111.1 Cómo los Discípulos proclamarán los Misterios del
Reino de la Luz Cuando los Discípulos dijeron esto, el Salvador continuó y dijo
a sus Discípulos:
Si vais a las ciudades, o a los reinos, o a las naciones,
proclamad primero ante ellos diciendo: Buscad siempre y no os detengáis hasta
haber encontrado los Misterios de la Luz los que os llevarán al Reino de la
Luz; decidles: Cuidaos de las doctrinas del error, porque muchos vendrán en mi
Nombre diciendo: Este soy Yo, y no serán IO, y muchos se descarriarán.
Sin embargo, es bueno recalcar que toda auténtica Misión
de los Cielos, por doquiera que se propale, debe proclamar la indispensable
como primordial premisa, que la Humanidad no debe detenerse un instante,
buscando con ahínco, hasta llegar a merecer los Misterios de la Luz, pudiendo
finalmente calificarlos en forma íntima, hasta alcanzar la plenitud del Reino
de las Alturas, donde según la dignidad obtenida, se gana el sitial
correspondiente como Chispa Divina individualizada al interior de la Gran Llama
del Absoluto.
Y el Adorable Salvador previene insistentemente a sus
Discípulos, que eviten ser víctimas ingenuas de la rapacidad infernal, pues con
el solícito auxilio de los medios masivos de expresión con los que se hallan
identificados, y escondiendo con habilidad zorruna la diabólica condición que
no obstante los hechos delatan, no son pocos quienes osados irrumpen en el
escenario tridimensional para propagar exitosamente las doctrinas del error,
arrogándose fatuamente una representación Krística que se encuentran lejos de
encarnar, pero que merced a reiterados como convincentes sofismas, descarriarán
del Sendero a muchos despistados que consideran la Iniciación una mera
erudición intelectual, o simple elucubración mental, desprovista de valores, principios,
ética y moral.
Así que mucha precaución deberán tener los aspirantes de
Luz para no dejarse embaucar por aquellos lobos revestidos con piel de oveja,
quienes ofrecen a la humanidad el disfrute de las golosinas exteriores, pues
tan luego se diluya la superficial y endeble capa de dulzor que ostenta la
habilidosa trampa, pero sometidos ya como adeptos del averno, aparecerá la
verdadera naturaleza de amargura que su tenebrosidad contiene.
Muy otra es la Doctrina Revolucionaria del Kristo Viviente,
que induce al arrojado Iniciado a descender a los mismísimos infiernos, para
después de vencer los fragores en la rigurosa batalla purificatoria y de cuya
trascendental odisea triunfal emerge glorioso, recién obtendrá el preciado
Galardón de la Gema Íntima que es la acrisolada y radiante Luz del Ser, en toda
su plenitud.
111.2 Cuáles Misterios deberán dar A todos los Hombres
que vengan a Vosotros y les tengan Fe y escuchen vuestras palabras y hagan lo
que es digno de los Misterios de la Luz, dadles los Misterios de la Luz y nada
les ocultéis de ellos, y a aquél que es merecedor de los más altos Misterios,
dádselos, y a aquél que es merecedor de los Misterios más bajos, dádselos, y
nada le ocultéis a nadie.
De tal modo que, afirmada la identidad Krística al
interior de un Iniciado, debe éste cumplir su Misión entregando la totalidad de
los Misterios de Luz a cuantos así lo requieran y sean dignos de merecerlos,
nada más tomando en cuenta el grado de Fe y la idoneidad de Gracia respectiva.
111.3 El Misterio de la Resurrección de los muertos no se
lo daréis a nadie
El Misterio de la Resurrección de los muertos y la
curación de los enfermos, por otro lado, no se lo deis a nadie, ni deis
instrucciones sobre él, porque ese Misterio pertenece a los regidores y a todos
sus iguales. Por esta causa no debéis dárselo a nadie ni dar instrucciones
sobre él, hasta que hayáis establecido la Fe en todo el mundo, para que si
llegáis a ciudades o a países y no sois recibidos, y no tienen Fe, y no
escuchan vuestras palabras, podáis resucitar a los muertos en esas regiones, y
curar a los cojos, y a los ciegos, y a los demás enfermos de esas regiones. Y a
través de todo esto, tendrán Fe en Vosotros y podréis predicar al Dios del
Universo y todos tendrán Fe en vuestras palabras. Por esta razón os he dado ese
Misterio, para que establezcáis la Fe en todo el mundo.
Aún cuando Jeú Mikael recomienda a los Discípulos que
entreguen a la Humanidad los Tesoros de las Alturas sin invocar restricciones
que no sea la incompetencia o falta de idoneidad, sin embargo reserva
únicamente para ser detentados por los más calificados Apóstoles, dos poderosos
Misterios que corresponden al ámbito tanto de los Regidores de los Eones como
también al de los Arcontes del Destino; ellos son: por un lado el de la
Resurrección, que tiene la potestad de restaurar la vida a los muertos
vivientes y aún a los desencarnados, con la finalidad de que encuentren en
dicha existencia la Salvación que proviene de la Luz; el otro Don Celestial que
es sólo asequible para quienes cumplen el honroso como difícil rol de la Misión
Cósmica, y que al igual que los secretos de la Resurrección de muertos no se
puede entregar a nadie si acaso no llegara a merecerlos, es el relativo a la
inocua potestad curativa que porta quien ha obtenido la dignidad de encarnar la
Medicina Universal, para que frente a los incrédulos, y con el ánimo de
incentivarles la Fe, realicen prodigiosos milagros, con los cuales atestigüen
fehacientemente encontrarse con el Kristo viviente actuando en sus glorificadas
materias.
111.4 De la constitución del hombre
Cuando el Salvador dijo estas palabras, continuó hablando
y dijo a María: Ahora escuchad María concerniente a la palabra sobre la cual me
habéis preguntado: ¿Quién constriñe al hombre a pecar? Escucha: Nace el niño y
el poder en él es débil y su alma es débil en él y también el ego es débil en
él, en una palabra, los tres son débiles, sin que ninguno de ellos sienta nada,
ni el bien ni el mal, porque la carga de olvido es muy pesada. Además de esto,
también el cuerpo es débil. Y el niño se alimenta de los encantos del mundo de
los regidores; y el poder atrae hacia sí la porción de poder que está en los
encantos, y el alma atrae hacia sí la porción de alma que está en los encantos;
y el ego atrae hacia sí la porción de maldad que está en los encantos y en su
lujuria. Y por otro lado, el cuerpo atrae hacia sí la materia que no siente,
pero que está en los encantos. Por el contrario, el Destino nada toma de los
encantos porque no está mezclado con ellos y parte en mejores condiciones que
cuando vino al mundo.
El Salvador prosigue aclarando respecto a las inquietudes
que le ha formulado María para conocer de la más Sabia Fuente las causas
originales que inducen al hombre a cometer pecados en forma tan dramática como
inexorable. Y le explica que toda criatura al nacer, lleva débil en su cuerpo
la manifestación tanto del Poder, como del Alma y del ego, a tal punto que la
materia aún no se inclina ni por el Bien ni por el mal, pues los
acontecimientos de vidas pasadas escapan a la memoria física del neonato, como
consecuencia de que, previo a su retorno al mundo tridimensional, el Alma es
impelida a beber las Aguas de Amrita que le quitan toda recordación existente
hasta ahí, mientras llegue nuevamente a merecer el rescate de los Chacras
pulmonares y del Archivero Cósmico alojado en el Cerebelo, el que ya activado y
puesto en contacto con los bulbos cerebrales, éstos se armonizan y conjuntan en
su equilibrado accionar, produciendo el paulatino como progresivo rescate de la
Memoria Absoluta.
Pero también el cuerpo humano es frágil, y cuando niño
absorbe en la Psiquis los tentadores encantos que le brindan las experiencias
oníricas; los que son del Espíritu, magníficos, pues felizmente conducen a la
progresiva alimentación y madurez del Alma, mientras que el ego, aprovecha su
poderosa imantación para atraer hacia sí la porción gravitacional de maldad que
se desata con los desbordes lujuriosos.
Es de esta manera que el cuerpo de deseos originado en
las infra dimensiones de cada individuo, se llega a entronizar en la materia
humana, constituyendo la causa de ensoñación psicológica que luego se asociará
con el inevitable destino, el que ya trae programada la existencia de un
pecador, a fin de que éste purgue cuanta deuda karmática esté arrastrando a
través de los eones.
Cuán diferente es la situación del Iniciado que está
creando con su Magna Obra un Destino Superior, el mismo que para nada está
mezclado con los atractivos de los eones, por lo que, en todo caso y más bien,
desencarna en inmejorables condiciones que cuando llegó a la materia por última
vez.
Y poco a poco el Poder, y el Alma, y el ego crecen, y
cada uno de ellos siente de acuerdo con su naturaleza; el poder desea buscar la
Luz de las Alturas; el alma quiere buscar la Región de la Justicia con la cual
está mezclada, porque es la región de las mezclas; el ego por otro lado, busca
la maldad, la lujuria y todos los pecados; el cuerpo, por el contrario, nada
siente, a menos que tome fuerzas de la Sustancia.
Consustanciados gradualmente en la forma tridimensional
de una persona, tanto el Poder, como el Alma y el ego, se desarrollan en
concordancia a sus naturalezas, la Chispa Espiritual anhelando alcanzar la Luz
de sus orígenes, mientras que el Alma Humana es inducida a alcanzar la región
que en Justicia le corresponde, en razón a la clase de mezcla que su materia
esté manejando en el mundo de las formas, y finalmente el ego, se vincula por
tenebrosa gravedad hacia la maldad y lujuria con que inevitablemente se
procesan y emanan todos los demás pecados. La expresión física, de otro lado,
no advierte nada de cuanto esté ocurriendo a su propia naturaleza, salvo que
adquiera el Poder de la Sustancia Primigenia y es desde entonces que ya abre
los ojos a la realidad.
Y súbitamente los tres desarrollan sentido, cada uno de
acuerdo con su naturaleza. Y los servidores retributivos asignan sus servidores
para seguirlos y ser testigos de todos los pecados que cometan, poniendo
atención a la manera y al método que emplearán para castigarlos en los juicios.
Cuando el tiempo ya es el adecuado, esto es entre los
cuatro y los siete años de edad, de súbito aparecen en el niño tanto el Poder
como el Alma y el ego, cada uno en concordancia a sus orígenes, a cuyo efecto
son designados por los Servidores Retributivos en los eones unos fieles
custodios que acompañarán a cada uno de estos componentes esenciales, para que
atestigüen respecto a cuantas infracciones se cometan, de modo que queden
pre-establecidos los castigos correspondientes que se aplicarán cuando ocurra
el particular juicio que experimente el desencarnado ante los Tribunales de la
Justicia Cósmica.
V.M.K. A.Z.F. EL
TAWA MANU
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