CAPITULO V AMFORTAS
REY DEL GRIAL
Mujer
preciosa para lo mejor nacida; mujer Diablesa para el abismo hallada; perla del
solio del Señor caída, inefable rosa de fuego en el Edén crecida y por manos
infernales deshojada; cisne encantador de cuello alabastrino en impúdico
bacanal cantando... ¡cuánto bien habéis hecho! y... ¡cuánto mal! ¡Oh, Dios mío!
Pero...
y es lo mejor, hablemos ahora un poco sobre el rey Amfortas, sucesor del viejo
Titurel, quien burló con tanto acierto las astucias del Demonio...
Dice la
leyenda de los siglos y esto lo saben nuestros abuelos, que el buen rey tuvo
que sufrir lo indecible ...
Y
¡Válgame Dios! todo por ellas o por ella; la Diablesa originaria, el prototipo
de la perdición y de la caída, a la que ni el propio Amfortas, Señor del Grial,
pudo resistir...
Y dicen
las gentes que andan por ahí, que el buen señor también cayó en brazos de una
rubia borrascosa que llamaban Herodías, Kundry, Gundrigia y no se que más...
El
Soberano quiso ponerle un límite a los encantamientos mágicos de Klingsor el
mago malo y, ya veis lo que sucedió...
El
maligno, que por cierto no ha sido jamás una mansa oveja, supo sacar buen
partido de tan maravillosa oportunidad y acercándose muy quedito hasta la
lujuriosa pareja que se revolcaba en su lecho de placeres, arrebató la lanza
sagrada y con ella hirió espantosamente el costado de Amfortas, luego se alejó
riendo.
"¡Oh,
tú, lanza Divina, maravillosa en tus heridas y que a todos está vedado buscar!
-sigue
diciendo
el viejo Gurnemanz- ¡fueron mis ojos, mis propios ojos, los que te vieron
esgrimida por la más sacrílega mano!..."
El rey
en su retirada fue escoltado por el anciano Gurnemanz; mas ardía una llaga en
su costado: ¡Es la herida del remordimiento que jamás querrá sanar!...
Recitemos
ahora un bello poema de Don Ramón del Valle Inclán:
ROSA
DE ORIENTE
Tiene
al andar la gracia del felino,
en todo
llena de profundos ecos,
enlabia
con moriscos embelesos
su boca
obscura cuentos de Aladino.
Los
ojos negros, cálidos, astutos,
triste
de ciencia antigua la sonrisa,
y la
falda de flores una brisa
de
índicos y sagrados instintutos.
Cortó
su mano en un jardín de Oriente
la
manzana del árbol prohibido,
y
enroscada a sus senos, la Serpiente.
Decora
la lujuria de un sentido
sagrado.
En la tiniebla transparente
de sus
ojos, la luz es un silbido.
CAPITULO VI LA
AMAZONA BRAVÍA
Por el
sendero solitario, cual fantasmas vagarosos, abatidos, vacilantes, cabizbajos,
andrajosos, se encaminan lentamente los vencidos hacia el lago; y al mirar la lejana
torre del templo, bajo cierta luz opalescente que en los cielos alborea, van el
paso retardando, como si temiesen llegar...
Rendida
Kundry por el cansancio cuanto por los terribles y espantosos remordimientos se
arroja en la perfumada tierra...
En esos
instantes llega procedente del castillo del Grial, el desdichado cortejo que
conduce al rey hacia el baño santo.
El
sufrido monarca no guarda resentimientos en su adolorido corazón; comprende
plenamente sus propios errores, reconoce su culpabilidad y humildemente da las
gracias a su servidora, ¡la mujer! el eterno femenino; la Eva monumental de la
Mitología Hebráica; eterno juguete de bienes y males en la tierra, según el uso
que los hombres hagan de ella.
La
Magdala Wagneriana convertida vilmente en juguete del maligno, anhela también
secundar los Divinos ideales del Grial pero siempre cae vencida...
¡Mujer!
exclama Amfortas... ¿Eres Demonio acaso que vomitó el infierno para abrirme
esta herida?...
¿Eres
tal vez un ángel que descendiera de Urania para velar por mi existencia
infortunada?...
La
amazona bravía, la mujer símbolo de la dramática Wagneriana, prototipo
magnífico de
cuanto
hay de más abyecto y al par de más excelso en el mundo, es ciertamente
formidable...
Su
traje es montaraz y rudo, recogido en alto con un cinturón del que cuelgan
largas pieles de culebra.
Su
negra cabellera ondea milagrosamente en sueltas guedejas de obscuro matiz
pardo-rojizo.
En su
deliciosa faz femenina resplandecen unos ojos encantadores de color negro que a
veces centellean con fiereza y a menudo se inmovilizan con espantosa rigidez de
muerte...
Trae
Kundry cual la Magdalena Judía, un pomo de cristal de la Arabia exótica. El rey
del Grial ciertamente necesita un bálsamo precioso para sanar su adolorido
corazón...
¡Bendita
sea la mujer! ¡Benditos los seres que se adoran!...
Hermes
Trismegisto dijo: "Te doy amor en el cual está contenido todo el Sumum de
la sabiduría".
¿Amar?
¡Cuán bello es amar!... Solamente las grandes almas pueden y saben amar...
El amor
comienza con un destello de simpatía, se substancializa con la fuerza del
cariño y se sintetiza en adoración...
Un
matrimonio perfecto es la unión de dos seres, uno que ama más, y otro que ama
mejor...
El amor
es la mejor religión asequible...
CAPITULO
VII EL
CASTO INOCENTE
Gurnemanz,
la voz del pasado, el anciano venerable, después de relatar solemnemente, todo
lo que antaño ocurriera en esas regiones misteriosas del castillo de Monsalvat,
después de la horrenda pérdida de la santa lanza, continúa expresándose en los siguientes
términos:
"Ante
el santuario, huérfano de la sublime reliquia, yacía Amfortas en fervorosa
plegaria, implorando inquieto una señal de salvación".
"Una
intensísima, una deslumbradora refulgencia divina manó entonces del Grial
mientras que una visión de ensueño celeste le dijo, con claro acento, estas
palabras: "El sapiente, el iluminado por la compasión, el casto inocente,
espéralo, EL ES MI ELEGIDO"
En
esto, ¡Oh Dioses!, dice la leyenda de los siglos, que se produjo un gran
escándalo entre las gentes del Santo Grial, porque del lado del lago sagrado,
en el fondo del bosque solitario, fue sorprendido un ignorante muchacho que,
errante por aquellas riberas hiriera seguro con su arco, a un cisne muy
hermoso, símbolo perfecto del ESPIRITU SANTO.
Pero...
¿Y por qué tanto alboroto, tumulto, desorden? ¿Quién no ha herido de muerte al
cisne KALA-HAMSA?
¿Quién
no ha violado el sexto mandamiento de la ley de Dios que dice: No fornicar?
"Aquel
que se sienta libre de pecado que tire la primera piedra...".
¡Oh
bendito HAMSA milagroso; fuerza sexual del TERCER LOGOS; IBIS inmortal; blanca paloma
del Grial...!
La
conquista del ULTRA-MARE-VITAE, el mundo SUPER-LIMINAL y ULTRATERRESTRE, sólo
es posible con la piedra iniciática -el sexo-, en el cual está contenida la religión-síntesis,
que fue la primitiva de la humanidad; la sabiduría mística de JANO, o de los JINAS.
¿Eliminar
el sexo? ¡Oh! ¡No! ¡No! ¡No!... Superarlo? Eso es ostensible... amar es lo
mejor.
Recitemos
ahora aquel hermoso poema de Amado Nervo que titula:
EL
DIA QUE ME QUIERAS
El día
que me quieras tendrá más luz que Junio;
la
noche que me quieras será un plenilunio,
con
notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus
inefables cosas,
y habrá
juntas más rosas
que en
todo el mes de Mayo.
Mil
fuentes cristalinas
irán
por las laderas
saltando
cantarinas.
El día
que me quieras, los sotos escondidos
resonarán
arpegios nunca jamás oídos.
Extasis
de tus ojos, todas las primaveras
que
hubo y habrá en el mundo, serán cuando me quieras.
Cogidas
de la mano cual rubias hermanitas
luciendo
gotas cándidas, irán las margaritas
por
montes y praderas
delante
de tus pasos el día que me quieras...
Y si
deshojas una, te dirá su inocente
postrer
pétalo blanco: ¡Apasionadamente!
Tendrán
todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
al
levantar el alba del día que me quieras,
y en el
estanque, nidos de gérmenes ignotos,
florecerán
las místicas corolas de los lotos.
El día
que me quieras será cada celaje
ala
maravillosa; cada arrebol, miraje
de las
Mil y Una Noches, cada brisa un cantar
cada
árbol una lira, cada monte un altar.
El día
que me quieras, para nosotros dos
cabrá
en un solo beso
la
beatitud de Dios.
SAMAEL AUN WEOR
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