CAPÍTULO XV
LA INDIVIDUALIDAD
Creerse "Uno", ciertamente es una broma de muy mal
gusto; desafortunadamente esta vana ilusión existe dentro de cada uno de
nosotros.
Lamentablemente siempre pensamos de nosotros mismos lo
mejor, jamás se nos ocurre comprender que ni siquiera poseemos Individualidad
verdadera.
Lo peor del caso es que hasta nos damos el lujo falso de
suponer que cada uno de nosotros goza de plena conciencia y voluntad propia.
¡Pobres de nosotros!, ¡Cuán necios somos! No hay duda de que
la ignorancia es la peor de las desgracias.
Dentro de cada uno de nos existen muchos miles de individuos
diferentes, sujetos distintos, Yoes o gentes que riñen entre sí, que se pelean
por la supremacía y que no tienen orden o concordancia alguna.
Si fuéramos conscientes, si despertáramos de tantos sueños y
fantasías, cuan distinta sería la vida...
Más para colmo de nuestro infortunio, las emociones
negativas y las auto-consideraciones y amor propio, nos fascinan, nos
hipnotizan, jamás nos permiten acordarnos de sí mismos, vernos tal cual somos..
Creemos tener una sola voluntad cuando en realidad poseemos
muchas voluntades diferentes. (Cada Yo tiene la suya).
La tragicomedia de toda esta Multiplicidad Interior resulta
pavorosa; las diferentes voluntades interiores chocan entre sí, viven en
conflicto continuo, actúan en diferentes direcciones.
Si tuviéramos verdadera Individualidad, si poseyéramos Una
Unidad en vez de una Multiplicidad, tendríamos también continuidad de
propósitos, conciencia despierta, voluntad particular, individual.
Cambiar es lo indicado, sin embargo debemos empezar por ser
sinceros con nosotros mismos.
Necesitamos hacer un inventario psicológico de sí mismos
para conocer lo que nos sobre y lo que nos falta.
Es posible conseguir Individualidad, más si creemos tenerla
tal posibilidad desaparecerá.
Es evidente que jamás lucharíamos por conseguir algo que
creemos tener. La fantasía nos hace creer que somos poseedores de la
Individualidad y hasta existen en el mundo escuelas que así lo enseñan.
Es urgente luchar contra la fantasía, ésta nos hace aparecer
como si fuéramos esto, o aquello, cuando en realidad somos miserables,
desvergonzados y perversos.
Pensamos que somos hombres, cuando en verdad somos tan solo
mamíferos intelectuales desprovistos de Individualidad.
Los mitómanos se creen Dioses, Mahatmas, etc., sin sospechar
siquiera que ni siquiera tienen mente individual y Voluntad Consciente.
Los ególatras adoran tanto a su querido Ego, que nunca
aceptarían la idea de la Multiplicidad de Egos dentro de sí mismos.
Los paranoicos con todo el orgullo clásico que les caracteriza,
ni siquiera leerán este libro...
Es indispensable luchar a muerte contra la fantasía acerca
de nosotros mismos, si es que no queremos ser victimas de emociones
artificiales y experiencias falsas que además de ponemos en situaciones
ridículas, detienen toda posibilidad de desarrollo interior.
El animal intelectual está tan hipnotizado por su fantasía,
que sueña que es león o águila cuando en verdad no es más que un vil gusano del
lodo de la tierra.
El mitómano jamás aceptaría estas afirmaciones renglones
arriba hechas; obviamente él se siente archi-hierofante digan lo que digan; sin
sospechar que la fantasía es meramente nada, "nada sino fantasía".
La fantasía es una fuerza real que actúa universalmente
sobre la humanidad y que mantiene al Humanoide Intelectual en estado de sueño,
naciéndole creer que ya es un hombre, que posee verdadera Individualidad,
voluntad, conciencia despierta, mente particular, etc., etc., etc.
Cuando pensamos que somos uno, no podemos movernos de donde
estamos en sí mismos, permanecemos estancados y por ultimo degeneramos,
involucionamos.
Cada uno de nos se encuentra en determinada etapa
psicológica y no podremos salir de la misma, a menos que descubramos
directamente a todas esas personas o Yoes que viven dentro de nuestra persona.
Es claro que mediante la auto-observación íntima podremos
ver a las gentes que viven en nuestra psiquis y que necesitamos eliminar para
lograr la transformación radical.
Esta percepción, esta auto-observación, cambia
fundamentalmente todos los conceptos equivocados que sobre sí mismos teníamos y
como resultado evidenciamos el hecho concreto de que no poseemos verdadera
Individualidad,
Mientras no nos auto-observemos, viviremos en la ilusión de
que somos Uno y en consecuencia nuestra vida será equivocada.
No es posible relacionamos correctamente con nuestros
semejantes mientras no se realice un cambio Interior en el fondo de nuestra
psiquis.
Cualquier cambio intimo exige la eliminación previa de los
Yoes que llevamos dentro.
De ninguna manera podríamos eliminar tales Yoes si no los
observamos en nuestro interior.
Aquellos que se sienten Uno, que piensan de sí mismos lo
mejor, que nunca aceptarían la doctrina de los muchos, tampoco desean observar
a los Yoes y por lo tanto cualquier posibilidad de cambio se hace en ellos
imposible.
No es posible cambiar si no se elimina, más quien se siente
poseedor de la Individualidad si aceptase que debe eliminar, ignoraría
realmente que es lo que debe eliminar.
Empero, no debemos olvidar que quien cree ser Uno,
auto-engañado cree que si sabe lo que debe eliminar, más en verdad ni siquiera
sabe que no sabe, es un ignorante ilustrado.
Necesitamos "desegoistizarnos" para
"individualizarnos", más quien cree que posee la Individualidad es
imposible que pueda desegoistizarse.
La Individualidad es sagrada en un ciento por ciento, raros
son los que la tienen, más todos piensan que la tienen.
¿Cómo podríamos eliminar "Yoes", si creemos que
tenemos un "Yo" Único?
Ciertamente sólo quien jamás se ha Auto-Observado seriamente
piensa que tiene un Yo Único.
Empero debemos ser muy claros en esta enseñanza porque
existe el peligro psicológico de confundir a la Individualidad auténtica con el
concepto de alguna especie de "Yo Superior" o algo por el estilo.
La Individualidad Sagrada está mucho más allá de cualquier
forma de "Yo", es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre
será.
La legitima Individualidad es el Ser y la razón de Ser del
Ser, es el mismo Ser.
Distíngase entre el Ser y el Yo. Quiénes confunden al Yo con
el Ser, ciertamente nunca se han auto-observado seriamente.
En tanto continúe la Esencia, la conciencia, embotellada
entre todo ese conjunto de Yoes que llevamos dentro, el cambio radical será
algo más que Imposible.
CAPÍTULO XVI
EL LIBRO DE LA VIDA
Una persona es lo que es su vida. Eso que continúa mas allá
de la muerte, es la vida. Este es el significado del libro de la vida que se
abre con la muerte.
Mirada esta cuestión desde un punto de vista estrictamente
psicológico, un día cualquiera de nuestra vida, es realmente una pequeña
réplica de la totalidad de la vida.
De todo esto podemos inferir lo siguiente: Si un hombre no
trabaja sobre sí mismo hoy, no cambiara nunca.
Cuando se afirma que se quiere trabajar sobre sí mismo, y no
se trabaja hoy aplazando para mañana, tal afirmación será un simple proyecto y
nada mas, porque en el hoy está la réplica de toda nuestra vida.
Existe por ahí un dicho vulgar que dice: "No dejéis
para mañana lo que se puede hacer hoy mismo".
Si un hombre dice: "Trabajaré sobre mí mismo,
mañana", nunca trabajará sobre sí mismo, por que siempre habrá un mañana.
Esto es muy similar a cierto aviso, anuncio o letrero que
algunos comerciantes ponen en sus tiendas: "HOY NO FÍO, MAÑANA SI".
Cuando algún necesitado llega a solicitar crédito, topa con
el terrible aviso, y si vuelve al otro día, encuentra otra vez el desdichado
anuncio o letrero.
Esto es lo que se llama en sicología la "enfermedad del
mañana". Mientras un hombre diga "mañana", nunca cambiará.
Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable, trabajar sobre
sí mismo hoy, no soñar perezosamente en un futuro o en una oportunidad
extraordinaria.
Esos que dicen: "Voy antes a hacer esto o aquello y
luego trabajaré". Jamás trabajarán sobre sí mismos, esos son los moradores
de la tierra mencionados en las Sagradas Escrituras.
Conocí a un poderoso terrateniente que decía: "Necesito
primero redondearme y luego trabajar sobre Mí Mismo".
Cuando enfermó de muerte le visité, entonces le hice la
siguiente pregunta: "¿Todavía queréis redondearte?"
"Lamento de verdad haber perdido el tiempo", me
respondió. Días después murió, después de haber reconocido su error.
Aquel hombre tenia muchas tierras, pero quería adueñarse de
las propiedades vecinas, "redondearse", a fin de que su hacienda
quedase exactamente limitada por cuatro caminos.
"¡Basta a cada día su afán!", dijo el Gran KABIR
JESÚS. Auto-observarnos hoy mismo, en lo tocante al día siempre recurrente,
miniatura de nuestra vida entera.
Cuando un hombre comienza a trabajar sobre sí mismo, hoy
mismo cuando observa sus disgustos y penas, marcha por el camino del éxito.
No sería posible eliminar lo que no conocemos. Debemos
observar antes nuestros propios errores.
Necesitamos no sólo conocer nuestro día, sino también la relación,
con el mismo. Hay cierto día ordinario que cada persona experimenta
directamente, excepto los sucesos insólitos, inusitados.
Resulta interesante observar la recurrencia diaria, la
repetición de palabras y acontecimientos, para cada persona, etc.
Esa repetición o recurrencia de eventos y palabras, merece
ser estudiada, nos conduce al auto-conocimiento.
V.M. SAMAEL AUN WEOR.
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