CAPITULO XIII COMPRENSIÓN Y MEMORIA
Recordar
es tratar de almacenar en la Mente lo que hemos visto y oído, lo que hemos
leído, lo que otras personas nos han dicho, lo que nos ha sucedido, etc. etc.
etc.
Los
maestros y maestras quieren que sus alumnos y alumnas almacenen en su memoria
sus palabras, sus frases, lo que está escrito en los textos escolares,
capítulos enteros, tareas abrumadoras, con todos sus puntos y comas, etc.
Pasar
exámenes significa rememorar lo que nos han dicho, lo que hemos leído
mecánicamente, verbalizar memoria, repetir como papagayos, loros o cotorros,
todo lo que tenemos almacenado en la memoria.
Es
necesario que la nueva generación entienda que repetir como disco de
Radio-consola todas las grabaciones hechas en la memoria, no significa haber
comprendido a fondo. Recordar no es comprender, de nada sirve recordar sin
comprender, el recuerdo pertenece al pasado, es algo muerto, algo que ya no
tiene vida.
Es
indispensable, es urgente y de palpitante actualidad que todos los alumnos y
alumnas de escuelas, colegios y universidades entiendan realmente el hondo
significado de la profunda comprensión.
COMPRENDER
es algo inmediato, directo, algo que vivenciamos intensamente, algo que
experimentamos muy profundamente y que inevitablemente viene a convertirse en
el verdadero RESORTE íntimo de la acción consciente.
Recordar,
rememorar es algo muerto, pertenece al pasado y desgraciadamente se convierte
en ideal, en lema, en idea, en idealismo que queremos imitar mecánicamente y
seguir inconscientemente.
En la
COMPRENSIÓN VERDADERA, en la comprensión profunda, en la íntima comprensión de
fondo sólo hay presión íntima de la conciencia, presión constante nacida de la
esencia que llevamos dentro y eso es todo.
La
comprensión auténtica se manifiesta como acción espontánea, natural, sencilla,
libre del proceso deprimente de la elección; pura, sin indecisiones de ninguna
especie. La COMPRENSIÓN convertida en RESORTE SECRETO de la acción es
formidable, maravillosa, edificante y esencialmente dignificante.
La
acción basada en la recordación de lo que hemos leído, del ideal al que
aspiramos, de la norma, de conducta que nos han enseñado, de las experiencias
acumuladas en la memoria, etc., es calculadora, depende de la opción
deprimente, es dualista, se basa en la elección conceptual y sólo conduce
inevitablemente al error y al dolor.
Eso de
acomodar la acción a la recordación, eso de tratar de modificar la acción para
que coincida con los recuerdos acumulados en la memoria, es algo artificioso,
absurdo sin espontaneidad y que inevitablemente sólo puede conducirnos al error
y al dolor.
Eso de
pasar exámenes, eso de pasar año, lo hace cualquier mentecato que tenga una
buena dosis de astucia y memoria.
Comprender
las materias que se han estudiado y en las cuales se nos va a examinar, es algo
muy distinto, nada tiene que ver con la memoria, pertenece a la verdadera
inteligencia que no debe ser confundida con el intelectualismo.
Aquellas
personas que quieren basar todos los actos de su vida en los ideales, teorías y
recuerdos de toda especie acumulados en las bodegas de la memoria, andan
siempre de comparación en comparación y donde existe comparación existe también
la envidia. Esas gentes comparan sus personas, sus familiares, sus hijos con
los hijos del vecino, con las personas vecinas. Comparan su casa, sus muebles,
sus ropas, todas sus cosas, con las cosas del vecino o de los vecinos o del
prójimo. Comparan sus ideas, la inteligencia de sus hijos con las ideas de
otras gentes, con la inteligencia de otras personas y viene la envidia que se
convierte entonces en el resorte secreto de la acción.
Para
desgracia del mundo todo el mecanismo de la sociedad se basa en la envidia y el
espíritu adquisitivo. Todo el mundo envidia a todo el mundo. Envidiamos las
ideas, las cosas, las personas y queremos adquirir dinero y más dinero, nuevas
teorías, nuevas ideas que acumulamos en la memoria, nuevas cosas para
deslumbrar a nuestros semejantes, etc.
En la
COMPRENSIÓN VERDADERA, legítima, auténtica, existe verdadero amor y no mera
verbalización de la memoria.
Las
cosas que se recuerdan, aquello que se le confía a la memoria, pronto cae en el
olvido porque la memoria es infiel. Los estudiantes depositan en los almacenes
de la memoria, ideales, teorías, textos completos que de nada sirven en la vida
práctica porque al fin desaparecen de la memoria sin dejar rastro alguno.
Las
gentes que sólo viven leyendo y leyendo mecánicamente, las gentes que gozan
almacenando teorías entre las bodegas de la memoria destruyen la mente, la
dañan miserablemente.
Nosotros
no nos pronunciamos contra el verdadero estudio profundo y consciente basado en
la comprensión de fondo. Nosotros sólo condenamos los métodos anticuados de la
pedagogía extemporánea. Condenamos todo sistema mecánico de estudio, toda
memorización, etc. La recordación sale sobrando donde existe verdadera
comprensión.
Necesitamos
estudiar, se necesitan los libros útiles, se necesitan los maestros y maestras
de escuela, colegios, universidades. Se necesita el GURÚ, los guías
espirituales, mahatmas, etc. pero es necesario comprender en forma íntegra las
enseñanzas y no meramente depositarlas entre las bodegas de la infiel memoria.
Jamás
podremos ser verdaderamente libres mientras tengamos el mal gusto de estarnos
comparando a sí mismos con el recuerdo acumulado en la memoria, con el ideal,
con lo que ambicionamos llegar a ser y no somos, etc. etc.
Cuando
verdaderamente comprendamos las enseñanzas recibidas, no necesitamos
recordarlas en la memoria, ni convertirlas en ideales.
Donde
existe comparación de lo que somos aquí y ahora con lo que queremos llegar a
ser más tarde, donde existe comparación de nuestra vida práctica con el ideal o
modelo al cual queremos acomodarnos, no puede existir verdadero amor.
Toda
comparación es abominable, toda comparación trae miedo, envidia, orgullo, etc.
Miedo de no lograr lo que queremos, envidia por el progreso ajeno, orgullo
porque nos creemos superiores a los demás. Lo importante en la vida práctica en
que vivimos, ya seamos feos, envidiosos, egoístas, codiciosos, etc., es no
presumir de santos, partir de cero absoluto, y comprendernos a sí mismos
profundamente, tal como somos y no como queremos llegar a ser o como presumimos
ser.
Es
imposible disolver el YO, el MI MISMO, si no aprendemos a observamos, a
percibir para comprender lo que realmente somos aquí y ahora en forma efectiva
y absolutamente práctica.
Si
realmente queremos comprender debemos escuchar a nuestros maestros, maestras,
gurús, sacerdotes, preceptores, guías espirituales, etc., etc.
Los
muchachos, y muchachas de la nueva ola han perdido el sentido del respeto, de
la veneración a nuestros padres, maestros, maestras, guías espirituales, gurús,
mahatmas, etc.
Es
imposible comprender las enseñanzas cuando no sabemos venerar y respetar a
nuestros padres, maestros, preceptores o guías espirituales.
La
simple recordación mecánica de lo que hemos aprendido sólo de memoria sin
comprensión de fondo, mutila la mente y el corazón y engendra envidia, miedo,
orgullo, etc.
Cuando
de verdad sabemos escuchar en forma consciente y profunda surge dentro de
nosotros un poder maravilloso, una comprensión formidable, natural, sencilla,
libre de todo proceso mecánico, libre de toda cerebración, libre de toda
recordación.
Si se
descarga el cerebro del estudiante del enorme esfuerzo de memoria que debe
realizar, será totalmente posible enseñar la estructura del núcleo y la tabla
periódica de los elementos a los alumnos de segunda enseñanza y hacer
comprender la relatividad y los Quanta a un bachiller.
Como
hemos platicado con algunos profesores y profesoras de escuelas secundarias
comprendemos que se aferran con verdadero fanatismo a la vieja pedagogía
anticuada y extemporánea. Quieren que los alumnos y alumnas aprendan todo de
memoria aunque no lo comprendan.
A veces
aceptan que es mejor comprender que memorizar pero entonces insisten en que las
fórmulas de física, química, matemáticas, etc. deben grabarse en la memoria.
Es
claro que dicho concepto es falso, porque cuando una fórmula de física,
química, matemáticas, etc., es debidamente comprendida no sólo en el nivel
intelectual, sino también en los otros niveles de la mente como son el
inconsciente, subconsciente, infraconsciente etc. etc. etc. No se necesita
grabar en la memoria, viene a formar parte de nuestra psiquis y puede
manifestarse como conocimiento instintivo inmediato cuando circunstancias de la
vida lo exigen.
Este
conocimiento ÍNTEGRO nos viene a dar una forma de OMNISCIENCIA, un modo de
manifestación consciente objetiva.
La
comprensión de fondo y en todos los niveles de la mente sólo es posible
mediante la meditación introspectiva profunda.
CAPITULO XIV
INTEGRACIÓN
Uno de
los anhelos más grandes de la Psicología es llegar a la INTEGRACIÓN TOTAL.
Si el
YO fuera INDIVIDUAL, el problema de la INTEGRACIÓN PSICOLÓGICA seria resuelto
con suma facilidad, pero para desgracia del mudo el YO existe dentro de cada
persona en forma PLURALIZADA.
El YO
PLURALIZADO es la causa fundamental de todas nuestras íntimas contradicciones.
Si
pudiéramos vernos en un espejo de cuerpo entero tal como somos PSICOLÓGICAMENTE
con todas nuestras íntimas contradicciones, llegaríamos a la penosa conclusión
de que no tenemos todavía verdadera individualidad.
El
organismo humano es una máquina maravillosa controlada por el YO PLURALIZADO
que es estudiado a fondo por la PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA.
Voy a
leer el periódico dice el YO INTELECTUAL; Quiero asistir a la fiesta exclama el
YO EMOCIONAL; al DIABLO con la fiesta gruñe el YO DEL MOVIMIENTO, mejor me voy
a pasear, YO no quiero pasear grita el YO del instinto de conservación, tengo
hambre y voy a comer, etc.
Cada
uno de los pequeños YOES que constituyen el EGO, quiere mandar, ser el amo, el
señor.
A la
luz de la Psicología revolucionaria podemos comprender que el YO es legión y que
el Organismo es una máquina.
Los
pequeños YOES riñen entré sí, se pelean por la supremacía, cada uno quiere ser
el jefe, el amo, el señor.
Esto
explica el lamentable estado de desintegración psicológica en que vive el pobre
animal intelectual equivocadamente llamado HOMBRE.
Es
necesario comprender lo qué significa la palabra DESINTEGRACIÓN en PSICOLOGÍA.
Desintegrarse es desbaratarse, dispersarse, desgarrarse, contradecirse, etc.
La
principal causa de DESINTEGRACIÓN PSICOLÓGICA es la envidia que suele
manifestarse a veces en formas exquisitamente sutiles y deliciosas.
La
envidia es polifacética y existen millares de razones para justificarla. La
envidia es el resorte secreto de toda la maquinaria social. A los Imbéciles les
encanta justificar la envidia.
El rico
envidia al rico y quiere ser más rico. Los pobres envidian a los ricos y
quieren ser ricos también. El que escribe envidia al que escribe y quiere
escribir mejor. El que tiene mucha experiencia envidia al que tiene más
experiencia y desea tener más que aquel.
Las
gentes no se contentan con pan, abrigo y refugio. El resorte secreto de la
envidia por el automóvil ajeno, por la casa ajena, por el traje del vecino, por
el mucho dinero del amigo o del enemigo, etc. produce deseos de mejorar,
adquirir cosas y más cosas, vestidos, trajes, virtudes, para no ser menos que
otros etc. etc. etc.
Lo más
trágico de todo esto es que el proceso acumulativo de experiencias, virtudes,
cosas, dineros, etc. robustece el YO PLURALIZADO intensificándose entonces
dentro de nosotros mismos las íntimas contradicciones, las espantosas
desgarraduras, las crueles batallas de nuestro fuero interno, etc. etc. etc.
Todo
eso es dolor. Nada de eso puede traer contento verdadero al corazón afligido. Todo
eso produce aumento de crueldad en nuestra psiquis, multiplicación del dolor,
descontento cada vez y más profundo.
EL YO
PLURALIZADO encuentra siempre justificativos hasta para los peores delitos y a
ese proceso de envidiar, adquirir, acumular, conseguir, aún cuando sea a
expensas del trabajo ajeno, se le llama evolución, progreso, avance, etc.
Las
gentes tienen la conciencia dormida y no se dan cuenta de que son envidiosas,
crueles, codiciosas, celosas, y cuando por algún motivo llegan a darse cuenta
de todo esto, entonces se justifican, condenan, buscan evasivas, pero no
comprenden.
La
envidia es difícil de descubrirse debido al hecho concreto de que la mente
humana es envidiosa. La estructura de la mente se basa en la envidia y la
adquisición.
La envidia
comienza desde los bancos de la escuela. Envidiamos la mejor inteligencia de
nuestros condiscípulos, las mejores calificaciones, los mejores trajes, los
mejores vestidos, los mejores zapatos, la mejor bicicleta, los hermosos
patines, la bonita pelota, etc. etc.
Los
maestros y maestras llamados a formar la personalidad de los alumnos y alumnas,
deben comprender lo que son los infinitos procesos de la envidia y establecer
dentro de la PSIQUIS de sus estudiantes el cimiento adecuado para la comprensión.
La
mente, envidiosa por naturaleza, sólo piensa en función del MÁS: "YO puedo
explicar mejor", "YO tengo más conocimientos", "YO soy más
inteligente", "YO tengo más virtudes", más santificaciones, más
perfecciones, más evolución, etc.
Todo el
funcionalismo de la mente se basa en el MÁS. EL MÁS es el intimo resorte
secreto de la envidia.
EL MÁS
es el proceso comparativo de la mente. Todo proceso comparativo es ABOMINABLE.
Ejemplo: Yo soy más inteligente que tú. Fulano de tal es más virtuoso que tú.
Fulana de tal es mejor que tú, más sabia, más bondadosa, más bonita, etc. etc.
El MAS
crea el tiempo. EL YO PLURALIZADO necesita tiempo para ser mejor que el vecino,
para demostrarle a la familia que es muy genial y que puede, para llegar a ser
alguien en la vida, para demostrarle a sus enemigos, o aquellos a quienes
envidia, que es más inteligente, más poderoso, más fuerte, etc.
El
pensar comparativo se basa en la envidia y produce eso que se llama
descontento, desasosiego, amargura.
Desgraciadamente
las gentes van de un opuesto a otro opuesto, de un extremo a otro, no saben
caminar por el centro. Muchos luchan contra el descontento, la envidia, la
codicia, los celos, pero la lucha contra el descontento no trae jamás el
verdadero contento del corazón.
Es
urgente comprender que el verdadero contento del corazón tranquilo, no se
compra ni se vende y sólo nace en nosotros con entera naturalidad y en forma
espontánea cuando hemos comprendido a fondo las causas mismas del descontento;
celos, envidia, codicia, etc. etc.
Aquellos
que quieren conseguir dinero, magnífica posición social, virtudes,
satisfacciones de toda especie, etc. con el propósito de alcanzar el verdadero
contentamiento, están totalmente equivocados porque todo eso se basa en la
envidia y el camino de la envidia no puede jamás conducirnos al puerto del
corazón tranquilo y contento.
La
mente embotellada en el YO PLURALIZADO hace de la envidia una virtud y hasta se
da el lujo de ponerle nombres deliciosos. Progreso, evolución espiritual,
anhelo de superación, lucha por la dignificación, etc. etc. etc.
Todo
esto produce desintegración, íntimas contradicciones, luchas secretas,
problemas de difícil solución, etc.
Es
difícil hallar en la vida alguien que sea verdaderamente ÍNTEGRO en el sentido
más completo de la palabra.
Resulta
totalmente imposible lograr la INTEGRACIÓN TOTAL mientras exista dentro de
nosotros mismos el YO PLURALIZADO.
Es
urgente comprender que dentro de cada persona existen tres factores básicos,
Primero: Personalidad. Segundo: YO PLURALIZADO. Tercero: El material psíquico,
es decir, LA ESENCIA MISMA DE LA PERSONA.
El YO
PLURALIZADO malgasta torpemente el material psicológico en explosiones atómicas
de envidia, celos, codicia, etc. etc. Es necesario disolver el YO pluralizado, con
el propósito de acumular dentro, el material psíquico para establecer en
nuestro interior un centro permanente de conciencia.
Quienes
no poseen un centro permanente de conciencia, no pueden ser íntegros.
Solo el
centro permanente de conciencia nos da verdadera individualidad.
Solo el
centro permanente de conciencia nos hace íntegros.
V.M. SAMAEL AUN WEOR.
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