sería de los
otros? ¿En dónde los dejaría y para cuándo? Lógicamente esto es imposible, pues
se aplazaría el trabajo, más aún, nunca se terminaría a este paso, se
complicaría mucho, terminaría siendo un fracaso.
En este caso hay que ser
prácticos, y esto debe hacerse trabajando dentro del terreno de la vida
práctica en lo que a diario nos sucede.
Hay que dejar pues de estar
teorizando tonterías y pensando en cosas imposibles de realizar, no hay que
perder más tiempo, si es que en verdad queremos cambiar radicalmente, o de lo
contrario estamos aplazando el trabajo para mañana y ese mañana nunca llegará.
Hay que eliminar a ese yo que todo
lo deja para mañana, debiendo nosotros hacerlo hoy.
Debemos trabajar con tenacidad,
para crear la memoria del trabajo.
A continuación damos a conocer la
didáctica precisa en lo que respecta a la Meditación de la Muerte del Yo.
No hay que confundir eso de la
divagación con la Meditación. En esto de la Meditación de la Muerte del Yo, es
necesario trabajar con la imaginación positiva, la voluntad creadora y la
concentración para ir poco a poco logrando el estado de la Meditación
verdadera.
Esta práctica consta de varios
pasos, que se reducen a los tres mencionados con anterioridad: descubrimiento
del defecto en el cual trabaja la comprensión del mismo, juicio, y por último,
eliminación.
PASOS
PARA LA MEDITACION DE LA MUERTE DEL YO
PRIMERO: Sentados en cómodo sillón, en un lugar cualquiera de
nuestra casa, con el fin de relajar nuestro cuerpo para realizar mejor la
práctica.
SEGUNDO: Es necesario realizar el ejercicio retrospectivo, a
fin de revivir o traer a colación los eventos y diferentes escenas del día,
reviviéndolas de la misma manera como sucedieron, ordenándolas sucesivamente de
acuerdo a como vayamos a trabajarlas, de acuerdo con la gravedad de la falta.
TERCERO: Viene la observación serena en la cual entra el
análisis reflexivo sin identificación de ninguna especie, con el fin de
comprender la manera de actuar del defecto en cuestión.
CUARTO: Viene el análisis superlativo unitotal y esto se
relaciona con el bisturí de la autocrítica, o sea la incisión al defecto, con
el fin de lograr el aniquilamiento total.
QUINTO: El enjuiciamiento. En éste debemos evocar al Koam
interior, o sea lo que hemos llamado la Reflexión Superlativa de nuestro Ser.
Este paso puede también ser llamado "La acusación de Sí Mismo", en el
cual debemos descargar todo el sumario que tengamos contra el defecto,
amarguras, penas, desdichas, o sea todo lo que nos haya causado sin
consideración alguna. Debemos enumerar todo lo que nos haya hecho pasar este
defecto, con el fin de que sea verdaderamente ejecutado.
SEXTO: Eliminación. En este caso evocamos dentro de cada uno
de nosotros a la Skakti Kundalini, con el propósito de pedirle la eliminación o
aniquilación total del reo en ejecución, o sea el citado yo. A Ella debemos
pedirle con el corazón, y ver por medio de nuestra imaginación y sentir por
medio de nuestra emoción como Ella lo ejecuta y aniquila completamente, sin
ninguna compasión, pues así debe ser. Vemos que Ella clava su lanza en el
corazón del monstruo mismo, luego vemos como con su espada flamígera,
representada en el esperma sagrado, lo decapita e incinera completamente, y
vemos como se va reduciendo de tamaño, hasta convertirse en un niño, puro e
inocente, el cual representa la virtud en cuestión y viendo que de éste se
libera una llama de color azul que se funde en nuestro corazón evocando a la
vez dentro de cada uno de nos la virtud misma y dando acción de gracias. De
esta manera iremos viendo a través del sentido de la auto-observación , que se
irá desarrollando, como el defecto va muriendo poco a poco hasta no quedar
absolutamente nada de él
Es de notar que los hermanos que
se encuentran casados y estén realizando esta práctica durante el Arcano, la
unión sagrada del Ligam y el Yoni, deben pedirle a la Madre Divina la
eliminación de los defectos.
Igualmente sucede con los solteros al realizar la práctica del Vajroli Mudra.
Igualmente sucede con los solteros al realizar la práctica del Vajroli Mudra.
Todo esto pues es cuestión de un
prolongado proceso y padecimientos voluntarios de sí mismos como se va
ejecutando todo esto, con mucha paciencia y tenacidad, sin creer que es algo
fácil. Pero tampoco poniéndonos a razonar en las dificultades que vayamos a
tener, éstas se irán aclarando o solucionando a la medida que vayamos
trabajando sobre sí mismos.
En una palabra, el trabajo mismo
nos irá dando esa facultad de discernimiento en lo que debemos y cómo lo
debemos realizar.
Es así pues como cada uno de nosotros debemos trabajar y dejar que la Divina Madre vaya realizando también su trabajo. Ella sabe lo que debe hacer. Nosotros por medio del sentido de la auto-observación iremos viendo los resultados. Mucha devoción y súplica debemos realizar y lo demás vendrá por añadidura.
Es así pues como cada uno de nosotros debemos trabajar y dejar que la Divina Madre vaya realizando también su trabajo. Ella sabe lo que debe hacer. Nosotros por medio del sentido de la auto-observación iremos viendo los resultados. Mucha devoción y súplica debemos realizar y lo demás vendrá por añadidura.
ACLARACIONES
SOBRE LA ELIMINACION DE LOS DEFECTOS.
Defecto
descubierto, debe ser defecto eliminado.
Antes de conocer y eliminar
nuestro rasgo psicológico, debemos trabajar intensamente en un sentido general
con relación a todos los defectos, ya que el citado rasgo psicológico tiene
raíces muy profundas de existencias anteriores, y para conocerlo se hace
necesario haber trabajado en una forma incansable por lo menos durante cinco
años.
PREGUNTA: Maestro, usted nos ha enseñado que debemos tener un orden y una precisión en la eliminación de los defectos, pero hay algo que no puedo captarle al usted decirnos que "defecto descubierto, debe ser comprendido y eliminado". Tengo entendido que debe haber una sucesión en el trabajo. Y esto se lo pregunto debido a lo siguiente: a uno durante el día se le manifiesta la lujuria, luego sale al tablero y salta el orgullo, va por la calle le tiran el carro y salta la ira. Entonces vemos una sucesión de hechos y manifestaciones de los defectos, entonces tal vez por ello ha habido un mal entendido nuestro al buscar un rasgo psicológico. ¿Cómo podríamos entender eso y exactamente sobre qué podríamos trabajar?
PREGUNTA: Maestro, usted nos ha enseñado que debemos tener un orden y una precisión en la eliminación de los defectos, pero hay algo que no puedo captarle al usted decirnos que "defecto descubierto, debe ser comprendido y eliminado". Tengo entendido que debe haber una sucesión en el trabajo. Y esto se lo pregunto debido a lo siguiente: a uno durante el día se le manifiesta la lujuria, luego sale al tablero y salta el orgullo, va por la calle le tiran el carro y salta la ira. Entonces vemos una sucesión de hechos y manifestaciones de los defectos, entonces tal vez por ello ha habido un mal entendido nuestro al buscar un rasgo psicológico. ¿Cómo podríamos entender eso y exactamente sobre qué podríamos trabajar?
RESPUESTA: Hay que tener un orden en el trabajo, claro está que
sí. Pero en todo caso al llegar la noche con tu cuerpo relajado, pasarías a
practicar el ejercicio retrospectivo sobre toda tu existencia o existencias
anteriores. Por lo menos si sobre en vida, entonces pasarás a visualizar,
reconstruir los eventos del día. Ya reconstruidos, numerados, procederás al
trabajo. Primero un evento al cual podrás dedicar unos quince minutos, otro
evento al que puedes dedicar una media hora, otro al que le puedes dedicar unos
diez minutos. Todo depende de la gravedad de los eventos. Así que ya ordenados,
puedes trabajarlos en la noche tranquilamente y por orden.
PREGUNTA: ¿Y eliminarlos o eliminar toda esa sucesión?
RESPUESTA: También por orden. En cada trabajo sobre tal o cual
evento entran los factores de descubrimiento, enjuiciamiento y ejecución. A
cada elemento le aplica los tres instantes, que son: descubrimiento, cuando tu
lo descubristeis; comprensión, tu lo comprendiste; ejecución, con la ayuda de
la Divina Madre Kundalini. Así se trabaja, porque si vas a trabajar uno por
uno, piensa como se te va a poner la cosa. Se te va a poner muy difícil.
SAMAEL AUN WEOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario