CAPITULO XIX LA INTELIGENCIA
Hemos
podido verificar que muchos maestros y maestras de Historia Universal en el
occidente del mundo suelen burlarse del BUDDHA, Confucio, Mahoma, Hermes,
Quetzalcoatl, Moisés, Krishna, etc.
Fuera
de toda duda también hemos podido comprobar hasta la saciedad, el sarcasmo, la
mofa, la ironía lanzada por maestros y maestras contra las religiones antiguas,
contra los dioses, contra la mitología, etc. Todo eso es precisamente falta de
inteligencia.
En las
escuelas, colegios y universidades, se debiera tratar sobre los temas religiosos,
con más respeto, con alto sentido de veneración, con verdadera inteligencia
creadora.
Las
formas religiosas conservan los valores eternos y están organizadas de acuerdo
con las necesidades psicológicas e históricas de cada pueblo, de cada raza.
Todas
las religiones tienen los mismos principios, los mismos valores eternos y sólo
se diferencian en la forma.
No es
inteligente que un cristiano se burle de la religión del Buddha o de la
religión Hebrea o Hinduista porque todas las religiones descansan sobre los
mismos basamentos.
Las
sátiras de muchos intelectuales contra las religiones y sus fundadores se deben
al veneno MARXISTA que por estos tiempos está intoxicando a todas las mentes
débiles.
Los
maestros y maestras de escuelas, colegios y universidades deben orientar a sus
alumnos y alumnas por el camino del verdadero respeto a nuestros semejantes.
Es a
todas luces perverso e indigno el patán que en nombre de una teoría de
cualquier tipo, se burle de los templos, religiones, sectas, escuelas o
sociedades espirituales.
Al
abandonar las aulas de estudio los estudiantes tienen que habérselas con gentes
de todas las religiones, escuelas, sectas y no es inteligente el que ni
siquiera sepan guardar la debida compostura en un templo.
Al
abandonar las aulas después de diez o quince años de estudios, los jóvenes y
señoritas se encuentran tan lerdos y dormidos como los demás seres humanos, tan
llenos de vacuidad y faltos de inteligencia como el primer día que ingresaron a
la escuela.
Es
urgente que los estudiantes entre otras cosas desarrollen el centro emocional
porque todo no es intelecto. Se hace necesario aprender a sentir las íntimas
armonías de la vida, la belleza del árbol solitario, el canto del pajarillo en
el bosque, la sinfonía de música y colores de un bello ocaso.
Es
también necesario sentir y comprender profundamente todos los horribles
contrastes de la vida, como son el orden social cruel y despiadado de ésta
época en que vivimos, las calles llenas de madres infelices que con sus hijos
desnutridos y hambrientos mendigan un pedazo de pan, los feos edificios donde
viven millares de familias pobres, las carreteras repugnantes por donde
circulan millares de carros propulsados con esos combustibles que dañan los
organismos, etc.
El
estudiante que abandona las aulas tiene que enfrentarse no solamente con su
propio egoísmo y con sus propios problemas, sino también con el egoísmo de
todas las gentes y con los múltiples problemas de la sociedad humana.
Lo más
grave de todo es que el estudiante que abandona las aulas, aún teniendo
preparación intelectual, no tiene inteligencia, su conciencia está dormida,
está deficientemente preparado para la lucha con la vida.
Ha
llegado la hora de investigar y descubrir que es eso que se llama INTELIGENCIA.
El diccionario, la enciclopedia, resultan impotentes para definir seriamente la
INTELIGENCIA,
Sin
inteligencia jamás puede haber transformación radical ni felicidad verdadera y
es muy raro en la vida encontrar personas verdaderamente inteligentes.
Lo
importante en la vida no es solamente conocer la palabra INTELIGENCIA, sino
experimentar en nosotros mismos su honda significación.
Muchos
son los que presumen de inteligentes, no hay borracho que no presuma de
inteligente y Carlos Marx creyéndose a sí mismo demasiado inteligente, escribió
su farsa materialista que ha costado al mundo la pérdida de los valores
eternos, el fusilamiento de millares de sacerdotes de distintas religiones, la
violación de monjas, Budistas, Cristianas, etc., la destrucción de muchos templos,
la tortura de millares y millones de personas, etc. etc. etc.
Cualquiera
puede presumir de inteligente, lo difícil es serlo verdaderamente.
No es
adquiriendo más información libresca, más conocimientos, más experiencias, más
cosas para deslumbrar a las gentes, más dinero para comprar jueces y policías;
etc., como se va a lograr eso que se llama INTELIGENCIA.
No es
con ese MAS, como se puede llegar a tener INTELIGENCIA. Se equivocan de plano
aquellos qué suponen que la inteligencia puede ser conquistada con el proceso
del MÁS.
Es
urgente comprender a fondo y en todos los terrenos de la mente subconsciente e
inconsciente, lo que es ese pernicioso proceso del MAS, porque en el fondo se
oculta muy secretamente el querido EGO, el YO, el MI MISMO, que desea y quiere
siempre MAS y MAS para engordar y robustecerse.
Este
Mefistófeles que llevamos dentro, este SATÁN, este YO, dice: YO tengo MAS
dinero, más belleza, más inteligencia que aquel, más prestigio, más astucia,
etc. etc. etc.
Quien
quiera de verdad comprender lo que es la INTELIGENCIA, debe aprender a
sentirla, debe vivenciarla y experimentarla a través de la meditación profunda.
Todo lo
que las gentes acumulan entre el sepulcro podrido de la memoria infiel,
información intelectual, experiencias de la vida, se traduce siempre fatalmente
en el terminó de MAS y MAS. De manera que nunca llegan a conocer el hondo
significado de todo eso que acumulan.
Muchos
se leen un libro y luego lo depositan entre la memoria satisfechos por haber
acumulado más información, pero cuando se le llama a responder por la doctrina
escrita en el libro que leyeron, resulta que desconocen la profunda
significación de la enseñanza, pero el YO quiere más y mas información, mas y
más libros aún cuándo no haya vivenciado la doctrina de ninguno de ellos.
La
inteligencia no se consigue con más información libresca, ni con más
experiencia, ni con más dinero, ni con más prestigio, la inteligencia puede
florecer en nosotros cuando comprendemos todo el proceso del YO, cuando
entendemos a fondo todo ese automatismo psicológico del MÁS.
Es
indispensable comprender que la mente es el centro básico del MÁS. Realmente
ese MAS es el mismo YO psicológico que exige y la mente es su núcleo
fundamental.
Quien
quiera ser inteligente de verdad, debe resolverse a morir no solamente en el
nivel intelectual superficial, sino también en todos los terrenos
subconscientes e inconscientes de la mente.
Cuando
el YO muere, cuando el YO se disuelve totalmente lo único que queda dentro de
nosotros es el SER auténtico, el SER verdadero, la legítima inteligencia tan
codiciada y tan difícil.
Las
gentes creen que la mente es creadora, están equivocadas. El YO no es creador y
la mente es el núcleo básico del YO.
La
inteligencia es creadora porque ella es del SER, es un atributo del SER. No
debemos confundir a la mente con la INTELIGENCIA.
Están
equivocados de PLANO y en forma radical quienes suponen que la INTELIGENCIA es
algo que puede ser cultivado como flor de invernadero. O algo que se pueda
comprar como se compran los títulos de nobleza o poseyendo una formidable
biblioteca.
Es
necesario comprender profundamente todos los procesos de la mente, todas las
reacciones, ese MAS psicológico que acumula, etc. Sólo así brota en nosotros en
forma natural y espontánea la llamarada ardiente de la INTELIGENCIA.
Conforme
el Mefistófeles que llevamos dentro se va disolviendo, el fuego de la
inteligencia creadora se va manifestando poco a poco dentro de nosotros, hasta
resplandecer abrasadoramente.
Nuestro
verdadero SER es el AMOR y de ese AMOR nace la auténtica y legítima
INTELIGENCIA que no es del tiempo.
CAPITULO XX LA VOCACIÓN
A
excepción de las personas totalmente inválidas, todo ser humano tiene que
servir para algo en la vida, lo difícil es saber para qué sirve cada individuo.
Si hay
algo verdaderamente importante en éste mundo, es conocernos a sí mismos, raro
es aquel que se conoce a sí mismo y aun cuando parezca increíble, es difícil
encontrar en la vida a alguna persona que tenga desarrollado el sentido vocacional.
Cuando
alguien está plenamente convencido del papel que tiene que representar en la
existencia, hace entonces de su vocación un apostolado, una religión, y se
convierte de hecho y por derecho propio en un apóstol de la humanidad.
Quien
conoce su vocación o quien la llega a descubrir por sí mismo, pasa por un
cambio tremendo, ya no busca el éxito, poco le interesa el dinero, la fama, la
gratitud, su placer está entonces en la dicha que le proporciona el haber
respondido a un llamado íntimo, profundo, ignoto de su propia esencia interior.
Lo más
interesante de todo esto es que el sentido VOCACIONAL nada tiene que ver con el
YO, pues aunque parezca extraño el YO aborrece a nuestra propia vocación porque
el YO solamente apetece jugosas entradas monetarias, posición, fama, etc.
El
sentido de la VOCACIÓN, es algo que pertenece a nuestra propia ESENCIA
INTERIOR; es algo muy de adentro, muy profundo, muy intimo.
El
sentido vocacional lleva al hombre a acometer con verdadero denuedo y
desinterés verdadero las más tremendas empresas a costa de toda clase de
sufrimientos y calvarios. Es por lo tanto apenas normal que el YO aborrezca la
verdadera vocación.
El
sentido de la VOCACIÓN nos conduce de hecho por la senda del heroísmo legítimo,
aún cuando tengamos que soportar estoicamente toda clase de infamias,
traiciones y calumnias.
El día
que un hombre pueda decir la verdad: "YO SE QUIEN SOY Y CUAL ES MI
VERDADERA VOCACIÓN", desde ese instante comenzará a vivir con verdadera
rectitud y amor. Un hombre así vive en su obra y su obra en él.
Realmente
sólo son muy pocos los hombres que pueden hablar así, con verdadera sinceridad
de corazón. Quienes así hablan son los selectos aquellos que tienen en grado
superlativo el sentido de la VOCACIÓN.
Hallar
nuestra verdadera VOCACIÓN ES FUERA DE TODA DUDA, el problema social más grave,
el problema que se encuentra en la base misma de todos los problemas de la
sociedad.
Encontrar
o descubrir nuestra verdadera vocación individual, equivale de hecho a
descubrir un tesoro muy precioso.
Cuando
un ciudadano encuentra con toda certidumbre y fuera de toda duda su verdadero y
legítimo oficio, se hace por éste sólo hecho INSUSTITUIBLE.
Cuando
nuestra vocación corresponde totalmente y en forma absoluta al puesto que
estamos ocupando en la vida, ejercemos entonces nuestro trabajo como un
verdadero apostolado, sin codicia alguna y sin deseo de poder.
Entonces
el trabajo en vez de producirnos codicia, aburrimiento o deseos de cambiar de
oficio, nos trae dicha verdadera, profunda, íntima aun cuando tengamos que
soportar pacientemente dolorosos vía crucis.
En la
práctica hemos podido verificar que cuando el puesto no corresponde a la
VOCACIÓN del individuo, entonces sólo piensa éste en función del MAS.
El
mecanismo del YO es el MAS. Más dinero, más fama, más proyectos, etc. etc. etc.
y como es apenas natural el sujeto suele tornarse hipócrita, explotador, cruel,
despiadado, intransigente, etc.
Si
estudiamos la burocracia detenidamente podemos comprobar que rara vez en la
vida el puesto corresponde a la vocación individual.
Si
estudiamos en forma minuciosa los distintos gremios del proletariado, podemos
evidenciar que en muy raras ocasiones el oficio corresponde a la VOCACIÓN
individual.
Cuando
observamos cuidadosamente a las clases privilegiadas, ya sean éstas del este o
del oeste del mundo, podemos evidenciar la falta total del sentido VOCACIONAL.
Los llamados "NIÑOS BIEN" ahora asaltan a mano armada, violan a
indefensas mujeres, etc. para matar el aburrimiento. No habiendo encontrado su
puesto en la vida, andan desorientados y se convierten en REBELDES SIN CAUSA
como para "variar un poco".
Es
espantoso el estado Caótico de la humanidad por estos tiempos de crisis
mundial.
Nadie
está contento con su trabajo porque el puesto no corresponde a la vocación,
llueven solicitudes de empleo porque nadie tiene ganas de morirse de hambre,
pero las solicitudes no corresponden a la VOCACIÓN de aquellos que solicitan.
Muchos
chóferes deberían ser médicos o ingenieros. Muchos abogados deberían ser
ministros y muchos ministros deberían ser sastres. Muchos limpiadores de
calzado deberían ser ministros y muchos ministros deberían ser limpiadores de
calzado, etc. etc.
Las
gentes están en puestos que no les corresponden, que nada tienen que ver con su
verdadera VOCACIÓN individual, debido a esto la máquina social funciona
pésimamente. Esto es semejante a un motor que estuviese estructurado con piezas
que no le corresponden y el resultado tiene que ser inevitablemente el
desastre, el fracaso, el absurdo.
En la
práctica hemos podido comprobar hasta la saciedad que cuando alguien no tiene
disposición VOCACIONAL para ser guía, instructor religioso, líder político o
director de alguna asociación espiritualista, científica, literaria,
filantrópica, etc. entonces sólo piensa en función del MAS y se dedica a hacer
proyectos y más proyectos con secretos propósitos inconfesables.
Es
obvio que cuando el puesto no corresponde a la VOCACIÓN individual el resultado
es la explotación.
Por
estos tiempos terriblemente materialistas en que vivimos, el puesto de maestro
está siendo arbitrariamente ocupado por muchos mercaderes que ni remotamente
tienen VOCACIÓN para el Magisterio. El resultado de semejante infamia es la
explotación, crueldad y falta de verdadero amor.
Muchos
sujetos ejercen el magisterio exclusivamente con el propósito de conseguir
dinero para pagar sus estudios en la Facultad de Medicina, Derecho o Ingeniería
o simplemente porque no encuentran nada mas que hacer. Las víctimas de
semejante fraude intelectual son los alumnos y alumnas.
El
verdadero maestro vocacional hoy en día es muy difícil encontrarlo y es la
mayor dicha que pueden llegar a tener los alumnos y alumnas de escuelas,
colegios y universidades.
La
VOCACIÓN del maestro está sabiamente traducida por aquella pieza de prosa
conmovedora de GABRIELA MISTRAL titulada la «ORACIÓN DE LA MAESTRA». Dice la
maestra de provincia dirigiéndose a lo DIVINAL, al MAESTRO SECRETO:
"Dame
el amor único de mi escuela: qué ni la quemadura de la belleza sea capaz de
robarle mi ternura de todos los instantes. Maestro, hazme perdurable el fervor
y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de mal entendida
justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí
cuando me hieren, no me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de
las que enseñé".
"Dame
el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que
NO es carne de mis carnes. Dame alcance a hacer de una de mis niñas mi verso
perfecto y a dejarle en ella clavado mi más penetrante melodía, para cuando mis
labios no canten más".
"Muéstrame
posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada
día y de cada hora por él".
¿Quién
puede medir la influencia psíquica maravillosa de un maestro así inspirado con
tanta ternura, por el sentido de su VOCACIÓN?
El
individuo da con su vocación por una de estas tres vías: primera: El
AUTO-DESCUBRIMIENTO de una capacidad especial. Segunda: la visión de una
necesidad urgente. Tercera: la muy rara dirección de los padres y maestros que
descubrieron la VOCACIÓN del alumno o alumna mediante la observación de sus
aptitudes.
Muchos
individuos han descubierto su VOCACIÓN en determinado momento crítico de su
vida, frente a una situación seria que reclamaba inmediato remedio.
GHANDI
era un abogado cualquiera, cuando con motivo de un atentado contra los derechos
de los Hindúes en el África del SUR hizo cancelar su pasaje de regreso a la
India y se quedó a defender la causa de sus compatriotas. Una necesidad
momentánea le encaminó hacia la VOCACIÓN de toda su vida.
Los
grandes benefactores de la humanidad, han encontrado su VOCACIÓN ante una
crisis situacional, que reclamaba inmediato remedio. Recordemos a OLIVERIO
CROMWELL, el padre de las libertades inglesas; Benito Juárez, el forjador del
nuevo México; José de San Martín y Simón Bolívar, padres de la independencia
Suramericana, etc., etc.
JESÚS
el CRISTO, BUDHA, MAHOMA, HERMES, ZOROASTRO, CONFUCIO, FUHI, etc., fueron
hombres que en determinado momento de la historia supieron comprender su
verdadera VOCACIÓN y se sintieron llamados por la voz interior que emana del
INTIMO.
La
EDUCACIÓN FUNDAMENTAL está llamada a descubrir por diversos métodos, la
capacidad latente de los estudiantes. Los métodos que la pedagogía extemporánea
está utilizando por estos tiempos para descubrir la VOCACIÓN de los alumnos y
alumnas, son fuera de toda duda crueles, absurdos y despiadados.
Los
cuestionarios VOCACIONALES han sido elaborados por mercaderes que arbitrariamente
ocupan el puesto de maestros.
En
algunos países antes de entrar a preparatorias y VOCACIONALES, se somete a los
alumnos a las crueldades psicológicas más horribles. Se les hacen preguntas
sobre matemáticas, civismo, biología, etc.
Lo más
cruel de estos métodos son los famosos TEST psicológicos, índice Y.Q,
íntimamente relacionados con la prontitud mental.
Según
sea el tipo de respuesta, según se califiquen, el estudiante es entonces
embotellado en uno de los tres bachilleratos. Primero: Físico Matemáticos.
Segundo: Ciencias Biológicas. Tercero: Ciencias Sociales.
De los
Físico Matemáticos salen Ingenieros, Arquitectos, Astrónomos, Aviadores, etc.
De las
Ciencias Biológicas salen Farmaceutas, Enfermeras, Biólogos, Médicos, etc.
De las
ciencias Sociales salen Abogados, Literatos, Doctores en Filosofía y Letras,
directores de Empresas, etc.
El plan
de estudio en cada país es diferente y es claro que no en todos los países
existen tres bachilleratos distintos. En muchos países sólo existe un
bachillerato y terminado éste el alumno pasa la Universidad.
En
algunas naciones no se examina la capacidad VOCACIONAL del estudiante y éste
ingresa a la facultad con el deseo de tener una profesión para ganarse la vida,
aún cuando ésta no coincida con sus tendencias innatas, con su sentido
VOCACIONAL.
Hay
países donde se examina la capacidad VOCACIONAL de los estudiantes y hay
naciones donde no se les examina. Absurdo es no saber orientar VOCACIONALMENTE
a los estudiantes, no examinar sus capacidades y tendencias innatas. Estúpidos
son los cuestionarios VOCACIONALES y toda esa jerga de preguntas, TEST
PSICOLÓGICOS, índice Y.Q., etc.
Esos
métodos de examen VOCACIONAL no sirven porque la mente tiene sus momentos de
crisis y si el examen se verifica en un momento de esos, el resultado es el
fracaso y desorientación del estudiante.
Los
maestros han podido verificar que la mente de los alumnos tiene, como el mar,
sus altas y bajas mareas, sus plus y su minus. Existe un Bio-Ritmo en las
glándulas masculinas y femeninas. También existe un Bio-Ritmo para la mente.
En
determinadas épocas las glándulas masculinas se encuentran en PLUS y las
femeninas en MINUS o viceversa. La mente tiene también su PLUS y su MINUS.
Quien
quiera conocer la ciencia del BIO RITMO le indicamos se estudie la famosa obra
titulada BIO RITMO escrita por el eminente sabio GNÓSTICO ROSA-CRUZ, Doctor
Amoldo Krumm Heller, Médico coronel del Ejército Mexicano y Profesor de
Medicina de la Facultad de Berlín.
Nosotros
afirmamos enfáticamente que una crisis emocional o un estado de nerviosismo
psíquico ante la difícil situación de un examen puede llevar a un estudiante al
fracaso durante el examen pre-vocacional.
Nosotros
afirmamos que un abuso cualquiera del centro del movimiento producido tal vez
por el deporte, por una excesiva caminata, o por un trabajo físico arduo, etc.
puede originar crisis INTELECTUAL aún cuando la mente se halle en PLUS y
conducir al estudiante al fracaso durante un examen pre-vocacional.
Nosotros
afirmamos que una crisis cualquiera relacionada con el centro instintivo, tal
vez en combinación con el placer sexual, o con el centro emocional, etc., puede
llevar al estudiante al fracaso durante un examen pre-vocacional.
Nosotros
afirmamos que una-crisis sexual cualquiera, un síncope de sexualidad reprimida,
un abuso sexual, etc., puede ejercer su influencia desastrosa sobre la mente
llevándola al fracaso durante un examen pre-vocacional.
La
educación fundamental enseña que los gérmenes vocacionales se hallan
depositados, no solamente en el centro intelectual sino también en cada uno de
los otros cuatro centros de la Psico-fisiología de la máquina orgánica.
Es
urgente tener en cuenta los cinco centros psíquicos llamados Intelecto,
Emoción, Movimiento, Instinto y Sexo. Es absurdo pensar que el intelecto es el
único centro de Cognición. Si se examina exclusivamente el centro intelectual
con el propósito de descubrir las actitudes vocacionales de determinado sujeto,
además de cometerse una grave injusticia que resulta de hecho muy perjudicial
para el individuo y para la sociedad, se incurre en un error porque los
gérmenes de la vocación no sólo se hallan contenidos en el centro intelectual
sino también, además, en cada uno de los otros cuatro centros
Psico-fisiológicos del individuo.
El único
camino obvio que existe para descubrir la verdadera vocación de los alumnos y
alumnas es el AMOR VERDADERO.
Si
padres de familia y maestros se asocian en mutuo acuerdo para investigar en el
hogar y en la escuela, para observar detalladamente todos los actos de los
alumnos y alumnas, podría descubrir las tendencias innatas de cada alumno y
alumna.
Ese es
el único camino obvio que permitirá a padres de familia y maestros descubrir el
sentido vocacional de los alumnos y alumnas.
Esto
exige AMOR verdadero de padres y maestros y es obvio que si no existe verdadero
amor de los padres y madres de familia y auténticos maestros vocacionales
capaces de sacrificarse de verdad por sus discípulos y discípulas, tal empresa
resulta entonces impracticable.
Si los
gobiernos quieren de verdad salvar a la sociedad, necesitan expulsar a los
mercaderes del templo con el látigo de la voluntad.
Debe
iniciarse una nueva época cultural difundiendo por doquiera la doctrina de la
EDUCACIÓN FUNDAMENTAL.
Los
estudiantes deben defender sus derechos valerosamente y exigir a los gobiernos
verdaderos maestros vocacionales. Afortunadamente existe el arma formidable de
las huelgas y los estudiantes tienen esa arma.
En
algunos países ya existen dentro de las escuelas, colegios y universidades,
ciertos maestros orientadores que realmente no son vocacionales, el puesto que
ocupan no coincide con sus tendencias innatas. Estos maestros no pueden
orientar a los demás porque ni a sí mismos pudieron orientarse.
Se
necesita con urgencia verdaderos maestros vocacionales capaces de orientar
inteligentemente a los alumnos y alumnas.
Es
necesario saber que debido a la pluralidad del YO, el ser humano representa
automáticamente diversos papeles en el teatro de la vida. Los muchachos y
muchachas tienen un papel para la escuela, otro para la calle y otro para el
hogar.
Si se
quiere descubrir la VOCACIÓN de un joven o de una joven hay que observarlos en
la escuela, en el hogar y aún en la calle.
Este
trabajo de observación sólo pueden realizarlo los padres y maestros verdaderos
en íntima asociación.
Entre
la pedagogía anticuada existe también el sistema de observar calificaciones
para deducir vocaciones. El alumno que se distinguió en civismo con las mas
altas calificaciones es entonces clasificado como un posible abogado y el que
se distinguió en biología se le define como un médico en potencia, y el que en
matemáticas, como un posible ingeniero, etc.
Este
sistema absurdo para deducir VOCACIONES es demasiado empírico porque la mente
tiene sus altas y sus bajas no sólo en la forma total ya conocida sino también
en ciertos estados particulares especiales.
Muchos
escritores que en la escuela fueron pésimos estudiantes de gramática
descollaron en la vida como verdaderos maestros del lenguaje. Muchos ingenieros
notables tuvieron siempre en la escuela las peores calificaciones en
Matemáticas y multitud de médicos fueron en la escuela reprobados en biología y
ciencias naturales.
Es
lamentable que muchos padres de familia en vez de estudiar las aptitudes de sus
hijos sólo vean en ellos la continuación de su querido ÉGO, YO psicológico, MI
MISMO.
Muchos
padres abogados quieren que sus hijos continúen en el bufete y muchos dueños de
negocios quieren que sus hijos continúen manejando sus intereses egoístas sin
interesarles en lo más mínimo el sentido vocacional de ellos.
El YO
quiere siempre subir, trepar al tope de la escalera, hacerse sentir y cuando
sus ambiciones fracasan entonces quieren lograr por medio de sus hijos lo que
por sí mismo no pudieron alcanzar. Estos padres ambiciosos meten a sus
muchachos y muchachas en carreras y puestos que nada tienen que ver con el
sentido VOCACIONAL de éstos.
V.M. SAMAEL AUN WEOR.
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