CAPITULO XVII LA PAZ
La PAZ
no puede venir a través de la MENTE porque no es de la Mente. La PAZ es el
perfume delicioso del CORAZÓN TRANQUILO.
La PAZ
no es cosa de proyectos, policía internacional, ONU, OEA, tratados internacionales
o ejércitos invasores que peleen en nombre de la PAZ.
Si
realmente queremos PAZ verdadera debemos aprender a vivir como el vigía en
época de guerra, siempre alertas y vigilantes, con Mente pronta y dúctil,
porque la PAZ no es cuestión de FANTASÍAS románticas o cuestión de ensueños
bonitos.
Si no
aprendemos a vivir en el estado de alerta de momento en momento, entonces el
camino que conduce hacia la PAZ se torna imposible, estrecho y después de
ponerse extremadamente difícil, va a desembocar por último en un callejón sin
salida.
Es
necesario comprender, es urgente saber que la PAZ auténtica del CORAZÓN
TRANQUILO no es una casa a donde podamos llegar y donde nos aguarde alegremente
una doncella hermosa. La PAZ no es una meta, un lugar, etc. Perseguir la PAZ,
buscarla, hacer proyectos sobre ella, pelear en nombre de ella, hacer
propaganda sobre ella, fundar organismos para trabajar por ella, etc., es
totalmente absurdo porque la PAZ no es de la Mente, la PAZ es el perfume
maravilloso del corazón tranquilo.
La PAZ
no se compra ni se vende ni se puede lograr con el sistema de APACIGUAMIENTOS,
controles especiales, policía, etc.
En
algunos países el ejército nacional anda por los campos destruyendo pueblos,
asesinando gentes y fusilando a supuestos bandidos, todo esto dizque en nombre
de la PAZ. El resultado de semejante proceder es la multiplicación de la
BARBARIE.
La
violencia origina más violencia, el odio produce más odio. La PAZ no se puede
conquistar, la PAZ no puede ser el resultado de la violencia. La PAZ sólo
adviene a nosotros cuando disolvemos el YO, cuando destruimos dentro de
nosotros mismos todos los factores PSICOLÓGICOS que producen guerras.
Si
queremos PAZ tenemos que contemplar, tenemos que estudiar, tenemos que ver el
cuadro total y no únicamente un rincón del mismo.
La PAZ
nace en nosotros cuando hemos cambiado radicalmente en forma íntima.
La
cuestión de controles, organismos PRO PAZ, apaciguamientos, etc., son detalles
aislados, puntos en el océano de la vida, fracciones aisladas del cuadro total
de la EXISTENCIA, que jamás pueden resolver el problema de la PAZ en su forma
radical, total y definitiva.
Debernos
mirar el cuadro en su forma completa, el problema del mundo es el problema del
individuo; si el INDIVIDUO no tiene PAZ en su interior, la sociedad, el mundo,
vivirá en guerra inevitablemente.
Los
maestros y maestras de escuelas, colegios, universidades deben trabajar por la
PAZ, a menos que amen la BARBARIE y la VIOLENCIA.
Es
urgente, es indispensable señalarles a los alumnos y alumnas de la nueva
generación el derrotero a seguir, el camino íntimo que puede conducirnos con
entera exactitud a la PAZ auténtica del corazón tranquilo.
Las
gentes no saben comprender realmente lo que es la verdadera PAZ interior y sólo
quieren que nadie se les atraviese en su camino, que no se les estorbe, que no
se les moleste, aún cuando ellos se tomen por su propia cuenta y riesgo el
derecho de estorbar y de molestar y de amargar la vida a sus semejantes.
Las
gentes jamás han experimentado la PAZ verdadera y sólo tienen sobre ésta
opiniones absurdas, ideales románticos, conceptos equivocados.
Para
los ladrones la PAZ sería la dicha de poder robar impunemente sin que la
policía se les atravesara en su camino. Para los contrabandistas la PAZ sería
poder meter su contrabando en todas partes sin que las autoridades se lo
impidiesen. Para los hambreadores del pueblo la PAZ seria vender bien caro,
explotando a diestra y siniestra sin que los inspectores oficiales del gobierno
se lo prohibieran. Para las prostitutas la PAZ, sería gozar en sus lechos de
placer y explotar a todos los hombres libremente sin que las autoridades de
salubridad o de policía interviniesen para nada en su vida.
Cada
cual se forma en la mente cincuenta mil fantasías absurdas sobre la PAZ. Cada
cual pretende levantar a su alrededor un muro egoísta de ideas falsas,
creencias, opiniones y absurdos conceptos sobre lo que es la PAZ.
Cada
cual quiere PAZ a su modo, de acuerdo a sus antojos, a sus gustos, a sus
hábitos, costumbres equivocadas, etc. Cada cual quiere auto encerrarse dentro
de un muro protector, fantástico, con el propósito de vivir su propia PAZ
equivocadamente concebida.
La
gente lucha por la PAZ, la desea, la quiere, pero no sabe qué cosa es la PAZ.
Las
gentes sólo quieren que no se les estorbe, poder hacer cada cual sus diabluras
muy tranquilamente y a sus anchas. Eso es lo que llaman PAZ.
No
importa qué diabluras hagan las gentes, cada cual cree que lo que hace es
bueno. Las gentes encuentran justificación hasta para los peores delitos. Si el
borracho está triste bebe porque está triste. Si el borracho está alegre bebe
porque está alegre. El borracho siempre justifica el vicio del alcohol. Así son
todas las gentes, para todo delito encuentran justificación, nadie se considera
perverso, todos presumen de justos y honrados.
Existen
muchos vagabundos que suponen equivocadamente que PAZ es poder vivir sin
trabajar, muy tranquilamente y sin esfuerzo alguno en un mundo lleno de
fantasías románticas maravillosas.
Sobre
la PAZ existen millones de opiniones y conceptos equivocados. En este mundo
doloroso en que vivimos: cada cual busca su fantástica PAZ, la paz de sus
opiniones. Las gentes quieren ver en el mundo la paz de sus sueños, su tipo
especial de paz, aunque dentro de sí mismas cada cual lleve en su interior los
factores psicológicos que producen guerras, enemistades, problemas de todo
tipo.
Por
estos tiempos de crisis mundial todo el que quiere hacerse famoso funda
organizaciones PRO-PAZ, hace propaganda y se convierte en paladín de la PAZ. No
debemos olvidar que muchos políticos zorros se han ganado el premio NOBEL de la
PAZ aún cuando tengan por su cuenta todo un cementerio y que en una u otra
forma hayan mandado asesinar secretamente a muchas personas, cuando se han
visto en peligro de ser eclipsados.
Existen
también verdaderos maestros de la humanidad que se sacrifican enseñando en
todos los lugares de la tierra la Doctrina de la Disolución del YO.
Esos
maestros saben por experiencia propia que sólo disolviendo el Mefistófeles que
llevamos dentro, adviene a nosotros la paz del corazón.
Mientras
existan dentro de cada individuo el odio, la codicia, la envidia, los celos, el
espíritu adquisitivo, la ambición, la ira, el orgullo, etc. etc. habrán guerras
inevitablemente.
Conocemos
a muchas gentes en el mundo que presumen de haber hallado la PAZ.
Cuando
hemos estudiado a fondo a esas personas, hemos podido evidenciar que ni
remotamente conocen la PAZ y que solamente se han encerrado dentro de algún
hábito solitario y consolador, o dentro de alguna creencia especial, etc., más
realmente dichas personas no han experimentado ni remotamente lo que es la
verdadera PAZ del corazón tranquilo. Realmente esas pobres gentes sólo se han
fabricado una paz artificiosa que en su ignorancia confunden con la AUTENTICA
PAZ DEL CORAZÓN.
Es
absurdo buscar la PAZ dentro de los muros equivocados de nuestros prejuicios,
creencias, preconceptos, deseos, hábitos, etc.
Mientras
dentro de la Mente existan los factores psicológicos que producen enemistades,
disensiones, problemas, guerras, no habrá PAZ verdadera.
La PAZ
auténtica viene de la belleza legítima sabiamente comprendida.
La
belleza del corazón tranquilo exhala el perfume delicioso de la verdadera PAZ
interior.
Es
urgente comprender la belleza de la amistad y el perfume de la cortesía.
Es
urgente comprender la belleza del lenguaje. Es necesario que nuestras palabras
lleven en sí mismas la sustancia de la sinceridad. No debemos usar jamás
palabras arrítmicas, inarmónicas, groseras, absurdas.
Cada palabra debe ser una verdadera
sinfonía, cada frase debe estar llena de belleza espiritual. Es tan malo hablar
cuando se debe callar, y callar cuando se debe hablar. Hay silencios
delictuosos y hay palabras infames.
Hay
veces que hablar es un delito, hay veces que callar es también otro delito. Uno
debe hablar cuando debe hablar y callar cuando debe callar.
No
juguemos con la palabra porque ésta es de grave responsabilidad.
Toda
palabra debe ser sopesada antes de articularse porque cada palabra puede
producir en el mundo mucho de útil y mucho de inútil, mucho beneficio o mucho
daño.
Debemos
cuidar nuestros gestos, modales, vestuario y actos de toda especie. Que
nuestros gestos, que nuestro vestido, modo de sentarnos a la mesa, manera de
comportarnos al comer, forma de atender a las personas en la sala, en la
oficina, en la calle, etc., estén siempre llenos de belleza y armonía.
Es
necesario comprender la belleza de la bondad, sentir la belleza de la buena
música, amar la belleza del arte creativo, reafinar nuestra manera de pensar,
sentir y obrar.
La
suprema belleza sólo puede nacer en nosotros cuando ha muerto el YO en forma
radical, total y definitiva.
Nosotros
somos feos, horribles, asqueantes mientras tengamos dentro y bien vivo al YO
PSICOLÓGICO. La belleza en forma íntegra es imposible en nosotros mientras
exista el YO PLURALIZADO.
Si
queremos PAZ autentica debemos reducir al YO a polvareda cósmica. Sólo así
habrá en nosotros belleza interior. De esa belleza nacerá en nosotros el
encanto del amor y la verdadera PAZ del corazón.
La PAZ
CREADORA trae orden dentro de uno mismo, elimina la confusión y nos llena de
legítima felicidad.
Es
necesario saber que la mente no puede comprender lo que es la verdadera PAZ. Es
urgente entender que la paz del corazón tranquilo no llega a nosotros mediante
el esfuerzo, o por el hecho de pertenecer a alguna sociedad u organización
dedicada a hacer propaganda de PAZ.
La paz
auténtica adviene a nosotros en forma totalmente natural y sencilla cuando
reconquistamos la inocencia en la mente y en el corazón, cuando nos volvemos
como niños delicados y bellos, sensibles a todo lo hermoso como a todo lo feo,
a todo lo bueno como a todo lo malo, a todo lo dulce como a todo lo amargo.
Es
necesario reconquistar la infancia perdida, tanto en la mente como en el
corazón.
La PAZ
es algo inmenso, extenso, infinito, no es algo formado por la mente no puede
ser el resultado de un capricho ni el producto de una idea. La paz es una
sustancia atómica que está más allá del bien y el mal, una sustancia que está
más allá de toda moral, una sustancia que emana de las entrañas mismas del
ABSOLUTO.
CAPITULO XVIII
LA VERDAD
Desde
la infancia y juventud comienza el Vía-Crucis de nuestra miserable existencia
con muchas torceduras mentales, intimas tragedias de familia, contrariedades en
el hogar y en la escuela, etc.
Es
claro que en la infancia y juventud, salvo muy raras excepciones, todos estos
problemas no alcanzan a afectarnos en forma realmente profunda, pero cuando ya
nos hacemos personas mayores, comienzan los interrogantes ¿Quién soy yo? ¿De
dónde vengo? ¿Por qué tengo que sufrir? ¿Cuál es el objeto de ésta existencia?
etc. etc. etc.
Todos
en el camino de la vida nos hemos hecho estas preguntas, todos alguna vez hemos
querido investigar, inquirir, conocer el "por qué" de tantas
amarguras, sinsabores, luchas y sufrimientos, pero desgraciadamente siempre
terminamos embotellados en alguna teoría, en alguna opinión, en alguna creencia
en lo que dijo el vecino, en lo que nos contestó algún viejo decrépito, etc.
Hemos
perdido la inocencia verdadera y la paz del corazón tranquilo y por ello no
somos capaces de experimentar directamente la verdad en toda su crudeza,
dependemos de lo que digan los demás y es claro que vamos por el camino
equivocado.
La
sociedad capitalista condena radicalmente a los ateos, a los que no creen en
Dios.
La
Sociedad Marxista-Leninista condena a los que SI creen en DIOS, más en el fondo
ambas cosas son lo mismo, cuestión de opiniones, caprichos de la gente,
proyecciones de la mente. Ni la credulidad, ni la incredulidad, ni el
escepticismo, significan haber experimentado la verdad.
La
mente puede darse el lujo de creer, dudar, opinar, hacer conjeturas, etc, pero
eso no es experimentar la verdad.
También
podemos darnos el lujo de creer en el sol o de no creer en él y hasta de dudar
de él, pero el astro rey seguirá dando luz y vida a todo lo existente sin que
nuestras opiniones tengan para él la menor importancia.
Tras de
la creencia ciega, tras de la incredulidad y el escepticismo, se esconden
muchos matices de falsa moral y muchos conceptos equivocados de falsa
respetabilidad a cuya sombra se robustece el YO.
La
sociedad de tipo capitalista y la sociedad de tipo comunista tienen cada una a
su modo y de acuerdo con sus caprichos, prejuicios y teorías, su tipo especial
de moral. Lo que es moral dentro del bloque capitalista es inmoral dentro del
bloque comunista y viceversa.
La
moral depende de las costumbres, del lugar, de la época. Lo que en un país es
moral en otro país es inmoral y lo que en una época fue moral, en otra época es
inmoral. La moral no tiene valor esencial alguno, analizándola a fondo, resulta
estúpida en un ciento por ciento.
La
educación fundamental no enseña moral, la educación fundamental enseña ETICA
REVOLUCIONARIA y eso es lo que necesitan las nuevas generaciones.
Desde
la noche aterradora de los siglos, en todos los tiempos, siempre hubo hombres
que se alejaron del mundo para buscar la VERDAD.
Es
absurdo alejarse del mundo para buscar la VERDAD porque ella se encuentra
dentro del mundo y dentro del hombre aquí y ahora.
La
VERDAD es lo desconocido de momento en momento y no es separándonos del mundo
ni abandonando a nuestros semejantes como podemos descubrirla.
Es absurdo
decir que toda verdad es verdad a medias y que toda verdad es medio error.
La
VERDAD es radical y ES o no ES, jamás puede ser a medias, jamás puede ser medio
error.
Es
absurdo decir: la VERDAD es del tiempo y que lo que en un tiempo fue en otro
tiempo no lo ES.
La
VERDAD nada tiene que ver con el tiempo. La VERDAD es ATEMPORAL. El YO es
tiempo y por lo tanto no puede conocer la VERDAD.
Es
absurdo suponer verdades convencionales, temporales, relativas. Las gentes
confunden a los conceptos y opiniones con eso que es la VERDAD.
La
VERDAD nada tiene que ver con las opiniones ni con las así llamadas verdades
convencionales, porque éstas son únicamente proyecciones intrascendentes de la
mente.
La
VERDAD es lo desconocido de momento en momento y sólo puede ser experimentada
en ausencia del YO psicológico.
La
verdad no es cuestión de sofismas, conceptos, opiniones. La verdad sólo puede
ser conocida a través de la experiencia directa.
La
mente sólo puede opinar y las opiniones nada tienen que ver con la verdad.
La
mente jamás puede concebir la VERDAD.
Los
maestros, maestras de escuelas, colegios, universidades, deben experimentar la
verdad y señalar el camino a sus discípulos y discípulas.
La
VERDAD es cuestión de experiencia directa, no cuestión de teorías, opiniones o
conceptos.
Podemos
y debemos estudiar pero es urgente experimentar por sí mismos y en forma
directa lo que haya de verdad en cada teoría, concepto, opinión, etc. etc. etc.
Debemos
estudiar, analizar, inquirir, pero también necesitamos con URGENCIA inaplazable
experimentar la VERDAD contenida en todo aquello que estudiamos.
Es
imposible experimentar la VERDAD mientras la mente se encuentra agitada,
convulsionada, atormentada por las opiniones contrapuestas.
Sólo es
posible experimentar la VERDAD cuando la mente está quieta, cuando la mente
esta en silencio.
Los
maestros y maestras de escuelas, colegios y universidades, deben indicar a los
alumnos y alumnas el camino de la meditación interior profunda.
El
camino de la meditación interior profunda nos conduce hasta la quietud y
silencio de la mente.
Cuando
la mente está quieta, vacía de pensamientos, deseos, opiniones, etc., cuando la
mente está en silencio adviene a nosotros la verdad.
V.M. SAMAEL AUN WEOR.
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