LA ORGANIZACIÓN DE NUESTRO
MUNDO INTERIOR
...Plática de tipo esotérico.
Ante todo debo decirles que esta plática es de tipo, dijéramos, esoterista.
Obviamente no podría interesarle a nadie que no estuviese en relación con este
tipo de ideas.
¿Qué
es lo que más nos preocupa a nosotros en la vida? ¿Cuál es nuestro mayor
anhelo?
Necesitamos saber de dónde
venimos, quiénes somos, para qué existimos y cuál es el objeto de nuestra
existencia.
¿De
qué serviría vivir sin saber quiénes somos? ¿De qué serviría existir por
existir? La vida a la larga se volvería rutinaria, cansona. Ha llegado la hora,
pues, de AUTOEXPLORARNOS PARA CONOCERNOS A SÍ MISMOS, tal cual somos.
Muchas teorías se han escrito
y se seguirán escribiendo, mucho es lo que se ha dicho y lo que se seguirá
diciendo, pero la gente sigue como siempre en la ignorancia: Nadie sabe nada
sobre sí mismo. Conocemos grandes intelectuales, lumbreras del saber, eruditos,
pero, sobre sí mismos, nada saben.
Mucho, en realidad de verdad,
es lo que se opina y poco lo que de verdad se sabe. Estamos aquí, precisamente,
para tratar de inquirir, de buscar, de indagar. Ustedes están aquí para
escucharme y Yo para hablarles. Mutuamente, unidos, por medio de la Comprensión
Creadora, debemos todos, aquí, tratar de inquirir, tratar de explorar el enigma
maravilloso de sí mismos. ¿Quiénes somos? ¿Por qué
existimos? ¿Dónde estábamos antes de nacer? ¿Qué es lo que nos aguarda más allá
del sepulcro? ¡Enigmas!...
¿De
qué sirve que nos metamos cincuenta mil teorías en la cabeza, si en verdad nada
sabemos sobre nosotros mismos?
La gente nace, crece, se
reproduce, envejece y muere, en la más completa ignorancia. ¿Teorías?
Las hay y preciosas. ¿Sectas?
Por millones, ¿y qué?
Todos aquí, reunidos, vamos a
tratar de inquirir, de buscar, de indagar. Ha llegado la hora, el momento de
saber algo sobre sí mismos.
¿De
qué nos serviría meternos en la cabeza cincuenta mil teorías, si nada sabemos
sobre nosotros mismos? ¿De qué serviría que leyésemos y leyésemos libros, si
sobre sí mismos nada sabemos?
Lo que otros digan, bien
dicho, pero eso no nos consta; lo que otros afirmen puede ser muy bello, pero
nada sabemos sobre sí mismos.
Estamos todos, aquí, reunidos,
precisamente para tratar de buscar, de inquirir: ¿De dónde venimos y para dónde
vamos? ¿Dónde estábamos antes de nacer? ¿Dónde estaremos cuando nuestro cuerpo
de carne y hueso vaya al sepulcro?
Son enigmas que nadie nos ha
resuelto, ni los Sabios más sabios de la Ciencia, son enigmas que debemos
aclarar. El objeto, pues, de nuestra reunión, aquí, esta noche, es precisamente
para tratar, en mutuo acuerdo, de inquirir algo, de saber algo sobre el enigma
de nuestra propia vida.
Ante todo, vamos, aquí
reunidos, a tratar de autoexplorarnos: Tenemos un cuerpo de carne y hueso, un
cuerpo que está formado por órganos. Cada órgano tiene su función específica
completamente definida. Pero también hay algo más, pensamos, sentimos,
deseamos, tenemos ideas, y la Ciencia nada nos dice sobre eso.
Obviamente EXISTE UNA
PSICOLOGÍA INDIVIDUAL, cada uno de nosotros tiene su propia psicología.
Desgraciadamente, las gentes en su mayoría no aceptan que tienen una
psicología.
Fácilmente aceptan que tienen
un cuerpo de carne y hueso porque lo ven, porque lo pueden tocar, pero no
aceptan una psicología porque no la ven, porque no la pueden palpar.
Cuando alguien acepta que
tiene una psicología, de hecho comienza a observarse a sí mismo.
En tanto las gentes no se
observen a sí mismas, toda posibilidad de cambio resulta imposible.
Mas cuando las gentes
comienzan a auto-observarse las posibilidades de cambio se hacen manifiestas.
Al observarnos a sí mismos,
descubrimos que tenemos una vida interior. Nuestros pensamientos son internos,
invisibles, nadie los puede ver, sin embargo, son reales para nosotros;
nuestras ideas son invisibles, nadie las puede ver, pero existen; nuestras
emociones tienen realidad aunque nadie las vea, aunque no se puedan poner sobre
la mesa de un laboratorio para examinarlas.
La Mente, como Fuerza, está
demostrada. Ya oyeron ustedes el caso este, tan sonado, de URI GELLER, el
hombre que con su FUERZA MENTAL dobla metales. Entonces ha quedado demostrado que
la Mente tiene Fuerza. Existen aparatos que pueden medir la Fuerza de la Mente.
Así pues, la Fuerza Mental está demostrada.
Otro tanto podría decirse de
las emociones, de los sentimientos; obviamente, cada emoción tiene su tipo de
onda, cada sentimiento...
Cuando uno escudriña su
organismo descubre la célula viva. Los científicos pueden jugar con la mecánica
de los fenómenos, pero, ¿qué saben ellos sobre el FONDO VITAL? ¡Nada!
Pueden los hombres de Ciencia
hacer inseminaciones artificiales, pero jamás han podido crear un zoospermo y
un óvulo con suficiente posibilidad de dar una nueva criatura.
Se han inventado poderosas
naves que han ido a la Luna, pero no se han podido inventar una semilla de la
más insignificante hierba, de esas que existen sobre la faz de la Tierra, capaz
de germinar.
Y si ponemos sobre la mesa de
un laboratorio los elementos químicos con los cuales está formado un zoospermo
y un óvulo, podrán los científicos hacer el zoospermo y el óvulo, pero de allí
no saldrá una nueva criatura.
Don Alfonso Herrera, el gran
sabio Mexicano (honra y gloria de nosotros, los Mexicanos), inventó la CÉLULA
ARTIFICIAL, una célula maravillosa.
Bien saben los científicos que
Don Alfonso es el autor de la teoría de la PLASMOGENIA. Pero aquélla célula que
él inventó, que él fabricó (igual en todo a una célula viva), fue una célula muerta,
una célula que nunca tuvo verdadera vida.
¿En
qué se basan LOS CIENTÍFICOS MATERIALISTAS enemigos del Eterno para negar lo Divinal?
¿En qué se fundamentan si NO SON CAPACES DE CREAR VIDA? ¿Cuál es su punto de apoyo?
Sin una base no es posible
discutir. Afirmar que Dios no existe y no ser capaces de crear un zoospermo
capaz de engendrar una criatura, es hacer una aseveración sin base, sin
fundamento, es sencillamente lanzar una idea empírica; negar los VALORES
ETERNOS DEL ESPÍRITU cuando no se es capaz de crear vida en un laboratorio, es,
sencillamente, afirmar sofismas de distracción, sofismas absurdos.
Hasta ahora los científicos
Materialistas, enemigos del Eterno, no han sido capaces de crear ni una mosca,
juegan con lo que ya está hecho, injertan una planta mediante lo que ya está
hecho; cogen una planta y con esa injertan otra, pero ellos no hacen la planta.
Sacan las semillas de un lugar
y las pasan a otro lugar, pero ellos no hacen las semillas; unen dos pedazos de
organismos diferentes para crear una cosa amorfa y ponerle un rótulo, pero
ellos no hacen esos dos pedazos de organismos diferentes, ellos no los crean,
ellos no les han dado la vida, y sin embargo, se atreven a negar la Divinidad.
¿Sobre
qué base se atreven, si hasta ahora no Han podido hacer lo que la Divinidad
hace? Si ellos pudieran en un laboratorio hacer un zoospermo y un óvulo,
ponerlo luego en una matriz artificial y de allí sacar una criatura,
obviamente, estarían hablando contra la Divinidad sobre una base de acero
inconmovible, pero hasta ahora no lo han hecho y ni lo podrán hacer jamás.
Lo que sucede es que el
ANTICRISTO está activo; el Anticristo no es como muchos suponen una criatura
venida por allá del Asia, o de la Europa o de cualquier otro lugar misterioso
del mundo, no; el Anticristo no es otra cosa sino la FALSA CIENCIA que hace
“milagros y prodigios” engañosos, y ante la cual se doblegan hasta los más
poderosos Reyes de la Tierra.
¿Quién
no se va a arrodillar al Anticristo? Él hace aviones supersónicos, barcos
extraordinarios, submarinos atómicos, bombas para destruir ciudades indefensas,
etc. ¿Qué rodilla no se va a hincar ante él? Pero son “milagros, prodigios”
engañosos, porque jamás podrán crear vida.
Así pues, ha llegado la hora
de autoexplorarnos para autoconocernos. Obviamente, dentro de cada uno de
nosotros existe un Yo, dentro de cada uno de nosotros se halla el mí mismo, el
sí mismo.
Pero, ¿qué es ese Yo? Hay que
verlo, hay que tocarlo, hay que palparlo para saber qué es. ¿Pero
dónde lo vamos a ver? ¿Fuera de sí mismos? ¡Absurdo! Tenemos que ver al Yo
dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Cuando golpeamos en una puerta nos
preguntan:
–
¿Quién es? Respondemos:
– Yo.
Ahora bien, ¿cómo sabremos
nosotros qué es el Yo? Es necesario aprender a PENSAR PSICOLÓGICAMENTE.
Cuando uno aprende a pensar
psicológicamente abre la MENTE INTERIOR, y entonces conoce de verdad, no porque
otros lo digan o por lo que haya escrito fulano o zutano, o dejado de escribir,
sino por Experiencia Directa, vívida, la Verdad, lo Real, los Misterios de la
Vida y de la Muerte.
Dentro de nosotros hay Tres
Mentes: La una es la MENTE SENSUAL, la Mente que se nutre con las Percepciones
Sensoriales Externas.
Luego viene la MENTE
INTERMEDIA, en la cual están las creencias, las Religiones, las Escuelas, las
Sectas, etc.
Y más allá, en el fondo, está la
MENTE INTERIOR, desgraciadamente está cerrada. Sólo con la Mente Interior
podemos, de verdad, ver los Misterios de la Vida y de la Muerte.
Desgraciadamente, la gente
está atrapada por la Mente Sensual, por la Mente de los Cinco Sentidos, por la
Mente Materialista y grosera. Obviamente, la Mente Materialista no acepta nada Espiritual;
la Mente Materialista y grosera, es Mente, exclusivamente, Sensual.
Jesús el Cristo dijo: “Cuidaos
de la levadura de los Saduceos y de los Fariseos”. ¿Cuál es la LEVADURA DE LOS
SADUCEOS? Es la Doctrina de los Materialistas, la DOCTRINA DE LA MENTE SENSUAL,
la Doctrina de los Cinco Sentidos, Doctrina que niega lo Divinal, Doctrina que
blasfema contra el Eterno; Doctrina que solamente cree en lo que pueden ver con
sus Cinco Sentidos, en lo que pueden tocar, en lo que pueden palpar.
¿Cuál
es la Mente Intermedia? Es, repito, la de los FARISEOS, son esas Doctrinas de
las gentes que no niegan, que creen, pero que tan sólo se preocupan por creer,
que NO TRABAJAN SOBRE SÍ MISMAS; son las gentes que asisten a sus cultos, a sus
Sectas, a sus Escuelas de tipo Espiritual, pero que desgraciadamente no
trabajan sobre sí mismas, que no intentan auto-descubrirse, que no tienen
inquietudes íntimas, que se contentan con creer y nada más que con creer. He
ahí la Doctrina de los Fariseos. Pertenece a la Mente Intermedia.
Cuando uno aprende a pensar
psicológicamente abre la Mente Interior, y entonces pueden llegar a CONOCER POR
EXPERIENCIA DIRECTA los Misterios de la Vida y de la Muerte, no porque otros se
lo digan o porque se lo dejen de decir, sino por sí mismo, por Experiencia
Directa.
Como quiera que estamos aquí
entre un ambiente culto, selecto, entre gente de estudios, pues, estamos
naturalmente en este auditorio de la Universidad de Medicina, hablamos
claramente sobre Psicología Trascendental.
Decía, y es verdad, que las
gentes no admiten nada de tipo Espiritual porque están atrapadas por la
Doctrina de los Cinco Sentidos, por la Doctrina de los Saduceos.
Otros no aceptan lo Esotérico
o Espiritual porque están atrapados con la Doctrina de los Fariseos. Se
contentan con las creencias muertas, pero no trabajan sobre sí mismos, no
intentan auto-descubrirse, no quieren saber nada sobre su propia existencia.
Dichosos los que se liberten
de esas dos levaduras: La de los Saduceos y la de los Fariseos; dichosos los
que habrán, directamente, las puertas de la Mente Interior.
Sólo pensando psicológicamente
podemos abrir esas puertas maravillosas. Cuando uno comienza a observarse a sí
mismo, empieza de hecho a pensar psicológicamente; cuando uno comienza hacer
uso del Sentido de la Autoobservación psicológica, comienza a conocerse.
Amor, ¿Qué es el amor? Odio,
¿Qué es el odio? Envidia, ¿Cuál es la envidia? Vale la pena que nosotros
tratemos de saber algo sobre sí mismos.
El egoísmo, la violencia, la
envidia, el rencor, los resentimientos, no son sino manifestaciones del Ego,
del Yo, del mí mismo, del sí mismo.
Obviamente, todos estamos
llenos de contradicciones y nadie lo puede negar. Esto nos indica que EL YO no
es una unidad como muchos creen, sino UNA MULTIPLICIDAD. Es decir, no tenemos un
sólo Yo sino muchos Yoes: Yo tengo celos, Yo tengo ira, Yo tengo codicia, Yo
tengo envidia, Yo tengo lujuria; Son diversos Yoes; diversos Yoes que luchan
entre sí por la supremacía; diversos Yoes que quieren controlar los Centros del
organismo humano. Así pues, dentro de cada persona hay muchas personas, es
decir, muchos Yoes.
Cada Yo psicológico es
diferente. Cada Yo psicológico tiene un CEREBRO INTELECTUAL, un CEREBRO EMOCIONAL
y un CEREBRO MOTOR.
Dentro de nuestro cuerpo hay
pugnas, hay luchas... ¿Quién podría pensar que dentro del organismo humano haya
tanta pugna? ¿Quién podría admitir que, realmente, dentro de una persona vivan
muchas personas? ¡Y es verdad, viven!
Cuando Yo era joven hablaba
del Subconsciente y de sus reflejos, entonces comprendía que el Yo tenía muchos
reflejos. Más tarde, entendí que el Yo era pluralizado, que dentro de una
persona habitaban muchas personas y que esas muchas no guardaban concordancia
alguna, no había un orden entre ellas: Se peleaban, reñían por la supremacía.
Y cuando una de ésas lograba
imponerse en la máquina orgánica, entonces era, verdaderamente, cuando se
manifestaba con todos sus adefesios, con todas sus aberraciones. Pero más tarde
era desplazada por otros Yoes.
Ahora vamos entendiendo el por
qué hay tantas contradicciones entre los seres humanos...
Si nos pudiésemos ver en un
espejo de cuerpo entero tal como somos quedaríamos horrorizados de sí mismos.
Nosotros tenemos dentro legión de Yoes; no un Yo, tenemos muchos Yoes.
Nosotros somos, dijéramos,
marionetas movidas por múltiples entidades desconocidas. Los pensamientos que
llegan a nuestra Mente no son nuestros, son ajenos, los trae algún Yo; las
emociones que agitan nuestro corazón son puestas por algún otro Yo; los hábitos
que poseemos son determinados por diferentes Yoes. Las aberraciones, los
vicios, son el resultado de muchos Yoes que se expresan a través del organismo
humano.
Nosotros no tenemos Conciencia
de sí mismos, nuestra vida no nos pertenece, no somos dueños de nuestros
pensamientos, no somos dueños de nuestros ideas, no somos dueños de nuestras palabras,
no somos dueños de nuestras emociones; nosotros somos simples máquinas movidas por
una multiplicidad enorme de Yoes. Ése es el estado en que nos encontramos. Pero
para llegar a estas conclusiones, necesita uno autoobservarse, para verse.
Es en el terreno de la vida
práctica donde podemos autodescubrirnos. LA VIDA PRÁCTICA ES EL GIMNASIO
PSICOLÓGICO donde debemos vernos de cuerpo entero, tal como somos.
En relación... ...basta estar en ese Estado de ALERTA
PERCEPCIÓN, de ALERTA NOVEDAD, para vernos en cada instante, en cada momento.
Sólo con el Estado de Alerta podremos, verdaderamente, autodescubrirnos.
Existe en el ser humano el
SENTIDO DE LA AUTOOBSERVACIÓN PSICOLÓGICA, se halla latente, mas puede ser
despertado. Ese sentido extraordinario empieza a funcionar cuando nosotros lo
usamos; a medida que lo usemos se irá desenvolviendo, desarrollando y
manifestándose.
El sentido de la
Autoobservación Psicológica nos permitirá ver que cada Yo personifica un defecto.
El sentido de la Autoobservación Psicológica, a medida que se desarrolle, nos
podrá permitir ver a los Yoes.
Una cosa es ver un Yo y otra
cosa es comprender que tiene un Yo. Cuando uno ve que tiene un Yo lo comprende,
pero hay que verlo, y estos tienen múltiples formas y figuras.
La cruda realidad de los
hechos es que, nuestra CONCIENCIA se encuentra EMBOTELLADA, enfrascada,
embutida entre toda esa multiplicidad de Yoes, entre todo ese enjambre
tenebroso y abominable que llevamos en nuestro interior. La Conciencia de
nosotros está DORMIDA, está metida dentro de un calabozo, o dentro de muchos
calabozos, porque cada Yo es un calabozo, una horrible prisión.
La Conciencia de nosotros se
procesa en virtud de su propio embotellamiento. Ahora comprenderán ustedes por
qué no sabemos nada sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte.
Nos contentamos con creer, nos
contentamos con repetir lo que otros dicen, nos contentamos con afirmar o
negar, nos contentamos con discutir, pero nada, nada, nada sabemos directamente
sobre sí mismos.
Es necesario LIBERTAR LA
CONCIENCIA, sacarla de entre esa multiplicidad de los Yoes, para que podamos
ver, oír, tocar y palpar todo lo que concierne a lo Real, a la Verdad.
Cuando la Conciencia se
emancipa se hace la Luz en nuestro interior, y las Tinieblas desaparecen.
Entonces es cuando quedamos
Iluminados, entonces es cuando sabemos quiénes somos, de dónde venimos, para
dónde vamos, cuál es el objeto de nuestra existencia, para qué existimos y por qué.
Pero, mientras la Conciencia
continúe enfrascada entre esa multiplicidad de personas que cargamos en nuestro
interior, nada sabremos sobre sí mismos.
Nos llenaremos la cabeza de
teorías, repetiremos lo que nos enseñen otros, pero, directamente, no tendremos
ninguna prueba de sí mismos, no tendremos ningún conocimiento directo sobre los
Misterios de la Vida y de la Muerte.
Los Griegos dijeron: “Nosce te
Ipsum”; “Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”.
En tanto no nos conozcamos a sí mismos, no conoceremos ni al Universo ni a los Dioses,
no sabremos nada de nada, nuestra cabeza estará llena de teorías y eso es todo.
El día que nos conozcamos de
verdad, directamente, no por lo que otros digan o dejen de decir, sino
directamente, no por lo que otros escriban o dejen de escribir, sino
directamente, ese día, de verdad, “conoceremos al Universo y a los Dioses”,
como dijeron los griegos; ese día conoceremos, de verdad, los Misterios de la
Vida y de la Muerte.
El hombre está contenido en la
Naturaleza y la Naturaleza en el hombre, si no descubrimos las Leyes de la
Naturaleza dentro de sí mismos, no las descubriremos jamás fuera de sí mismos.
Si no descubrimos los Misterios de la Vida y de la Muerte dentro de sí mismos,
no los descubriremos fuera de sí mismos nunca jamás.
Ha llegado el instante de que
nosotros nos esforcemos por saber algo de nosotros mismos, por saber algo de
eso que cargamos dentro, de ese Yo que grita, de ese Yo que se aferra en la
vida.
Desgraciadamente las gentes
están autoencerradas dentro de la rigidez de sus mentes, agarradas al Ego, al
Yo, al sí mismo. No tienen ganas de verdad de autoconocerse, de saber algo
sobre su IDENTIDAD PSICOLÓGICA.
Somos totalmente ignorantes,
pero no sabemos que lo somos; parafraseando a Sócrates diría:
“No
solamente no sabemos, sino que además, ni siquiera sabemos que no sabemos”...
Hay dos clases de ignorantes:
IGNORANTES que nunca en su vida han leído un libro, y hay IGNORANTES ILUSTRADOS
(que ésa es otra clase de ignorantes). Ha llegado la hora de romper con la
ignorancia y autoexplorarnos para autoconocernos.
Cuando uno se ve envuelto en
una escena de celos (como por ejemplo), ¿qué debe hacer?
OBSERVARSE a sí mismo en
acción. Ya en casa, MEDITAR, reconstruir la escena para saber exactamente qué
fue lo que funcionó en sí mismo, en tales instantes.
Entonces se DESCUBRE que hubo
ira también, promovida por los celos. Llega a la conclusión de que dos Yoes
intervinieron en la acción: Celos e ira. ENJUÍCIENSE los celos, ANALÍCENSE, DESCUARTÍCENSE,
para que se vea su vacuidad...
El hombre que cela a una mujer
no sabe jamás con quién cuenta, el hombre que no la cela viene a saber de
verdad con quién cuenta.
Recordemos aquél cuento de
“Las Mil y Una Noches”: Se trata de un gigante maravilloso que adoraba a una
mujer, la quería demasiado, pero era celoso en gran manera. Resolvió tenerla en
un cofre con siete candados. La sacaba de noche para dormir con ella, y nada
más.
Ella era astuta, permitía que
su amante, su marido se durmiera, ella lo dormía en sus brazos.
Cuando ya el hombre, el
gigante aquel, estaba adormecido en el sueño profundo, cuando ya se hallaba
entre las delicias de Morfeo, entonces, al...
...muy quedo se levantaba aquélla mujer, y se iba a reunir con sus
amantes. Cada amante le regalaba un anillo y ella iba colocando ese anillo, en forma
muy discreta, dentro de aquélla caja que cerraba el coloso.
Así se iba pasando el tiempo,
cuando el gigante despertaba de su sueño siempre hallaba a la hermosa en sus
brazos, allí estaba ella. ¿Cómo dudar? Imposible.
Mas un día descubrió el
engaño, al ver aquellos anillos. En cada uno de esos anillos estaba escrito el
nombre de alguno de sus amantes. El gigante comprendió cuán necio había sido.
No la mató, no, prefirió perderla para siempre.
Así pues, cuando una mujer
quiere serle fiel a un hombre, está claro que le es fiel, aunque no se la ande
vigilando; y cuando no quiere serle fiel, le es infiel en sus propias narices y
el hombre ni cuenta se da; ésa es la cruda realidad de los hechos.
Así pues, no hay por qué
celar, es absurdo. Y cuando uno le hace la disección a los celos descubre que
son absurdos. Y si luego le hace uno la disección a la ira, descubre uno que es
falta de equilibrio mental, porque uno en estado de ira se halla ofuscado y
ciego, y comete errores espantosos.
Hacerle pues la disección a
esos dos elementos (celos e ira), resulta urgente.
Una vez que uno le ha hecho la
disección a esos dos Yoes, una vez que uno ha comprendido el juego de esos dos
Yoes, obviamente, debe DESINTEGRARLOS, reducirlos a polvareda cósmica, volverlos
ceniza.
Desafortunadamente, la Mente,
por sí misma, no es capaz de alterar nada fundamentalmente; la Mente puede
pasar un defecto de un Departamento a otro del Entendimiento, puede rotularlo con
distintos nombres, puede esconderlo de sí misma o de los demás, puede
condenarlo, justificarlo, pero jamás desintegrarlo. Si se quiere desintegrar un
defecto psicológico se hace necesario entonces APELAR A UN PODER QUE SEA
SUPERIOR A LA MENTE.
Existe afortunadamente en
nuestro organismo psicológico un Poder superior, quiero referirme en forma
enfática a ese Poder que los Indostanes llamaran “DEVI KUNDALINI”.
Obviamente, se trata de un
Fuego maravilloso que se encuentra oculto en todo lo que es, en todo lo que ha
sido, en todo lo que será; es un Fuego que se halla latente en todo lo que
tenga vida; es un Fuego Solar, invisible como son invisibles las ideas,
invisible como son invisibles los pensamientos, invisible como son invisibles
los deseos, pero real.
Ese Fuego fue simbolizado por
nuestros antepasados de Anáhuac con el nombre de TONANTZIN; ese Fuego fue
simbolizado por los Egipcios con el nombre de ISIS y por los Cretenses con el
nombre de CIBELES; y por los Griegos con el nombre de DIANA; y por los
Cristianos con el nombre de MARÍA. Ella es STELLA MARIS, es decir, la Virgen
del Mar, una parte de nuestro propio Ser, pero derivado.
Nuestro Ser tiene muchas
partes y Stella Maris es una de esas partes íntimas del propio Ser.
Si se apela a esa parte del
Ser, si se suplica a esa parte del Ser, entonces se es auxiliado; y esa parte del
Ser podrá desintegrar, pulverizar aquellos dos Yoes de nuestro ejemplo, podrá
reducirlos a ceniza, y la Conciencia, que embotellada se encontraba en cada uno
de ellos, es liberada. Esa Conciencia es Luz, esa Luz es Conciencia, vean
ustedes pues la íntima relación existente entre LUZ Y CONCIENCIA.
Dentro de nosotros cargamos
profundas Tinieblas, pero a medida que esos Yoes se van desintegrando, la Luz
va brillando en las Tinieblas. La Luz siempre vence a las Tinieblas; y cuando
las Tinieblas que cargamos en nuestro interior sean destruidas sólo quedará en
nosotros la Luz; entonces estaremos Iluminados.
Entonces, DESPIERTOS e ILUMINADOS,
podremos ver, por sí mismos, los Misterios de la Vida y de la Muerte; entonces,
despiertos, podremos nosotros escuchar las Armonías del Cosmos infinito;
entonces, despiertos, podremos nosotros penetrar en el átomo y en el Cosmos,
conocer los Misterios del vil gusano que se arrastra entre el lodo de la tierra
y los Misterios de la Galaxia en que vivimos.
Pero HAY NECESIDAD DE
DESPERTAR. Los Cuatro Evangelios insisten en la necesidad de despertar, pero
continuamos dormidos. No sabemos que estamos dormidos. Si las gentes supieran que
tienen la Conciencia dormida iniciarían el despertar.
Los locos, en el manicomio,
cuando comienzan a aceptar que están locos, es señal de que ya comienzan a
despertar; así también, cuando todavía no aceptan que están locos, es señal de
que se encuentran muy relocos. También nosotros estamos dormidos, pero cuando
aceptamos que estamos dormidos es señal de que queremos despertar.
Así pues, DESPERTAR ES LO
IMPORTANTE para poder conocer la Verdad. La Verdad no es cuestión de teorías,
no es cuestión de lo que otros digan. Alguien podría decir lindos conceptos sobre
la Verdad, pero esa no es la Verdad; alguien podría tener una bellísima idea
sobre la Verdad, pero esa no es la Verdad; alguien podría dar una hermosa
opinión sobre la Verdad, pero esa no es la Verdad.
Cuando a Jesús el Cristo le
preguntaron: “¿Qué es la Verdad?” Guardó silencio; y cuando al Buddha Gautama
Sakyamuni le preguntaron: “¿Qué es la Verdad?” Dio la espalda y se retiró. Y es
que la Verdad no es cuestión de ideas ni de conceptos, la Verdad hay que verla,
tocarla y palparla.
Cuando uno mete un dedo en el
fuego, se quema; así también, cuando traga demasiada agua se ahoga. De forma
similar diremos: Que la Verdad hay que experimentarla como cuando se quema o
como cuando uno... ...y se ahoga.
“Hay
que conocer la Verdad y ésta nos hará libres”, pero no es la Verdad lo que
alguien nos diga o nos deje de decir, hay que experimentarla, sentirla; está
más allá del cuerpo de los afectos y de la Mente. Pero sólo conociéndonos a sí
mismos descubriremos dentro de nosotros la Verdad; y es que lo importante es
descubrir la Verdad.
Hoy por hoy, repito, somos
simples marionetas movidas por hilos invisibles, controladas por muchas
personas que interiormente llevamos en nuestra psiquis.
NO TENEMOS una verdadera
INDIVIDUALIDAD: El Yo que hoy jura amor eterno a una mujer, más tarde es
desplazado por otro Yo que nada tiene que ver con ese juramento, entonces la Personalidad
se retira y la infeliz queda decepcionada; el Yo que jura amor eterno por una
causa, más tarde se retira y entonces sus compañeros quedan asombrados.
NO TENEMOS un verdadero
SENTIDO DE RESPONSABILIDAD MORAL, porque no gozamos de UN CENTRO DE GRAVEDAD
PERMANENTE; no tenemos una Individualidad auténtica.
Estamos LLENOS DE terribles
CONTRADICCIONES; y sabemos que estamos llenos de contradicciones, no lo
ignoramos, pero intencionalmente nos autoengañamos a sí mismos, con el
propósito de tratar de... ...con el
propósito de decir... ...no estamos...
Si nosotros somos sinceros
vemos que estamos llenos de espantosas contradicciones: “Quiero comer”, dice el
Yo del estómago; “no, Yo no quiero comer ahora”, dice el Yo del intelecto, “voy
a estudiar una obra”. “¡Al diablo con la obra!”, exclama el Yo del movimiento,
“mejor me voy a dar un paseo”... ¡Fíjense cuántas contradicciones!
Nadie es el mismo siquiera
media hora. Si yo pensara que alguno de ustedes es el mismo por media hora,
estaría abusando de mí mismo y estaría abusando de ustedes.
Una persona hoy puede estar
muy dulce y bondadosa y mañana puede estar lleno de ira; o no tan lejos, no tan
mañana, puede que a la media hora ya esté llena de ¿odio? Nosotros no somos los
mismos a todas horas.
Tenemos que aceptar la
DOCTRINA DE LOS MUCHOS si es que, de verdad, anhelamos un cambio radical, un
cambio fundamental.
En tanto nosotros creamos que
el Yo es una Individualidad, que tenemos un Yo permanente, y que todos nuestros
defectos no son sino funcionalismos de ese Yo permanente, cualquier posibilidad
de cambio resulta absolutamente imposible.
Si estoy parado sobre una
mesa, o digo sobre una tabla (para aclarar el ejemplo), y deseo levantar esa
tabla y arrimarla contra una barda, lo primero que he de hacer, es bajarme de
la tabla, levantarla y ponerla contra la barda; pero si estoy parado sobre la
tabla y no me levanto de la misma, obviamente, tampoco puedo hacer lo que
quiero hacer.
Así sucede, con nuestros
defectos psicológicos, si creemos que son funcionalismos de un Yo permanente,
obviamente, no podremos desintegrarlos jamás. Mas si no nos identificamos con
nuestros defectos, si aceptamos que son Yoes diferentes, incuestionablemente
podremos SEPARARLOS DE NUESTRA PSIQUIS, y desintegrarlos, pulverizarlos,
volverlos ceniza.
Así pues, esa multiplicidad de
los Yoes es una tremenda realidad. Desembotellar la Conciencia es lo
fundamental. Pero no podría sucederse eso si no elimináramos las botellas, que
son los Yoes.
Cuando uno despierta, los
Misterios de la Vida y de la Muerte se vuelven claros; entonces es cuando uno
viene a conocer, de verdad, el origen de su propia existencia.
Un hombre es lo que es su
vida. Si un hombre no trabaja su propia vida está perdiendo el tiempo
miserablemente.
La muerte es el regreso al
punto de partida original. Cuando llega la hora de la muerte regresamos también
al comienzo de la vida. Esto de la Muerte es algo maravilloso...
Nadie podría conocer los
Misterios de la Vida si antes no han conocido el Enigma de la Muerte. La Muerte
en sí misma es profundamente significativa. Ver el cadáver de un ser querido allí,
en una sala mortuoria, no es haber conocido el Enigma de la Muerte.
La Muerte está llena de honda
significación. Aquéllos que han logrado despertar Conciencia saben lo que es la
Muerte, saben muy bien que “la Muerte es una resta de quebrados. Terminada la operación
matemática lo único que continúan son los Valores”, y dentro de ellos está
embotellada la Conciencia.
Así pues, es obvio que cuando
llega la Muerte tres cosas van al panteón: primera, el CUERPO FÍSICO; segunda,
el ASIENTO VITAL o Nexus Formativus Orgánico (que en estos tiempos actuales ya
ha podido ser fotografiado); la tercera, la EXPERSONALIDAD.
Sobre ésta diré lo siguiente:
Nadie nace con una Personalidad, ésta hay que crearla. Se crea durante los
primeros siete años de la infancia, mediante el ejemplo de los mayores,
mediante las amistades, la escuela...
...y se robustece con el tiempo y las experiencias.
Es energética, no es física;
no la aceptarían jamás los fanáticos de la Doctrina de los Saduceos.
Esta Personalidad a la hora de
la muerte va al sepulcro; ella entra y sale de la fosa sepulcral, se alegra
cuando alguien la visita, luego se meterá otra vez a su ataúd.
Tiene realidad, se va
desintegrando lentamente, hasta que se acaba, hasta que se vuelve polvo y
ceniza; pertenece a la Quinta Coordenada.
El Cuerpo Vital, o Asiento
Orgánico de nuestra vida, pertenece a la Cuarta Coordenada, y el cuerpo físico
pertenece al Mundo de Tres Dimensiones.
Todo eso va al sepulcro. Pero
hay algo que no va al sepulcro, me refiero al Ego, al Yo, al mí mismo, al sí
mismo; me refiero a ese conjunto de Yoes, a esos Valores Positivos y Negativos,
que se sumergen en la Quinta Coordenada. Allí reposan entre el seno de la
Eternidad.
Más existe también otra Ley,
una Ley que es la LEY DEL ETERNO RETORNO de todas las cosas: Todo retorna a su
punto de partida original. Los mundos girando alrededor del los Soles, vuelven
siempre al punto original de partida, los átomos dentro de la molécula regresan
al punto original de partida, todo retorna; ¡todo retorna! ¿Por qué no habrían
de retornar esos Valores? ¿Por qué esos Yoes no podrían retornar? ¡Retornan, y
así está escrito!
Pero eso lo sabe,
estrictamente, el que ha despertado; eso lo puede evidenciar el despierto, el dormido
no puede evidenciar nada de eso. Retorna, regresan, se reincorporan en un nuevo
organismo; así renacemos, así volvemos a este mundo.
Existe otra ley que se llama
la “LEY DE RECURRENCIA”: Todo vuelve a repetirse tal como sucedió más sus
consecuencias. El Ego vuelve otra vez a proyectar sobre el tapete de la vida su
propia vida; el Ego vuelve a repetir todo los incidentes de su existencia
pasada. Es decir, nosotros nos llevamos, a la hora de morir, nuestra vida, como
quien se lleva una película (la vida es una película). Y nosotros, traemos
nuestra vida otra vez a este Mundo Físico, y la proyectamos sobre la pantalla
de la existencia.
Así pues, si no modificamos
nuestra propia vida, la seguiremos repitiendo incesantemente, y eso es
lamentable.
Para cada Alma existen 108
Existencias; y si en 108 Existencias no somos nosotros capaces de hacer de
nuestra vida una OBRA MAESTRA, si en 108 Existencias no somos capaces de
desintegrar toda esa pluralidad del Ego, entonces debemos INVOLUCIONAR dentro
de las entrañas de la Tierra, involucionar incesantemente hasta que el Yo se
vuelva cenizas, polvareda cósmica.
La Esencia que se tiene
adentro jamás podrá morir, porque es eterna. Pero la pluralidad del Yo tendrá
que involucionar entre las entrañas del mundo; LA NATURALEZA TENDRÁ QUE
DESINTEGRAR EL EGO; la Naturaleza tendrá que hacer por nosotros lo que nosotros
no hemos sido capaces de hacer por sí mismos; la Naturaleza tendrá que libertar
la Esencia para que ésta salga a la luz del sol, para que ésta pueda
EVOLUCIONAR nuevamente desde la piedra hasta el hombre? Y cuando reconquiste el
Estado Humano que otrora perdiera, se le asigna otro nuevo Ciclo de
Existencias.
Así pues, la cruda realidad de
los hechos es que necesitamos morir en sí mismos, aquí y ahora. En tanto dentro
de nosotros continúen existiendo todos esos elementos que producen ira, todos
esos elementos que producen guerras, todos esos elementos...
SAMAEL AUN WEOR
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