viernes, 6 de octubre de 2023

PISTIS SOPHIA CAPÍTULO 111.5 EL EGO


111.5 El ego

Después de esto, el ego inventa y siente todos los pecados que los regidores del gran Destino han designado para el alma, y el ego los realiza.

 

Patentizada en la materia corporal la naturaleza de los componentes esenciales referidos, el ego aventura las circunstancias oportunas, seleccionando los escenarios apropiados para que el alma humana sea tentada, y si ésta es incauta y desprevenida, llega a cometer los pecados de cuyas trampas no haya sido capaz de liberarse.

 

El Íntimo impulsa al alma a buscar la región de la Luz y la Divinidad; y el ego la impulsa en el sentido contrario y la compele continuamente a cometer hechos contra la Ley, ocasionando todos los daños y cometiendo todos sus pecados, y así persistentemente está contra el alma y le es hostil, haciéndole cometer todos sus errores y todos sus pecados.

 

Así explicado tan claramente por el Salvador Jeú Mikael, queda establecido -con enunciados y fórmulas precisas - que el Ser Íntimo impulsa a su materia corporal mediante el Alma Humana a procurar su Iniciación en la Luz hasta encontrar la plena Realización en la propia Divinización que se halla disponible a la sola condición de ejercer su buena Voluntad en forma ordenada y estricta disciplina; en cambio, el ego impele al humano a infringir permanentemente la Ley, ocasionando toda clase de daños a su propia naturaleza, y en su obstinación, hostiliza al alma con persistencia para que incurra en toda clase de errores y pecados.

 

 

 

E incita a los servidores retributivos para que presencien todos los pecados que le hará cometer. Además, durante el descanso del día o de la noche, le induce sueños y deseos del mundo, y la hace codiciar todas las cosas del mundo. En una palabra, empuja al alma a hacer todas las cosas que los regidores han designado para ella, y hostiliza al alma obligándola a hacer lo que no quiere.

 

Además, el ego incita a los Servidores Retributivos para que comprueben todos los pecados que cometerá el humano bajo su hipnótico influjo, no sólo en el ámbito de la materia tridimensional, si no que también, merced al ensueño sobreviniente por el apego a las cuestiones propias del mundo, le empuja a realizar sus errores de vidas pasadas en forma recurrente e inexorable, aunque aquél intente resistirse, salvo que cuente con el apoyo y recaudos de una auténtica Revolución Consciencial.

 

Este es de hecho, María, el enemigo del alma que la empuja hasta hacerla cometer todos los pecados.

 

Por consiguiente, debe quedar muy bien aclarado, que ya desde los orígenes mismos de la ortodoxia doctrinal que sintetizó el Adorable Salvador, se definió al ego como el verdadero enemigo del Alma, contraponiéndose al Ser, que es la Divina Naturaleza inherente a cada Chispa de la Creación.

111.6 El estado del alma pecadora después de la muerte

Si el tiempo de ese hombre se ha completado, primero sale el destino y lo conduce a la muerte por medio de los lazos que lo atan al destino.

 

La situación de un humano en la tridimensionalidad espacial, después de haber desaprovechado toda una existencia sin buscar la Luz, y como consecuencia de agotarse el tiempo que le corresponde al alma manifestarse corporalmente, la fuerza del destino conduce al fracasado a su consiguiente desencarnación, arrastrado por sus lazos karmáticos a los cuales se halla inevitablemente atado.

 

 

Después vienen los recibidores distributivos y sacan el alma del cuerpo. Luego éstos emplean tres días circulando con esa alma por todas las regiones y la despachan a todos los eones del mundo. Y el ego y el destino siguen detrás del alma, y el poder retorna a la Virgen de Luz.

 

Los Recibidores distributivos que liberan el alma del cuerpo, son en realidad quienes determinan con su accionar la desencarnación de las personas, y ya con el alma fuera de la prisión material, pasean a ésta durante tres días recorriendo las regiones por todos los eones, mientras que el ego y el destino le acompañan por detrás hasta agotar sus influjos, que es el momento en el cual el Poder que tenían atrapado, queda liberado y retorna a su origen emanante, esto es, a la Virgen de Luz.

 

Y después de tres días los recibidores retributivos bajan el alma al Amenti del caos; y cuando la han llevado al caos, se la entregan a quienes han de castigarla.

Y los servidores retributivos regresan a sus propias regiones de acuerdo a la economía de los trabajos de los regidores, relacionado con la salida de las almas.

 

Transcurridos los tres días asignados al efecto, durante los cuales el alma debe recorrer los eones reviviendo aceleradamente los aspectos descollantes de su última existencia, los Recibidores retributivos la llevan hasta los infiernos del caos, donde debe padecer los castigos que correspondan a sus faltas y omisiones culposas.

Entregada el alma a purgar su respectivo karma, los Servidores retributivos retornan a sus Regiones correspondientes, acumulando en sus haberes cósmicos el caudal o economía que por tal obra en la rendición de cuentas por las almas ante la Gran Ley, le retribuirán los Regidores del Destino.

 

Y el ego se convierte en el recibidor del alma, siendo asignado a transferirla de acuerdo a los castigos por los pecados que él mismo le ha hecho cometer, manteniéndose en gran enemistad con el alma.

 

Es así como el ego se convierte en el recibidor del alma, fiscalizando que ésta deambule por las pestilentes mazmorras en las que debe pagar sus errores que el

mismo defecto le indujo a realizar, debido a lo cual se genera una poderosa enemistad entre ambos.

 

Y cuando el alma ha terminado de recibir sus castigos en el caos, de acuerdo con los pecados que ha cometido, el ego la saca del caos y la transfiere a cada una de las regiones de acuerdo con los pecados que haya cometido, para luego ser conducida por los Recibidores retributivos ante los Regidores del Medio. Y cuando ha llegado ante éstos, le hacen preguntas sobre los Misterios del Destino; y si el alma no los ha encontrado, le preguntan al Destino. Y los regidores castigan a esa alma de acuerdo con los pecados de los cuales sea culpable. IO os explicaré lo que son esos castigos a la expansión del Universo.

 

Cuando el alma ha terminado de recibir los castigos purificatorios al interior de sus particulares infiernos, los mismos que se escenifican en el caos, concordantes a sus pecados cometidos, y a cuyo efecto la imantación de cada uno de los egos recrea ante la visión del desencarnado la dolorosa crudeza de su accionar y efectos, finalmente es conducida por los Recibidores retributivos ante sus Testigos Íntimos, quienes tienen la potestad de auscultar el Libro de la Vida (La Columna Vertebral unida al Cerebelo) cuyas páginas integran los Archivos Cósmicos del alma, para que se verifique la existencia de los Misterios, y en caso negativo, inquirir a los Señores del Destino cuáles fueron las causales de tal fracaso, sin que pueda alegarse ninguna contemporización o escapatoria excusa, debiendo el pecador recibir los castigos que en justicia le correspondan. El Adorable Jeú Mikael hablará al final con claridad respecto a la reacción punible de la Gran Ley. ¡Ojo! que ya está ocurriendo este hecho con la expansión del Universo.

 

111.7 De cómo un alma pecadora vuelve a nacer

 

Cuando el tiempo de los castigos a esa alma en los juicios de los Regidores del medio se ha completado, el Ser saca su alma de todas esas regiones y la atrae hacia la Luz del Sol, de acuerdo con el Mandato del Primer Hombre, Jeú, y la conduce ante su Juez, la Virgen de Luz. Y ella examina esa alma y si encuentra que es pecadora, imprime sobre ella su Rayo de Poder para que se mantenga erguida en su forma corporal y con su sentido común; el significado de esto, os lo diré a la expansión del Universo. Y la Virgen de Luz sella esa alma y se la entrega a uno de los recibidores, quien le asignará un cuerpo de acuerdo con los pecados que haya cometido.

 

Luego de transcurrido el tiempo durante el cual el alma humana ha recibido los castigos que ha merecido purgar, de conformidad a los juicios que, al tenor de la gravedad de los egos que hubiese desarrollado y alimentado en la más reciente existencia, previamente le han sustanciado sus propios Testigos Íntimos, y luego al encontrarse ya purificada, recibe el auxilio directo del Ser, quien libra a Pistis Sofía de esas regiones, atrayéndola hacia sí de acuerdo a lo establecido en Mandato Supremo por el Misericordioso Jeú Mikael, para enseguida ser llevada ante la Virgen de Luz, constituida en Juez en virtud a calificar a las almas mediante el grado de pureza y gracia obtenidas en el tránsito por la materia.

Examinada que ha sido el alma, y encontrándosela pecadora, con infinita Piedad, la Madre Bendita particular le otorga su Rayo de Poder a fin de sostenerla en el presente ciclo humano, teniendo la oportunidad de erguirse triunfal hacia el Ser, como consecuencia de purificarse con la bendita Renunciación. A continuación, la Virgen de Luz sella esa Alma con su Glorioso Signo, a fin de que los Recibidores retributivos le asignen un cuerpo físico acorde con su correspondiente karma.

 

Y en verdad os digo: No redimirán esa alma de sus cambios de cuerpos hasta que haya terminado su último circuito, de acuerdo a sus méritos. De todo ello os hablaré y os diré el significado de los cuerpos en los que será depositada, de acuerdo con los pecados de cada alma. Todo esto os lo explicaré cuando os haya develado la expansión del Universo.

 

Y sentencia el Salvador que esa Alma no será librada de retornos a la materia mientras no cumpla todos sus ciclos existenciales, con la finalidad de favorecerla para que experimente la mayor cantidad de oportunidades acumulando méritos, para finalmente obtener la ansiada Redención. Sobre esta cuestión que aparenta ser paradojal e inexplicable para la razón humana, el Salvador se refiere con amplitud, cuando al final de la presente obra, explica sobre la expansión del Universo.

 

V.M.K. A.Z.F.  EL TAWA MANU

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