Hoy vamos a hacer un bautizo del niño...
P.- ¿Cómo se va a llamar?
R.- Michael.
Michael, pues. Es necesario comprender lo que es el bautismo
en sí mismo. Obviamente el bautismo es un pacto de magia sexual. Se le va a
bautizar el niño con mucho gusto. Si el cumple con ese pacto, mas tarde, el
bautismo le quedará sirviendo. Si no cumple con ese pacto, entonces, ¿en qué
quedamos?
En la Iglesia de Oriente, el bautismo en el día de Epifanía
está asociado a las Bodas de Caná. En La Iglesia Occidental, considerando la
Epifanía, se asocia el bautismo al matrimonio de Jesús con su Iglesia. De
manera que tanto en el Oriente, el bautismo está asociado al sexo, como en el
occidente; en ambos casos se relaciona con el matrimonio. Es, pues, el
bautismo, un pacto de magia sexual.
Si se cumple, el bautismo queda sirviendo; si no se cumple,
el bautismo no sirve de nada. Esa es la cruda realidad de los hechos.
Ilustro a ustedes sobre todo esto, para que vayan
comprendiendo lo que es la trascendencia esotérica del bautismo. La pila
bautismal, por ejemplo, en las Iglesias cristianas representa precisamente a la
Piedra Filosofal, o a los órganos creadores. En cuanto a las aguas magnetizadas
o aguas lustrales contenidas en la piedra, representan indubitablemente al
esperma sagrado. Con otros términos diríamos que el agua es el mercurio de la
filosofía secreta, que el fuego de las veladoras representa al azufre de la Alquimia.
Solo mediante el mercurio, o sea, la entidad del semen, y el
azufre, o sea, la entidad del fuego, es posible lograr entonces el Nacimiento
Segundo.
¿Qué se entiende por Nacimiento Segundo? Por Nacimiento
Segundo se entiende el nacimiento del hombre verdadero. Recordemos las palabras
de Jesús a Nicodemus: "Hasta que no nazcas de nuevo, no podrás entrar en
el Reino de los cielos". Lograr el Nacimiento Segundo, eso es lo
fundamental. Pero ese Nacimiento Segundo no se logra si no se han fabricado
los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Y esos cuerpos no se pueden crear
de la nada, porque de la nada, nada sale. Esos cuerpos hay que crearlos a base
de mercurio y azufre.
El mercurio, o sea, el alma metálica del esperma, está
representado aquí en nuestros rituales con el pan de la transubstanciación. Y
en cuanto al azufre, o sea, el fuego de la Alquimia, está representado con el
vino sagrado. Así que el mercurio y el azufre tienen que combinarse
incesantemente dentro de nosotros, a fin de crear por medio de ellos, los Cuerpos
Existenciales Superiores del Ser.
Comprendiendo todo esto, se darán cuenta ustedes del
misterio del Sello de Salomón: El triángulo hacia arriba (el superior), indica
al azufre, el fuego. El triángulo inferior que se enlaza con el superior,
indica el mercurio, o sea, el alma metálica del esperma sagrado. Cuando uno ha
concluido la Gran Obra, recibe en los mundos superiores un anillo maravilloso
que es de materia divinal. Es colocado siempre en el dedo anular de la mano
derecha. ¿Qué aparece en ese anillo? El Sello de Salomón. ¿Qué indica tal
sello? Que el Iniciado ya logró, mediante los cruces incesantes del mercurio y
del azufre, la Piedra Filosofal. Así que, mediante los cruces incesantes del
mercurio y del azufre, se logra en primera medida crear el Cuerpo Astral; como
segunda medida, crear el Mental; como tercera, crear el Causal.
Quien posea un Cuerpo Físico, un Cuerpo Astral, un Cuerpo
Mental, y un Cuerpo Causal, recibe por tal motivo los principios anímicos
espirituales y se convierte en un hombre auténtico, en un hombre real, en un
hombre verdadero. Así pues, quien llega a ser hombre verdadero se dice que ha
llegado al Nacimiento Segundo, porque si como animal intelectual nació, con el
nacimiento primero, como hombre verdadero viene a nacer con el Nacimiento
Segundo. El Nacimiento Segundo es para los hombres reales.
Todo eso se logra mediante los cruces incesantes del
mercurio con el azufre. En el bautismo se alegoriza eso sabiamente: El agua
contenida en la piedra, representa precisamente al mercurio; el fuego de las
veladoras, al azufre de la Alquimia. Si quien se bautiza sabe combinar
inteligentemente el mercurio con el azufre, pues, logra el Nacimiento Segundo,
entra al Reino de los Cielos. Pero si quien se bautiza, jamás trabaja con el
mercurio y el azufre, pues ese bautismo no le ha servido de nada. Así pues, el
bautismo es un pacto de magia sexual. Hay que entenderlo así y no de otro modo.
Se dice que en el bautismo, la paloma blanca del Espíritu
Santo flota sobre la cabeza del niño que se va a bautizar. ¡Ciertamente! Es
que el Espíritu Santo es el mismo mercurio de la filosofía secreta.
Cuando yo entré en la parte más importante de la Gran Obra,
fui presentado precisamente ante el espejo de la Alquimia. Allí vi, en el
cristal, reflejado mi propio mercurio. En nombre de la verdad, debo decirles a
ustedes, que el mercurio da a los grandes iniciados, precisamente ese aspecto
trascendental del gentil hombre. Veamos, si no, por ejemplo, a hombres como
Kout Humi: esa sapiencia que demuestra como hombre se la debe al mercurio, que
es el mismísimo Espíritu Santo en manifestación. Veamos, por ejemplo, a un
Conde de Saint Germain, quien yo cito tantas veces como un ejemplo viviente de
Superhombre, alguien que maneja la política mundial tan formidablemente,
alguien que conoce las psicopolítica, y que sabe de verdad manejarla, que sabe
adaptarse a todas las condiciones diplomáticas del mundo; esa característica
se debe al mercurio de los sabios. Cuando yo vi reflejado mi mercurio en el
espejo, quedé sencillamente asombrado. Fue cuando conocí cómo el mercurio
viene a darle a uno la característica trascendental del gentil hombre; hace de
uno un sabio, en el sentido más completo de la palabra.
Así, mis queridos hermanos, bien vale la pena comprender la
trascendencia del bautismo.
En cuanto al azufre, es el fuego; eso hay que entenderlo
así. Obviamente, se relaciona con Lucifer. No tendría uno el impulso sexual, si
no existiera la potencia luciférica dentro de uno. Esa potencia azufrada es extraordinaria.
El mercurio solo, nada podría hacer. Pero el mercurio es fecundado por el
azufre, o sea, por el fuego, y de esa mezcla resultan los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser.
Es bueno ir entendiendo todas estas cosas para saber valorar
el bautismo. Y es bueno no olvidar por qué motivo las Iglesias cristianas,
tanto de oriente como de occidente, con la cuestión ésta de Epifanía (o sea, la
Ascensión del Crestos Cósmico en nosotros), relacionan siempre el bautismo con
el matrimonio. Realmente, una Iglesia, por muy santa que sea, si no enseñara
las claves de la autorrealización, pues no lograría salvar a nadie; eso es
obvio.
Cuando uno estudia a fondo, pues, todas estas cuestiones del
mercurio y del azufre, sabe valorar el bautismo, como debe valorarse. El
bautismo es sagrado en el sentido más trascendental de la palabra.
No olviden también ustedes, que el Sagrado Sol Absoluto
quiere cristalizar en nosotros las tres fuerzas primarias de la naturaleza y
del cosmos. Estas son: Santo Afirmar, Santo Negar, Santo Conciliar. Santo
Afirmar es la fuerza positiva, la del Padre; Santo Negar es La fuerza negativa,
la del Hijo; Santo Conciliar es la fuerza neutra, la del Espíritu Santo. En el
oriente, el Padre es Brahma, el Hijo es Vishnú, el Espíritu Santo es el Señor
Shiva.
El Espíritu Santo, o sea, el mercurio de la filosofía
secreta, cristaliza en nosotros cuando trabajamos con el azufre y el mercurio.
Este trabajo no se podría realizar fuera del laboratorio. Hay que saber mezclar
las distintas partes del mercurio, con las distintas partes del azufre, pero
esto es dentro del laboratorio, y ese laboratorio es el organismo humano. De
manera que el mercurio, o sea, el alma metálica del esperma, se combina
inteligentemente dentro de nuestro propio laboratorio; se combina con el
azufre. El resultado de esa combinación viene a ser formidable: El primer resultado
sería el nacimiento del Cuerpo Astral en el hombre; el segundo resultado, es el
nacimiento del Cuerpo Mental en el hombre; el tercer resultado, es el nacimiento
del Cuerpo Causal en el hombre. Cuando se ha conseguido esos vehículos, como ya
les dije, entonces adviene el Nacimiento Segundo, o sea, nace el hombre
verdadero (nace del mercurio y del azufre, o sea, del agua y del fuego); así
hay que entenderlo.
Por eso dijo el Cristo: "Si no nacieres de nuevo, no
podréis entrar al Reino de los cielo". Hay que nacer de nuevo. No basta
haber nacido como animales intelectuales; eso es muy relativo. Ahora necesitamos
nacer como hombres, pero como hombres verdaderos, y el hombre verdadero nace
del azufre y del mercurio, tal como se enseña siempre en el bautizo.
Si no se cumple con ese sacramento, de nada sirve la
bautizada. ¿De qué sirve? ¡De nada!
Así mis queridos hermanos, es bueno que ustedes vayan entendiendo
estas cosas.
Ahora bien, en todo hay reglas y medidas. La justicia es
algo muy sagrado, y existe. Los antiguos alquimistas representaron la justicia
por una criatura inefable, una especie de Reina Diosa con una balanza en su
izquierda; en ella tiene algunos pesos (son necesarios para poder balancear la
balanza), está parada sobre una piedra cúbica: Es la Piedra Filosofal. Lleva,
naturalmente, la túnica blanca; encima de la túnica, está la púrpura, el
manto, y está tocada la cabeza con una corona de oro. En la izquierda lleva la
balanza, en la derecha lleva la espada, la espada de la justicia. Pero lo
interesante, son los pesos y medidas de la balanza de la Justicia Cósmica. Es
claro que el trabajo que hay que realizar en el laboratorio, tiene que estar
de acuerdo con la ley. ¿Qué cantidades de azufre, por ejemplo, se mezclan con
qué cantidades de mercurio? Eso no lo saben las gentes comunes y corrientes, ni
aún siquiera los mismos alquimistas. Esos son secretos de la gran naturaleza.
En todo caso, la
justicia rige los trabajos del alquimista, y la justicia es la ley.
Si un alquimista, por ejemplo, tiene esposa sacerdotisa, y
de pronto deja a la esposa sacerdotisa, y estando en pleno rendimiento sexual
va y se mete con otra mujer, pues adultera. ¿Por qué? Porque dos corrientes
mezcladas dentro de la espina dorsal chocan entre sí. Un alquimista carga una
corriente eléctrica, y si luego se mete con otra mujer, entonces la corriente
contraria se mezcla con la primera corriente, con la que cargaba en su
organismo, y ahí resulta un corto circuito, y entonces se quema un hilo que es
por donde sube la serpiente sagrada. Ese hilo es el Nadi Chitra. De manera que
si se quema el Nadi Chitra, entonces la serpiente, o sea, el fuego, o sea, el
azufre mezclado con el mercurio (que tiene la figura de la serpiente), baja
una o más vértebras, según la magnitud de la falta. Es, pues, muy grave el
adulterio.
Otra cosa grave que es, la fornicación. Si el alquimista
derrama el vaso de Hermes Trismegisto, si pierde el mercurio,
incuestionablemente, se quema el Nadi Chitra y baja la serpiente sagrada. Para
poder uno realizar la Gran Obra, tiene que estar sometido a la Diosa de la
Justicia. Si viola la Ley de la Balanza, el trabajo alquimista fracasa
rotundamente. Téngase en cuenta que la fabricación de los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser, es una obra de Alquimia, pero que esa obra tiene que estar
dentro de los Cánones del Derecho de la Justicia Cósmica, de lo contrario, hay
fracaso inevitable.
Otro caso muy distinto (y éste ya es de reflexiones), es el
caso en que el alquimista, por ejemplo, no disponga de un vaso hermético.
Supongamos que el alquimista tiene, dijéramos, un vaso hermético destruido, que
ya no sirve, que no funciona. El laboratorio, en este caso, estará detenido,
no funcionará, porque no dispone de un vaso hermético para la combinación del
azufre y del mercurio. Pero, ¿qué se entiende por vaso hermético? Son términos
que los hermanos deben ir comprendiendo. Vaso hermético, es lo que se denomina
el cáliz, o el mismo Yoni femenino. Eso se entiende por vaso hermético (el
órgano sexual femenino). ¿Y qué se entiende por Lingam? Son términos con que
deben familiarizarse los hermanos, sobre todo los misioneros, porque no va
uno a hablarle al pueblo en lenguaje vulgar. Las cosas sagradas del sexo, se
deben exponer con honestidad. Se entiende, pues, por Lingam, el órgano sexual
masculino, el Phalus griego.
Y observen ustedes la forma cómo explico los Misterios del
Sexo, que no estoy utilizando ningún termino vulgar, y lo hago a propósito,
para que los misioneros a su vez, cuando estén enseñando, sepan enseñar, eviten
cuidadosamente los términos grotescos, o dijéramos, inmodestos.
Si un vaso hermético (ya expliqué qué cosa es un vaso
hermético) no sirve, si ha sido destruido, si ya no sirve para la Gran Obra, el
alquimista tiene pleno derecho, por ley, a escoger un nuevo vaso hermético, y
en eso no hay delito. Más grave sería que la Gran Obra quedara estancada y que
el alquimista fracasara. Ahí sí sería lo grave. Pero aún así, el alquimista no
debe hacer jamás su voluntad personal, porque si hace su voluntad personal,
fracasa. El alquimista tiene que obedecer la voluntad del Padre.
Téngase en cuenta que uno no puede entender la ciencia de
la Gran Obra, si antes no ha recibido el Donum Dei. El Donum Dei es el Don de
Dios para en tender la ciencia de la Gran Obra. Uno no podría entender esta
ciencia, si no ha recibido el Donum Dei, el Don de Dios que le permite
entender; y ese don, el único que puede dárselo a uno, es el Padre de todas las
luces. Sólo él puede darle a uno el Donum Dei.
Así que la ciencia de la Alquimia es muy sagrada. Tomar un
vaso hermético para el trabajo es loable, pero siempre y cuando el Padre de
todas las luces sea el que ordene y no uno. Porque si uno hace su voluntad
personal, si uno hace lo que le viene en gana, fracasa en la Gran Obra.
Son puntos muy importantes en relación con la Alquimia, y
puntos muy importantes en relación con el bautismo, porque cuando se habla de
bautismo y de Alquimia, se habla de lo mismo. El bautismo es un pacto de magia
sexual. Así pues, el bautismo encierra en sí mismo una fórmula: la
extraordinaria fórmula de la Alquimia.
En estos estudios lo que nos debe interesar a nosotros es la
Gran Obra; exclusivamente eso. Y en la realización de la Gran Obra, lo único
que cuenta es la Ley de la Balanza, o sea, la Ley de la Justicia Cósmica. Esta,
está por encima de todos los falsos códigos de moral que existen por ahí; por
encima de todos los prejuicios y al margen de toda clase de sentimentalismos
morbosos. Aquellos que están esclavos únicamente de los prejuicios, del que
dirán, de las máximas, dijéramos, de ética existentes en los distintos códigos
morales del mundo, se quedan con el mundo, pero no con la Gran Obra.
Si hemos de cumplir con el bautismo, tenemos que ser
sinceros consigo mismos y trabajar de verdad para conseguir el Nacimiento
Segundo. Y una vez conseguido el Nacimiento Segundo, en modo alguno podríamos
detenernos. Quien ha logrado el Nacimiento Segundo debe luchar intensivamente
para integrarse con la divinidad. Si un hombre no se integra con la divinidad,
tarde o temprano tendrá que involucionar entre las entrañas de la tierra. No se
integran con la divinidad los hombres que no eliminan los agregados psíquicos
inhumanos que en nuestro interior cargamos. Esos agregados psíquicos inhumanos,
constituyen, son mercurio seco. Todo ser humano carga mucho mercurio seco y
azufre venenoso, o arsenicado. El mercurio seco debe ser eliminado. Y en
cuanto al azufre venenoso, este reside en los bajos fondos animales de
cualquier ser viviente. Si no eliminamos ese azufre venenoso o arsenicado, no
progresamos; y si no eliminamos también el mercurio seco, no progresamos.
Cuando uno elimina mercurio seco y azufre venenoso, pues, entonces consigue que
el oro se fije en el mercurio.
Si consideramos que los Cuerpos Existenciales Superiores del
hombre son esencialmente condensaciones del mercurio azufrado con algo de sal
sublimada, podremos entonces entender la relación que existe entre el oro y el
mercurio. Aún en las minas vemos la íntima relación existente entre el oro y el
mercurio. Los átomos de oro deben ser fijados en el mercurio. Normalmente el
mercurio está asociado al oro.
Dentro de nosotros existe el antimonio. Este no es una mera
sustancia química como creen muchos. El antimonio es una de las partes
autoconscientes del Ser. Esa parte es un artífice que cargamos todos en nuestro
interior. Todos llevamos antimonio en lo más íntimo de nuestra psiquis. Esa
parte autoconsciente, ese artífice, ese alquimista, es quien fija los átomos de
oro en el mercurio, es decir, en nuestros Cuerpos Existenciales Superiores del
Ser.
Cuando los Vehículos Existenciales Superiores del hombre han
quedado constituidos por oro puro, incuestionablemente, sirven para recubrir
al espíritu metálico que todos llevamos dentro. Quiero referirme al Cristo
Intimo, al Magnes Interior de la Cábala y de la Alquimia, al Señor. Estos
vehículos penetrándose y compenetrándose mutuamente y entre sí, son denominados
en Alquimia el To Soma Heliakon, el cuerpo de oro del Hombre Solar. Quien posea
el To Soma Heliakon, obviamente puede recubrir con el mismo al Cristo Intimo.
El Cristo Intimo recubierto con el To Soma Heliakon, constituye la Piedra
Filosofal.
Ya ven ustedes lo que es la Piedra Filosofal. Se dice que
esa piedra puede vivir entre el fuego, que es fusible como la manteca; pero,
¡ay del alquimista que la arroje al agua, porque se disuelve! ¿Qué quiere
decirse, o qué quiere expresarse con eso de arrojar la piedra al agua?
Sencillamente el que derrame el vaso de Hermes, o el adúltero. Para esa clase
de seres son las tinieblas exteriores, donde no se oye sino el llanto y el crujir
de dientes. Arrojar la Piedra Filosofal al agua es eso. En ese caso, se funde
un metal y la piedra se dice que se evapora, es decir, el espíritu metálico
escapa, el Cristo escapa, se pierde la piedra, se disuelve.
Puede atravesar la Piedra Filosofal a través de un cristal
sin romperlo ni mancharlo. De la piedra se puede sacar el elixir de larga
vida. De la piedra se puede sacar los polvos de proyección, con los cuales se
puede fabricar oro, oro físico, efectivo, oro material.
Aclaro, porque si un alquimista que ya logró, que ya tiene
la Piedra Filosofal en su poder, en estado de éxtasis, deposita, por ejemplo,
aquí en esta agua, sus átomos de oro, entonces esta agua se convierte por tal
motivo en un licor extraordinario, en los mismos polvos de proyección. Y si
luego pone una gotita, así, entre un crisol donde hubiere plomo derretido, ese
plomo se convertiría en oro efectivo, físico, material... y con ese oro vive.
El Conde de Saint Germain, por ejemplo, fabricaba oro
físico, pero invertía ese oro. ¿En qué lo invertía? En distintos bienes materiales.
Cuando la policía francesa invadió la casa de Saint Germain para saber de
donde provenían sus riquezas, se quedaron asombrados al ver que todo estaba en
perfecto orden; tenía sus libros de cuentas, los bienes que tenía, todos
debidamente documentados, es decir, no se halló una sola falla. Nunca realizaba
sus transmutaciones metálicas públicamente, siempre en secreto. De manera que,
aparentemente, el vivía exclusivamente de sus haciendas, de sus propiedades,
fincas, bienes raíces, etc., y todo estaba debidamente documentado.
Así, mis queridos hermanos, por algo es que cuando uno
concluye la Gran Obra, se encuentra ante el Arbol de la Vida, portando en su
diestra el cuerno de Amaltea. ¿Cual es ese cuerno? El de la abundancia, el
cuerno de Amaltea.
En "El Apocalipsis" de San Juan se le dice a las
gentes: "Te sientes grande, te sientes rico..." Bueno, eso sería muy
largo citarlo, pero poco más o menos, les digo el sentido de las palabras:
"... ¿pero no te das cuenta que eres un cuitado, pobre, desnudo y
miserable?". Son palabras que no las entienden sino los iniciados; nadie
más. ¿En qué sentido se es pobre, o miserable? Bueno, voy a hablarles algo que
las distintas escuelas, pues, no entenderían a fondo: El oro es el que manda,
mis queridos amigos; el oro y nada mas que el oro. En el mundo físico, vemos
que un individuo que tiene mucho dinero, manda con su dinero, así digamos lo
que digamos, manda. Si nosotros no tuviéramos con qué pagar esta casa, ¿qué
sucedería? Nos ponen de patitas en la calle. Bueno, total, que la cruda
realidad de los hechos es esa físicamente. Pero, bueno, dirán ustedes:
"¿Qué tiene que ver esto con lo esotérico, con lo espiritual, con lo
trascendental, con lo divinal? ¿No es acaso que el Maestro está
materializando, o metalizando la enseñanza?"
No mis amigos, no es eso. La cruda realidad de los hechos es
que si nosotros no tenemos oro en nuestros Cuerpos Existenciales Superiores
del Ser, después de haberlos fabricado, somos unos cuitados (como nos trata
"El Apocalipsis", de desnudos, de cuitados, de pobres, de
miserables), y es verdad.
Saint Germain no hubiera podido hacer oro si no hubiera
tenido oro adentro. ¿Dónde lo tenía? Pues, en sus cuerpos, en su aura; oro de
la mejor calidad; oro cual ninguna de las minas de la Tierra puede producirlo.
Entonces, en síntesis alquimista, ¿qué es lo que queremos
nosotros? Estamos reunidos aquí en Tercera Cámara. ¿Qué buscamos? Les voy a ser
sincero: ¡Fabricar oro! ¡El que no sabe hacer oro, no sabe nada, aunque se haya
metido en la cabeza millones de volúmenes! Si no sabe hacer oro, es un
ignorante, nada sabe.
¿Fabricar oro? ¿De donde lo vamos a fabricar? ¡Pues, en los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser! ¡Queremos vehículos de oro puro, con
los cuales poder recubrir la presencia del Logos en nosotros. ¡Eso es lo que
queremos!
Cada uno en su interior carga un templo. Ya vimos el caso de
nuestra noble Madrecita Dolores. Bueno, ya platicábamos sobre el asunto de un
templo, ese templo es de ella, lo carga; ese es su templo; cualquiera puede
visitarlo.
Yo tengo mi templo, también lo tengo, y ustedes en Astral si
se proponen visitar mi templo, pueden visitarlo; pero no se olviden que cuando
ustedes entren en ese templo, han entrado es en mi Conciencia. Yo cargo el
templo aquí, se proyecta en los mundos superiores. ¿En qué forma se proyecta?
Como una catedral, verdaderamente. Si les digo que en esa catedral, pues,
todos los objetos son de oro, no estoy exagerando; obviamente así es. Pero,
para fabricar ese oro en la catedral esa del alma, he tenido que trabajar en
la Forja de los Cíclopes, eso es obvio, en el laboratorium oratorium del Tercer
Logos. Digo del Tercer Logos, no lo olviden ustedes. ¿Por qué digo del Tercer
Logos? A ver, ¿quien me responde?
R.- Al Espíritu Santo.
Correcto, al Espíritu Santo, que tan asociado está al
bautismo; eso es indubitable. De manera que hay que saber entender eso.
Cualquiera de ustedes puede visitar en Cuerpo Astral, la
catedral del Maestro Samael Aun Weor; la hallarán, ahí está. No falta, claro,
sobre el altar, el cáliz. Y no faltará jamás sobre el altar de un Maestro el
cáliz, que es el mismo vaso hermético. Si faltara, el templo estaría triste,
pobre, miserable. ¿Cómo ir a faltar sobre el ara el Santo Grial? ¡Eso sería un
absurdo! En ningún Templo de Misterios Mayores falta el Santo Grial; eso es
indubitable.
¿Ustedes saben cual es el Santo Grial? Creo que sí saben
algunos. Es el mismo vaso hermético. Hasta en los templos de los Dioses está el
Santo Grial. En ese vaso hermético, colocan los judíos el Maná del desierto,
ese Maná con el que se alimentan los israelitas entre las arenas del desierto;
con el que se mantuvieron durante cuarenta años.
Pero, ¿por qué tenía que estar precisamente en el Gomor, la
copa, el vaso hermético, el Maná del desierto con el que se alimentaban los
judíos? Ahora, téngase en cuenta que ese vaso está a su vez colocado dentro del
Arca de la Alianza. También está ahí la Vara de Aarón, o sea, el Lingam
generador y las Tablas de la Ley. Con esto, documento todo lo que he dicho.
En cuanto a los querubines, la Blavatsky dice que dos
querubines se tocaban con sus alas sobre el Arca de la Ciencia, y que se
hallaban en la actitud del hombre y de la mujer durante la cópula. Eliphas Levi sostiene que son cuatro
los querubines que se tocaban con sus alas, masculino y femenino. De todas
maneras, se coincide en que los querubines, masculino y femenino, se tocaban
con sus alas y que se hallaban en la actitud de la cópula química en el Sanctum
Sanctorum.
Los soldados de Nabucodonosor Rey, cuando invadieron el
Templo de Salomón, lo destruyeron, y vieron antes, previamente, el Arca de la
Ciencia. Dijeron: "Este era el Dios que vosotros los judíos adorabais
tanto? ¿Este era el Dios de tanta castidad y santidad que vosotros
mencionabais?" Claro, rápidamente acabaron con todo, destruyeron el Templo
de Jerusalén.
Así, mis queridos hermanos, no entendieron. Pero, bueno, no
nos salgamos del tema. ¿Por qué el Maná con el que se alimentaban los judíos
en el desierto tenía que estar en la copa o Gomor? Les explico: sencillamente
el Maná es el néctar de la inmortalidad. El néctar sagrado no está en otra
parte, sino en el vaso hermético, y el vaso hermético esta dentro del Arca de
la Ciencia.
Si los Dioses no tuvieran el Maná del Desierto (porque la
vida es un desierto cuando se renuncia a la verdadera felicidad nirvánica),
pues hombre, teniendo cuerpos físicos, sus cuerpos físicos se envejecerían y
morirían. Entonces ellos necesitan de ese vaso hermético en el cual está contenido
el Maná.
Quienes tengan entendimiento entiendan, porque ahí hay
sabiduría. Hay que saber entender.
Incuestionablemente, el error más grave de los distintos
grupos, de escuelas pseudoesotéricas y pseudoocultistas, estriba precisamente
en creer que la autorrealización íntima del Ser, es a base de teorías; se
equivocan. Pensemos por un momento en la forma como surgimos nosotros a la existencia,
en esos encantos del Viernes Santo. ¿Cuál es la raíz de nuestra vida? Un
hombre, una mujer, una cópula química o metafísica; de allí salió nuestro
cuerpo físico. ¿Qué precedió a esa concepción? ¿Qué instantes? Esto nos lleva a
los encantos del Viernes Santo. Incuestionablemente, en todo eso hubo, pues,
amor, estuvo Eros activo, etc. Estuvieron también las fuerzas cósmicas más poderosas
del universo, las que crearon precisamente al universo. Pero, y las teorías,
¿dónde estuvieron? Todos esos millones de volúmenes, de escuelas, ¿dónde
estaban? Nada de eso existía para nosotros. Entonces, ¿de donde surgió, pues,
este cuerpo que tenemos? ¿Por qué vino a la existencia?
Así también digo a ustedes, que sólo entendiendo esos
misterios del Viernes Santo, tan fundamentales para los trabajadores de la Gran
Obra, se logra la cristificación, la autorrealización íntima del Ser. Esto es
cuestión de sexo, de fuerza erótica, de ondulaciones cósmicas de amor, de
emoción trascendental, y de gran voluntad.
Por ese camino, trabajando, se hace oro, y el que llega a
tener oro es inmensamente rico. Mediante el oro, puede uno mandar a la
naturaleza, y la naturaleza le obedece. Quien tiene vehículos existenciales de
oro, es el amo, rey y señor del universo, según la Orden de Melchisedek.
Más, si uno no tiene oro en su interior, es un cuitado, un
miserable, un desnudo, aunque se crea muy rico y poderoso.
Así pues, el objetivo de nuestros estudios es uno: ¡fabricar
oro!
Se llega a fabricar oro, cuando se conoce el misterio del
bautismo, que como les he dicho, es un pacto de magia sexual.
Bueno mis queridos hermanos, hasta aquí la plática de ésta
noche. Pero, eso sí, tienen todos perfecto derecho a preguntar, porque no
quiero que queden con dudas de ninguna especie, y lo que no hayan entendido,
será explicado.
P.- Venerable Maestro, ¿cómo podría uno percatarse cuando se
ha llegado a la destrucción del Lingam, del vaso hermético?
R.- Los hechos son hechos, y ante los hechos tenemos que
rendirnos. Si por ejemplo, un hombre quiere trabajar con su esposa
sacerdotisa, y el estado de salud, o el estado fisiológico de ella no sirve para
eso, si ya pasó sus funciones sexuales, si ya no puede trabajar, se dice que el
vaso hermético ha sido destruido, y así se representa en Alquimia: Vaso
hermético destruido. ¿Alguna otra pregunta?
P.- Venerable Maestro, ¿cómo se entendería, ya que usted
dice que el mercurio seco son los Yoes, y en el caso del azufre arsenicado, qué
sería? ¿Cómo se logra destruir esto?
R.- El azufre arsenicado es el fuego venenoso animal, que
todo el mundo carga en sus infiernos atómicos. Un fuego bestial, inmundo, abominable;
todo ser humano lo carga. Y en ese tipo de fuego animal, hay muchos agregados
psíquicos vivientes, de tipo, dijéramos, que pertenecen al mundo de noventa y
seis leyes, o mundo infernal.
¿Cómo se elimina ese azufre venenoso o arsenicado? Pues, hombre,
trabajando en forma pura y limpia, eliminando el mismo mercurio seco, por el
mismo camino queda eliminado el azufre venenoso. Al eliminarse el mercurio
seco, el azufre venenoso queda eliminado de hecho. Eso es todo.
P.- Venerable, el vaso hermético destruido en una persona en
que no puede ser ya reconstruido, si no puede ser reconstruido, ¿cómo hace esa
persona? ¿Cómo puede trabajar en la Gran Obra?
R.- Entiéndase por vaso hermético en este caso, Alquimista,
el Yoni, que como se sabe, no es el Lingam.
P.- Me refiero al Yoni.
R.- Un Yoni destruido, no sirve para la Gran Obra. Si un
alquimista tiene en su laboratorio un vaso y se le rompe, pues tiene que
conseguir un nuevo vaso. Pero como quiera que las leyes son muy sagradas,
sucede que el primer vaso está cargado de cierta fuerza, de cierta radiación,
y esa radiación ha impregnado al alquimista; se hace necesario que pase un
tiempo no menor de tres años, para que el alquimista pueda conseguir un vaso
nuevo, si es que no quiere un corto circuito dentro de su sistema central
espinal, porque un corto circuito puede quemarle un alambre del laboratorio.
En ese caso, el azufre y el mercurio bajan, descienden y hay hasta una
reducción metálica. En otros términos se diría que el alquimista se ha ido de
cabeza al abismo.
P.- Venerable Maestro, llegado el caso específicamente,
quien posea el elemento femenino, que tenga, pues, su vaso dañado, ¿cómo puede
trabajar en la Gran Obra?
R.- Repite con más claridad.
P.- O sea, que el elemento femenino tiene sus órganos
creadores, dijéramos, dañados, pero entonces esa persona, ese elemento femenino
está trabajando en la Gran Obra, ¿cómo puede continuar si se le dañó, pues, sus
órganos?
R.- No es posible, no puede, no puede continuar. Es como si
el elemento masculino, el alquimista, destruyera su Lingam generador. En este
caso, tampoco puede trabajar en la Gran Obra. ¿Cómo haría? Necesitaría cambiar
de cuerpo para trabajar. Es decir, si el Lingam generador queda destruido,
¿cómo trabaja? ¿Cómo trabajaría, por ejemplo, un individuo a quien le
castraran? En este caso, pues, hay un fracaso.
P.- Maestro, ¿por qué causas se daña el vaso hermético?
R.- Puede dañarse por accidente; puede dañarse por la edad;
puede dañarse por el Karma. Si no sirve el vaso para el laboratorio, pues, el
alquimista tiene que utilizar un nuevo vaso hermético, y en eso no hay delito.
Delito hubiese si el alquimista, teniendo un vaso correcto, hermético,
menospreciara tal vaso y lo tirara fuera para tomar uno nuevo. En eso sí habría
delito.
P.- Venerable Maestro, ¿en el caso de que fuera lo
contrario, que la mujer se le dañara, por ejemplo, el Lingam para trabajar?
R.- Pues en este caso, la mujer está trabajando con un varón
idóneo, todo marcha muy bien. Si el varón no le sirve, todo marcha mal.
P.- ¿Y se operaría igualmente como operaría el alquimista
en el caso citado, no?
R.- Pues la ley, la justicia humana misma, tiene sus
postulados. Si un hombre, por ejemplo, es impotente, y la mujer se queja ante
la ley, pues indubitablemente recibe carta de divorcio; eso es obvio. Si un
hombre no cumple sus deberes para con la mujer, sus deberes sexuales, y la
mujer se queja, eso es motivo más que suficiente para el divorcio. Así pues, si
una mujer está trabajando en la Gran Obra y no sirve el alquimista, no dispone
ella de un Lingam generador, de una lanza para los Misterios, de una lanza con
la cual pueda combatir a los agregados psíquicos, de una lanza con la cual
pueda herir el costado de Lucifer, pues en ese caso, se encuentra ella ante un
dilema: o ante el dilema de tener que desposarse nuevamente con un alquimista
idóneo, o ante el dilema de tener que aguardar hasta una futura existencia. En
tal caso, cualquiera de esas dos resoluciones resulta justa; eso es obvio.
P.- En este caso, se presenta por Karma, Venerable Maestro,
¿se podría esperar hasta que alguna de esas personas cancelara las deudas?
R.- Sí, puede esperar perfectamente bien. También un
alquimista que ha perdido el vaso hermético puede esperarse si quiere, hasta La
futura existencia, o aguardar cincuenta existencias hasta que encuentre un vaso
bueno, pero eso sería el colmo de los colmos. Lo mejor es que el iniciado deje
toda clase de sentimentalismos morbosos y tome un vaso hermético idóneo para
el trabajo en el laboratorio. Nosotros debemos dejar aquí, las actitudes
pesimistas, dijéramos, el Tamas de la inercia, esa especie de flojera mental o
espiritual que tanto abunda en las escuelas de tipo pseudoesotérico y
pseudoocultista; eso es claro.
P.- Maestro, y en el caso de que el vaso hermético está
bueno, pero la dama no quiere colaborar en la fragua, la dama no quiere
trabajar en la fragua, y ya lleva determinado tiempo de colaborarle, ¿el
esposo, en este caso, qué puede hacer?
R.- Pues hombre, el está bueno, pero si ella no quiere
trabajar en la Gran Obra, si no le da, ¡psss! por trabajar (iba a decir un
termino más duro, pero se saldría del concepto cátedra), naturalmente no le
queda más remedio al alquimista, sino buscar un vaso hermético idóneo que sirva,
alguien que colabore, que coopere. Pero eso no podría hacerlo, sino después de
varios años de duros ruegos y suplicas a la esposa sacerdotisa. Porque escrito
está, que sólo por causa de fornicación, se le debe dar a la mujer, dijéramos,
el divorcio; si hay fornicación. De manera que si la mujer fornica, hay
derecho. Si una mujer quiere que el alquimista fornique y el alquimista quiere
autorrealizarse, y ella quiere es fornicar, se le debe dar carta de divorcio
inmediatamente, para que fornique con otro, pero no con el alquimista. Aquí, en
esto, hay una de dos: o nos resolvemos a entrar al Reino por asalto, o
fracasamos. El Reino se toma por asalto, los valientes lo han tomado. Si no se
procede así, se fracasa.
Estando precisamente yo en los mundos superiores de
conciencia cósmica hube de solicitar al Padre me mostrara la síntesis de mis
trabajos mas recientes en la fragua encendida de Vulcano. Entonces el Padre me
llevó a una gran ciudad, una de esas Ciudades Jinas, ciudades mágicas, de las
cuales hay cuatro importantes en Europa. Nosotros tenemos una en Yucatán,
fundada antiguamente por los Tuatha de Danand, que fueron, entre otras cosas,
grandes viajeros, viajeros Jinas. Bien, allí encontré a muchos adeptos de
distintos grados de esplendor. Hasta encontré Adeptus Exentus. ¿Ustedes saben
lo que es Adeptus Exentus? Significa, Adeptus Exentus ya de Karma, que no
deben Karma. En esoterismo se dice, "Adeptus Exentus". Claro, entre
todos organizamos una excursión a la cima de la montaña del Ser. Grandiosa fue
tal excursión. En los mundos superiores de conciencia cósmica se pasa por
vivencias trascendentales, divinales, formidables.
Cuando conseguimos llegar a la cima, con el animo de
encontrarnos con Iod Heve, el Anciano de los Días, entonces tuvimos la grata
sorpresa de hallarle transformado en una palmera elevadísima. La Palma es el
símbolo de la victoria del Crestos. Todos los adeptos se prosternaron en tierra
para rendir culto a Iod Heve. Sabía que esa palmera era mi Real Ser, el Anciano
de los Días, es decir, el interior de mi interior, para hablarles esta vez a
ustedes en el lenguaje de la Pistis Sophía. Es un lenguaje esotérico,
simbólico, alegórico. Claro, yo avancé. Como quiera que el Cuerpo Astral tiene
cierta elasticidad, ductilidad, no me fue difícil aumentarle su tamaño para
tomar aquella palmera por aquí, como quien dice, por el cuello, y asirla con
fuerza hacia mi pecho, y acariciar sus hojas, sus ramas. Aquellos adeptos
venerables, venerabilísimos, me miraron con terror. No se oyó sino un clamor.
Se asombraron al ver cómo tomaba yo al Anciano de los Días, nada menos, en esa
forma. Más luego, la palmera se transformó en una gran torre, en la torre de mi
templo interior, de mi propia catedral. Esa torre corresponde a la cabeza de lo
divinal.
Estaba tatuada, toda llena de piedras preciosas. Los ojos
eran los de la mismísima divinidad, y tenía brazos, como brazos de hombre.
samael aun weor
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