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Ha sido una respuesta muy interesante, Maestro. Ahora, por favor, quisiéramos saber por qué la enseñanza gnóstica afirma la existencia de algunas otras dimensiones, dentro de las cuales ciertas personas preparadas pueden incursionar. Nuestra pregunta es la siguiente: ¿Cuántas dimensiones existen y cómo podría uno capacitarse para penetrar en ellas?
Ciertamente, esa pregunta me ha gustado mucho, es muy interesante...
La geometría tridimensional de Euclides ha sido en verdad muy discutida, nunca se ha aceptado en forma de dogma. Empero no hay duda de que todavía existen, por ahí, muchas gentes retardatarias, embotelladas completamente en ese tipo de geometría que ya empieza a pasar de moda. Einstein aceptó una cuarta coordenada; así lo está demostrando, precisamente, en su teoría sobre la ley de la relatividad. No hay duda de que la cuarta vertical está demostrada matemáticamente.
Continuando con estas disquisiciones, diremos que nuestros antepasados de Anahuac también conocieron la cuarta dimensión. Si uno lee cuidadosamente algunos códices, se queda asombrado al poder corroborar esta afirmación.
Me viene a la memoria, en estos instantes, el relato del Padre Durán (que es maravilloso de por sí). Se refiere tal narración a un episodio de la vida del famoso Emperador Moctezuma. Queriendo él saber algo sobre nuestros antepasados, sobre los antepasados de la gran Tenochtitlán, llamó a Tlacaelel, su primer Ministro, y le dijo: “Quiero saber algo sobre nuestros antepasados, sobre los antepasados de la gran Tenochtitlán, llamó a Tlacaelel, su Primer Ministro, y le dijo: “Quiero saber algo sobre mis mayores, sobre Quetzalcoatl, sobre Huitzilopochtli, sobre la madre de Huitzilopochtli y sobre muchos otros insignes varones. Desearía visitarlos. ¿Qué saber tú de eso y dónde moran?” “¡Señor (contestó Tlacaelel), noble es tu corazón porque veo que recuerdas en verdad a nuestros mayores! Llegar allí, donde ellos moran (a la lejana TULE, a la Isla de Cristal, en el Polo Norte), es algo más que imposible. El camino está cerrado por muchas selvas, hay lagunas sin fondo y fieros monstruos y nadie podría llegar hasta allí, creo que esto es cuestión, más bien, de encantadores, magos o qué se yo. Sólo tales gentes podrían llegar hasta ese lejano lugar. Sin embargo, hay un gran historiador en nuestro reino; podrías consultarlo...
El emperador, bastante conmovido, resolvió dirigirse con Tlacaelel al lugar donde moraba el historiador del reino. “Venerable anciano (le dice), quiero que me informes algo sobre nuestros mayores: ¿Dónde moran, dónde viven? ¿Qué sabes tú sobre Huitzilopochtli y todos nuestros antepasados, y sobre la madre de Huitzilopochtli y sobre el gran Quetzalcoatl?” “Poderoso emperador (respondió el Venerable), lo que tú me pides es muy imposible, porque ahora ellos moran en la lejana Tule y allá ningún ser viviente puede dirigirse. Hay selvas profundas e impenetrables, lagunas sin fondo, y raros son los que podrían llegar a aquél lugar. Pero tú tienes 60 magos en tu corte y bien podrías consultar con ellos”... “Veo que me habéis dicho la verdad, buen anciano, porque lo mismo me había afirmado mi primer ministro”. Dio las gracias y se retiró...
Convocó entonces, Moctezuma, a los 60 ancianos de la gran Tenochtitlán, sabios cual ninguno, y les entregó presentes para Quetzalcoatl y para todos los antepasados de los antiguos nahuacs. El acontecimiento fue extraordinario. Se dice que los 60 se dirigieron hacia un lugar lejano donde realizaron ciertas ceremonias o cultos, propios de Anahuac: danzaron alrededor de un punto fijo, untaron sus cuerpos con determinados ungüentos y a base de pura concentración del pensamiento, se metieron dentro de la cuarta dimensión. Cuenta la leyenda de los siglos que viajaron por entre la cuarta vertical hasta la tierra de los mayores: La Isla Sagrada, ubicada hoy en día bajo los hielos del polo norte, lugar donde realmente se encuentra la lejana “Tule”. Se dice que esa es la capa geológica o “Isla Santa” que ha permanecido desde el principio, siempre firme, aunque cubierta de hielos por estos tiempos.
Bueno, lo cierto es que de acuerdo con el relato (me remito siempre al mismo), con las narraciones del padre Durán, sacerdote católico, hallaron allí (ellos, los viajeros de la cuarta vertical) a un venerable anciano. Se acercaron y el los interrogó: “¿De dónde vienen ustedes?” “Venimos (dijeron) de la gran Tenochtitlán; somos súbditos del gran emperador Moctezuma y traemos presentes para nuestros antepasados”... “Bien, síganme”.
Ellos le siguieron y penetraron en unos recintos maravillosos. Más, en el camino sus pies se hundían en la arena... “¿Qué os pasa a vosotros, mexicanos? ¿Porqué estáis tan pesados? ¿Qué es lo que coméis? Ellos respondieron: “Bebemos pulque y comemos toda clase de carnes y nos embriagamos”. “¡Ah, es eso lo que os tiene tan pesados, mexicanos!”.
Recibieron los presentes, los venerables ancianos, y no está de más decir que entre aquellos antepasados de Anahuac, figuraba Quetzalcoatl y la madre de Huitzilopochtli ( con el rostro pintado de carbón, sus ropas desgarradas). Quetzalcoatl dijo: “Si vosotros, mexicanos, no suspendéis el pulque y continuáis con los sacrificios humanos, sabed que del otro lado del mar, hombres blancos y barbados (se refería a los españoles, claro está) vendrán y os esclavizarán y os destruirán”...
Cuenta la tradición que los 60 regresaron nuevamente al reino de Moctezuma y comunicaron al Primer ministro y al Emperador todo lo sucedido. Ellos lloraron amargamente. Desafortunadamente no se corrigieron y continuaron las orgías con el pulque y los sacrificios humanos, y en fin, con todo lo que acaece cuando una civilización decae. Después, ya vimos que se cumplió la profecía.
Así que, en realidad de verdad, de acuerdo con ciertas tradiciones (dadas por algunos sacerdotes católicos, escritas en libros muy serios), los antepasados de Anahuac manejaban los “Estados de Jinas” o “Yinas”, como se llama a aquellos místicos, estados que se relacionan precisamente con la cuarta vertical.
Nosotros tenemos procedimientos o métodos que precisamente hemos aprendido, o los hemos extraído de algunos códices, por medio de los cuales es posible, educando la fuerza del pensamiento, penetrar en la cuarta vertical. No se trata de conceptos o de utopías, no; en realidad de verdad que ya algunos de nosotros sabemos meter el cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión, lo hemos logrado.
Consideramos, pues, que el mundo es multidimensional. Así que, tratemos nosotros que las gentes se preocupen un poco más por conocer las dimensiones superiores de la naturaleza y del cosmos...
Maestro: la Asociación Gnóstica de Estudios Antropológicos está impartiendo clases gratuitas para todo aquél que desee asistir a las mismas. Entre muchas de las cosas buenas que allí se enseñan, está la manera de penetrar en la cuarta dimensión. Y nuestra pregunta, sobre el mismo tema, es en el sentido de cuántos años de estudio, más o menos, se necesitan para incursionar en la cuarta dimensión.
Bueno, el concepto “tiempo” entre nosotros ha sido eliminado y lo hemos reemplazado por el concepto “espacio”. Obviamente, aquellos que realizan grandes super-esfuerzos en la educación de las fuerzas mentales, volitivas, etc., consiguen muy pronto realizar los fenómenos relacionados con las dimensiones superiores de la naturaleza y del cosmos. Empero los desaplicados, los que en verdad no se dedican al estudio y a las reflexiones, demoran muchísimo en realizar tales experimentos con buen éxito.
Maestro: ¿qué opina la Asociación Gnóstica acerca de la Biblia?
Consideramos que es un libro sagrado y lo respetamos profundamente. Pero los gnósticos tenemos, dijéramos, nuestra Biblia. Quiero referirme, en forma enfática, a la PISTIS SOPHIA. Tal obra fue encontrada en el suelo de Egipto (la pala de los arqueólogos dio con el papiro). Fue traducido el mismo, correctamente, a distintos idiomas. Desafortunadamente vino en clave. Nosotros estamos develándolo para bien de la humanidad.
La Pistis Sophia contiene las enseñanzas de Jesús de Nazareth diera a sus discípulos en el Monte de los Olivos. Todo el papiro está escrito en Copto y resulta en el fondo maravilloso. En estos momentos estamos, precisamente, entregados a la labor de develar y explicar, claramente, el citado papiro. Estoy seguro que será beneficioso para todo el mundo cristiano, porque se conocerá mejor la palabra del Maestro.
Aquí también, en México, no nos quedamos atrás. Aquí tenemos, nosotros, códices tan sabios como el “Códice Borgia”, que pertenece a la Antropología. Nos proponemos develarlo, gracias a las claves que actualmente tenemos, para bien de la humanidad doliente. Ese códice contiene enseñanzas extraordinarias.
Como se sabe, se encontró en Europa, pues los extranjeros siempre saquean nuestras riquezas nacionales (se llevaron ese códice para Europa). Por allá un niño, en una casa muy aristocrática de Europa, jugueteaba con el códice y hasta quemaron una parte de él. Afortunadamente, no fue mucho lo que se quemó (así alcanzó a salvarse el códice). Alguien, interesado en esos estudios, logró salvarlo a tiempo.
En nombre de la verdad hemos de decir que ese códice contiene una sabiduría extraordinaria que haremos conocer oportunamente, y así continuaremos con nuestro trabajo de antropología gnóstica para bien de toda la humanidad doliente.
Maestro Samael Aun Weor: según la teoría de un escritor e investigador alemán, estuvieron astronautas en nuestro planeta hace miles de años. Queremos preguntarle qué opina la Asociación Gnóstica acerca de ese tema tan interesante.
Ciertamente, esa pregunta se relaciona en gran parte con la pre-historia y hasta con la geología, pues bien sabido es que una y otra han cambiado a través de los siglos. Por ejemplo, donde hoy está el Golfo de México existió un valle precioso, pero a raíz de la sumersión del continente atlante, tal valle desapareció, las aguas lo inundaron. En otras épocas, por ejemplo, existió una franja de tierra que iba desde el norte del golfo de México hasta el África, a través de la Atlántida. Por esa franja de tierra vinieron muchas gentes de color hasta nuestro antiguo país, México, en el que habían distintos reinos (por aquella época). La Europa, entonces, no había surgido completamente del fondo de los mares y la Atlántida se extendía de Sur a Norte, en el océano que lleva su nombre.
Así que, la Geología se modifica incesantemente. Digo esto y cito esto, precisamente porque en la Atlántida tuvieron lo que se podría denominar “Cosmo-puerto”: naves cósmicas, tripuladas por los famosos extra-terrestres, descendían normalmente en el Aero-puerto (o “Cosmo-puerto”, para ser mas claro) que estaba ubicado cerca de una de las grandes ciudades Atlantes. En distintas ciudades Atlantes habían “Cosmo-puertos, pero el más importante era el de la Ciudad de Samlios; por aquella edad; era muy semejante al París moderno de nuestros días; era una especie de capital mundial de tipo cultural, super-civilizada, y los habitantes de la Atlántida estaban acostumbrados al descenso de astro-naves, tripuladas por gentes de otros planetas. Esto no era extraño, esto no era raro; era tan común como la cebolla o como la papa.
Desgraciadamente, la civilización Atlante fue decayendo: la gente utilizó las armas atómicas para la destrucción, lo mismo que en nuestra época. Se vio que la humanidad fue degenerando y entonces las naves se fueron haciendo menos frecuentes. Y cuando la humanidad degeneró totalmente, cuando se convirtió en una civilización semejante a la nuestra (por su degeneración), entonces las naves cósmicas brillaron por su ausencia. Sin embargo, no quedamos abandonados del todo.
La Atlántida se hundió entre el fondo de los mares (eso no lo podemos negar), a través de cataclismos espantosos. Vino una revolución de los ejes de la tierra, los mares se desplazaron, cambiaron de lecho, y la Atlántida al fin se acabó. Restos de la Atlántida son las Antillas, las Islas Canarias, etc. Pero repito: no quedamos del todo tan abandonados, las naves cósmicas siempre surcan el espacio. y yo he narrado varias veces, ante el auditorio, un hecho concreto que a mí me sucedió: tuve contacto directo, personal, con los habitantes de otros planetas; ese contacto lo logré en el “Desierto de los Leones”, Distrito Federal, ¡y fue extraordinario”!...
Hallábame en verdad en aquél bosque, cuando fui sorprendido por una nave que descendió lentamente hasta aterrizar en un claro del bosque. Movido por la curiosidad, me acerqué allí para ver qué pasaba y grande fue mi sorpresa al ver, precisamente sobre un trípode de acero, a una nave extraordinaria, maravillosa. Se abrió una portezuela y descendió por una escalerilla un hombre delgado, de mediana estatura, piel cobriza, ojos azules, amplia frente, nariz recta con los labios delgados, oreja pequeña y recogida, manos cónicas, alargadas como las de un Francisco de Asís o un Antonio de Padua. Llevaba en su diestra un aparato extraño, un instrumento mecánico que para mi era desconocido.
Tras él, descendió toda una tripulación, entre la que había dos damas de edad indescifrable. Extendí mi mano para saludarlo y como cosa curiosa, él también extendió su mano y la estrechó con la mía. Le saludé en nuestro idioma y el también contestó en perfecto español, cosa que me sorprendió bastante; yo no sabía que los astronautas hablaran español. En fin, parece que es que tienen el don de lenguas. Así lo tengo entendido, pues habló sin dificultad alguna.
Le rogué que me llevara a otro planeta (a Marte, le dije). Entonces me respondió: “¿Dice usted a Marte?” ¡sí a Marte! “Bueno, si eso está allí no más” (fue la respuesta). Me quedé perplejo. “¿Ahí mismo no más? (le dije) ¡vaya, vaya! ¡ojalá pudieran los científicos de nuestro planeta Tierra viajar así tan fácil, como lo hacen estos hombres! Para él, eso está “allí no más”...
Fueron inútiles mis súplicas, en el sentido de que me llevara. Me agarré al trípode, ese de acero, sobre el que estaba la nave. No tenía ganas de soltarme; estaba resuelto a que me llevaran donde fuera, pero el Capitán guardó silencio.
Posteriormente la tripulación se sentó en unos troncos que había ahí, en el suelo, y una de las damas, poniéndose de pie, habló en nombre de toda la tripulación. Dijo: “Si colocamos una planta que no es aromática, junto a otra que sí lo es, es claro que la que no es aromática se impregnará con el aroma de la que sí lo es, ¿verdad?. Le contesté: “¡Pues claro, eso es cierto!” Luego prosiguió: “Lo mismo sucede con los mundos.
Mundos con humanidades que antes andaban muy mal, ahora andan muy bien porque se fueron impregnando, poco a poco, con las radiaciones de los mundos vecinos. Pero nosotros hemos llegado a la Tierra, como ustedes ven, y vemos que aquí, en este planeta, no sucede lo mismo. ¿Qué es lo que está pasando aquí?
Estaba asombrada aquella dama, estaba estupefacta. Tengo entendido que estaba horrorizada del estado de perversidad en que nos encontramos. Para mi modo de ver y entender, pues tenía razón...
Bueno, yo le respondí como pude. Le dije: “en este planeta Tierra lo que pasa es que es una equivocación de los Dioses”. Luego resolví “redondear” mejor mi concepto, madurarlo un poquito, y continué diciéndoles: “Así es el karma de los mundos”... “karma” ese una palabra oriental, más bien sánscrita, que indica “ley de causa y efecto”, o “Ley de Acción y Consecuencia”, es decir: tal acción, tal consecuencia: tal causa, tal efecto. No puede existir efecto sin causa, ni causa sin efecto. Cualquier defecto puede convertirse en causa también, dentro de la “LEY DEL ENCADENAMIENTO SEGUIDO”.
Pues bien, asintió la dama con su cabeza, haciendo una venia respetuosa, la otra dama asintió también, y los caballeros, todos, asintieron con una venia (también) de la cabeza.
Bueno, yo quedé satisfecho de no haberme equivocado tanto. Traté de “redondear” el concepto lo mejor que pude y me resultó.
Todos se pusieron de pie, para regresar a la nave. Yo vi que la cosa ya estaba grave, que se iban y no me llevarían (yo tenía muchas ganas de ir). Resolví, sencillamente, reiterar mi demanda al capitán. Le dije: “yo soy un hombre, con perfecto sentido de responsabilidad moral; sé lo que estoy pidiéndole a usted, capitán. Necesito traer informes con datos de otras civilizaciones, pruebas de que existe vida en otros mundos. Estos terrícolas son muy difíciles, incrédulos en un ciento por ciento, no creen ni en su propia sombra. Yo conozco a los terrícolas, soy un habitante de este mundo y sé lo que son. Estos, ni llorando lágrimas de sangre le creen a uno; son incrédulos, materialistas, groseros en un ciento por ciento”...
Bueno, no les valió nada de lo que dije. Al fin respondió el Capitán (y eso para mí fue como una dádiva maravillosa), diciendo: “En el camino iremos viendo”... Esto lo dijo a tiempo que levantaba el dedo índice, el dedo índice de la mano derecha.
Para mí fue un consuelo, siquiera esa frase, aunque fuera esa. Sé que no son terrícolas; los terrícolas se burlan de uno. Estos no, esas gentes no, y esa frase, estoy seguro que la cumplirán.
Pero, ¿a qué “camino” se refería el capitán? Entiendo que al camino de la sabiduría.
Bueno, ahí estamos: avanzando un poquito más; ahí vamos con nuestras investigaciones. Tratamos de corregir nuestros defectos psicológicos, para ver si un día logramos que el capitán se acuerde de nosotros y nos lleve a conocer otros mundos habitados.
Después, dichas tales palabras, aquel hombre extraordinario, seguido por su gente, regresó a la nave. Subió por la escalerilla, abrió la escotilla y penetró en la misma. Me retiré convenientemente y sin que ellos me lo exigieran. Comprendí, sencillamente, que la radiación podría acabar con mi vida y me retiré a cierta distancia para observar lo que pasaba. La nave aquella giró sobre su eje y se elevó a gran velocidad, hasta perderse en el infinito.
Así, pues, tengo estos datos y los he comunicado aquí, a ustedes, con mucho gusto. Es claro que la cuestión fue sorprendente. Para mí, hoy en día, la cuestión de los platillos voladores ya no es un motivo de curiosidad. Entiendo que para ser uno llevado a otros mundos habitados, se necesita ser más limpio, más responsable, eliminar muchos defectos psicológicos, etc.
Yo estoy esperando, a ver si es posible que corrigiendo mis defectos, pueda un día volver a ser visitado por esa tripulación. Seguiré en la esperanza, y, sencillamente, estoy seguro que cumplirán su palabra porque no son terrícolas.
¡Ojalá y así suceda, Maestro!
Ahora nuestra pregunta es la siguiente: ¿Qué opina la Asociación Gnóstica acerca de las doctrinas Yogas, tales como la Hata-Yoga, Kundalini yoga, etc.?
Con el mayor gusto daré respuesta a esa interesantísima pregunta.
Ciertamente, existen diversas Escuelas Yoguis: Kundalini-yoga, Raja Yoga, Bakti-yoga, Gnana-Yoga, Karma Yoga, etc. En modo alguno nos pronunciaríamos jamás contra ninguna de estas ramas de la Yoga, más estamos absolutamente seguros de que en tanto continuemos con nuestros defectos de tipo psicológico, por muchos avances yóguicos que logremos, indubitablemente continuaremos con la conciencia dormida.
La Psicología ofrece sorpresas extraordinarias. En verdad que nosotros, los gnósticos, tenemos una psicología de tipo revolucionario y antes que pensar en mucha Hata-yoga, nos interesa más que todo la revolución de la conciencia. Estoy seguro que si las gentes comprendieran lo que es el “yo”, el “mi mismo”, se llenarían de profunda consternación. Si alguien pudiera mirarse en un espejo y verse de cuerpo entero, tal como es, huiría horrorizado. Y es que el “yo”, en realidad de verdad, existe en cada uno de nosotros en forma pluralizada.
Indubitablemente, cada uno de los elementos del “yo” es indeseable. En cada uno de nosotros hay odio, envidia, pereza, gula, fornicación, violencia, etc., ¿de qué serviría que nos volviéramos muy hábiles, por ejemplo en Hata Yoga, si continuamos con todos esos elementos indeseables dentro de nuestra psiquis? Por eso es mejor, antes que dedicarnos a hacer las “maromas” de la Hata Yoga, dedicarnos en verdad a corregirnos, a eliminar (de sí mismos) nuestros propios defectos psicológicos.
La conciencia del ser humano está dormida, profundamente dormida; está metida, dijéramos, dentro de cada uno de los “elementos” psicológicos que poseemos, está embotellada entre el ego: el “yo”, el “mi mismo”. Podría decirse, con otros términos, que estamos todos sumergidos en un estado de hipnosis colectiva.
Las gentes están dormidas. Sin embargo, ignoran que duermen. Las gentes están en trance hipnótico, pero ignoran que están en trance hipnótico; sueñan que están despiertas, perno no están despiertas. Solo desintegrando en verdad todos los “elementos indeseables” que en nuestro interior cargamos, podríamos lograr el despertar completo de la conciencia y eso es lo fundamental.
Cuando uno despierta, puede ver, oír, tocar o palpar todas las dimensiones de la naturaleza y del cosmos, porque bien sabemos que nuestro mundo es multi-dimensional.
Maestro: anteriormente le oímos mencionar la palabra “karma” (usted dijo que era sánscrita), pero por los estudios que hemos realizado y por lo que hemos leído, sabemos que existe también la palabra “Drama”, que va ligada con la primera. Le rogamos que con su amabilidad nos dé una más amplia explicación sobre estas dos interesantísimas palabras, tan ligadas a los estudios que realizan los alumnos de la Asociación Gnóstica.
Con el mayor gusto doy respuesta a esa pregunta interesante.
“Karma” significa “ley de causa y efecto”: tal causa, tal efecto. “Drama” significa “recompensa”. Se dice que las malas acciones pesan sobre nosotros, que tarde o temprano caen sobre sí mismos como un rayo de venganza, y eso es cierto: una mala causa debe producir un mal efecto, una mala acción debe traer una pésima consecuencia.
La palabra “Drama” es diferente (es también un término sánscrito) y significa “recompensa”. Si nosotros hacemos el bien, recogeremos bien; si sembramos en buena tierra, recogeremos lo que sembramos, eso es obvio.
Así, pues, “karma” y “Drama” son palabras sánscritas muy interesantes.
¿En cuanto tiempo fueron construidas las pirámides de Egipto y quiénes fueron esos extraordinarios constructores?
Con el mayor gusto daré respuesta a esta pregunta.
Ciertamente, las pirámides de Egipto fueron construidas por los atlantes, muchísimos miles de años antes de Jesucristo. Consideremos que la gran pirámide data de unos 27000 años antes de Cristo. Y las otras tienen, poco más o menos, edades similares. Sin embargo, y aunque parezca increíble, las pirámides de México son más antiguas; no fueron construidas, como se dice por el año 1325. absolutamente no: son mucho más antiguas que las egipcias y fueron construidas directamente por los atlantes. Quienes digan que la gran Tenochtitlán fue fundada por allá en el año 1325, pues están completamente equivocados. Y si hay quienes afirman que fue en el año 1400 o en el 1500, están mucho más equivocados (coincidiría, pues, con la llegada de los españoles).
Así que, en verdad, no es posible levantar una poderosa civilización, como la que tuvieron los Nahuas, una civilización extraordinaria como la de la gran Tenochtitlán, en el espacio de uno o dos siglos. Eso resulta algo más que imposible.
Así que, la verdad es que estas pirámides son más antiguas que las de Egipto y que la gran Tenochtitlán no fue fundada uno o dos siglos antes de que llegaran los españoles. ¡No!, la gran Tenochtitlán es más antigua de lo que se cree, más antigua, si se quiere, que las pirámides de Egipto. Quienes afirman lo contrario, pues afirman cosas absurdas, porque nadie pude fundar una civilización tan portentosa, como la de la gran Tenochtitlán, en el espacio de uno o dos siglos. Se necesita mucho tiempo para fundar una civilización de esa magnitud.
Muchas veces nos hemos preguntado qué es lo que pasa fuera de nuestro planeta, pero olvidamos inquirir sobre lo que sucede en nuestro mundo tierra. En este orden de ideas, ¿Podría usted darnos una explicación acerca de si existe o no el famoso “Yetti”, ese “abominable hombre de las nieves” como le llaman algunos escritores?
El “abominable hombre de las nieves”, como así se le ha calificado, existe realmente y ha sido fotografiado, no solo en los Himalayas, sino también en América. Lo hay en algunas selvas profundas de Sudamérica, lo hay también, en algunos lugares de la misma California. No hace mucho tiempo, cierta revista de los Estados Unidos publicó, precisamente la fotografía del “hombre de las nieves” visto en un bosque profundo de California.
Así que, el “Yetti” vive en todos los países de nuestro mundo Tierra. Es hombre, pero se le mira como a una bestia; nunca le ha hecho nada a nadie, pero se le odia y persigue por el “delito” de no querer meterse dentro de nuestra “super-civilización” (que, entre paréntesis, de civilización no tiene nada).
Pero nosotros somos egoístas: quisiéramos ver al “Yetti” vestido con pantalones, corbata al cuello y bonita camisa, arreglado al estilo del siglo veinte, etc., etc., etc., más como el “Yetti” se empeña en permanecer aislado, se le persigue con perros, con escopetas, se le quiere dar muerte. ¡Esa es la triste realidad del “Yetti”!.
Maestro: en el congreso Mundial de Antropología Gnóstica, celebrado en Guadalajara en el año 1976, tuvimos la oportunidad de escuchar uno de sus interesantes discursos, donde usted alude al planeta “Hercólubus” que pasará cerca de la tierra dentro de unos años. ¿Podría usted tener la amabilidad de decirnos a qué distancia, más o menos, se encuentra actualmente este planeta y en qué época pasará cerca de la Tierra?
Ciertamente, se trata del planeta que los astrónomos han bautizado con el nombre de “Barnard I”. Tengo entendido que el nombre de “Barnard” se debe a un astrónomo que se calificó a sí mismo como descubridor de ese planeta. Sin embargo, antes de que “Barnard I” apareciera en los cielos, ya nosotros habíamos hablado ampliamente sobre el mismo, sobre el planeta al que nos referimos. Y recordemos nosotros, precisamente, a Nostradamus: el también citó; pues; al planeta que viene; lo bautizó con el nombre de “Hercólubus” (sus razones tendría Nostradamus para ponerle tal nombre).
La cruda realidad de los hechos es que se trata de un mundo del Sistema Solar “Tylar”. Todo el Sistema “Tylar” se está acercando peligrosamente Sistema Solar Ors, que así se llama a éste, nuestro sistema.
“Hercólubus” tiene una órbita gigante y cada vez que aquél mundo se ha acercado a nuestro mundo tierra, ha producido una catástrofe. Al final de la época Lemúrica, “Hercólubus” se acercó peligrosamente a nuestro mundo Tierra y entonces el fuego de los volcanes acabó con la Lemuria.
Terribles terremotos, como secuencia o corolario de la aparición de tantos volcanes, hicieron que el viejo continente, que otrora estaba situado en el Pacífico, se hundiera a través de 10000 años, poco a poco, entre las embravecidas olas del pacífico.
Cuando “Hercólubus” llegó al final de la época Atlante, se produjo una revolución de los ejes de la Tierra: los mares cambiaron de lecho y las enfurecidas olas se tragaron a la Atlántida. Ese es el famoso “Diluvio universal”, citado en tantas y tantas leyendas religiosas.
En estos precisos instantes, “Hercólubus” viene de nuevo: viaja, a velocidades extraordinarias, a través del espacio, siguiendo su órbita. Obviamente, al acercarse a cierta distancia será visible para todo el mundo, a simple vista y en pleno medio día.
“Hercólubus es seis veces más grande que Júpiter, el titán de nuestro sistema solar, y miles de veces más grande que la Tierra (es un monstruo del espacio).
Cuando Hercólubus se acerque, lo primero que saltara a la superficie, atraído por la fuerza magnética del mismo, será precisamente el fuego líquido del interior de la tierra. Este quemará la costra de todo el planeta Tierra. La costra geológica se quemará la costra de todo el planeta Tierra. La costra geológica se quemará, será incinerado todo aquello que tenga vida, y en el máximo acercamiento de “Hercóloubus” se producirá una revolución de los ejes de la Tierra, los mares cambiarán de lecho y las actuales tierras quedarán sumergidas en el fondo de los océanos. Así que, en realidad de verdad, se acerca una gran catástrofe.
Los astrónomos de todos los observatorios del mundo Tierra, ya hicieron los mapas de eso que provocará la gran catástrofe. En nuestra institución tenemos un mapa que ha sido hecho, no por nosotros, sino por los observatorios; un mapa altamente matemático, científico, sobre lo que provocará la gran catástrofe.
Es un mapa cosmogónico maravilloso. Por ese mapa nos damos cuenta de que Hercólubus afectará, en primer lugar a nuestro planeta tierra, y en segundo lugar a Marte, a Urano y Júpiter, pero el principal impacto lo va a recibir nuestro mundo Tierra. Así que, esta civilización está llamada a perecer dentro de muy poco tiempo... Los mayas no son tan ignorantes como muchos ilustrados lo suponen.
Hay quienes suponen que las gentes del Mayab nada sabían sobre Astronomía, o sobre matemáticas, etc. Yo pondría un maya, con cálculos matemáticos, a rivalizar con el mayor matemático del mundo, o con cualquier computador, y estoy seguro que ellos, con unos granitos de café y otros de maíz, harían operaciones que sorprenderían a todo el mundo, más rápido que cualquier computador.
Afirman los mayas, de acuerdo con sus cálculos matemáticos, que esto que estamos diciendo sobre Hercólubus y la gran catástrofe, será en el “Katum-13”.para ellos, los 13 katunes es algo muy sagrado. Hasta ahora, sus 12 katunes se han cumplido al pie de la letra y aguardan la gran catástrofe para el Katum-13... el Katún-13, según los mayas, será en el año 2043.
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