CAPÍTULO XVIII EL SÉPTIMO SELLO
Y
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cuando él abrió el séptimo sello, fue hecho
silencio en el cielo, casi por media hora" (Ap. 8: 1).
El Adorable
Salvador del Mundo confiesa los pecados de la humanidad delante de su Padre y
delante de los ángeles. La gran huérfana debe entrar en el hospital de los
ángeles.
El Divino Esposo
quiere salvar a sus hijos. Los tenebrosos quieren llevarse sus hijitos, y
Él los junta debajo
de sus brazos amorosos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas.
Se trata de extirpar un tumor canceroso de entre el vientre de la gran
huérfana.
"Y fue hecho
silencio en el cielo casi por media hora". Esta operación científica
inevitablemente es muy dolorosa. Habrá algunos sobrevivientes de la gran
catástrofe.
Habrá un silencio
como de media hora. Un pequeño tiempo fugaz, pero suficiente como para salvar
secretamente a los justos.
A orillas del
inmenso mar de la vida se desenvuelven los grandes acontecimientos
apocalípticos.
"Y vi los
siete ángeles (Gabriel, Raphael, Uriel, Michael, Samael, Zachariel, Orifiel); y
les fueron dadas siete trompetas" (Ap. 8: 2).
"Y otro ángel
vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado
mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre
el altar de oro que estaba delante del trono (Ap. 8: 3).
"Y el humo del
incienso subió de la mano del ángel delante de Dios con las oraciones de los
santos" (Ap. 8: 4). Los santos serán cruelmente perseguidos por los ateos
y tendrán que hacer mucha oración.
"Y el ángel
tomó el incensario y lo llenó del fuego del altar, y echólo en la tierra y
fueron hechos truenos y voces y relámpagos y terremotos" (Ap. 8: 5).
Entonces los
gnósticos serán perseguidos a muerte. "Este evangelio del reino será
predicado en todo el mundo, por testimonio a los gentiles, y entonces vendrá el
fin"
(Mateo 24: 14). Los
ateos materialistas enemigos del Eterno están llenos de falso cientificismo.
Los ateos perseguirán con furia a los gnósticos. Los ateos odian mortalmente la
magia sexual. Por ese motivo los gnósticos serán perseguidos a muerte.
El sexo es la
puerta del edén, y los enemigos del Eterno no quieren que la gente se entre por
esa puerta. Los gnósticos se multiplicarán a millones; pero serán cruelmente
perseguidos y odiados.
"Y los siete
ángeles que tenían las siete trompetas, se aparejaron para tocar. Y el primer
ángel (Gabriel), tocó la trompeta y fue hecho granizo y fuego mezclado con
sangre y fueron arrojados a la tierra; y la tercera parte de los árboles fue
quemada y quemóse toda hierba verde" (Ap. 8: 6, 7).
La piedra de los
filósofos es el sexo. Los sabios antiguos adoraban al sol bajo la simbólica
forma de una piedra negra. Esa es la Piedra Heliogábala. Nuestro Adorable
Salvador nos Enseñó a edificar sobre la peña viva. Y el Adorable dijo a Pedro:
"Llámate Petrus, porque tú eres la primera piedra sobre la cual edificaré
mi iglesia ".
La piedra filosofal
es el fundamento de la ciencia, de la filosofía y de la religión.
La piedra filosofal
es cuadrada como la Jerusalém celestial de San Juan. Sobre una de sus fases
está el nombre de Adán, sobre la otra, el de Eva, y después los de Azoe e INRI
sobre los otros dos lados.
La Piedra Filosofal
es muy Sagrada.
La ciencia del
anticristo ha profanado la sagrada piedra. Santuario develado, santuario
profanado. Las piedras preciosas del templo son muy sagradas. Los maestros son
hijos de las piedras. Ningún galeno debería tocar las piedras del templo. Las
enfermas deberían ser atendidas por mujeres médicas. Empero los tiempos del fin
ya llegaron. Y cuando el primer ángel tocó la trompeta fue hecho granizo y
fuego mezclado con sangre. Agua helada mezclada con fuego y sangre. Ciencia,
sangre y pasión. El templo de la ciencia fue profanado por el anticristo, y los
seguidores de Esculapio fornicaron y adulteraron con las pobres enfermas. Toda
hierba verde fue quemada; toda honra fue violada. El sagrado caduceo de
Mercurio cayó sobre el pavimento del templo, hecho pedazos. Las espigas de la
ciencia ya se volvieron maduras y el hombre recogerá ahora a manos llenas, los
venenosos frutos del deseo. La trompeta del ángel regente de la Luna, ha
sonado.
"Y el segundo
ángel (Raphael) tocó la trompeta, y como un grande monte ardiendo con fuego,
fue lanzado en la mar (la cabeza de toda la humanidad); y la tercera parte de
la mar se tornó en sangre" (Ap. 8: 8). Billonadas enteras de seres humanos
perecerán.
Se revisarán
exactamente las deudas kármicas de todos y cada uno de los seres humanos, antes
del gran cataclismo. Se harán cálculos matemáticos, exactos, antes del gran
cataclismo.
El número es santo,
es infinito, es eterno. Todo está dirigido por el Santo Número.
Revisadas las
cuentas de los libros, hechos los cálculos matemáticos, entonces vendrá el gran
cataclismo.
"Y murió la
tercera parte de las criaturas que estaban en la mar, las cuales tenían vida; y
la tercera parte de los navíos pereció" (Ap. 8: 9). Billonadas enteras de
seres humanos perecerán.
Entendemos por
tercera parte el triángulo perfecto. La gran catástrofe que se avecina tiene un
triple alcance. Es física, es anímica y es espiritual. Los mundos físico,
anímico y espiritual se corresponden conjuntamente por las treinta y dos vías
de luz que son los peldaños sagrados de la Escalera Santa.
Raphael, el ángel
regente de Mercurio, ha tocado su trompeta y en los templos internos del Karma,
se están haciendo los cálculos matemáticos.
El Bodhisattva de
Raphael, está encarnado, desgraciadamente ahora está caído. Empero ese humilde
Bodhisattva, lucha actualmente por levantarse.
"Y el tercer
ángel (Uriel) tocó la trompeta, y cayó del cielo una grande estrella (la
estrella de la amargura), ardiendo como una antorcha, y cayó en la tercera
parte de los ríos, y en las fuentes de las aguas" (Ap. 8: 10).
"Y el nombre
de la Estrella se dice ajenjo (amargura), y muchos hombres murieron por las
aguas, porque fueron hechas amargas" (Ap. 8: 11).
El ángel de Venus
ha tocado su trompeta. Todo acontecimiento es de triple alcance. La estrella de
la amargura es de triple alcance. Los tres mundos: físico, anímico y espiritual
se corresponden con las treinta y dos vías de luz que son los peldaños de la
Escalera Santa.
Padre, madre, hijo,
son un ternario perfecto. Los hogares se han llenado de amargura. El ternario
es fecundidad, generación, naturaleza.
Las aguas son
familias y muchedumbres, pueblos y lenguas.
Las aguas se
volvieron ajenjo. Los hogares de la tierra se llenaron de fornicaciones, odios,
adulterios y muy grande tribulación.
"Y el cuarto
ángel (Michael) tocó la trompeta y fue herida la tercera parte del sol, y la
tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas de tal manera que
se obscureció la tercera parte de ellos, y no alumbraba la tercera parte del
día, y lo mismo de la noche" (Ap. 8: 12).
Todos los acontecimientos
cósmicos tienen un triple alcance: la ley del triángulo gobierna toda
manifestación cósmica.
Las altas zonas de
la atmósfera terrestre serán totalmente alteradas con las explosiones atómicas.
Entonces, por
lógica consecuencia, no podrán filtrar y analizar los rayos del sol, la luna y
las estrellas.
Pronto veremos el
sol negro como cilicio y la luna como sangre. Entonces las estrellas se
oscurecerán. No habrá luz. Un color rojizo ferruginoso cubrirá la faz de la
tierra.
Todos estos grandes
acontecimientos cósmicos son siempre de triple alcance. La ley del triángulo
rige todo lo creado.
Con la alteración
total de las zonas superiores de la atmósfera terrestre, se producirán
terribles terremotos y grandes maremotos.
El mar tendrá un
misterioso y extraño sonido. Olas monstruosas y terribles azotarán las playas.
Las ciudades movidas por los terremotos serán convertidas en montón de ruinas.
La radioactividad
aumentará cada día, y con ella vendrán grandes epidemias, enfermedades
desconocidas, hambres, miseria y terrible tribulación. Las cosechas se
perderán, y morirán hasta los peces de la mar.
"Mas, ¡ay de
las preñadas y de las que crían en aquellos días!, porque habrá apuro grande
sobre la tierra e ira en este pueblo" (Lucas 21: 23).
"Entonces
habrá señales en el sol, y en la luna y en las estrellas; y en la tierra
angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las olas;
secándose los hombres a causa del temor y expectación de las cosas que
sobrevendrán a la redondez de la tierra; porque las virtudes de los cielos
serán conmovidas" (Lucas 21: 25, 26).
"Y miré, y oí
un ángel volar por medio del cielo diciendo en alta voz: ¡Ay, ay, ay, de los
que moran en la tierra, por razón de las otras voces de trompeta de los tres
ángeles que han de tocar!" (Ap. 8: 13).
El príncipe de este
mundo, ese yo, ese ego, ese mí mismo, que todos llevamos dentro, supone con su
mente fatal una era de Acuario cómoda, sin problemas de ninguna especie, llena
de grandes seguridades. El príncipe de este mundo es todo un señor de
comodidades.
¡Ay de los
moradores de la tierra! La edad de Acuario se aproxima y el rayo de la justicia
caerá sobre Babilonia la Grande, la madre de todas las fornicaciones y
abominaciones de la tierra.
Acuario influye
sobre la atmósfera terrestre y Pedro, el Jefe del Colegio Apostólico, dijo:
"Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los
cielos pasarán con grande estruendo y los elementos ardiendo serán deshechos, y
la tierra y las obras que en ella están serán quemadas" (2a. Pedro 3: 10).
Acuario significa
fin para la Gran Babilonia. Los tiempos del fin ya llegaron. La venida del
Cristo significa revolución total sobre la faz de la tierra.
La tierra antigua
fue destruida por el agua. Esta tierra que habita la raza aria, será destruida
por el fuego de Acuario.
Los justos no deben
temer; ellos serán salvados secretamente antes del gran cataclismo.
Lot, el justo, fue
sacado de Sodoma cuando Sodoma y Gomorra estaban para ser destruidas por el
fuego aterrador de los volcanes de la tierra. Los justos serán evacuados
secretamente de la gran Babilonia.
Los justos no
pagarán por los pecadores; esto sólo aconteció una vez, y ya ese tiempo pasó.
CAPÍTULO XIX EL QUINTO ÁNGEL
Y
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el quinto ángel (Samael) tocó la trompeta, y
vi una estrella que cayó del cielo en la tierra y le fue dada la llave del pozo
del abismo" (Ap. 9: 1).
Desde el año 1950
un mundo gigantesco se está aproximando a nuestra tierra. Esa estrella ya cayó
en nuestra tierra, y le fue dada la llave del pozo del abismo.
Nosotros queremos
decir con esto, que las ondas electro-magnéticas de esa gigantesca estrella, ya
tocaron el eje de la tierra.
A ese gigantesco
mundo le fue dada la llave del pozo del abismo.
El psiquismo animal
inferior de esa gigantesca mole planetaria actúa sobre la humanidad terrestre,
succionando, absorbiendo, atrayendo a todas aquellas billonadas de almas que no
tienen la señal de Dios en sus frentes.
Esa estrella actúa
desde el fondo del abismo atrayendo a billonadas de seres humanos. A esa estrella le fue dada la llave del pozo
del abismo. Desde el año 1950, billonadas de almas humanas están entrando en el
abismo. Desde 1950, el pozo del abismo está abierto.
¡El símbolo de esa
estrella es la cruz radiante! Apartadas las ovejas de los cabritos, triunfará
la cruz del Redentor.
Este mundo
gigantesco será visible para todo el mundo dentro de pocos años. Esa estrella
"abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran
horno; y oscureciose el sol y el aire por el humo del pozo" (Ap. 9: 2).
"Y del humo
salieron langostas sobre la tierra; y fuéles dada potestad, como tienen
potestad los escorpiones de la tierra. Y les fue mandado que no hiciesen daño a
la hierba de la tierra ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino
solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes"
(Ap. 9: 3, 4).
Esas langostas que
salen del humo del abismo son los demonios humanos, el yo psicológico de cada
hombre.
Los buitres de la
guerra, los potentados del oro y de la plata, los mercaderes de almas y de
cuerpos y de perfumes y de riquezas. Los señores de la política, los grandes
diplomáticos, los científicos materialistas, los señores de la bomba atómica y
de la bomba de hidrógeno, etc. Esos demonios humanos se atormentan unos a otros
en la ciudad y en el abismo, con cuerpo o sin él.
"Y su tormento
es como tormento de escorpión cuando hiere al hombre, y el tormento dura cinco
meses" (Ap. 9: 5).
El número cinco es
el número del rigor y de la ley; el número de Marte y de la guerra.
Las dos palabras
"cinco meses", son simbólicas.
Actualmente ya
estamos en los días de la gran aflicción. ¡Ay de los moradores de la tierra;
los tiempos del fin ya llegaron!
"Y en aquellos
días (estos días; y en el abismo) buscarán los hombres la muerte, y no la
hallarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos" (Ap. 9: 6).
La vida del abismo
es la misma vida que tenemos en el plano físico, pero millones de veces más
horrible, más tenebrosa, más material, más densa. En el abismo los hombres
viven en cuerpo astral, y se atormentan unos a otros, y desean la muerte, y la
muerte huye de ellos.
Toda la vida urbana
trasplantada al abismo se vuelve millones de veces más grosera y terriblemente
materialista. Entonces los hombres desean la muerte y la muerte huye de ellos.
"El parecer de
las langostas era semejante a caballos aparejados para la guerra; y sobre sus
cabezas tenían como coronas semejantes al oro y sus caras como caras de
hombres" (Ap. 9: 7).
He ahí al yo psicológico
de cada hombre, a los buitres de la guerra, a los Jefes de Estado, a los
astutos diplomáticos, a los grandes generales.
"Y tenían
cabellos como cabellos de mujeres (llenos de fingidas dulzuras y gentilezas
hipócritas); y sus dientes eran como dientes de leones. Y tenían corazas como
corazas de hierro; y el estruendo de sus alas (aviones), como el ruido de
carros que con muchos caballos corren a la batalla. Y tenían colas semejantes a
las de los escorpiones y tenían en sus colas aguijones (poderosos ejércitos
armados con aguijones, bombas atómicas, cohetes teledirigidos, bombas de
hidrógeno, etc.); y su poder era el de hacer daño a los hombres cinco
meses" (Ap. 9: 8-10). Así las naciones pagarán sus deudas kármicas.
Esos son los jefes
civiles y militares del mundo, los gentiles diplomáticos, los grandes de la
tierra. Tienen colas semejantes a los de los escorpiones, y en sus colas,
¡mortales y terribles aguijones!
He aquí las grandes
fuerzas militares del Este y del Oeste. El poderío militar. Los jefes, los
grandes generales, los grandes diplomáticos. Los poderosos de la tierra. ¡Ese
es este siglo!
"Y tienen
sobre sí, por rey al ángel del abismo, cuyo nombre hebraico, es Abaddón, y en
el griego
Apollyon" (Ap. 9: 11).
"El primer ay
es pasado; he aquí vienen aún dos ayes, después de estas cosas" (Ap. 9:
12).
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