102.3 Los límites del Sendero
de los Merecedores (Las 11 Reglas)
1) Decidle a los Hombres del
mundo: Estad en calma, para que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir
al Reino de Luz.
El Alma Humana para llegar a
recibir los Misterios de la Luz y poder subir al Reino del Inefable, debe
previamente alcanzar la serenidad interior, que no consiste en una falsa o
circunstancial calma, si no en la plena transformación de los defectos,
causantes del desequilibrio, desorden, arritmia, ignorancia, deformación,
muerte, etc. para que en lugar de las corrientes tenebrosas que esos males
atraen, el Iniciado se colme de Luz, integrado con su Naturaleza Divina.
2) Decidles: Amad a los
Hombres, para que podáis ser merecedores de los Misterios de la Luz y subir al
Reino de Luz.
El verdadero Amor por la
Humanidad debe patentizarse en un desinteresado como permanente servicio para
sustraerla de su estancamiento psicológico, proveyéndole informaciones y
técnicas que conlleven efectivamente a realizar este loable propósito. Hay que
romper con rivalidades, competencias, enemistades, odios, repulsiones que se
puedan sentir por los demás, haciéndose merecedor el Iniciado de alcanzar los
Misterios de Luz, pues es muy fácil para cualquier demonio inclusive, devolver
favores y hasta afectos a quienes los otorgan, mas, cuán difícil resulta para
quien no es Iniciado, soportar siquiera la presencia de quien le infirió algún
daño o le guarda antipatía y/o rencor.
3) Decidles: Sed mansos, para
que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
Los mansos de corazón
heredarán el Reino de Luz, y para lograr encarnar esta Virtud, se requiere
transformar todo el mal que el individuo lleve en su interior.
4) Decidles: Sed pacíficos,
para que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
El Iniciado debe encontrar la
paz más perfecta como resultado de transformar la guerra interior que provocan
los egos, los mismos que se hallan en permanente pugna por establecer su
hegemonía. Cuando el Ser es el centro de la Vida, reina la Paz y la Armonía que
llevan al Laborante a merecer los Misterios y coronarse como Soberano en el
Reino de la Luz.
5) Decidles: Sed
misericordiosos, para que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al
Reino de Luz.
Hay que llegar a colocarse en
el lugar de los que sufren para comprender verdaderamente la urgencia de ser
caritativos y misericordiosos; dejar las comodidades que nos rodean, mismas que
pueden estar obnubilando la correcta percepción de la realidad; emular de algún
modo el ejemplar acto de sacrificio desinteresado por la humanidad, tal como lo
hiciera el Budha Sidharta Gauthama, pues no se puede comprender, menos aún
enseñar respecto al dolor, la miseria, el hambre, la enfermedad, y hasta la
muerte, si es que no se ha experimentado sus consecuencias, teniendo de tal
modo la convicción de lo que se predica, y no para especular morbosamente sobre
estas angustias de la existencia, si no para poder señalar, a quienes les
interese, el camino que conduce a la feliz liberación de estos tormentos
materiales, pues de la Re-Evolución Humana es que trata en suma la Misión
Cósmica por los infinitos Universos. Esto para los entendidos constituye el
auténtico “tijitli” y para aclararlo, es nada más y nada menos que la Caridad
Consciente.
6) Decidles: Entregad vuestras
Almas, para que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
El Alma Humana, aún pareciendo
inmortal, si acaso no se la llega a fundir en una sola Esencia con el Alma
Divina, aquélla corre el gravísimo riesgo de perderse; por ello, hay que
brindar su concurso para padecer todas las ordalías iniciáticas que la conducen
a su total Kristificación.
7) Decidles: Cuidad de los
pobres, de los enfermos y de los deprimidos, para que podáis recibir los
Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
Se debe atender a los pobres
con verdadera caridad, esto es, en forma consciente, para evitar caer en los
despropósitos del pernicioso paternalismo, la limosna irresponsable, el apoyo
incongruente, la asistencia innecesaria y hasta perjudicial.
De igual modo, hay que tener
compasión por los enfermos, procurando combatir el origen de sus males, esto
es, enseñando a los interesados a contemporizar con la Suprema Ley, para que
puedan pagar de modo más suave sus correspondientes deudas karmáticas, pudiendo
luego intervenir el Mago terapeuta transmitiendo efectivamente la Celestial
Medicina a que se hayan hecho acreedores los elementos rescatados de las
tinieblas y la muerte, según los méritos acumulados, a la Luz y la Vida. Cuánto
gana en Dharma el Iniciado que sabe ser comprensivo, paciente, optimista y
cargado de Fe, para alentar con animoso Verbo a quienes padecen depresión,
desesperanza, angustia y desconsuelo, pudiendo de este modo auxiliar a quienes
carentes de Fe, permanecen en la materia como muertos vivientes, aguardando
únicamente la desencarnación, e insuflarles con su prédica y ejemplos la
voluntad consciente para alcanzar los Misterios de la Luz.
8) Decidles: Amad a Dios, para
que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
El Iniciado debe saber amar a
Dios por encima de todas las cosas, para merecer los Misterios y ascender al
Reino de Luz; pero es bueno enfatizar que no se puede adorar a Dios desconocido
e ignoto del que todos provenimos y que es el Glorioso Creador y Ser Uno del
Absoluto, si acaso previamente no se ha llegado a sentir la Voz y el accionar
del Dios Íntimo que llega a encarnar el Iniciado, al cual se debe obedecer,
respetar y amar, sin excusas ni aplazamientos de ninguna especie.
9) Decidles: Sed Justos, para
que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
Quien se mantiene en la
injusticia, es lógico comprender que se le haga imposible encarnar los
Misterios de Luz, siendo incapaz de ascender al Reino de las Alturas; por
consiguiente el Aspirante sensato debe revestir todos sus actos, pensamientos,
palabras e intenciones de la más amplia Justicia y equidad.
10) Decidles: Sed Buenos, para
que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
El bien debe realizarse
espontáneamente, alejado de mezquindades, cumpliéndolo sin esperar o tomar en
cuenta recompensas, retribuciones u otros oscuros intereses, porque se
desnaturaliza, dejando ya de ser tal, entrando en el campo del utilitarismo
egoísta y malsano.
Para merecer subir al Reino de
las Alturas, el Iniciado debe ser realmente bueno, prodigando enseñanzas,
curaciones, servicios, afectos, amistad, jovialidad, optimismo y todo aquello
que conduzca a revalorizar constantemente la propia vida y de cuantos le
rodean, sean familiares, amigos, vecinos, cofrades, o simples desconocidos de
circunstanciales encuentros, y extender estos beneficios hasta a los propios
enemigos, cuando los hubiere, pues llegan a surgir no obstante la actitud
armoniosa que caracteriza al aspirante o adepto de los Misterios de la Luz.
11) Decidles: Renunciad a
todo, para que podáis recibir los Misterios de la Luz y subir al Reino de Luz.
Mientras el aspirante se halle
embelesado con las ilusiones del mundo, su hipnótica fascinación por las innumerables
ataduras materiales le mantendrá alejado de los Misterios de la Luz, sin poder
arribar a su Glorioso Reino.
Estos son los límites de los
Senderos para aquéllos que son merecedores de los Misterios de la Luz.
De modo que para el avisado
aspirante y aún para el Laborante avanzado, válganle las precedentes Treinta y
tres Claves y las Once Reglas del procedimiento transformador al que deberá
sujetarse, tal como ha sido explicado por el mismísimo Redentor Jeú Mikael, si
es que verdaderamente busca ser digno de merecer los Misterios de la Luz y su
Celestial Reino.
Estas son sus referencias
kabalísticas: (33=3+3=6=El Amor) virtud tal que en su expresión más pura,
incita a vencer todo temor, timidez, indolencia o pereza; a la vez Once
(11=1+1=2) que es igual a la Misericordia que otorga la Madre Virginal en pro
de sus Hijos que buscan salir de las tinieblas, pudiendo pagar masivas deudas
karmáticas en forma suave o simbólica, en lugar del rigor que correspondería a
tal o cual trasgresión de las Leyes).
102.4 A quiénes se les darán
los Misterios de la Luz
Por consiguiente, a todos
aquéllos que hayan renunciado en esta renunciación, dadles los Misterios de la
Luz y no les ocultéis nada de ellos, aunque sean pecadores y hayan estado en
todos los pecados y en todas las iniquidades del mundo; todas aquéllas que os
he recontado, para que puedan cambiar, y arrepentirse y ser sumisos en la forma
en que os he dicho; dadles los Misterios del Reino de Luz y no les ocultéis nada
de ellos, porque es a causa de los llenos de pecado que he traído los Misterios
a este mundo, para poder perdonarles todos los pecados que hayan cometido desde
el principio.
Así pues, serán merecedores de
recibir los Misterios de la Luz quienes hayan realizado una a una, todas las
facetas de la monumental Obra Purificatoria que se alcanza con la Renunciación,
pudiendo acceder sin restricciones a todos ellos, aún habiendo estado antes
involucrados, directa o indirectamente, en los más inicuos pecados del mundo,
pues es merced a la Misericordia Divina en caritativa compasión por los
pecadores arrepentidos, que el propio Señor Jeú Mikael ha descendido al mundo
para perdonar los pecados de la humanidad, inclusive transformando los yoes
causas que desde la original caída mantienen a los hombres sometidos al dolor,
la enfermedad y la muerte.
102.5 Los Misterios son para
el perdón de los pecados
Por esta causa os he dicho
antes: IO no he venido a buscar a los Justos; por consiguiente, IO he traído
los Misterios para que sus pecados puedan ser perdonados para ser recibidos en
el Reino de Luz, porque los Misterios son la dádiva del Primer Misterio para
borrar los pecados y las iniquidades de todos los pecadores.
Que quede entonces claro: El
Kristo Cósmico desciende como Thunupa íntimo,no en busca de quienes se auto
consideren vanamente justos y perfectos, si no, más bien, para actuar en favor
de quienes sabiéndose pecadores, pero estando arrepentidos de sus faltas,
busquen sincera y humildemente ser perdonados por la Gracia Divina, pudiendo
ser recibidos en el Reino de Luz a consecuencia de encarnar paulatinamente los
Misterios de los Cielos, mismos que constituyen la dádiva del Inefable que se
otorga desde las Alturas para quitar de en medio del Hombre ya Iniciado y
Laborante fiel, las iniquidades y pecados que hubiese cometido a través de los
tiempos.
V.M.K, A.Z.F. EL TAWA MANU
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