THUNUPA, EL KRISTO ROJO DE
ACUARIO
CAPÍTULO 1
LOS SIGNOS DEL GRAN PACHAKUTI
1.- Definición y cronología
Para que pueda captarse con
plena claridad lo que es un Pachakuti, voy previamente a intentar definir su
intrínseco contenido.
Pachakuti, además de su representación
antropomórfica conocida míticamente, conserva registros en la Naturaleza que
refuerzan las tradiciones orales transmitidas por generaciones,
principalmente entre las
culturas andinas y las leyendas amazónicas - aunque por doquiera existen sus
vestigios identificables- y que cíclicamente es encarnado por un legendario Ser
semi-Divino y semi-humano, es en realidad una determinación cronológica de
Orden Cósmica, de un recorrido espacial cumplido en cada uno de los infinitos
universos, el cual transcurre en cierto tiempo histórico y cuyo Espíritu toma
forma humana para su manifestación donde le corresponda, buscando lo más
calificado de la especie para otorgarle su regencia.
Pachakuti se debe entender
desglosado así: Primero un Pequeño Pachakuti o Menor, que ocurre cada trece mil
lunas, esto es mil años, mientras que un Gran Pachakuti se cumple cada
trece milenios;
consiguientemente Pachakuti es también y fundamentalmente el anuncio y la
plasmador del fin de una determinada época, que agotó sus posibilidades de
realizaciones, y el
advenimiento de otra con
renovadas y superiores proyecciones.
Dicho de otro modo, Pachakuti
moviliza determinadas fuerzas telúricas que combinadas con Energías Cósmicas,
influye grande e inevitablemente en la Psiquis de la humanidad con el propósito
de producir un cambio, obedeciendo los Designios de una Voluntad y Sabiduría
Arquetípica o Divinal; esto se desarrolla materialmente bajo la influencia del
Gran Solionensius, esto es, la Energía ejercida desde las regiones del Sol
Central, y para el caso de nuestra Galaxia, a lo largo de la espacialidad
existente entre todos los Sistemas de los que formamos parte en la Vía Láctea,
llevando Nos la denominación de Sistema Solar de Ors.
Estas mismas manifestaciones
de influencias astrales y en un grado menor, también suelen darse en períodos
de sesenta y cinco años de la cronología terrestre, derivando en verdaderas
conmociones sociales, económicas, políticas, culturales, espirituales,
filosóficas y artísticas, con la finalidad de establecer una nueva
psico-dinámica, aunque en los hechos no siempre acertada, en la búsqueda de
armonía social y equilibrio para la convivencia entre las especies.
Así pues, cada trece mil lunas
o su equivalente de mil años, se produce un gran cambio que activa las
facultades humanas, y lo reitero, no precisa y exclusivamente con resultados
positivos, toda vez que estos alcances dependerán de la orientación que las
humanidades den a este resorte de alcance universal en su específica
polarización ante el proceso transformador; esto es tratándose de un Pachakuti
Menor.
Un Gran Pachakuti se procesa
cada trece mil años y cuando éste llega a su máxima expresión, anuncia
estelarmente el inicio de una Misión Cósmica desarrollada de dos maneras: una
de orden antropogenética que se opera universalmente cada seis mil quinientos
años, siendo el término que utilizan los Archi-Biólogos y Archi-Químicos, Seres
inmensamente Divinos, como responsables ante el Supremo Creador, de evaluar,
corregir y auxiliar en los espacios infinitos, los diversos niveles de
evolución de las especies, sean minerales, vegetales, animales o humanas,
desprendiéndose de estas últimas, las que han degenerado en infra-humanidades y
las que han trascendido a estados anímicos superlativos.
La otra misión que es de orden
biológica, se consuma cada trece mil años y determina la aparición de una nueva
era geológica que influye en nuestra esfera terrestre y el Sistema Solar de
Ors, provocando una transformación del equilibrio y magnetismo de los astros, al
igual que en toda la manifestación infinita de la materia; en este caso la
Tierra sufre cada Gran Pachakuti una revolución geológica trastocando el eje
mismo de la esfera, ocasionando naturalmente una serie de catástrofes y
alteraciones de todo orden como por ejemplo las glaciaciones, y con la
alteración de los ejes, los cambios de posición hemisferio; estas mutaciones
son radicales respondiendo al viaje de media vuelta que realiza un Zodiaco
Galáctico alrededor de un determinado Universo o Sistema de Galaxias, cuya
duración estimada varía de veintiún mil seiscientos a veintiséis mil años,
comprendiendo reitero, a todo un Sistema de Galaxias entre las reconditeces de
todos los infinitos espacios, y produciendo en cada Zodiaco 26 Pequeños
Pachachos, cuatro Supervisor Atropo-mosco-genéticas y dos Grandes Pachachos que
son Revisiones Biológicas, el uno a la vez Destructor y Regenerador, y el otro
al final del ciclo, que es el período de la Gran Restauración o del Jubileo
Celestial.
Como ahora estamos en la iniciación
de un Gran Pachakuti que es la mitad del recorrido de un Zodiaco, nuestra
esfera principalmente, en su condición de astro rezagado del concierto de
influencias solares, padecerá en breve verdaderos cataclismos, terremotos,
maremotos, huracanes, ciclones, erupciones volcánicas, cambios climáticos,
sequías, inundaciones, hundimientos, así como una serie interminable de otras
calamidades que se operarán inexorablemente, salvo que se proceda a la directa
intervención de Seres Superiores para paliar de algún modo la situación que
corresponde tanto por efectos cíclicos, como por excesos espermáticos.
Una vez modificados los polos
se trae aparejado además grandes cambios en la estructura y morfología misma de
los continentes, como ya ha ocurrido tantas veces en pasadas épocas;
considérese por ejemplo que como consecuencia de esas transformaciones las
aguas ocupan
actualmente tres cuartas
partes de la estructura y composición de la Tierra, mientras que la masa sólida
o tierra firme apenas cubre la cuarta parte restante; todas estas mutaciones
que se operan al influjo e imperio de los elementos en permanente revolución
buscando su respectiva hegemonía, se producen cíclicamente con el sumergimiento
de continentes, otros que van emergiendo de las profundidades oceánicas, e
incluso algunos que se desplazan a distancias considerables y modifican su
estructura en forma total.
Tanto la Proto-historia con
sus bien delineados registros en las conformaciones pétreas, mineralógicas y
hasta fosilizadas, así como la Historia Antigua, entre sus Mitos y Leyendas,
además de lo grabado en las más remotas escrituras conocidas por la humanidad
mediante kipus, códices, estelas, papiros, ladrillos, pinturas rupestres y
otros, apoyan científicamente el aserto de sostener que la Tierra originalmente
estaba unida en forma total, y por doquiera se encuentran referencias y datos
concretos sobre los cambios producidos en los anteriores Grandes Pachakutis.
Lo mismo ocurre a nivel de las
ciencias Geológicas, Arqueológicas y Experimentales, que han
encontrado pruebas evidentes e
inequívocas de los llamados "diluvios universales", abundando los
métodos que han permitido una clara demostración de cómo la permanente sucesión
de catástrofes ocurridas en la superficie terrestre principalmente, han dejado
vestigios inexcusables de lo acontecido en el último Gran Pachakuti, esto es,
hace trece mil años. De que esto se trate de ocultar al conocimiento público,
no es culpa de la Ciencia Superior, que se fundamenta sobre bases reales y no
hipotéticas.
Sin embargo, como estoy
hablando de Cosmogénesis y sus intrincadas implicancias, desconocidas en un
mundo que, al menos en este campo, desarrolla su conocimiento científico
sobre elementos meramente
especulativos, toda vez que la humanidad sobre la Tierra casi en su totalidad
ha perdido hace mucho tiempo la natural capacidad que antes detentó de poderse
adentrar a través de la
Conciencia Colectiva y la Genética Cósmica y con la intervención de métodos
superiores de intuición, precognición e iluminación, en los albores mismos de
la Creación, develando lo que hoy constituyen insondables misterios, resulta de
elemental repercusión el eco de lo verificado en el Cosmos, igualmente plasmado
aquí en la Tierra o en el
aparentemente insignificante
átomo de cualquier materia, y por ser de interés para todos Nos al encontrarnos
en esta esfera, no extrañe al lector que generalmente tenga que referirme con
mayor amplitud y para una mejor compresión y ubicación, a nuestro propio
entorno espacial.
Debo entonces decir, aunque reiteradamente,
que estos movimientos cósmicos se dan cronológicamente cada trece mil años,
dando opción a la aparición de Sagrados Seres que emanan de las corrientes
cósmicas de la Humanidad Solar, quienes llegan a observar el comportamiento de
las distintas especies del Universo, comprobando y revalorizando los grados de
evolución alcanzados, no sólo por el Hombre, sino también por toda la Creación
en una específica área que se les determina para el cumplimiento de sus
Misiones, siendo por esta misma razón que cada seis mil quinientos años vienen
estas Visitas Cósmicas al inicio, a la mitad y al concluirse un Gran Pachakuti,
que es a la vez el comienzo de otro nuevo.
Como ya lo tengo adelantado,
Pachakuti también es una fuerza que la encarna un determinado Ser que posee un
cúmulo de grandes valores íntimos, llegando doce Pachakutis Menores cada trece
mil lunas, y el Gran Pachakuti que adviene a la conclusión de un determinado
sistema social o geológico, y al inicio de otro; por este motivo, aparte del
duodécimo Pachakuti que se manifestó mil años atrás, siendo víctima de la
intolerancia religiosa tanto de los Caballeros Tigres como de los Sacerdotes
Nagas y Mallkus ya en franco proceso degenerativo, y por eso mismo, con celos y
maldad, fue Thunupa condenado y muerto por cuatro veces, habiendo vuelto a la
Vida gloriosamente en cada caso; ahora tenemos la aparición triunfal del décimo
tercer Pachakuti que es el Gran Iniciador y el contenedor de un Zodíaco en su
media vuelta espacial.
Con lo referido, rectifico categóricamente
a quienes suponen que nos encontramos en el Décimo Pachakuti, con seguridad
imbuidos de muy buenas intenciones, pero es bueno aclarar en honor a la Verdad,
que hay algo de cierto en las aseveraciones vertidas, ya que el X Pachakuti, no
es otro que Ñoke, Noé o Manú Vaibaswata, esto es, mi condición de Xanón o
Samón, como Hijo Cósmico de Samael, Hiram o Manko Kápak, cumpliendo los
Desideratos instruidos por el propio Salvador, de ser el honroso Restaurador de
la Doctrina Celestial, presentando públicamente a Thunupa como el Kristo Rojo
de Acuario y también a Samael Kristhus o Maitreya Sabaoth, quienes vienen con
Gloria y Poder para despertar a los dormidos inconscientes de la humanidad, con
la firme intención de conducirlos hacia la Luz.
A esto mismo se refieren las
profecías bíblicas y tantas otras Sagradas Escrituras que señalan con toda
precisión una serie de acontecimientos y ciertas fechas claves que se
cumplieron y se darán inequívocamente, pues los Profetas y Videntes, Sabios e
Iluminados de todos los tiempos y Doctrinas, tuvieron acceso directo a ciertos
Conocimientos Supremos, tanto del pasado como del porvenir, dando pruebas
palpables de ser indudablemente despiertos, conscientes y poseedores de
especiales dones del Espíritu.
La vigencia y autoridad de los
Profetas es, por tanto, totalmente clara y manifiesta, pues a diferencia de los
adivinos que aventuran sus predicciones y que demostrado está son ampliamente
falibles, la Profecía acrecienta su valor en la veracidad comprobada de sus revelaciones
cumplidas con fidelidad y exactitud; efectivamente, a través de todos los
tiempos, los Profetas han tenido la visión anticipada de los acontecimientos
futuros y en beneficio de la humanidad han hecho sus revelaciones con precisión
de fechas y lugares, creando expectativas y trascendencia como todo lo que
proviene de lo Divinal. Así entonces se tienen Profetas Mayores y Menores,
también Patriarcas que incluso han sido forjadores de Profetas, contándose
entonces en la parte intrascendente e inversa, con los agoreros del destino,
oráculos falsos, con ciertos visos de aproximación a los hechos por ocurrir,
pero que fatalmente fallan; Reitero: Mientras se cuenta en la Profecía con su
contundencia de predicción y gran antelación de los eventos, demostrando su
procedencia Divina, también existe la falsa ciencia que es la adivinación y por
ser de origen tenebrosa y sólo aproximarse a los hechos, lo que logra es
confundir y atormentar a la humanidad.
En el caso concreto de las
expresiones kabalísticas y proféticas contenidas en la Biblia Hebrea, para
hablar de casos específicos, se pueden tener como ejemplos los Libros de
Isaías, Zacarías o Daniel, mientras que además de Lucas y Pablo en el Nuevo
Testamento Krístico, Juan de Patmos entrega su magistral Apocalipsis que es una
Suma Metrológica de acontecimientos previstos con gran anticipación, mismos que
actualmente se están produciendo o que están por verificarse en el futuro
inmediato.
Las predicciones adivinas en
tanto, han demostrado su falta de realización tal como los casos de triunfo
total pronosticados por ejemplo a Napoleón o Hitler, que resultaron finalmente
ser un fiasco, no obstante sus asombrosas aproximaciones con los hechos reales.
Por: V.M.K. A.Z.F. ÉL TAWA MANU.:. en cuerpo humano DÁVID SERRATE PÉREZ
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