CAPITULO
III EL
CÁLIZ Y LA LANZA
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Entre el
cantar dichoso de las aves, ha rayado la aurora, delicia de sonrosados dedos.
El
viejo sabio Gurnemanz acompañado de dos jóvenes escuderos, duerme profundamente
bajo la sombra encantadora de un frondoso árbol taciturno...
Por el
lado vetusto y solariego del castillo del Grial, resuena poderosa la solemne
diana de trompetas que con sus formidables notas saluda victoriosa al grato amanecer...
Al
escuchar el himno glorioso y triunfal, el anciano Gurnemanz y sus dos escuderos
llenos de infinita veneración, humildemente se arrodillan y rezan con profunda
devoción.
Al
llegar a esta parte sublime del presente capítulo conviene recordar aquel
hermoso poema de Don Ramón del Valle Inclán:
ROSAS
ASTRALES
¡Eternos
imperios! ¡Dorados sagrarios!
¡Claves
del gran todo! ¡Rezo en sus laúdes!
¡Voluntades
quietas! ¡Solemnes virtudes!
¡Entrañas
del mundo! ¡Ardientes ovarios!
¡Encendidos
ritos de celestes lares!
¡Sellados
destinos del humano coro!
¡Soles
que las normas guardan del Tesoro Demiúrgico! ¡Arcanas rosas estelares!
¡Arcano
celeste! Gnóstico arcano donde los enigmas alzó el Trismegisto:
Por
querer leerte abrió Juliano.
En su
imperio el cisma, y se hizo anticristo, exégeta, Gnóstico del cielo pagano.
Una
metamorfosis solar vio en el Cristo.
Con
paso majestuoso llegan del Grial dos caballeros que, de vanguardia, vienen
explorando cautelosos el áspero sendero que va a seguir Amfortas, el rey de tan
preciada joya.
Es
ostensible que el gran sacerdote de la sagrada ascua, sufre lo indecible desde
aquel día fatal en que para desgracia
suya, Klingsor, el mago negro, le hiriera con siniestra lanzada.
El
augusto sucesor del rey Titurel viene más temprano que de costumbre a tomar su
baño en la piscina sagrada del lago.
El
venerable señor necesita con suma urgencia aliviarse de los tremendos dolores
que le afligen desde que para desgracia suya, recibiera la mortal lanzada...
Bien
saben los divinos y los humanos sobre KLINGSOR y sus nefastas artes tenebrosas.
El malvado personaje de la sombra no solamente arrebató la lanza sacra de manos
de Amfortas, el rey del Grial, sino además le hirió con ella en el costado.
¡Ah!...
si las gentes entendieran todo esto... si comprendieran el hondo significado de
la lanza...
En todo
esto es ostensible que existe sexualidad pura; falismo transcendente; erotismo.
Es
incuestionable que la lanza GNOSTICA-ESOTERICA del Grial y aquella otra, la de
los pactos mágicos ostentada por Wotan, son en el fondo una misma, el emblema
de la fuerza sexual masculina, el PHALO...
Un gran
sabio dijo: "Hasta cierto punto, los troncos o tablas de la ley, donde
Moisés escribiese por mandato de Jehová los preceptos del decálogo, no son sino
una doble lanza de las Runas, sobre cuyo significado fálico no nos podemos
detener, pero que al por menor puede verse en el segundo tomo de ISIS SIN
VELO".
Escrito
está con caracteres de fuego en el gran libro de la sabiduría cósmica el doble
uso de la lanza sacra; es indubitable que hirió horriblemente el costado del
Señor y que de su herida manó sangre y agua. Es ostensible que sanó la herida
en el costado de Amfortas.
¿Explicaciones?..
paciencia querido lector, ahora sólo estamos sentando principios; en futuros capítulos
iremos hasta el fondo...
¿Enigmas?
¡Sí! y muchos... tan graves como los del Santo Grial, el YONI femenino, la
copa, los órganos sexuales de la mujer...
Son
tantas las tradiciones del Santo Grial... por ahí entre los libros viejos
medievales existe una estrofa lírica que dice: "Padre, padre de mi vida,
por la del Santo Grial, que me des vuestra licencia para el Conde ir a
buscar".
Se nos
ha dicho que el gran cáliz estuvo en poder de Abraham; se nos informa que Melchisedech,
el Genio de la tierra o Changam -como también se le llama-, lo llevó del país
de Semiramis a la tierra fecunda de Chanaan; esto sucedió en aquella época en
que nuestro regente planetario empezó algunas fundaciones, en el bendito lugar
donde más tarde estuvo Jerusalem la ciudad querida de los profetas.
Antiguas
tradiciones que se pierden en la noche de los siglos, afirman que Melchisedech
lo utilizó litúrgicamente cuando celebró el sacrificio en que ofreció el pan y
el vino de la transubstanciación en presencia de Abraham y que se lo dejó a ese
Patriarca.
Algunas
leyendas viejísimas aseguran enfáticamente que este vaso Divinal estuvo también
en el arca de Noé.
No está
de más asegurar que esta venerada reliquia fue llevada a Egipto y que Moisés la
poseyó.
Estaba
hecha de una materia muy singular, compacta como la de una campana y
francamente no tenía el aspecto de haber sido trabajada como los metales; más
bien parecía ser el producto de una especie de vegetación.
La
reina de Saba sometió al rey Salomón a muchas pruebas antes de hacerle
depositario de tan sublime reliquia.
El Gran
KABIR JESUS el CRISTO, la tuvo en su poder cuando celebró la última cena y en
tal vaso bebió el vino de la Santa Eucaristía.
El
senador romano José de Arimatea, al pie de la cruz en el Calvario, recogió en
esa copa las gotas purpurinas de sangre que manaban de las heridas del
Adorable...
Dicen
las tradiciones que el mencionado senador, inteligente y sabio cual ninguno,
supo guardar secretamente tan preciado tesoro...
El
precio de su sagrado celo resultó muy caro, pues al negarse aquel varón a
entregar a la policía romana el vaso sacrosanto y la lanza de Longibus, fue
entonces hecho preso...
Muchos
años después, José de Arimatea, ya libre, portando las santas reliquias se fue
a Roma en busca de cristianos, mas viendo las persecuciones que allí existían,
continuó su camino por las regiones del Mediterráneo...
Dicen
las escrituras antiguas, que una noche en sueños fue visitado el viejo Senador
por un ángel quien le dijo: "Ese vaso tiene un poder magnético muy grande,
pues en él está contenida la sangre del redentor del mundo, entiérrala
allá".
"Entonces
aquel anciano vió el templo de Montserrat en Cataluña, España...".
José de
Arimatea concluyó su terrible misión guardando en tal templo estas arcaicas
reliquias...
Lo que
sucedió después... los Iniciados lo saben; hoy el castillo de Monsalvat, en el
cual está el templo, y parte de la montaña de Monserrat entraron en estado de
"JINAS", se ocultaron de la vista de los profanos.
Inútilmente
los caballeros cruzados buscaron en la tierra santa el Santo Grial; como
recuerdo de esos afanes todavía se conserva la copa de plata que se entrega a
los campeones olímpicos.
CAPITULO IV KLINGSOR
EL MAGO NEGRO
En el
rincón exótico del valle acogedor, muy cerca de la tierra sagrada de los Mahometanos,
dicen las leyendas que vivió KLINGSOR, el mago malo, en terrible soledad...
Ignoro
ciertamente -dice el viejo Titurel-, cuáles fueran sus pecados, pero él allí
quiso ser penitente y santo.
Equivocado
sincero y lleno de buenas intenciones, impotente para acabar con la lujuria, empuñó
el cuchillo asesino y se castró, capó o mutiló espantosamente.
Cuenta
el piadoso héroe Titurel, quien conociera muy bien a Klingsor y sus tenebrosas
artes, que el infeliz penitente del mal extendió luego sus ensangrentadas manos
suplicantes hacia el Grial; pero es obvio que fue entonces rechazado con
indignación por el guardián.
¿Sentirse
repudiado por los caballeros del Santo Grial? ¿y después de haberse mutilado
con el "sano" propósito de eliminar las pasiones animales? ¡Qué
horror! ¡Dios mío!...
En el
furor de su terrible y doloroso despecho imposible de describir con palabras,
buscó el eunuco de las tinieblas el arma de venganza y es incuestionable que la
encontró.
Titurel,
la voz del pasado, dice que el tenebroso transformó entonces aquel yermo de
penitente frustrado, en un jardín hechicero de voluptuosos deleites sexuales y
que en él vivieron hermosas mujeres exquisitamente malignas.
Allí en
secreto, en la mansión de las delicias, -dice el anciano rey Titurel-, aguarda
el mago malo a los caballeros del Grial para arrastrarlos delicadamente a la
lujuria y a las penas infernales...
Aquél
que se deja seducir, es su víctima, dice el viejo monarca, y a muchos de los
nuestros logró llevar al camino de perdición.
Al
llegar a esta parte de nuestro presente capítulo, me viene a la memoria aquel
hermoso poema de Don Ramón del Valle Inclán:
ROSA
DEL PECADO
¡El
gato que runfla! ¡La puerta que cruje!
¡La
gotera glo-glo-glo!
¡Solos
en la casa! A la puerta ruge la bestia abortada cuando nací yo.
¡La
noche de Octubre!
Dicen
que de Luna,
con un
viento recio y saltos de mar:
bajo
sus estrellas se alzó mi fortuna,
mar y
vientos recios me vieron llegar.
¡La
Noche de Octubre! ¡Mi muerte anunciada!
¡Noche
mía, abierta entre tierra y sol!
Revistióse
el mago la veste estelada,
desnudo
un gigante, sopló el caracol.
La
bestia a la puerta brama estremecida,
en sus
ojos queda la noche otoñal
y
lejana, aquella noche de mi vida,
con sus
dos caminos. ¡Y seguí el del mal!
¡Me
llamó tu carne, rosa del pecado!
Solos
en la casa, desvelado yo,
la
Noche de Octubre, el mar levantado...
¡La
gotera glo-glo-glo!
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