TU LIBRO
Ten este Breviario Filosófico.
Por encima de la Filosofía de la Vida, más
allá de cuanto sepas, sobre todos tus conocimientos, ten este Breviario
Filosófico…
Escógelo entre muchos, silenciosamente…
Selecciónalo entre todos, calladamente…
Búscalo entre la multitud de los otros
Libros, sin decir cuál prefieres… El surgirá como si tuviera un alma y se
vendrá a tus manos lleno de alborozo porque estaba hecho para ti.
No importa cuál sea su tendencia, si está en
armonía con la tuya. Lo más sublime, lo más bello, es que ambos seáis UNO en la
quietud de cada instante y en el hilo angustioso de las horas.
Y cuando lo cierres, cuando lo dejes
abandonado, cuando lo arrojes sobre tu mesa o lo pongas sobre tu estante, allí
quedará, mudo, en silencio, pero dulce y sonriente como una lógica prolongación
tuya.
Vive tu vida, sea cual fuere…
No te detengas en el sendero, si es que
llevas un camino…
Pero en todo momento de soledad azoten los
vientos o vengan brisas suaves, tengas tumultos internos o alegrías infinitas,
recurre… recurre siempre a este Libro…
El te dirá cuál es la hora magna, el instante
cumbre…
Cuándo las tinieblas han de oscurecer el Sol
de tu Vida y cuándo ha de hacerse Luz en mitad de tus sombras.
El te abrirá su taza de mármol, como una
Fontana, para que calmes tu sed. El se dejará censurar…
El se dejará aplaudir…
El será todo para tu Alma. El tiene la última
palabra. ES LA ROSA.
Y siempre te dará la Clave de todas tus
desventuras…
TU PIEDRA
Tú tienes una piedra…
¿No lo sabías?. Sí, mira.
En los bajos fondos de ti mismo, más allá de
tu estulticia, incrustada en el muro de tu propia subconsciencia, hay una
Piedra…
Bruta, fría, impasible, con la dureza del más
duro mármol, con tosquedad rocosa… Pero… tienes una piedra ignorada y no la
ves, no la percibes, no la palpas, no sientes sus efectos y, sin embargo, vive…
vive allí en la Soledad de tu caverna, esperando el instante de ser labrada.
Se te puede pasar la vida - este efímero
tránsito - ignorando siempre su existencia y ella habrá esperado inútilmente
que tu interna mirada la haya descubierto en la monotonía de su larga espera…
Si la dejas estar, si no la despiertas, si no
la labras, si ha de continuar con ese sueño extático… cuando ya no existas,
cuando dejes de ser, tornará al montón de tantas piedras como quedaron en el
camino, yerto bagaje de los que hicieron como tú…
Si, en cambio, no quieres que duerma.
Si tratas de despertarla porque un dolor o
una pena honda dieron conciencia a tu vida.
Si intentas bucear dentro de ti mismo y
consolarte con las grandezas de tu espíritu para enjugar internamente tantas y
tantas lágrimas que no pudieron secarse al exterior.
Entonces…
Suspira profundamente, llama en el cerrado
Mesón de tus causas interiores y busca tu Piedra…
Es tosca e imperfecta, ¿verdad?.
Pues hazle saltar las primeras lascas para
irla moldeando, pero… Hazlo con cuidado, con AMOR…
Que en la Piedra que tocas, está la Rosa, el
Tesoro de tu propia Alma.
KRUMM HELLER
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