EL OPTIMISMO, LA MUSICA Y LA ROSA
Quisiéramos dejar en este Capítulo bien
expresado, a cuánto alcanza nuestra dedicación y sincero amor por lo que
llamamos optimismo y música.
Lo primero, viene a ser para nosotros, como
un amuleto, como un poderoso imán de la buena suerte, como una panacea
universal de efecto indudable, cuyo éxito es seguro dentro de la tribulación
borrascosa de cada alma. Para nosotros los Rosa Cruz es nuestra más querida
mascota, y debiera serlo también para todo espiritualista que crea en el poder
de las fuerzas mentales.
Vamos a explicarnos.
Los Teósofos de la Escuela Oriental nos han
importado y han tratado de popularizar las ideas de Karma y Reencarnación…
Ideas éstas, que verdaderamente, con una u otra interpretación, han sido aceptadas
por todos los sistemas religiosos. Pero tachamos de improcedentes los
medios de propagación,
porque en ellos
vibra una tonalidad
triste, oscura, discordante, de un pesimismo absurdo, que siempre es
peligroso…
Consciente o inconscientemente, hemos
cometido errores en nuestras vidas pasadas y la espada de Damocles pende rígida
en amenaza perpetua sobre nuestras cabezas, pues esa Ley de Karma castiga en
efecto, y su castigo abarca todos los actos de nuestra vida para ofrecernos más
tarde, en vidas venideras, su dulce recompensa. Es otra vez la amenaza
constante de un Infierno y de un Cielo, que han sido los temas explotados con
pingües beneficios por todas las religiones.
Es nuestra costumbre forjar proyectos y
desecharlos después. Establecer principios y abandonarlos luego. Proponernos
una cosa y hacer más tarde otra distinta. Edificamos y reconstruimos,
almacenando esperanzas, y luego todo nuestro edificio ilusorio se viene abajo,
al menor soplo, para caer rendidos en brazos de la desilusión. Pero no
observamos que entre todo este ir y venir, entre este pro y este contra, va
perennemente un hilo negro de pesimismo dañino, que es el que no nos permite
que la idea buena, bien concebida, bien orientada, llegue a cristalizar…
Verdad que hoy, más que nunca, estamos
rodeados de peligros y miserias y jamás la situación económica del Mundo ha
sido tan mala como ahora, después del nefasto tratado de Versalles, que ha sido
un castigo indudable para todos. Pero nos preguntamos: ¿Es útil, es bueno, es
edificante ver siempre el lado oscuro, el lado negativo de las cosas?. No. Mil
veces, no.
El autor goza del sobrenombre de Apóstol del
Optimismo, que es predicado a toda costa, y podemos asegurar que ha sido y será
siempre nuestro más poderoso amuleto. Con él fuimos urdiendo y bordando nuestro
futuro, y así se va realizando poco a poco de una manera admirable.
Sonreíd siempre, lectores queridos. Que la
más sana alegría corone todas vuestras empresas, y grabad siempre en vuestro
propio corazón, como una Rosa luminosa, el más sano optimismo. El os llevará y
os guiará a través de las malezas del camino, y cuando la
noche sea más tormentosa y cruel, cuando sea
más oscura y llena de tinieblas, se encenderá como un faro para alumbrar
vuestra senda llena de sonrisas y de amoroso júbilo.
Lancemos a diaria, en cada hora, a cada
instante, ideas de éxito, de conquista, de bienestar. Sintámonos vencedores y
no vencidos. Disparemos con nuestra antena ondas de buena suerte, y ella os
llegará atraída por la corriente homogénea.
Si las Logias y Centros que hemos organizado
juntamente con la Iglesia Católica no tuvieran otro objeto que repetir y
enseñar siempre cuáles son los resultados del optimismo, bastaría esta sola
Obra para justificar ampliamente su existencia, pues si todos los hombres
optimistas se unieran y lanzaran sus fuertes vibraciones en ese sentido, se
salvarán naciones y pueblos enteros.
Hagámoslo así. Seamos los portavoces del
optimismo para el Mundo y tratemos de construir en forma plástica un modo mejor
de vida. No veamos nunca por el lado oscuro de las cosas. Sea nuestra mirada
para los grandes horizontes, claros y abiertos, que un rayo de Sol va tiñendo
de rosados matices. El escepticismo, el pesimismo, están simbolizados por la
Rosa hundida en la Cruz. Hagamos que ésta florezca…
Por eso consideramos que la Música es el
mejor vehículo de expresión, por ser el
Arte Supremo por excelencia, y el que mejor
puede darnos la sensación de un optimismo francamente espiritual…
Una
vez en América,
tuvimos ocasión de tratar a
un Ocultista al
cual le era
indiferente la Música. Durante una amena
conversación sobre este Arte con varios de nuestros discípulos, hubo de
confesar que no sentía impresión alguna al oír tocar una Obra de Música y que
no podía diferenciar la buena de la mala… ¡Pobre de él!. Le dijimos, entonces,
que no servía para nuestra Escuela Rosa Cruz. Que la Música era una vía para la
Iniciación y que todo Rosa Cruz, si no sabía pulsar un instrumento, si no sabía
hacer Arte Musical, al menos debería sentirlo…
Tenemos tres figuras Rosa Cruz que fueron
contemporáneas: Mozart, Haydn y Beethoven. El primero, más viejo y
experimentado, sorprendió a los otros con su célebre Flauta Encantada, bien
conocida, que representa una Iniciación del Egipto, sobre todo, cuando es
interpretada por otro músico ocultista, pero moderno, llamado Weingärtner.
Haydn, tanto en sus Siete Palabras, como en El Diablo Jorobado y en sus Misas y
Oraciones, llega a esferas superiores. Pero lo que es más interesante y de más
útil eficacia para nosotros, es su optimismo, su alegría franca, que nos
contagia, hasta en sus Misas…
Para la Iniciación se requiere un adelanto
espiritual que sólo se conquista con la ceremonia iniciática dentro de la Logia
Blanca. Con lecturas no se consigue nada, aunque agotemos toda una Biblioteca
adecuada. Ni con meditar, como pretenden los Teósofos, conseguimos dar el menor
paso. Solo hay una excepción, y ésta es la Música…
INICIACIÓN
Haydn llegó a ella, como Beethoven, mediante
su inspiración y sentimientos musicales, y Mozart, como Wagner, trabajaron
activamente en La Orden. No hay datos que sepamos de que Mozart invitara a
Haydn, a los que unía un íntimo lazo, a practicar, ni habría tenido tiempo para
ello. Pero lo que sabemos es que, durante su larga estancia en Inglaterra,
estuvo relacionado con nuestros hermanos Rosa Cruz.
Bebed, lectores y discípulos, en la fuente
musical de estos grandes hombres. No quisiéramos hablar de los Compositores
Españoles, pero con la sola salvedad del moderno Apóstol de la Música: Maestro
Falla, habríamos de decir que lo que en España se tiene por Música, no lo es;
sobre todo, los sensualismos y gitanerías, que ofrecen los autores de
Zarzuelas. Esto es Obra del Mal. Hace más daño que beneficio.
La Música alemana es otra cosa. Díganlo,
pues, los españoles, que tanto tardaron en reconocer el mérito grandioso del
malogrado Usandizaga, con sus GOLONDRINAS, verdadera música wagneriana, que el
joven artista había asimilado en sus estudios del Conservatorio de Berlín. Y
aunque Leadbeater repita la condenable mentira de las manos cortadas a los
niños en Bélgica por los soldados alemanes, nuestros Músicos demuestran, con su
Obra, que no somos esos temibles salvajes y que aún se puede aprender algo de
nosotros.
Optimismo y Música. He aquí dos caminos
iniciáticos. Dos sendas de redención que una mano invisible va cubriendo de
Rosas…
krumm heller
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