EMOCIONES NEGATIVAS
Introducción
¿Qué se entiende por emociones
negativas? La Psicología Gnóstica, con el término "emociones
negativas", designa a todas las expresiones de los "yoes" que se
ubican en el centro emocional inferior y lo controlan, tales como el miedo, los
celos, la auto-compasión, la auto-consideración, la cólera, el aburrimiento, la
desconfianza en sí mismo y en los demás, etc.
Ordinariamente se acepta la
expresión de emociones negativas como una cosa completamente natural y
necesaria, y también con frecuencia las gentes la llaman
"sinceridad". Desde luego, no sólo son innecesarias y anti-naturales,
sino que nada tiene que ver con la sinceridad; son, simplemente, un signo de
debilidad, un signo de la condición egoica y de impotencia para aprender a
recibir con agrado las manifestaciones desagradables de los semejantes.
En la Psicología Experimental
del Movimiento Gnóstico, existe un precepto relativo a la lucha contra las
emociones negativas: "si queremos transformarnos radicalmente, necesitamos
sacrificar los propios sufrimientos".
No existe placer ni goce que
el ser humano no esté dispuesto a sacrificar por razones fútiles, pero se niega
a sacrificar sus sufrimientos.
El llamado "Arte
Moderno": el teatro, el drama, así como las llamadas
"telenovelas" y "radionovelas", están fundamentadas en
estas emociones negativas que tan grave daño causan.
Con las emociones negativas el
"yo", el Ego; el "mí mismo" se fortifica espantosamente,
obstruyendo toda posibilidad de desarrollo interior.
Las Emociones Negativas.
"No debemos admitir,
dentro de nosotros, las emociones negativas: sentimientos de venganza,
resentimientos, ansiedad por los males que nos causaron, violencia, envidia,
incesante recordación de deudas, etc., etc., etc."
Es claro que nosotros debemos
estar revisando diariamente nuestra conducta; debemos volvernos más reflexivos,
más cuidadosos con nuestros juicios críticos, y muy especialmente más atentos
con nuestras emociones negativas.
En el terreno mismo de la
Psicología, encontramos mucho desorden entre las gentes; todo el mundo es
arrastrado por las emociones negativas y ésto es gravísimo. No hay nada más
dañino, para el desarrollo interior profundo que las emociones negativas.
Cuando ustedes sean asaltados
por alguna emoción negativa, exprésense de ella de la mejor manera posible. Si
una emoción negativa ha llegado, si una emoción de envidia nos está carcomiendo
hasta la médula de los huesos, expresémonos de ella en forma armoniosa, no en
favor de la envidia sino del bien ajeno. Si una emoción de ira nos está sacudiendo
en un instante dado, hablemos con dulzura extraordinaria y en vez de sentirnos
molestos por aquéllo que nos ha herido, hablemos bien de aquél que nos ha
ofendido. Así no seremos heridos internamente.
No es cosa fácil expresarse
bien cuando se tiene una emoción negativa, pero así debe ser. Si tenemos una
emoción de enojo porque alguien nos ha molestado, hablemos con amor, y en bien
de aquél que nos ha molestado. Por lo menos eso, mientras eliminamos los
"agregados" que nos han provocado las emociones negativas. Así no
seremos heridos.
Es claro que no debemos
quedarnos en la superficie: necesitamos eliminar aquellos "elementos
indeseables psíquicos", que nos han provocado alguna emoción negativa, ya
sea de ira, envidia, odio, lujuria, orgullo, etc.
Incuestionablemente, todo el
mundo está sacudido por las emociones negativas y nada puede ser más contagioso
que ellas.
Existen bacterias, virus; de
ello no hay ninguna duda. Las bacterias originan muchas enfermedades y eso está
demostrado en los tubos de ensayo. En cuanto a los virus patógenos, son
infinitamente pequeños y por lo tanto más dañinos. Veamos por ejemplo el virus
del Cáncer. Aunque algunos piensen que no se ha logrado aislar, tenemos que
informar que en Israel ya se aisló. No sabemos con que nombre se bautizó.
Nosotros lo bautizaremos con el nombre de "Cancro" y ya hablamos
ampliamente de él. Es tan pequeñito, que se necesita un poderoso microscopio
electrónico para poderlo estudiar. En todo caso, los virus por ser tan pequeños
resultan más peligrosos, más contagiosos. Sin embargo, las personas
contagiosas, o de emociones negativas, resultan más contagiosas que los virus y
las bacterias.
Esas gentes refunfuñonas,
llenas de envidia, que a todas horas están fastidiando; esas gentes llenas de
morbo a cada instante, esas gentes que tienen complejos de persecución,
hechizadas, que creen que todo el mundo las odia, son negativas y contagian a
los grupos, a los demás.
En nuestro trabajo aislamos a
tales personas, y si no comprenden, si se sienten molestas y piensan que no se
les quiere, se equivocan. Sí se les ama, y sólo se les insinúa que intenten
volverse positivas, simpáticas, magnéticas; se les brinda una oportunidad en
nuestros estudios, pero se les aísla en cierto sentido, porque son peligrosas para
los grupos.
Una persona negativa puede
contagiar a otras personas negativamente, y si dicta una Conferencia, contagia
a miles de personas, son más peligrosas, miles de veces más peligrosas que los
virus y las bacterias.
Hay que especificar quiénes
son las personas negativas y cuáles son las emociones negativas. No basta decir
"fulano o zutano es una persona negativa"; no, hay que especificar
quiénes son los negativos.
Si una persona está todo el
día gritando, refunfuñando, vociferando, ¿será positiva o negativa? Si una
persona está en el Esoterismo y a todas horas se siente "hechizada,
embrujada", y su vida se desenvuelve en ese concepto, ¿será positiva o
negativa? Si una persona es tremendamente lujuriosa y su vida se procesa en
razón de la lujuria; si está llena de espantosas emociones y ve en cada persona
del sexo opuesto una oportunidad sexual, ¿qué diríamos de esa persona? Si una
mirada del sexo opuesto la agita y eso es suficiente para que a todas horas
esté con su lujuria, ¿qué podríamos pensar? Obviamente, se trata de una persona
negativa y esa persona viene a infectar a otras personas. ¡Claro que sí! Si una
persona anda de instante en instante con emociones negativas, infecta a todo el
mundo. El iracundo, que a todas horas "truena y relampaguea", infecta
a otros con su ira. Una persona que a todas horas se siente perseguida, es
negativa.
Me viene a la memoria el caso
de un amigo mío que tenía la costumbre de ponerse las manos debajo de la faja
del pantalón. Un sujeto se le acercó, pistola en mano y le dijo: "¿Qué se
trae usted conmigo?" "¡Nada...!" "¿Y por qué tiene las
manos allí?" "Es una costumbre que yo tengo, señor" -le contestó
mi amigo- "¡Ah, bueno -exclamó el otro-, es que traigo ira...!" He
allí un ejemplo de alguien negativo, que contagia a todo el mundo. Gentes así,
tienen que apartarse de los grupos; gentes así, no entienden o no comprende que
son negativas, creen que uno no las ama y sí las ama. Sencillamente, son gentes
contagiosas que impiden el desarrollo interior profundo del Ser, he allí la
parte grave.
Es necesario que nosotros
nunca nos dejemos llevar por las emociones negativas. Cuando una emoción
negativa nos sacuda, bien vale la pena que nosotros conozcamos qué clase de
"agregado psicológico" la ha producido y después de haberlo observado
en acción, someterlo a la técnica de la meditación para desintegrar dicho
"agregado". De lo contrario, ¿cómo haríamos?
Lo más grave es que las
emociones negativas vuelven mentiroso al ser humano. La mentira produce una
conexión equivocada, porque la energía del "Anciano de los Días" (el
Ser del Ser), que fluye armoniosamente a través de los diez Sephirotes de la
Kábala Hebraica, hasta llegar al reino de Malchut, la persona psico-física, se
conecta mal, produce una dislocación intencional de la mente, y en consecuencia
surge la mentira.
Se puede ser mentiroso por una
emoción negativa, que nos vuelve calumniadores y mentirosos, o se puede ser
mentiroso conscientemente y a voluntad. En todo caso, es una conexión negativa
de la mente con los Centros Superiores del Ser, se produce una dislocación de
la mente con los Centros Superiores del Ser.
Se debe decir la verdad,
cueste lo que cueste y salga lo que salga, decir la verdad y nada más que la
verdad. ¡Esa es la cruda realidad de los hechos!
Las emociones negativas
vuelven mentirosas a las personas, el Karma de los mentirosos es la
monstruosidad. Los niños que nacen con dos cabezas, o deformes, se han
conectado mal con los Centros Superiores del Ser. Consecuencia: vienen a la
existencia con cuerpo deforme (he allí la mentira). Debemos, pues, poner mucha
atención a esta cuestión.
2- POR QUE LAS EMOCIONES
NEGATIVAS NOS VUELVEN MENTIROSOS.
"Necesitamos que las
emociones negativas sean eliminadas de nosotros, porque esas emociones
negativas pues no permiten un cambio de fondo. Es imposible transformarnos si
aún poseemos dentro de nosotros emociones negativas. Nosotros tenemos que
erradicar de nuestro corazón las emociones de tipo negativo, que son
verdaderamente perjudiciales en todo sentido".
Conferencia: "Necesidad
de cambiar la forma de pensar"
Una persona que se deja llevar
por las emociones negativas, se vuelve mentirosa en un ciento por ciento.
Conozco el caso de un señor que actualmente se encuentra al borde de la muerte.
Este buen hombre vino a tener una embolia cerebral. ¿Motivo? Muy claro: alguien
le mal informó que su hermana había sido víctima de un fraude; tal informe fue
después examinado y resultó falso. Este señor llama a su hermana y cree en una
infundia difamante que ella le cuenta. La tomó tan en serio, que le dio una
embolia cerebral y en estos momentos se encuentra al borde de la muerte, vean
ustedes, en este caso, de qué manera las emociones negativas vienen a llevarnos
al fracaso. Su hermana sigue convencida de que fue víctima de un fraude. Es
obvio que calumnia a un inocente, pero ella está segura de que fue víctima.
Personalmente investigué el caso y me di cuenta que ella misma se estaba
auto-engañando, se estaba mintiendo a sí misma, víctima de las emociones
negativas, y a su vez calumniando a otra persona en forma inconsciente.
Hay que trabajar el centro
intelectual y también el centro emocional. No hay duda que las emociones
negativas nos vuelven mentirosos, como ya les había dicho a ustedes en alguna
oportunidad. Las emociones negativas nos tornan violentos, las emociones
negativas hacen que nos olvidemos de sí mismos.
Un individuo, por ejemplo
celoso, llevado de la emoción negativa de los celos, pues se vuelve violento,
puede matar a otro y en consecuencia ir a la cárcel; puede tratar mal a su
mujer, tal vez injustamente, etc. De manera que las emociones negativas pueden
convertirlo a uno en calumniador, falso, en violento, en perverso.
Pero es muy difícil, en
verdad, poder controlar las emociones negativas. En un momento estamos tranquilos
y puede que al siguiente momento no lo estemos. Supongamos que estamos aquí,
muy en santa paz, escuchando esta cátedra, y de pronto alguien nos trae una
noticia: nos dicen que un pariente o un hermano de nosotros ha sido fuertemente
golpeado por fulano de tal, o que le pegaron un balazo. Claro, si no tenemos
control sobre sí mismos, salimos "como locos". Abandonamos de
inmediato este lumisial, protestamos en nuestro interior; nos encontramos a
alguien en la calle, le contamos rápidamente lo que sucedió, y puede darse el
caso de que al llegar al lugar donde se dice acaeció la tragedia, nada ha
pasado, era una falsa alarma. Entonces, ¿qué sucedió? Uno, abandonamos la
cátedra; lo otro, calumniamos a alguien; lo otro, asumimos actitudes violentas,
y lo otro, que fue lo peor, pues fortificamos los "yoes" que tenemos
en la parte negativa del centro emocional, en vez de desintegrarlos.
¡Vean ustedes cuánto daño
pueden hacernos las emociones negativas! Por una emoción negativa podemos
volvernos asesinos, por una emoción negativa podemos volvernos perversos, por
una emoción negativa podemos nosotros calumniar al prójimo, por una emoción
negativa, podemos nosotros levantar falsos juicios sobre nuestro mejor amigo,
etc. Y sin embargo, tenemos esa marcada tendencia a dejarnos llevar siempre de
las emociones negativas, no hemos aprendido a ser austeros, impávidos, serenos
mesurados.
Así que, introducir la Gnosis
en nuestra forma de pensar, para cambiar, e introducirla en el centro
emocional, cuesta un poco de trabajo. Pero si nosotros pensamos en lo que son
los centros de la máquina orgánica, por ejemplo, el centro intelectual, que
tiene algo del centro emocional y algo del centro del movimiento, ¿cómo
podríamos nosotros conseguir que el centro emocional inferior quede bajo
control total? Si decimos: "voy a tener fuerza de voluntad, no me voy a
dejar llevar de emociones violentas negativas en ningún momento", puede
ser que a las primeras de cambio fallemos terriblemente. Entonces necesitamos
introducir la Gnosis, aquí, en la mente, sentir la emoción superior que produce
la Gnosis y con el poquito de voluntad que hayamos adquirido, pues junto con la
Gnosis, la emoción superior nos permitirá controlar completamente a las
emociones inferiores negativas.
En todo caso, se necesita
controlar a la emoción inferior con la emoción superior. Controlemos, pues, a
las emociones inferiores con las superiores, metamos Gnosis dentro del cerebro
para que nuestra forma de pensar cambie y vivamos de acuerdo con los principios
y las reglas del Gnosticismo Universal. Modifiquemos, pues, el proceso del
pensar y habrá una especie de emoción intelectual en nuestra cabeza. Eso, más
un poquito de voluntad, nos permitirá controlar a las emociones inferiores.
Obviamente, la destrucción
total de las emociones inferiores adviene con la aniquilación de aquellos
"elementos psíquicos indeseables" que se relacionan, precisamente,
con la parte emocional inferior. Pero entre tanto, y mientras tales elementos
son eliminados, debemos controlar al centro emocional inferior con la parte
emotiva del intelecto, un intelecto alumbrado por la mística gnóstica. Ese es
el camino obvio a seguir, solo por ese camino podría procesarse verdaderamente
un cambio, que es tan necesario.
3- LAS EMOCIONES NEGATIVAS Y
LA TRANSFORMACIÓN DE LAS IMPRESIONES.
"Qué diremos nosotros,
mis caros discípulos, sobre los tres alimentos? Ya expliqué, la vez pasada,
cómo es que uno se alimenta con el primer alimento, el alimento del cuerpo
físico (no pienso añadir nada de eso). Luego hablamos también sobre el segundo
alimento, que es la respiración, más importante que aquél que va al estómago.
Pero hay un tercer alimento, del que les dije a ustedes, que es el de las
Impresiones. Nadie puede vivir sin impresiones, ni siquiera un minuto".
"Las representaciones de
la Mente".
Desgraciadamente, el ser
humano no sabe seleccionar sus impresiones: abre las puertas a todas las
impresiones negativas.
¿Qué dirían ustedes, por
ejemplo, ahora que estamos aquí, en este salón, si le abriéramos la puerta a
unos ladrones para que entraran? Pregunto a estos hermanos que nos acompañan
aquí, en esta plática: ¿a ustedes les parecería correcto que se le abriera la
puerta, por ejemplo al vandalaje? Obviamente cometeríamos un absurdo y ustedes
lo demandarían. Sin embargo, no hacemos lo mismo con las impresiones: le
abrimos las puertas a todas las impresiones negativas del mundo. Estas penetran
en nuestra psiquis y hacen destrozos allá adentro, se transforman en
"agregados psíquicos" y desarrollan en nosotros el centro emocional
negativo. En conclusión: nos llenan de lodo, pero se las abrimos.
¿Será correcto eso? ¿Será
correcto que una persona que viene, por ejemplo, llena de impresiones
negativas, que emanan de su centro emocional negativo, sea acogida por
nosotros, que abramos las puertas a todas las emociones negativas de esa
persona?
Parece que no sabemos
seleccionar las impresiones y eso es muy grave. Nosotros debemos aprender a
abrir y cerrar las puertas de nuestra psiquis a las impresiones: abrir las
puertas a las impresiones nobles, limpias, cerrarlas a las impresiones
negativas y absurdas. O sea, las impresiones negativas causan daño, desarrollan
el centro emocional negativo en nosotros, nos perjudican.
¿Por qué hemos de abrir las
puertas a las impresiones negativas? Vean ustedes lo que uno hace estando en
grupo, en multitudes. Yo les aseguro que ninguno de ustedes, por ejemplo
ahorita, se atrevería a salir a la calle a lanzar piedras contra nadie,
¿verdad? Sin embargo, en grupos, quién sabe. Puede que alguien se meta dentro
de una manifestación pública y esté enardecido por el entusiasmo, y si las
multitudes lanzan piedras, él también resulta lanzando piedras, aunque después
se diga a sí mismo: "¿Y por qué las lancé, por qué hice eso?".
Recuerdo una de esas
manifestaciones, hace unos cuantos años, cuando los maestros de escuela se
levantaron en muchas huelgas, protestas y manifestaciones. Entonces vimos cosas
insólitas (aquí, en pleno Distrito Federal, hace unos 10 o 15 años) ¿Qué vimos?
A profesores muy decentes, muy cultos, muy dignos, que ya en multitud,
agarraban piedras y las lanzaban con fuerza contra vidrios, contra las gentes,
contra quienes podían. Esos profesores de escuela nunca lo hubieran hecho a
solas, pero sí en multitud. En grupos, el ser humano se comporta muy distinto,
hace cosas que nunca haría a solas. ¿A qué se debe eso? Pues a las impresiones
negativas, a que él le abre sus puertas a las impresiones negativas, y resulta
haciendo lo que nunca haría a solas. Por eso es necesario que nosotros
aprendamos a seleccionar nuestras impresiones.
Cuando uno abre las puertas a
las impresiones negativas, no solamente altera el centro emocional que está en
el corazón, sino que lo torna negativo. Si abre uno sus puertas, por ejemplo, a
la emoción negativa de una persona que viene llena de ira, porque alguien le
ocasionó algún daño, entonces termina uno, pues, aliado con esa persona y en
contra de aquélla que ocasionó el daño. Termina uno lleno de ira, sin siquiera
tener parte tampoco en el asunto.
Supongamos que uno le abre las
puertas a las impresiones negativas de un borracho, al que encontramos durante
una "pachanga". Entonces termina uno aceptándole una copita al
borracho, y luego dos, tres, diez. Conclusión: borracho también.
Supongamos que uno le abre las
puertas a las impresiones negativas, por ejemplo, a una persona del sexo
opuesto. Termina uno también fornicando, cometiendo toda clase de delitos. Y si
le abrimos las puertas a las impresiones negativas de un drogadicto, resultamos
también fumando marihuana (¡y con semilla y todo!). Conclusión: ¡fracaso!
Así es como los seres humanos
se contagian unos a otros. Dentro de ambientes negativos, los borrachos
contagian a los borrachos, los ladrones vuelven ladrones a los otros, los
ladrones homicidas contagian a otros, los drogadictos se contagian entre sí, y
se multiplican los drogadictos, se multiplican los asesinos, se multiplican los
ladrones, se multiplican los usureros. ¿Por qué? Porque cometemos siempre el
error de abrirle las puertas a las emociones negativas, y eso no está correcto.
¡Seleccionemos las
impresiones! Si alguien nos trae emociones positivas de luz, de armonía, de
belleza, de sabiduría, de amor, de poesía, de perfección, abrámosle las puertas
de nuestro corazón. Pero si alguien nos trae emociones negativas de odio, de
violencia, de celos, de drogas, de alcohol, de fornicación, de adulterio, ¿por
qué tenemos que abrirle las puertas de nuestro corazón? ¡Cerrémosla, cerremos
las puertas a las impresiones negativas!
Cuando uno reflexiona en todo
esto, puede perfectamente modificarse, hacer de su vida algo mejor.
4- LA AUTO-CONSIDERACION Y EL
CENTRO DE GRAVEDAD CONSCIENTE.
"Ha llegado el momento de
reflexionar muy seriamente sobre eso que se llama Consideración Interna.
No cabe la menor duda sobre el
aspecto desastroso de la Auto-Consideración Intima. Esta, además de hipnotizar
la Conciencia, nos hace perder muchísima energía".
Samael Aun Weor.
"Tratado de Psicología
Revolucionaria", Cap. 24.
Sabido es que para crear una
Luna en nosotros, es decir, un Centro de Gravedad Consciente, esto es: un
Centro de Gravedad Permanente, hay que apelar a una tercera fuerza, eso es
obvio. Esa tercera fuerza es el trabajo esotérico. Nosotros aquí vamos dándole
a ustedes las enseñanzas que necesitan para que puedan crear, en sí mismos, un
Centro de Gravedad Consciente. Obviamente, quien quiera crearse tal Centro debe
empezar por abandonar las auto-consideraciones, el auto-sentimentalismo.
Cuando uno se quiere mucho a
sí mismo, cuando se considera demasiado, cuando está lleno de
auto-sentimentalismos, suspiros, congojas, tristezas, etc., por lo común odia a
sus semejantes; es decir, cuanto más se ame uno a sí mismo, cuanto más piedad
sienta uno de sí mismo, tanto más odiará a todos aquellos que le rodean. Los
demonios más vengativos, los hombres más perversos, son aquellos que se quieren
demasiado a sí mismos, que se auto-valoran, que están llenos, repito, de
auto-sentimentalismos, de auto-compasión. Más si uno se aborrece a sí mismo,
entonces amará a sus semejantes.
No quiero decirles a ustedes
que uno debe llegar a ser masoquista; no, hasta allá no llego en este discurso.
No hay necesidad de ser masoquista, pero sí quiero decirles que uno debe
reconocer sus propias imperfecciones, uno debe aceptar que es una criatura
mecánica, que la vida de uno se mueve sobre los carriles de los hábitos, de las
costumbres adquiridas; uno debe aceptar que está lleno de celos, de rencores,
de resentimientos espantosos. Cuando uno lo acepta, cuando uno acepta que es un
vil gusano del lodo de la tierra, cuando acepta que es una criatura mecánica,
cuando se aborrece a sí mismo, comienza a crear, dentro de sí, el Centro de
Gravedad Consciente.
SAMAEL AUN WEOR
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