CAPÍTULO XIII
OBSERVADOR Y
OBSERVADO
Es muy claro y no resulta difícil comprender, que cuando
alguien empieza a observarse a sí mismo seriamente desde el punto de vista que
no es Uno sino Muchos, comienza realmente a trabajar sobre todo eso que carga
dentro.
Es óbice, obstáculo, tropiezo, para el trabajo de
Auto-observación Intima, los siguientes defectos Psicológicos: Mitomanía,
(Delirio de Grandeza, creerse un Dios). Egolatría, (Creencia en un YO
Permanente; adoración a cualquier especie de Alter-Ego). Paranoia,
(Sabiondez, Auto-suficiencia, engreimiento, creerse infalible, orgullo místico,
persona que no sabe ver el punto de vista ajeno).
Cuando se continúa con la convicción absurda que se es Uno,
que se posee un Yo permanente, resulta algo mas que imposible el trabajo serio
sobre sí mismo.
Quien siempre se cree Uno, nunca será capaz de separarse de
sus propios elementos indeseables. Considerará a cada pensamiento, sentimiento,
deseo, emoción, pasión, afecto, etc., etc., etc., como funcionalismos
diferentes, inmodificables, de su propia naturaleza y hasta se justificará ante
los demás diciendo que tales o cuales defectos personales son de carácter
hereditario...
Quien acepta la Doctrina de los Muchos Yoes, comprende a
base de observación que cada deseo, pensamiento, acción, pasión, etc.,
corresponde a este u otro Yo distinto, diferente...
Cualquier atleta de la Auto-Observación intima, trabaja muy
seriamente dentro de sí mismo y se esfuerza por apartar de su Psiquis los
diversos elementos indeseables que carga dentro...
Si uno de verdad y muy sinceramente comienza a observarse
internamente, resulta dividiéndose en dos: Observador y Observado.
Si tal división no se produjera, es evidente que nunca
daríamos un paso adelante en la Vía maravillosa del Auto-Conocimiento.
¿Cómo podríamos observarnos a sí mismos si cometemos el
error de no querer dividirnos entre Observador y Observado?
Si tal división no se produjera, es obvio que nunca daríamos
un paso adelante en el camino del Auto-Conocimiento.
Indubitablemente cuando esta división no se sucede
continuamos identificados con todos los procesos del Yo Pluralizado...
Quien se identifica con los diversos procesos del Yo
Pluralizado, es siempre victima de las circunstancias.
¿Cómo podría modificar circunstancias aquel que no se conoce
a sí mismo?. ¿Cómo podría conocerse a sí mismo quien nunca se ha observado
internamente?. ¿De qué manera podría alguien auto-observarse si no se divide
previamente en Observador y Observado?.
Ahora bien, nadie puede empezar a cambiar radicalmente en
tanto no sea capaz de decir: "Este deseo es un Yo animal que debo
eliminar"; "este pensamiento egoísta es otro Yo que me atormenta y
que necesito desintegrar"; "este sentimiento que hiere mi corazón es
un Yo intruso que necesito reducir a polvareda cósmica"; etc., etc., etc.
Naturalmente esto es imposible para quien nunca se ha
dividido entre Observador y Observado.
Quien toma todos sus procesos Psicológicos como
funcionalismos de un Yo Único, Individual y Permanente, se encuentra tan
identificado con todos sus errores, los tiene tan unidos a sí mismo, que ha
perdido por tal motivo la capacidad para separarlos de su Psiquis.
Obviamente personas así jamás pueden cambiar radicalmente,
son gentes condenadas al más rotundo fracaso.
CAPÍTULO XIV
PENSAMIENTOS
NEGATIVOS
Pensar profundamente y con plena atención resulta extraño
por esta época involutiva y decadente.
Del Centro Intelectual surgen diversos pensamientos
provenientes, no de un Yo permanente como suponen neciamente los ignorantes
ilustrados, sino de los diferentes "Yoes" en cada uno de Nos.
Cuando un hombre está pensando, cree firmemente que él en sí
mismo y por sí mismo está pensando.
No quiere darse cuenta el pobre mamífero intelectual que los
múltiples pensamientos que por su entendimiento cruzan, tienen su origen en los
distintos "Yoes" que llevamos dentro.
Esto significa que no somos verdaderos individuos pensantes;
realmente todavía no tenemos mente individual.
Sin embargo, cada uno de los diferentes "Yoes" que
cargamos dentro, usa nuestro Centro Intelectual, lo utiliza cada vez que puede
para pensar.
Absurdo sería pues, identificamos con tal o cual pensamiento
negativo y perjudicial, creyéndolo propiedad particular.
Obviamente este o aquel pensamiento negativo proviene de
cualquier "Yo" que en un momento dado ha usado abusivamente nuestro
Centro Intelectual.
Pensamientos negativos los hay de distinta especie:
Sospecha, desconfianza, mala voluntad hacia otra persona, celos pasionales,
celos religiosos, celos políticos, celos por amistades o de tipo familiar,
codicia, lujuria, venganza, ira, orgullo, envidia, odio, resentimiento, hurto,
adulterio, pereza, gula, etc., etc., etc.
Realmente son tantos los defectos psicológicos que tenemos,
que aunque tuviéramos paladar dé acero y mil lenguas para hablar, no
alcanzaríamos a enumerarlos cabalmente.
Como secuencia o corolario de lo antes dicho, resulta
descabellado identificarnos con los pensamientos negativos.
Como quiera que no es posible que exista efecto sin causa,
afirmamos solemnemente que nunca podría existir un pensamiento por sí mismo,
por generación espontánea...
La relación entre pensador y pensamiento es ostensible; cada
pensamiento negativo tiene su origen en un pensador diferente.
En cada uno de nos existen tantos pensadores negativos,
cuantos pensamientos de la misma índole.
Mirada esta cuestión desde el ángulo pluralizado de
"Pensadores y Pensamientos", sucede que cada uno de los "Yoes
que cargamos en nuestra Psiquis, es ciertamente un pensador diferente.
Incuestionablemente dentro de cada uno de nos, existen
demasiados pensadores; sin embargo, cada uno de éstos a pesar de ser tan sólo
parte, se cree el todo, en un momento dado...
Los mitómanos, los ególatras, los narcisistas, los
paranoicos, nunca aceptarían la tesis de "La Pluralidad de
Pensadores" porque se quieren demasiado a sí mismos, se sienten "el
papá de Tarzán" o "la mamá de los pollitos"...
¿Cómo podrían tales gentes anormales aceptar la idea de que
no poseen una mente individual, genial, maravillosa?...
Sin embargo tales Sabihondos piensan de sí mismos lo mejor y
hasta se visten con la túnica de Aristipo para demostrar sabiduría y
humildad...
Cuenta por ahí la leyenda de los siglos que Aristipo,
queriendo demostrar sabiduría y humildad, se vistió con una vieja túnica llena
de remiendos y agujeros; empuñó con la diestra el Bastón de la Filosofía y se
fue por las calles de Atenas...
Dicen que cuando Sócrates le vio venir, exclamó con gran
voz: "¡Oh Aristipo, se ve tu vanidad a través de los agujeros de tu
vestidura!".
Quien no vive siempre en estado de Alerta Novedad, Alerta
Percepción, pensando que está pensando, se identifica fácilmente con cualquier
pensamiento negativo.
De resultas de esto, fortalece lamentablemente el poder
siniestro del "Yo Negativo", autor del correspondiente pensamiento en
cuestión.
Cuanto más nos identificamos con un pensamiento negativo,
tanto más esclavos seremos del correspondiente "Yo" que le
caracteriza.
Con respecto a la Gnosis, al Camino Secreto, al trabajo
sobre sí mismo, nuestras tentaciones particulares se encuentran precisamente en
los "Yoes" que odian la Gnosis, el trabajo esotérico, porque no
ignoran que su existencia dentro de nuestra psiquis está mortalmente amenazada
por la Gnosis y por el trabajo.
Esos "Yoes Negativos" y pendencieros se apoderan
fácilmente de ciertos rollos mentales almacenados en nuestro Centro Intelectual
y originan Secuencialmente corrientes mentales nocivas y perjudiciales.
Si aceptamos esos pensamientos, esos "Yoes
Negativos" que en un momento dado controlan nuestro Centro Intelectual,
seremos entonces incapaces de librarnos de sus resultados.
Jamás debemos olvidar que todo "Yo Negativo" se
"Auto-Engaña." y "Engaña", conclusión: Miente.
Cada vez que sentimos una súbita pérdida de fuerza, cuando
el aspirante se desilusiona, de la Gnosis, del trabajo esotérico, cuando pierde
el entusiasmo y abandona lo mejor, es obvio que ha sido engañado por algún Yo
Negativo.
El "Yo Negativo del Adulterio", aniquila los
nobles hogares y hace desgraciados a los hijos.
El "Yo Negativo de los Celos", engaña a los seres
que se adoran y destruye la dicha de los mismos.
El "Yo Negativo del Orgullo Místico" engaña a los
devotos del Camino y éstos, sintiéndose sabios, aborrecen a su Maestro o le
traicionan...
El Yo Negativo apela a nuestras experiencias personales, a
nuestros recuerdos, a nuestros mejores anhelos, a nuestra sinceridad, y,
mediante una rigurosa selección de todo esto, presenta algo en una falsa luz,
algo que fascina y viene el fracaso...
Sin embargo, cuando uno descubre el "Yo" en
acción, cuando ha aprendido a vivir en estado de alerta, tal engaño se hace
imposible...
V.M. SAMAEL AUN WEOR.
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