CAPÍTULO XXVIII LA RAMERA Y LA BESTIA
Y
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vino uno de los siete ángeles que tenía las
siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación
de la grande ramera (la humanidad), la cual está sentada sobre muchas aguas.
Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra
se han embriagado con el vino de su fornicación" (Ap. 17: 1, 2).
"Y me llevó en
Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia bermeja (la gran
bestia cuyo número es 666), llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas
y diez cuernos" (Ap. 17: 3). Las siete cabezas de la bestia son los siete
pecados capitales, y los diez cuernos significan que la bestia sube del abismo
y rodará al abismo.
"Y la mujer
(la gran ramera) estaba vestida de púrpura y de escarlata (así se simboliza en
los mundos internos), y dorada con oro y adornada de piedras preciosas y de
perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la
suciedad de su fornicación (Ap. 17: 4).
"Y en su
frente un nombre escrito, un misterio: Babilonia la grande, la madre de las fornicaciones
y de las abominaciones de la tierra" (Ap. 17: 5).
"Y vi la mujer
embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús:
y cuando la vi quedé maravillado de grande admiración" (Ap. 17: 6).
"Y el ángel me
dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia
que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos" (Ap. 17: 7).
"La bestia que
has visto, fue y no es, y ha de subir del abismo y ha de ir a perdición; y los
moradores de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida
desde la fundación del mundo, se maravillarán viendo la bestia que era y no es,
aunque es" (Ap. 17: 8).
"Y aquí hay
mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales
se asienta la mujer" (Ap. 17: 9).
Los siete pecados
capitales: ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza y gula, se relacionan
con los siete sub-planos o regiones tenebrosas del abismo, esos son los siete montes
sobre los cuales se asienta la gran ramera.
"Y son siete
reyes (los siete reyes del Edém). Los cinco son caídos, el uno es, el otro aún
no es venido; y cuando viniere, es necesario que dure breve tiempo" (Ap.
17: 10).
Los cinco
principios inferiores alma, mente, cuerpo astral, cuerpo etérico y físico, son caídos.
El hombre está caído. El sexto principio (alma-conciencia) o BUDHI, no se cae jamás,
y gobernará en la sexta raza.
Cuando el reinado
del séptimo principio venga, durará breve tiempo. Entonces habrá una raza
divina: la séptima. El séptimo principio es el íntimo.
"Y la bestia
que era y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición"
(Ap. 17: 11).
La bestia que era y
no es, es también el octavo, es la sombra de los siete Sephirotes, es el
abismo.
"Y los diez
cuernos que has visto, son diez reyes que aún no han recibido reino; mas tomarán
potencia por una hora como reyes con la bestia" (Ap. 17: 12).
Los diez cuernos de
la trágica rueda subirán y bajarán, girarán con la rueda de la compensación,
suben del abismo, se imponen y mandan como diez reyes, para rodar al abismo
cuando la rueda del Némesis completa su vuelta fatal.
"Ellos son
(los diez cuernos) y tienen un consejo, y darán su potencia y autoridad a la bestia"
(Ap. 17: 13).
"Ellos
pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de los
señores, y el Rey de los reyes; y los que están con él son llamados, y
elegidos, y fieles" (Ap. 17: 14).
"Y él me dice:
Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, y muchedumbres,
y naciones, y lenguas" (Ap. 17: 15).
"Y los diez
cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la harán desolada
y desnuda; y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego" (Ap. 17: 16). Al
girar fatal de la trágica rueda de la compensación, la ramera quedará desolada
y desnuda, y los diez cuernos trágicos se comerán sus carnes y la quemarán con
el fuego de la fornicación entre las tinieblas del abismo.
"Porque Dios
ha puesto en sus corazones ejecutar lo que le plugo, y el ponerse de acuerdo, y
dar su reino a la bestia, hasta que sean cumplidas las palabras de Dios"
(Ap. 17: 17).
"Y la mujer
que has visto es la grande ciudad que tiene reino sobre los reyes de la
tierra"
(Ap. 17: 18).
La gran ciudad
trágica es Babilonia la Grande, la madre de todas las fornicaciones y abominaciones
de la tierra: La perversa civilización moderna.
¡Ay de aquellos que
no escuchen la palabra escrita en este libro! ¡Ay de los moradores de la tierra!
¡Ay, Ay, de
aquellos que traicionen la Obra de mi Padre!
CAPÍTULO XXIX CAÍDA ES BABILONIA
Y
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después de estas cosas vi otro ángel descender
del cielo teniendo grande potencia; y la tierra fue alumbrada de su
gloria" (Ap. 18: 1).
"Y clamó con fortaleza
en alta voz, diciendo: Caída es, caída es la grande Babilonia (la civilización
perversa de esta raza), y es hecha habitación de demonios y guarida de todo
espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles" (Ap. 18:
2). Aves del crimen, buitres de la guerra, aves de rapiña y del odio, etc.
"Porque todas
las gentes han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la
tierra (los potentados del mundo), han fornicado con ella, y los mercaderes de
la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites" (Ap. 18: 3).
"Y oí otra voz
del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío (gente iniciada en los misterios
Crísticos), porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus
plagas" (Ap. 18: 4).
Y serán sacados
secretamente los justos de entre esta gran ciudad. Y serán llevados en naves
interplanetarias antes del gran cataclismo.
Perecerán los
perversos moradores de la tierra "porque sus pecados han llegado hasta el cielo,
y Dios se ha acordado de sus maldades" (Ap. 18: 5).
Los justos vivirán
en otro planeta mientras la tierra pasa por una gran transformación geológica.
Más tarde ellos retornarán a este inundo para formar la sexta raza. Babilonia la
grande se convertirá en cenizas y sangre.
"Tornadle a
dar como ella os ha dado, y pagadle al doble según sus obras; en el cáliz que
ella os dio a beber, dadle a beber doblado. Cuanto ella se ha glorificado, y ha
estado en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su
corazón: yo estoy sentada reina y no soy viuda, y no veré llanto" (Ap. 18:
6, 7).
"Por lo cual
en un día vendrán sus plagas: muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego;
porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará" (Ap. 18: 8). La Gran
Ramera recoge el fruto de sus malas obras. El que siembra rayos, recoge
tempestades. Esa es la ley. La gran ramera cosechará el fruto de sus maldades.
La gran ramera será
quemada con el fuego de la guerra atómica, y con el fuego cósmico que con el
choque planetario, convertirá al mundo en una masa de fuego y vapor de agua.
Todo esto se
cumplirá en la Nueva Era Acuaria. Antes del cataclismo final veréis cosas espantosas.
El Vaticano será destruido. Las grandes ciudades del mundo serán reducidas a
cenizas, sangre y ruinas, los dineros no valdrán, y los seres humanos se
matarán por un mendrugo de pan. La gran Babilonia se convertirá en polvo.
"Y llorarán y
se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra (los potentados del oro y de la
plata; los señores del petróleo y los buitres de la guerra), los cuales han
fornicado con ella y han vivido en deleites, cuando ellos vieren el humo de su
incendio, estando lejos (tratando de huir del desastre), por el temor de su
tormento, diciendo: ¡Ay, Ay de aquella gran ciudad de Babilonia; aquella fuerte
ciudad (la civilización moderna), porque en una hora vino tu juicio!" (Ap.
18: 9, 10).
"Y los
mercaderes de la tierra lloran y se lamentan sobre ella, porque ninguno compra más
sus mercaderías. Mercaderías de oro y de plata, y de piedras preciosas y de
perlas y de lino fino, y de escarlata, y de seda, y de grana, y de toda madera
olorosa, y de todo vaso de, marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de
cobre, y de hierro, y de mármol. Y canela, y olores, y ungüentos, y de
incienso, y de vino, y de aceite; y flor de harina y trigo, y de bestias, y de
ovejas, y de caballos, y de carros, y de siervos, y de almas de hombres"
(Ap. 18: 11-13). Hasta con las almas de hombres hacen negocio los mercaderes de
la tierra.
"Y los frutos
del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes
te han faltado, y nunca más las hallarás" (Ap. 18: 14). La guerra atómica acabará
con todo.
Mientras llega la
catástrofe final "los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido se
pondrán lejos de ella (huirán de las ciudades) por temor de su tormento,
llorando y lamentando. Y diciendo: ¡Ay, Ay, aquella gran ciudad (la
civilización moderna), que estaba vestida de lino fino y de escarlata, y de
grana, y estaba dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas!"
(Ap. 18: 15, 16).
"Porque en una
hora han sido desoladas tantas riquezas. Y todo patrón, y todos los que viajan
en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se estuvieron lejos.
Y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era
semejante a esta gran ciudad?" (Ap. 18: 17, 18).
"Y echaron
polvo sobre sus cabezas; y dieron voces llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay,
Ay, de aquella gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en la mar se
habían enriquecido de sus riquezas; que en una hora (la hora del Karma y del
castigo) ha sido desolada!" (Ap. 18: 19).
"Alégrate
sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas; porque Dios ha vengado
vuestra causa en ella" (Ap. 18: 20).
El rayo de la
Justicia cósmica caerá sobre esta perversa civilización de víboras, y no habrá
remedio.
"Y un ángel
fuerte tomó una piedra, como una grande piedra de molino (la piedra filosofal),
y la echó en la mar (el semen Cristónico), diciendo (sellada la profecía): Con tanto
ímpetu será derribada Babilonia (la civilización moderna), aquella gran ciudad,
y nunca jamás será hallada (Ap. 18: 21).
"Y voz de
tañedores de arpas, y de músicos, y de tañedores de flautas y de trompetas, no será
más oída en ti; y todo artífice de cualquier oficio, no será más hallado en ti,
y el sonido de muela no será más en ti oído" (Ap. 18: 22).
"Y luz de
antorcha no alumbrará más en ti, y voz de esposo ni de esposa no será más en ti
oída; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra (los grandes señores
de los negocios); porque en tus hechicerías, todas las gentes han errado"
(Ap. 18: 23).
Hechicería es el
becerro de oro, hechicería es la idolatría, hechicería es el escepticismo del
materialismo dialéctico. Hechicería es explotación de almas, hechicería es
magia negra, brujería, etc.
Por todo esto será
destruida Babilonia la grande, la madre de todas las fornicaciones y abominaciones
de la tierra.
"Y en ella fue
hallada la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido
muertos en la tierra" (Ap. 18: 24).
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