CAPÍTULO
XXXI EL MILENIO Y EL JUICIO
Y
|
vi un ángel descender del cielo (el quinto de
los siete) que tenía la llave del abismo, y una grande cadena en su mano"
(Ap. 20: 1).
"Y
prendió al dragón, aquella serpiente antigua (Yahvé), que es el diablo y Satanás,
y le ató por mil años" (Ap. 20: 2).
En el
año de 1950, el genio del mal, cuyo nombre es Yahvé, ingresó al abismo. Yahvé está
pagando un Karma terrible. Yahvé es un ángel caído, terriblemente perverso.
Yahvé
es aquel demonio que tentó a Jesús en el desierto y tentándole le decía: ITABABO.
Yahvé es el jefe Supremo de la Logia Negra. Yahvé es el autor secreto de la crucifixión
de nuestro Adorable Salvador. Yahvé es el polo antitético de Jesús. Los soldados
romanos que crucificaron al Adorable, constituyen la guardia de honor de Yahvé.
Ahora Yahvé está crucificado en el abismo. Ese es su Karma. La cruz del diablo está
invertida.
Yahvé
está crucificado con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba. El pueblo
judío adora a Yahvé y sigue a Yahvé.
El quinto
de los siete "arrojolo al abismo y le encerró, y selló sobre él, porque no
engañe más a las naciones, hasta que mil años sean cumplidos; y después de esto
es necesario que sea desatado un poco de tiempo" (Ap. 20: 3).
Yahvé y
sus legiones permanecerán en el abismo una edad. Después es necesario que sea
desatado un poco de tiempo más.
Hay que
darles a los perdidos una última oportunidad para que se arrepientan.
"Y
saldrá para engañar las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la
tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de
los cuales es como la arena del mar" (Ap. 20: 8).
"Y
subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y
la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró" (Ap.
20: 9).
¡Ay,
Ay, Ay! de aquellos infelices que no sepan aprovechar la última y muy breve oportunidad que se les dará a los perdidos.
Ellos se hundirán en el abismo eternamente.
"Y
el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche para
siempre jamás" (Ap. 20: 10).
"Y
vi los muertos grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros
(del Karma) fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras" (Ap. 20: 12).
Cada
ser humano tiene su propio libro. Las obras de cada ser humano están escritas
en su libro con caracteres sagrados.
"Y
el mar dio sus muertos que estaban en él, y la muerte y el infierno dieron los
muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus
obras" (Ap. 20: 13).
"Y
el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda"
(Ap. 20: 14).
"Y
el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de
fuego"
(Ap.
20: 15).
La vida
ha iniciado su retorno a la Gran Luz. Los tiempos del fin ya llegaron. Millones
de seres humanos, tan numerosos como las arenas de la mar, ya tienen los
cuernos en la frente, y la marca fatal en las manos. Yahvé fue atado en el
abismo, y las multitudes lo adoran.
"Y
vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado hacer juicio; y vi las
almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y
que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal
en sus frentes, ni en sus manos y vivieron y reinaron con Cristo mil años (una
gran edad) (Ap. 20: 4).
Desde
los antiguos tiempos, todos aquellos que aceptaron el arcano A.Z.F., se transformaron
en reyes y sacerdotes de la naturaleza. Ellos gobernarán ahora bajo las órdenes
del Cristo, en la Nueva Era.
Esta es
la primera resurrección; y se reencarnarán los reyes, los reyes divinos, para gobernar.
"Bienaventurado
y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no
tiene potestad en estos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con
él mil años (una edad)" (Ap. 20: 6).
La
muerte segunda es espantosa y terrible en gran manera. En el abismo los
tenebrosos se van desintegrando lentamente hasta morir. Eso es la muerte
segunda.
Aquellos
que acepten el arcano A.Z.F., se salvarán del abismo y la muerte segunda.
Esos se
convertirán en dioses y podrán cantar: ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
TERCERA PARTE LA NUEVA JERUSALÉM
"SICUT
SUPERIUS SICUT QUOT INFERIUS"
CAPÍTULO
XXXII LA NUEVA JERUSALÉM
Y
|
vi un cielo nuevo, y una tierra nueva (la
tierra del futuro, después del gran cataclismo); porque el primer cielo y la
primera tierra (la actual), se fueron, y el mar ya no es" (Ap. 21: 1).
"Y
yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalém nueva (la tierra de la futura sexta
raza), que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido (el Cristo)" (Ap. 21: 2).
"Y
oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios (Interno)
será su Dios con ellos" (Ap. 21: 3).
"Y
limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más, y no
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas son
pasadas" (Ap. 21: 4).
"Y
el que estaba sentado en el trono (el Dios Interno) dijo: He aquí, yo hago
nueva todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y
verdaderas" (Ap. 21: 5).
"Y
díjome: Hecho es. Yo soy Alpha y Omega; el principio y el fin. Al que tuviere
sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente" (Ap. 21: 6).
Realmente Él es Alfa y Omega, el principio y el fin de todas las cosas.
El
hombre tiene el cuerpo, el alma y el Íntimo. Más allá del Íntimo, todo hombre
tiene tres profundidades: La primera es el origen de la vida; la segunda es el
origen de la palabra, y la tercera es el origen de la fuerza sexual.
Estas
tres profundidades divinales de cada hombre constituyen el resplandeciente Dragón
de Sabiduría. Cada hombre tiene su Dragón de Sabiduría. Él es el Dios Interno.
Y es
Alfa y Omega, el principio y el fin. Él es el Cristo Interno que el hombre
necesita encarnar dentro de sí mismo.
A todo
aquel que tenga sed, él le dará de la fuente, del agua de vida gratuitamente.
Dichoso
aquel que sepa beber de las aguas puras de vida, porque nunca jamás volverá a tener
sed (Juan 4: 14). La clave está en el arcano A.Z.F.
El
fuego (I: Ignis) debe fecundar el agua (A: Aqua, agua) para que nazca el
Espíritu (O: Origo; Principio, espíritu).
El gran
Maestro Huiracocha ha hablado sobre el I.A.O. extensamente en su "Logos, Mantram,
Magia", y en su novela "Rosacruz". Este Mantram se vocaliza letra
por letra, separando cada letra y prolongando el sonido de cada letra en el
preciso instante de estar conectado a la esposa (la sacerdotisa). Así despierta
la serpiente sagrada.
"El
que venciere (la pasión sexual), poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios (me
encarnaré en él), y él será mi hijo (porque se ha Crístificado). Mas a los
tenebrosos (miedosos, cobardes e incrédulos), a los abominables y homicidas, a
los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su
parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte
segunda" (Ap. 21: 7, 8).
El lago
ardiendo con fuego y azufre, es el lago de la pasión carnal. Ese lago son los bajos
fondos animales del hombre, y su región atómica es el abismo. Allí los
tenebrosos se van desintegrando lentamente hasta morir. Esa es la muerte
segunda.
"Y
vino a mi uno de los siete ángeles que tenía las siete copas llenas de las
siete plagas postreras, y habló conmigo diciendo: Ven acá; yo te mostraré la
esposa, mujer del Cordero" (Ap. 21: 9).
El ser
humano puede viajar en cuerpo astral a cualquier lugar del mundo, o del
infierno.
La
clave para salir conscientemente en cuerpo astral es la siguiente: Acostado
boca arriba en su lecho, adormézcase el discípulo vocalizando las sílabas LA
RA. El estudiante vocalizará estas dos sílabas separadamente, sin
juntarlas entré sí, así: LA..... RA.....
La
vocalización de estas dos sílabas sagradas se hace mentalmente.
Estas
dos sílabas tienen el poder de hacer vibrar intensamente las energías sexuales.
El discípulo vocalizando, se adormecerá entre su cama tranquilamente. Cuando el
estudiante vocaliza estas dos sílabas, hace vibrar las energías sexuales, las
energías creadoras del Tercer Logos.
Esta
clase de energías, cuando vibran intensamente, produce un sonido muy dulce y apacible,
algo semejante al canto del grillo. El estudiante debe aprender a manejar este sonido.
Esa es la sutil voz que nos confiere el poder de salir conscientemente en
cuerpo astral. En instantes de estar escuchando el místico sonido, el
estudiante debe levantarse de su cama y dirigirse a cualquier lugar del mundo.
No es cuestión de levantarse mentalmente. Lo que estamos Enseñando tradúzcase
en hechos.
Al
levantarse el discípulo, se desprende de su cuerpo físico, y entonces puede entrar
en los mundos superiores para estudiar los grandes misterios de la vida y de la
muerte.
Todo
aquel que quiera aprender a cantar las dos sílabas sagradas, que escuche la
flauta encantada de Mozart. Esa obra fue una iniciación que Mozart recibió en
Egipto.
El
profeta fue sacado de su cuerpo en espíritu y llevado a ver la Jerusalém
Celestial. "Y llevóme en espíritu a un grande y alto monte, y me mostró la
grande ciudad santa de Jerusalém, que descendía del cielo de Dios, teniendo la
claridad de Dios; y su luz, era semejante a una piedra preciosa, como piedra de
jaspe, resplandeciente como cristal"
(Ap.
21: 10, 11).
Esta
piedra preciosísima, como piedra de jaspe, son los órganos sexuales de los Cristificados.
La piedra resplandece como cristal. Recordemos al cristal, vidrio líquido, flexible,
maleable. Ese vidrio es el semen Cristónico. Vitriolo (Visita Interiora Terrae Rectificando
Invenies Ocultum Lapidem: Visita el interior de la tierra que rectificando encontrarás
la piedra oculta). Esa piedra oculta es la piedra filosofal. Hay que buscar en el
interior de nuestra tierra filosófica, que rectificando hallaremos esa piedra preciosísima,
como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.
Inmissio
Membri Virilis in Vaginam Sine ejaculatio Seminis.
El
sabio Huiracocha dice: "Probadlo. La posición descrita puede durar una
hora y se sentirá una sensación de bienestar inefable. Pecho contra pecho, los
dos plexos solares en inmediato contacto, todos los centros astrales
sobrepuestos permiten un intercambio de corrientes para establecer una justa
androginidad".
Todo
iniciado levanta su propia Jerusalém sobre la piedra viva. Esa piedra es el
sexo.
Existe
la Jerusalém del hombre, la Jerusalém de arriba y la Jerusalém de abajo.
"Sicut que superius Sicut quod inferius".
Los
mundos superiores son la Jerusalém de arriba. La tierra de la futura sexta raza
es la Jerusalém de abajo. El hombre y todos sus vehículos Cristificados es la
Jerusalém humana. La Nueva Jerusalém resplandece de gloria.
"Y
tenía un muro grande y alto con doce puertas (las doce puertas zodiacales en el
universo y en el hombre); y en las puertas, doce ángeles (zodiacales), y
nombres escritos que son los de las doce tribus de Israel" (Ap. 21: 12).
Son los doce tipos fundamentales en que se divide la humanidad de acuerdo con
la influencia de los doce signos zodiacales.
"Tal
como es arriba es abajo". El hombre tiene doce facultades gobernadas por
doce ángeles atómicos. En el espacio estrellado y en el hombre existen doce
signos zodiacales. Es necesario transmutar la energía sexual y hacerla pasar
por las doce puertas zodiacales del organismo humano.
Continúa
hablando el profeta sobre las doce puertas zodiacales así: "Al oriente
tres puertas, al norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al poniente tres
puertas" (Ap. 21: 13).
"Y
el muro de la ciudad tenía doce fundamentos y en ellos los doce nombres de los
doce apóstoles del Cordero" (Ap. 21: 14). Los doce signos zodiacales, y
las doce esferas energéticas que se penetran y compenetran sin confundirse.
En los
doce planos se realiza totalmente la humanidad solar. El arcano doce es el fundamento
de la Jerusalém Celestial, el arcano doce es el símbolo de la alquimia sexual.
En el tarot el arcano doce aparece así: "Símbolo, un hombre que está
colgado por un pie y cuyas manos están atadas a la espalda, de modo que su
cuerpo forma un triángulo con la punta hacia abajo y sus piernas una cruz por
encima del triángulo. La potencia tiene la forma de una Tau hebrea; los dos
árboles que la sostienen tienen cada uno seis ramas cortadas". Este es el
sacrificio y la obra realizada. Este se llama alquimia sexual.
Existen
en el mundo millones de libros de yoga, ocultismo, teosofía, rosacrucismo, etc.
Existen
también millares de escuelas, algunas de ellas con muy antiguas tradiciones y muy
venerables.
Podría
un estudiante someterse a las más rigurosas disciplinas, practicar con la
Kriya, visitar millares de escuelas, centros, logias; adquirir títulos, grados,
y recibir de sus instructores bellos nombres y muy sonoros; pero si el
estudiante no practica magia sexual, no pasará de ser muy venerable para su
gente, muy culto y hasta erudito.
Pero
allá arriba, en los mundos superiores será siempre un aficionado a los estudios
espirituales, un discípulo ignorante, una pobre sombra mística, un profano, o
en el peor de los casos, un peligroso sujeto. Hay que trabajar con el oro y la
plata; hay que trabajar con la luna y el sol para edificar la Jerusalém
Celestial dentro de cada hombre. El oro y la plata, el sol y la luna, son las fuerzas
sexuales del hombre y la mujer.
La
mujer alquimista tampoco debe llegar hasta el orgasmo fisiológico. Así
transmuta sus energías sexuales y despierta la culebra. El grado más alto que
alcanza la mujer en estos estudios, es el grado de Virgen.
La alquimia
sexual es el arte hermético. El arte hermético es altamente científico, altamente
filosófico y altamente místico. En el arcano doce se halla encerrada toda la ciencia
y la filosofía de la Gran Obra. En el semen Cristónico se esconde el fuego secreto
viviente y filosofal. La mística de la alquimia sexual es la de todos los
viejos iniciados. La filosofía de la alquimia sexual tiene sus principios en la
escuela de los Esenios; en la escuela de Alejandría; en las Enseñanzas de
Pitágoras; en los misterios de Egipto, Troya, Roma, Cartago, Eleusis; en la
sabiduría de los aztecas y de los mayas, etc.
La
ciencia de la alquimia sexual y sus procedimientos hay que estudiarlos en los
libros de Paracelso, Nicolás Flamel, Raymundo Lulio. También encontramos los procedimientos
escondidos entre el velo de todos los símbolos, en las figuras hieráticas de
los viejos jeroglíficos de muchos templos antiguos, en los mitos griegos,
egipcios, etc.
¡Tú!
que buscas la iniciación. ¡Tú! que lees tanto.
¡Tú!
que vives mariposeando de escuela en escuela, siempre buscando, siempre anhelando,
siempre suspirando, dime con sinceridad: ¿Ya despertaste el Kundalini? ¿Ya abriste
las siete iglesias de tu médula espinal? ¿Ya encarnaste el Cordero? ¡Tú! que
buscas, dime: ¿Ya dominas los terremotos? ¿Caminas sobre las aguas? ¿Controlas
los huracanes? ¿Calmas las tempestades? ¿Parlas en el lenguaje de oro? ¿Ves en
los mundos superiores, y sois capaz de estudiar toda la historia de la tierra y
de sus razas, en los archivos sellados de la naturaleza?
Contéstame,
hermano lector. Sé sincero contigo mismo. Pon la mano en tu corazón y contéstame
con sinceridad: ¿Te has realizado? ¿Estás seguro que con tus teorías te convertirás
en un dios.? ¿Qué has logrado? ¿Qué has conseguido con todas tus teorías? El
pobre siervo que escribe este libro es un iniciado en los misterios lemures,
egipcios, tibetanos, etc., y jamás conoció en la historia de los siglos a algún
Maestro auténtico que se hubiera podido Crístificar sin practicar magia sexual.
Si tú
tienes esperanza de liberarte, de realizarte, de cristificarte sin practicar
magia sexual, eres digno de piedad, mereces compasión, eres un imbécil. Hay que
transmutar el plomo de la personalidad en el oro purísimo del espíritu.
La sal
(materia) y el azufre (fuego), son urgentes para preparar el mercurio
filosófico (semen). A este mercurio hay que transmutarlo y sublimarlo hasta el
corazón. En el corazón está el Cristo. En el corazón se mezclan las fuerzas que
vienen de arriba con las que suben de abajo. Lo de abajo debe mezclarse con lo
de arriba, para que lo de abajo suba a los mundos superiores de la Gran Luz.
Así es
como logramos el ligamen de la cruz con el triángulo. La cruz hombre debe ligarse
con el triángulo espíritu, mediante el oro potable (fuego sagrado del sexo).
Estos son los doce fundamentos de la Jerusalém Celestial.
El
hombre que se forma entre el vientre materno es el resultado del acto sexual,
no es el resultado de ninguna teoría, ni de ninguna escuela. El hombre es hijo
de un macho y de una hembra. Hubo besos, hubo amor, hubo un varón, hubo una
mujer y también hubo un coito que te engendró y esa madre que te parió.
¿Por
qué te olvidas de eso? ¿Con qué teoría te engendraron? ¿Por qué quieres ahora nacer
como un Maestro del Gran Día en los mundos de la luz, excluyendo el Phalo y el útero?
Lo natural es lo natural, querido lector; no cometas el error de querer nacer
con teorías. Nadie puede nacer por las patas, ni comer con las rodillas. Cada
cosa en su lugar. Cada cosa con su cosa.
Lo que
es natural es natural. El nacimiento del Hijo del Hombre es sexual ciento por ciento.
Si a pesar de todo lo que te decimos, tú tienes todavía esperanzas de lograr la
iniciación con el famoso sistema fuelle -a base exclusiva de ejercicios
respiratorios-, el tiempo y los años os van a probar que estáis equivocado, y
rodaréis al abismo inevitablemente.
El
sistema fuelle, los asanas, las kriyas, etc., son magníficos, son maravillosos,
no los podemos subestimar, son coayudantes útiles para el despertar de los
chacras y la limpieza de los canales nerviosos, etc. Pero si el yogui no
practica magia sexual se hundirá en el abismo, aun cuando sea fanático del
sistema fuelle.
"Y
el que hablaba conmigo, tenía una medida de una caña de oro para medir la
ciudad, y sus puertas, y su muros" (Ap. 21: 15). La caña de oro es la
espina dorsal del hombre.
A lo
largo del canal medular suben los fuegos espinales. El desarrollo, ascenso y evolución
del Kundalini es dificilísimos. Cada una de la treinta y tres vértebras espinales
corresponde a las treinta y tres cámaras sagradas del templo. Los fuegos espinales
están controlados por los fuegos del corazón. El Kundalini sube muy lentamente
basado en magia sexual y santificación. Cada vértebra tiene sus virtudes y sus
pruebas. Es imposible lograr el ascenso a cualquier vértebra sin el permiso de
los fuegos cardiacos. Los méritos del corazón controlan el ascenso del
Kundalini.
El Gurú
que no haya recibido la caña, no es un Gurú verdadero. Todo iniciado que levanta
la serpiente sobre la vara recibe la caña. La ciudad y las puertas y su muro
deben ser medidos con la caña. La Jerusalém de todo hombre debe ser medida con
la caña. El maestro que todavía no ha despertado el Kundalini, es un falso
profeta.
Existen
tres vestíbulos: Primero, el vestíbulo de la ignorancia. El segundo, el
vestíbulo del estudio. Tercero, el vestíbulo de la sabiduría.
En el
primer vestíbulo viven las multitudes humanas. En el segundo vestíbulo están todas
las teorías, escuelas, logias, ordenes, etc. El tercer vestíbulo es el de la
sabiduría.
En este
vestíbulo encontramos al Maestro y al Dios Interno que nos conducen a la Gran Luz.
Cuando
estamos en el segundo vestíbulo, estudiamos astrología, yoguismo, teosofía, etc.
Entonces
estamos buscando; visitamos escuelas, mariposeamos de flor en flor. Cada flor es
una secta, teoría, escuela, logia, etc.; y así hay gentes que pasan muchas reencarnaciones
buscando, curioseando aquí y acullá leyendo, etc.
Cuando
el estudiante cansado de suspirar quiere al fin saber, se mete por la puerta angosta,
estrecha y difícil. Esa puerta es el sexo. Entonces es cuando realmente estamos
en la tercera sala. La Sala de la Sabiduría. En esta sala encontramos al Dios
Interno y al Gurú que nos conduce a la Gran Realidad. Necesitamos edificar la
Jerusalém Celestial sobre la piedra viva.
"Y
la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su
anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios, la largura y la
anchura y la altura de ella son iguales" (Ap. 21: 16).
Hemos
llegado a la cuadratura del circulo, al movimiento perpetuo. La ciudad está situada
puesta en cuadro. Esto nos recuerda al Santo Misterioso Tetragrammaton, el Santo
Cuatro.
Si
exploramos profundamente el interior de nuestro Ser Divinal, hallamos tres profundidades.
Esas tres profundidades emanan del punto matemático. Es urgente saber que ese
punto es un átomo súper divino del Espacio Abstracto Absoluto. El nombre cabalístico
de ese átomo es el de "Ain Soph".
Las
tres profundidades Crísticas que llevamos dentro, emanan del Ain Soph. Este es
el ternario emanado del punto matemático. 3 + 1 = 4. Tres más uno es igual a
cuatro. He aquí el Santo Tetragrammaton.
El
Dragón de Sabiduría (el Cristo Interno) emanó del Ain Soph, y volverá al Ain
Soph.
La
ciudad está puesta en cuadro porque es el templo perfecto del Cordero. Y él
midió la ciudad con la caña, doce mil estadios. El número doce mil se
descompone cabalísticamente así: 12,000 = 1 + 2 = 3. He ahí el ternario, el
Cordero que emanó de un átomo súper divino.
El Adorable
resplandece dentro de los vehículos internos de todo aquel que se haya Crístificado.
Eso es amor.
Es
imposible edificar la Nueva Jerusalém sin el Santo Cuatro.
El
nombre del Eterno tiene cuatro letras hebraicas: IOD,
HE, VAU, HE.
Estos
son los cuatro vientos. Pocos son los que saben pronunciar este nombre como es debido.
Todo aquel que quiera edificar la Nueva Jerusalém, debe despertar el fuego sagrado
del Kundalini. La serpiente Pentecostal es el INRI, el Azoe. El sol es su
padre, la luna su madre, el viento la llevó en su vientre, y la tierra
filosófica fue su nodriza.
El
alquimista que quiera edificar la Nueva Jerusalém, debe trabajar en su
laboratorio con el azufre (fuego), el azoe (aire), el mercurio (agua) y la
tierra.
La Gran
Obra esta simbolizada por el león (fuego), el águila (aire), el hombre (agua) y
el toro (tierra).
Estos
cuatro elementos forman la Cruz de la Iniciación. Sabed vosotros que la cruz de
la iniciación se recibe en el Templo-Corazón.
Debemos
trabajar con los elementales del fuego, de los aires, de las aguas y de la
tierra, en la Montaña Sagrada. Esa Montaña Sagrada ya sean los Himalayas o los
Alpes o la Cordillera Andina, simboliza la médula espinal con sus treinta y
tres vértebras. En la Montaña Sagrada debemos ser alquimistas. Sólo así podemos
recibir la iniciación en el Templo-Corazón. Necesitamos transmutar el plomo en
oro para edificar la Nueva Jerusalém.
Las
salamandras encienden el fuego y fecundan a las ondinas del agua para que nazca
la vida.
Los
gnomos o pigmeos que habitan entre la Gran Cordillera, transmutan el plomo en oro.
Los silfos alegres y juguetones animan el fuego para que la Gran Obra se
realice.
El
recipiente debe estar herméticamente cerrado, para impedir a toda costa que la materia
prima se derrame. Así es como el plomo de la personalidad se transmuta en el oro
vivo del espíritu. El recipiente debe estar animado por el fuego de las
salamandras.
"Cuece
y recuece y vuelve a cocer, y no te canses de cocer".
Los
silfos del aire animan las llamas del pensamiento. Los gnomos transmutarán el plomo
de tus pasiones en el oro del espíritu, y las ondinas, a veces pasionales, se moverán
dichosas entre la materia prima o esperma universal.
Las
criaturas del fuego, del aire, de las aguas y de la tierra, no pueden estar
ausentes en la Gran Obra. Sin las criaturas de los cuatro elementos no se puede
transmutar el plomo en oro.
Los
gnomos no podrían transmutar el plomo en oro, sin agua y sin ondinas. El agua y
las ondinas deben ser fecundadas y calentadas por el fuego abrasador de las salamandras.
Sólo así es posible evaporar las aguas, y transmutar el plomo de la personalidad
en el oro purísimo del espíritu. Sin la mística acción de los silfos, el alquimista
se desanima y la Gran Obra fracasa. Estas criaturas de los cuatro elementos están
dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Todo Maestro de transmutaciones metálicas
edifica la Jerusalém Celestial.
"Y
la ciudad esta situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su
anchura ".
Sin el
Santo Cuatro es imposible edificar la Nueva Jerusalém.
IOD, es el
hombre; HE, la mujer; VAU, el
Phalo; HE, la Vulva.
Con el
Santo Nombre del Eterno se escriben las cosas inefables. Y los animales vienen y
se van. Las cuatro letras sagradas se mueven y combinan en toda la creación.
"Y
midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, medida de hombre, la cual es de ángel"
(Ap. 21: 17). 144 = 1 + 4 + 4 = 9. esta es la novena esfera (el sexo).
Hay que
bajar a la novena esfera (el sexo), y trabajar con el fuego y el agua, origen
de mundos, bestias, hombres y dioses. Toda iniciación auténtica blanca,
comienza por allí.
A la
novena esfera bajaron todos aquellos que lo encarnaron. Hermes, Jesús, Krishna,
Rama, etc. A la novena esfera bajaron también Budha, Dante, Pitágoras, etc.
Hilariux IX dice que el descenso a la novena esfera era, en los antiguos
misterios, la prueba máxima para la suprema dignidad del Hierofante.
El
nueve es medida de hombre, la cual es de ángel. Nueve meses permanecemos entre
el vientre materno. Sólo en la novena esfera puede nacer el Hijo del Hombre. No
se ha conocido jamás ángel que no haya nacido en la novena esfera.
Aquel
que quiera cortar la cabeza a la Medusa (el yo) debe bajar a la novena esfera.
Aquel
que quiera encarnar al Cristo, tiene que bajar a la novena esfera. Aquel que quiera
disolver el yo debe bajar a la novena esfera. La novena esfera es el Sanctum Regnum
de la omnipotencia divina del Tercer Logos. En la novena esfera hallamos la El Mensaje de fragua
encendida de Vulcano.
Todo
pichón que trabaje en la Gran Obra, debe apoyarse en su báculo, alumbrarse con su
propia lámpara y envolverse en su manto sagrado. Todo pichón debe ser prudente.
Si queréis encarnar al Cristo, sed como el limón. Huid de la lujuria y del
alcohol. Matad hasta las más íntimas raíces del deseo.
"Y
el material de su muro era de jaspe; mas la ciudad era de oro puro, semejante
al vidrio limpio" (Ap. 21: 18).
Sólo
con la piedra filosofal (el sexo) podemos levantar el muro de la Nueva
Jerusalém.
Mas la
ciudad (los vehículos internos del hombre) era de oro puro, semejante al vidrio
limpio. Los leones de oro adornan los tronos de los reyes divinos. El oro
simboliza al fuego sexual del Kundalini.
El oro
potable (fuego Pentecostal) es semejante al vidrio líquido flexible, maleable.
Ese vidrio es el semen Cristónico. Los fuegos dorsales son pentecostales. Los
fuegos del corazón son Crísticos y en la frente centellean terriblemente los
rayos del Padre.
"Y
los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra
preciosa. El primer
fundamento, era jaspe (la piedra filosofal); el segundo,
zafiro; el tercero, calcedonia;
el cuarto esmeralda;
el quinto,
sardónica; el sexto,
sardio; el noveno,
topacio;
el décimo,
crisoprasa; el undécimo,
jacinto; el duodécimo,
amatista" (Ap. 21: 19, 20). Cada una de estas piedras
representa determinadas virtudes. Todas estas piedras sagradas adornan la
espada de justicia.
Existen
nueve iniciaciones de misterios menores y siete grandes portales de misterios mayores.
Todas las iniciaciones las recibe el íntimo. El Testamento de la Sabiduría
dice: "Antes de que la falsa aurora amaneciera sobre la tierra, aquellos
que sobrevivieron al huracán y a la tormenta, alabaron al íntimo, y a ellos se
les aparecieron los Heraldos de la Aurora".
El yo
no recibe iniciaciones. La personalidad humana no recibe nada. Sin embargo, el yo
de muchos iniciados se llena de orgullo diciendo: Yo soy un maestro, yo tengo
tantas iniciaciones. El yo se cree iniciado y goza reencarnándose
"dizque" para perfeccionarse.
El yo
no se perfecciona jamás. El yo se reencarna para satisfacer deseos. Eso es
todo.
Las
experiencias de cada reencarnación complican al yo y lo vuelven cada vez más perverso.
La evolución es un proceso de complicación de la vida. Conforme vamos disolviendo
al yo, recibimos las piedras preciosas. En los mundos superiores el íntimo recibe
sus piedras sagradas: anillos, cadenas, joyas inefables adornadas con las
sagradas piedras, etc.
Cualquier
mala acción es suficiente como para perder ciertas piedras sagradas, lo cual significa
pérdida de grados. Un iniciado que obligaba a su mujer a realizar el acto
sexual estando enferma, estuvo a punto de perder un zafiro de su espada.
Afortunadamente el iniciado supo obedecer cuando fue advertido por la Logia
Blanca.
El yo
es memoria, manojo de recuerdos, polvo de los siglos. Conforme lo vamos disolviendo
recibimos grados y piedras preciosísimas. Cuando el Dragón de Sabiduría ha
disuelto el yo, entonces los diez Sephirotes resplandecen como piedras
preciosas en su inefable cuerpo de gloria.
Primero
debemos decapitar al yo con la espada, en la fragua encendida de Vulcano.
Después
comenzamos a morir lentamente. El yo se va disolviendo a base de alquimia y rigurosa
comprensión. Eso es revolución total.
"Y
las doce puertas eran doce perlas; en cada una, una; cada puerta era de una
perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio transparente"
(Ap. 21: 21).
La
perla es lunar. El sexo es lunar. Las doce perlas simbolizan el fuego sexual de
Pentecostés resplandeciendo en las doce facultades del hombre. La plaza de la Jerusalém
Celestial es de oro puro como vidrio transparente. La Jerusalém humana tiene doce
puertas, doce vehículos.
Los
hermanos teosofistas han estudiado el septenario del hombre. Todo Crístificado tiene
doce cuerpos, doce vehículos que lo conectan a la Gran Realidad. Existen doce esferas
energéticas donde vive y se desenvuelve una humanidad solar. Así, pues, la Jerusalém
Celestial tiene doce puertas, y cada puerta es una perla, una región o mundo.
También
existe un Cinturón Zodiacal con doce constelaciones. La Jerusalém Nueva, la tierra
de la futura sexta raza se está gestando entre la matriz zodiacal. Toda
evolución comienza en Leo y termina en Leo.
La
plaza de la ciudad es de oro puro (fuego sagrado), como el vidrio, flexible,
maleable, llamado también semen Cristónico. De ese vidrio líquido se levanta el
fuego Pentecostal. Todos los doce vehículos de un Crístificado resplandecen
gloriosamente entre el fuego y la luz del espacio infinito. Esa son las doce
perlas. Esa es la Jerusalém Celestial.
Cada
habitante de la Nueva Jerusalém será por si mismo una verdadera Jerusalém Celestial.
"Y
no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso (el Ser Interno) es el templo
de ella y el Cordero" (Ap. 21: 22).
Este
versículo no significa que dejen de existir los templos cósmicos de instrucción
interna. La cuestión es más profunda: En la Nueva Jerusalém las siete
religiones actuales y las cinco mil sectas ya no tendrán razón para existir,
porque el Cordero habrá encarnado en todo hombre. Esa será la edad del Cristo.
"Y
la ciudad no tenía necesidad de sol (físico), ni de luna (física) para que resplandezcan
en ella; porque la claridad de Dios la iluminó; y el Cordero era su lumbrera"
(Ap. 21: 23).
"Y
las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella y los reyes
de la tierra (los iniciados), traerán su gloria y honor a ella" (Ap. 21:
24).
"Y
sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche" (Ap.
21: 25).
"Y
llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella" (Ap. 21: 26).
"No
entrará a ella ninguna cosa sucia, o que hace abominación y mentira; sino solamente
los que están escritos en el libro de la vida del Cordero" (Ap. 21: 27).
SAMAEL AUN WEOR
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