2º-Concéntrese
ahora en
sus propias
necesidades
físicas
inmediatas.
3º-Medite
Ud. reflexione
en cada en
cada
una
de
esas necesidades.
4º-Adormézcase tratando de descubrir por sí mismo, donde
termina la necesidad y donde comienza la codicia.
5º-Si su practica de concentración y meditación interna es
correcta,
en visión interna descubrirá cuáles son sus legítimas necesidades y cuál la codicia.
Recuerde que sólo comprendiendo profundamente la necesidad y la codicia podrá Ud. establecer cimientos verdaderos para el correcto
proceso de pensar.
El Dinero.
¿Por qué el dinero ha asumido tan
inmensa importancia en nuestra vida?,
¿Acaso dependemos
exclusivamente de él para nuestra propia felicidad
Psicológica? Todos los seres humanos necesitamos
pan,
abrigo y refugio; esto se sabe. Pero, ¿por qué es que esto tan natural y sencillo hasta para las aves del cielo, ha asumido importancia y significación tan tremenda y
espantosa? El dinero ha asumido tal valor exagerado y
desproporcionado porque psicológicamente dependemos de él para nuestro bienestar. El dinero alimenta nuestra vanidad personal, nos da prestigio social, nos brinda los medios de lograr
el poder. El dinero ha sido usado por la mente con fines y propósitos totalmente diferentes de los que tiene en sí mismo entre las cuales está cubrir nuestras necesidades físicas inmediatas. El dinero esta siendo utilizado con propósitos
psicológicos; esa es la causa por la cual el dinero ha asumido importancia
exagerada y desproporcionada.
Necesitamos dinero para tener pan, abrigo y
refugio; esto es obvio. Pero cuando el dinero se
convierte en
una necesidad
psicológica, cuando
lo utilizamos con
propósitos diversos de los que tiene en
sí
mismo, cuando dependemos de
él
para conseguir fama, prestigio, posición social, etc.,
entonces el
dinero
asume ante la mente una importancia exagerada y desproporcionada,
de aquí se origina la lucha y el conflicto por
poseerlo.
Es lógico que tenemos necesidad de conseguir dinero para satisfacer nuestras necesidades físicas
(para tener pan, abrigo y
refugio) Pero si dependemos del dinero exclusivamente para nuestra propia felicidad y
satisfacción personal,
entonces somos los seres mas desgraciados de la tierra. Cuando
comprendemos profundamente
que el dinero sólo tiene
por
objeto
proporcionarnos pan,
abrigo y refugio, entonces le ponemos espontáneamente una limitación inteligente; el resultado de esto es que el dinero ya no asume ante nosotros esa importancia tan exagerada que tiene cuando se convierte en una necesidad psicológica. El dinero en si no es bueno ni malo. Todo depende del uso que hagamos de él. Si
lo
utilizamos para el bien, es bueno. Si lo utilizamos para el mal, es malo. Necesitamos comprender
a fondo la verdadera naturaleza de la sensación y de la satisfacción, la
mente que quiera llegar a
comprender la verdad debe estar
libre de esas trabas.
Si queremos de verdad libertar al pensamiento de las trabas de la sensación y
satisfacción, tenemos que empezar con aquellas sensaciones que son para nosotros más familiares, y establecer allí el
adecuado cimiento para la comprensión. Las sensaciones tienen su lugar adecuado y cuando las comprendemos profundamente en todos los niveles de la mente, no asumen la estúpida deformación que ahora tienen. Muchas personas piensan que si todo orden de cosas marchase de acuerdo con el partido político al cual pertenecen, y por el cual luchan siempre, entonces tendríamos un mundo feliz, lleno de
abundancia, paz y
perfección. Ese es un concepto falso, porque realmente nada de eso puede existir si antes no hemos comprendido individualmente el verdadero significado de las cosas. El ser humano es demasiado
pobre internamente y por
eso necesita del
dinero y de
las cosas para su
sensación
y
satisfacción personal. Cuando alguien es pobre internamente busca externamente dinero y cosas para completarse y buscar satisfacción. Es por eso que el dinero y las cosas materiales han tomado un valor
desproporcionado y que el ser humano
este dispuesto a robar, explotar y mentir a cada instante. A
eso se
debe
la lucha entre el capital y el trabajo, entre patrones y obreros,
entre explotadores y explotados, etc.
Son inútiles todos los
cambios políticos sin haber comprendido antes nuestra propia pobreza interior. Pueden cambiarse una y otra vez los sistemas económicos, puede alternarse una y otra vez el
sistema social, pero si no hemos
comprendido profundamente la íntima naturaleza de nuestra pobreza
interior, el individuo creará siempre nuevos medios y caminos de obtener satisfacción personal a costa de la paz de otros.
Es urgente comprender profundamente la naturaleza íntima de este MI MISMO, si es que realmente
queremos ser ricos internamente.
Quien es
rico
internamente
es incapaz de explotar al
prójimo, es incapaz de robar y
de mentir. Quien es rico internamente está libre de las trabas de la
sensación y satisfacción personal. Quien es rico internamente ha hallado la felicidad.
Necesitamos el
dinero, es cierto. Pero es
necesario comprender profundamente nuestra justa relación con éste. Ni el
asceta, ni el
avaro codicioso han comprendido
jamás cuál es nuestra justa relación con
el dinero. No es
renunciando al dinero, ni codiciándolo, como
podemos llegar
a entender
nuestra justa relación con
éste.
Necesitamos comprensión para darnos cuenta inteligentemente de nuestras
propias necesidades materiales sin depender desproporcionadamente del dinero.
Cuando comprendemos nuestra justa relación con
el
dinero, termina de hecho
el
dolor del desprendimiento, y
el sufrimiento espantoso que nos produce la competencia. Debemos aprender a
diferenciar entre nuestras necesidades físicas inmediatas y
la dependencia psicológicas de las cosas. La dependencia psicológica de las cosas crea la explotación
y la esclavitud.
Necesitamos dinero para cubrir nuestras necesidades físicas inmediatas. Desgraciadamente la
necesidad se transforma en codicia. El Yo Psicológico, percibiendo su propia vaciedad y miseria, suele darle al dinero y
a las cosas un valor distinto al que tiene, un valor exagerado y absurdo. Así es como el Yo quiere enriquecerse externamente ya que internamente es pobre y
miserable. El Yo quiere hacerse
sentir, deslumbrar al prójimo con las cosas y el dinero. Hoy en día nuestra relación con el dinero se basa en la codicia. Alegamos siempre necesidad, para justificar codicia. La codicia es la causa secreta del
odio, y de las brutalidades del mundo. Estas últimas suelen asumir muchas veces aspectos legales. La
codicia es la causa de la guerra y de todas las miserias de este mundo. Si queremos acabar
con la codicia
del
mundo, debemos comprender profundamente que ese mundo está dentro
de nosotros mismos. Nosotros
somos
el mundo. La codicia de los
demás individuos está dentro de nosotros mismos. Realmente todos
los individuos viven dentro de nuestra propia conciencia. La codicia del mundo está
dentro del individuo. Sólo
acabando con la codicia que llevamos dentro terminará la codicia del mundo. Sólo comprendiendo el proceso complejo de la codicia en todos los niveles de la mente, podemos llegar a experimentar la Gran Realidad.
(Introducción a la Gnosis). Samael Aun
Weor
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