sábado, 4 de marzo de 2017

EL PARSIFAL DEVELADO Cap 5 al Cap 7

CAPITULO V  AMFORTAS REY DEL GRIAL
Mujer preciosa para lo mejor nacida; mujer Diablesa para el abismo hallada; perla del solio del Señor caída, inefable rosa de fuego en el Edén crecida y por manos infernales deshojada; cisne encantador de cuello alabastrino en impúdico bacanal cantando... ¡cuánto bien habéis hecho! y... ¡cuánto mal! ¡Oh, Dios mío!
Pero... y es lo mejor, hablemos ahora un poco sobre el rey Amfortas, sucesor del viejo Titurel, quien burló con tanto acierto las astucias del Demonio...
Dice la leyenda de los siglos y esto lo saben nuestros abuelos, que el buen rey tuvo que sufrir lo indecible ...
Y ¡Válgame Dios! todo por ellas o por ella; la Diablesa originaria, el prototipo de la perdición y de la caída, a la que ni el propio Amfortas, Señor del Grial, pudo resistir...


Y dicen las gentes que andan por ahí, que el buen señor también cayó en brazos de una rubia borrascosa que llamaban Herodías, Kundry, Gundrigia y no se que más...
El Soberano quiso ponerle un límite a los encantamientos mágicos de Klingsor el mago malo y, ya veis lo que sucedió...
El maligno, que por cierto no ha sido jamás una mansa oveja, supo sacar buen partido de tan maravillosa oportunidad y acercándose muy quedito hasta la lujuriosa pareja que se revolcaba en su lecho de placeres, arrebató la lanza sagrada y con ella hirió espantosamente el costado de Amfortas, luego se alejó riendo.
"¡Oh, tú, lanza Divina, maravillosa en tus heridas y que a todos está vedado buscar! -sigue
diciendo el viejo Gurnemanz- ¡fueron mis ojos, mis propios ojos, los que te vieron esgrimida por la más sacrílega mano!..."
El rey en su retirada fue escoltado por el anciano Gurnemanz; mas ardía una llaga en su costado: ¡Es la herida del remordimiento que jamás querrá sanar!...
Recitemos ahora un bello poema de Don Ramón del Valle Inclán:
ROSA DE ORIENTE
Tiene al andar la gracia del felino,
en todo llena de profundos ecos,
enlabia con moriscos embelesos
su boca obscura cuentos de Aladino.
Los ojos negros, cálidos, astutos,
triste de ciencia antigua la sonrisa,
y la falda de flores una brisa
de índicos y sagrados instintutos.
Cortó su mano en un jardín de Oriente
la manzana del árbol prohibido,
y enroscada a sus senos, la Serpiente.
Decora la lujuria de un sentido
sagrado. En la tiniebla transparente
de sus ojos, la luz es un silbido.

CAPITULO VI  LA AMAZONA BRAVÍA
Por el sendero solitario, cual fantasmas vagarosos, abatidos, vacilantes, cabizbajos, andrajosos, se encaminan lentamente los vencidos hacia el lago; y al mirar la lejana torre del templo, bajo cierta luz opalescente que en los cielos alborea, van el paso retardando, como si temiesen llegar...
Rendida Kundry por el cansancio cuanto por los terribles y espantosos remordimientos se arroja en la perfumada tierra...
En esos instantes llega procedente del castillo del Grial, el desdichado cortejo que conduce al rey hacia el baño santo.
El sufrido monarca no guarda resentimientos en su adolorido corazón; comprende plenamente sus propios errores, reconoce su culpabilidad y humildemente da las gracias a su servidora, ¡la mujer! el eterno femenino; la Eva monumental de la Mitología Hebráica; eterno juguete de bienes y males en la tierra, según el uso que los hombres hagan de ella.
La Magdala Wagneriana convertida vilmente en juguete del maligno, anhela también secundar los Divinos ideales del Grial pero siempre cae vencida...
¡Mujer! exclama Amfortas... ¿Eres Demonio acaso que vomitó el infierno para abrirme esta herida?...
¿Eres tal vez un ángel que descendiera de Urania para velar por mi existencia infortunada?...
La amazona bravía, la mujer símbolo de la dramática Wagneriana, prototipo magnífico de
cuanto hay de más abyecto y al par de más excelso en el mundo, es ciertamente formidable...
Su traje es montaraz y rudo, recogido en alto con un cinturón del que cuelgan largas pieles de culebra.
Su negra cabellera ondea milagrosamente en sueltas guedejas de obscuro matiz pardo-rojizo.
En su deliciosa faz femenina resplandecen unos ojos encantadores de color negro que a veces centellean con fiereza y a menudo se inmovilizan con espantosa rigidez de muerte...
Trae Kundry cual la Magdalena Judía, un pomo de cristal de la Arabia exótica. El rey del Grial ciertamente necesita un bálsamo precioso para sanar su adolorido corazón...
¡Bendita sea la mujer! ¡Benditos los seres que se adoran!...
Hermes Trismegisto dijo: "Te doy amor en el cual está contenido todo el Sumum de la sabiduría".
¿Amar? ¡Cuán bello es amar!... Solamente las grandes almas pueden y saben amar...
El amor comienza con un destello de simpatía, se substancializa con la fuerza del cariño y  se sintetiza en adoración...
Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres, uno que ama más, y otro que ama mejor...
El amor es la mejor religión asequible...

CAPITULO VII  EL CASTO INOCENTE
Gurnemanz, la voz del pasado, el anciano venerable, después de relatar solemnemente, todo lo que antaño ocurriera en esas regiones misteriosas del castillo de Monsalvat, después de la horrenda pérdida de la santa lanza, continúa expresándose en los siguientes términos:
"Ante el santuario, huérfano de la sublime reliquia, yacía Amfortas en fervorosa plegaria, implorando inquieto una señal de salvación".
"Una intensísima, una deslumbradora refulgencia divina manó entonces del Grial mientras que una visión de ensueño celeste le dijo, con claro acento, estas palabras: "El sapiente, el iluminado por la compasión, el casto inocente, espéralo, EL ES MI ELEGIDO"
En esto, ¡Oh Dioses!, dice la leyenda de los siglos, que se produjo un gran escándalo entre las gentes del Santo Grial, porque del lado del lago sagrado, en el fondo del bosque solitario, fue sorprendido un ignorante muchacho que, errante por aquellas riberas hiriera seguro con su arco, a un cisne muy hermoso, símbolo perfecto del ESPIRITU SANTO.
Pero... ¿Y por qué tanto alboroto, tumulto, desorden? ¿Quién no ha herido de muerte al cisne KALA-HAMSA?
¿Quién no ha violado el sexto mandamiento de la ley de Dios que dice: No fornicar?
"Aquel que se sienta libre de pecado que tire la primera piedra...".
¡Oh bendito HAMSA milagroso; fuerza sexual del TERCER LOGOS; IBIS inmortal; blanca paloma del Grial...!
La conquista del ULTRA-MARE-VITAE, el mundo SUPER-LIMINAL y ULTRATERRESTRE, sólo es posible con la piedra iniciática -el sexo-, en el cual está contenida la religión-síntesis, que fue la primitiva de la humanidad; la sabiduría mística de JANO, o de los JINAS.
¿Eliminar el sexo? ¡Oh! ¡No! ¡No! ¡No!... Superarlo? Eso es ostensible... amar es lo mejor.
Recitemos ahora aquel hermoso poema de Amado Nervo que titula:
EL DIA QUE ME QUIERAS
El día que me quieras tendrá más luz que Junio;
la noche que me quieras será un plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de Mayo.
Mil fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cantarinas.
El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Extasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo, serán cuando me quieras.
Cogidas de la mano cual rubias hermanitas
luciendo gotas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas
delante de tus pasos el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!
Tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
al levantar el alba del día que me quieras,
y en el estanque, nidos de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.
El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de las Mil y Una Noches, cada brisa un cantar
cada árbol una lira, cada monte un altar.
El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso
la beatitud de Dios.
 SAMAEL AUN WEOR

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