Conferencia
tomada de audio casete, en partes se encuentra cortada; el gnóstico acucioso no
tendrá problema para comprenderla
LA
CONDUCTA PENDULAR DE LA HUMANIDAD
Vamos a comenzar nuestra cátedra de esta noche. Ciertamente,
la humanidad vive entre el batallar de la antítesis, entre la lucha cruenta de
los opuestos: a veces nos encontramos muy alegres, contentos; otras veces nos
hallamos deprimidos, tristes. Tenemos épocas de progreso,
de
bienestar, unos más que otros, de acuerdo con la Ley del Karma; también tenemos
épocas criticasen lo económico, en lo social, etc. Hay veces que nos
encontramos optimistas, con relación a la vida, y hay veces que nos sentimos
pesimistas.
Siempre
se ha visto que a toda época de alegría, de contentamiento, le sigue una
temporada depresiva, dolorosa, etc. Nadie puede ignorar que siempre estamos
sometidos a muchas alternativas en el terreno práctico de la vida. Por lo
común, a las épocas que nosotros denominamos “felices”, siguen épocas
angustiosas. Es la LEY DEL PÉNDULO la que gobierna, realmente, nuestra vida.
Ustedes
han visto, por ejemplo, el péndulo de un reloj: Tan pronto asciende, por la
derecha, como se precipita para ascender por la izquierda. Esa Ley del Péndulo
gobierna también a las naciones, no hay duda.
En
las épocas, por ejemplo, en que EGIPTO florecía a las orillas del Nilo, el
pueblo JUDÍO parecía, no es que parecía, era nómada en el desierto. Mucho más
tarde, cuando el pueblo Egipcio decayó, se levantó victorioso el pueblo
Hebraico, es la Ley del Péndulo. Una ROMA triunfante, se sostiene sobre los
hombros de muchos pueblos, pero después cae, con la Ley del Péndulo, y esos pueblos
ascienden victoriosos.
La
UNIÓN SOVIÉTICA, por ejemplo, se apasionó terriblemente por la DIALÉCTICA
MATERIALISTA, pero ahora el Péndulo comienza a cambiar, está pasando al otro
lado, y como resultado, la Dialéctica Materialista está quedando, o ya quedó
prácticamente arrinconada, ya no tiene ningún valor. Hoy en día, la mayor
producción que tenemos en materia de PARAPSICOLOGÍA, se la debemos a la Unión
Soviética.
Y
está ya comprobado, de acuerdo con los datos, que la Unión Soviética está
produciendo la mayor cantidad de materias relacionadas con la Parapsicología:
Se usa el Hipnotismo en las clínicas, la Parapsicología en todos los
hospitales, etc.
Al
paso que va la Unión Soviética, dentro de poco tiempo habrá pasado,
exactamente, al lado opuesto del Materialismo, se habrá hecho absolutamente
mística y espiritual. Ya lleva ese camino, muchos paladines místicos están descollando,
pues, en Rusia.
¿La
Dialéctica de Carlos Marx? Pues, ha quedado arrinconada, está cayendo,
prácticamente, en el foso del olvido, para dejar su puesto a la Parapsicología
y posteriormente al ESOTERISMO CIENTÍFICO, al Ocultismo, a la Yoga, etc.,
porque el Péndulo está cambiando, está pasando al otro
lado:
De la TESIS a la ANTÍTESIS.
Todos
los seres humanos dependen de la Ley del Péndulo, eso es obvio. Tenemos buenos amigos
y si sabemos comprenderlos, es claro que podremos conservar su amistad; sería
absurdo que nosotros exigiéramos que nuestros amigos no estuvieran jamás
SOMETIDOS A LA LEY DEL PÉNDULO.
Nunca
debe extrañarnos, por ejemplo, que un amigo con el cual hemos tenido siempre
buenas relaciones, resulte de la noche a la mañana con el ceño fruncido,
iracundo, berrinchudo, malgenioso, duro en la palabra, etc., ante nosotros. En
esos casos hay que hacer una venia respetuosa y retirarnos, para que el amigo
tenga tiempo de desahogarse; y por el hecho de que nos haga “mala cara” un día,
no debemos nosotros desanimarnos, antes bien, comprenderlo; porque no hay ser humano
que no esté sometido a la Ley del Péndulo.
Así
pues que vale la pena ser reflexivo. Esta Ley del Péndulo, parece o entiendo
que se hace muy manifiesta, especialmente en los nativos de GÉMINIS (del 21 de
Mayo al 21 de Junio). Estos de Géminis tienen, se dice, una doble Personalidad.
Como amigos son extraordinarios, maravillosos, llegan hasta el sacrificio por
sus amistades, pero cuando cambia la Personalidad, entonces son lo opuesto y
todo el mundo queda desconcertado.
Bueno,
éste es, precisamente, un ejemplo de lo que es la Ley del Péndulo. No quiere
decir que ellos sean únicamente los exclusivos en esta cuestión de la Ley del
Péndulo; no, hasta allá no llegamos. Pero sí por lo menos la especifican, la
ponen de relieve, sirven como de patrón de medida, nos indican lo que, en
realidad de verdad, es tal Ley.
Quienes
conocemos a los nativos de Géminis, sabemos manejarlos. Cuando viene su
Personalidad fatal o negativa a la manifestación, nosotros no ponemos ninguna
resistencia y, pacíficamente, aguardamos que vuelva la Personalidad simpática a
la actividad.
Resulta
interesante todo esto; pero es que la Ley del Péndulo no solamente está
demostrada por los nativos de Géminis,
también la podemos evidenciar en nuestro organismo. Existe un DIÁSTOLE y un
SÍSTOLE en el corazón, es decir, la Ley del Péndulo. “Diástole” deviene de
cierta palabra griega que significa “reorganizar”, “prepararse”, “acumular”,
etc. “Sístole” significa “contracción”, “impulso”, “dirección”, de acuerdo con
ciertas palabras griegas.
Durante
el diástole, el corazón se abre para recibir la sangre, mas también organiza,
prepara, etc., hasta que toma una nueva iniciativa; se contrae y lanza, pues,
la sangre a todo el organismo.
Este
lanzamiento es importante, por él se existe.
Lo
que sí me doy cuenta cabal, es que las gentes comprenden que hay un diástole y
un sístole, pero no entienden que entre el diástole y el sístole existe una
TERCERA POSICIÓN, la de PREPARACIÓN, ordenamiento, acumulación de potencias
vitales, etc.
Se
nos dirá que es muy breve, pues, el intermedio entre el diástole y el sístole.
Acepto: se trata de milésimas de segundo. Para nosotros resulta demasiado
fugaz, pero para ese mundo maravilloso de lo infinitamente pequeño, para ese
mundo extraordinario del microcosmos, pues, es lo suficiente como para
realizarse prodigios.
Mirando
las cosas desde este ángulo, me parece que nosotros deberíamos orientarnos con
la cuestión ésta del diástole y del sístole y su síntesis organizativa; eso es
obvio...
La
gente toda, en sus relaciones o en interrelaciones, vive completamente
esclavizada por la Ley del Péndulo: tan pronto sube con la alegría desbordante,
cantando victoria, como se van al otro lado, deprimidos, pesimistas, angustiados,
desesperados. Hasta parece complicarse toda, de acuerdo con la Ley del Péndulo.
Las altas y bajas de la moneda, subidas y bajadas de las finanzas, las épocas
de maravillosa armonía entre familiares, los tiempos de conflictos y problemas,
se suceden todos, inevitablemente, de acuerdo con esa Ley de Péndulo.
Para
nuestro modo de ver las cosas, podemos asegurar, en forma enfática, que la Ley
del Péndulo es MECANICISTA en un ciento por ciento.
Esa
Ley del Péndulo la tenemos en nuestra mente, en nuestro corazón y también en el
Centro Motor-Instintivo-Sexual. Es obvio que EN CADA CENTRO EXISTE la Ley del
Péndulo.
En
la mente, está perfectamente definida con el BATALLAR DE LAS ANTÍTESIS, en las
opiniones encontradas, etc. En el corazón, con las EMOCIONES ANTITÉTICAS, con
los estados de angustia y de felicidad, de optimismo y depresión. En el Centro
Motor-Instintivo-Sexual, se manifiesta en los HÁBITOS, las COSTUMBRES, los
MOVIMIENTOS: Fruncimos el ceño, estamos adustos cuando nos hallamos deprimidos;
o sonreímos alegres, bajo el impulso, pues, del Centro Motor, cuando nos
hallamos muy contentos, etc. Saltamos, brincamos llenos de alegría por una
buena noticia, o nos tiemblan las pantorrillas ante un peligro inminente: Tesis
y Antítesis del Centro Motor, la Ley del Péndulo en el Centro Motor.
Conclusión:
Somos ESCLAVOS DE UNA MECÁNICA; si alguien nos da palmaditas en el hombro, sonreímos
tranquilos; si alguien nos da una bofetada, contestamos con otra; si alguien
nos dice una palabra de alabanza, felices nos sentimos, pero si alguien nos
hiere con una palabra agresiva, nos sentimos terriblemente ofendidos. Total:
Somos maquinitas sometidas a la Ley del Péndulo, cada cual puede hacer de
nosotros lo que le venga en gana.
¿Quieren
vernos contentos? Dennos unas cuantas palmaditas en el hombro y unas cuantas lisonjas
al oído, y estamos contentísimos. ¿Quieren vernos llenos de ira? Dígasenos una
palabra que nos hiera el amor propio, dígasenos cualquier palabra dura, y nos
verán también ofendidos, iracundos.
Así
pues, la psiquis de cada uno de nosotros, en realidad de verdad, está sometida
a lo que los demás quieran. No somos (eso es triste decirlo), dueños de
nuestros propios procesos psicológicos; cualquiera puede manejar nuestros
procesos psicológicos, somos verdaderas MARIONETAS que cualquiera maneja.
Si
yo quiero tenerlos aquí contentos a ustedes me basta endulzarles el oído,
alabarlos, los tengo felices. Si yo quiero que ustedes queden disgustados
conmigo, me pongo a ofenderlos y entonces ustedes fruncen el ceño, el
entrecejo; ya no me miran “con dulces ojos”, como en este momento me están
mirando, sino en forma iracunda, con “ojos de pistola”.
Pero
si yo quiero volverlos a ver contentos, vuelvo y les digo unas palabritas
dulces y vuelven a estar contentos, y me vuelven a mirar dulcemente.
Conclusión: Se convierten para mí, ustedes, en un instrumento en el que puedo
yo tocar melodías, ya dulces, ya graves, ya agresivas, ya románticas, como
quiera.
Entonces,
¿dónde está, pues, la INDIVIDUALIDAD de las gentes? Pues, no la poseen, si no son
dueños de sus propios procesos psicológicos. Cuando uno no es dueño de sus
mismos procesos psicológicos, no puede decir, realmente, que tiene una
individualidad.
Salen
ustedes, por ejemplo, a la calle; van muy contentos, mientras no halla que les
disguste.
Tal
vez vayan manejando su carrito y por ahí viene un loco, de esos que andan por
la ciudad, y los rebasa por la derecha y se les atraviesa. Esto les ofende
terriblemente. Si ustedes no protestan en ese momento con la palabra, por lo
menos protestan con el claxon pero sin protestar no se quedan.
Es
decir, el del carrito que los rebasó, que los molestó, que los fastidió, los
hizo cambiar totalmente. Si iban contentos, se llenaron de ira; entonces, el
del carrito pudo más sobre ustedes, pues, pudo manejar su psiquis y ustedes no
pudieron.
¿Van
viendo, pues, la Ley del Péndulo? Bueno, ¿habría alguna forma de escaparse uno
de esta terrible Ley Mecánica del Péndulo? ¿Creen ustedes que hay alguna manera
de escapar? Si no la hubiera, estaríamos condenados a vivir una vida mecánica
“per séculum seculorum, amen”...
Obviamente,
que tiene que haber algún sistema que nos permita evadir esa Ley, o manejarla.
Existe,
realmente: Tenemos que aprehender, volvernos COMPRENSIVOS, REFLEXIVOS, aprender
a ver las cosas, en la vida, tal como son.
Obviamente,
que cualquier cosa en la vida, tiene DOS CARAS. Una superficie cualquiera, nos está
indicando la existencia de una cara opuesta; eso es incuestionable. El anverso
de una medalla, nos sugiere el reverso de la misma. Todo tiene dos caras; las
Tinieblas son lo opuesto de la Luz. En los Mundos Suprasensibles, puede
evidenciarse que al lado de un Templo de Luz, existe siempre un Templo
Tenebroso; eso es claro.
Pero,
¿por qué cometemos nosotros el error de alegrarnos ante algo positivo y de
protestar ante algo negativo, si son las dos caras de lo mismo? Pienso que el
error más grave de nosotros consiste, precisamente, en no saber mirar las dos
caras de cualquier cosa, o de cualquier circunstancia, etc. Siempre vemos nada
más una cara, nos identificamos con ella, sonreímos; pero cuando se nos
presenta la antítesis de la misma, protestamos, rasgamos nuestras vestiduras,
“tronamos” y “relampagueamos”; no queremos nosotros, en verdad, cooperar con lo
inevitable y ése es nuestro error, precisamente.
Hay
veces que nos apasionamos por un platillo de la balanza y otras veces por el
otro platillo; hay veces que nos vamos a un extremo del Péndulo y hay veces que
nos vamos al otro, y por este motivo no hay paz entre nosotros, nuestras
relaciones son pésimas, conflictivas.
A
toda época de paz le sucede una época de guerra y a toda época de guerra le
sucede una de paz. Somos víctimas de la Ley del Péndulo y eso es doloroso. A
eso se debe, precisamente, la “tempestad de todos los exclusivismos”, la lucha
de clases, los conflictos entre el capital y los trabajadores, etc.
Si
nosotros pudiéramos ver las dos caras de toda cuestión, realmente todo sería
diferente; mas desgraciadamente nos falta comprensión. Si queremos ver las dos
caras de cada cuestión, se hace necesario (a mi modo de entender las cosas),
vivir, no dentro de la Ley del Péndulo sino dentro de un Círculo cerrado, un
CÍRCULO MÁGICO. Imaginemos nosotros un círculo alrededor de nosotros, un
Círculo Mágico.
Por
ese círculo van pasando todos los Pares de Opuestos de la Filosofía:
las Tesis y la Antítesis, las circunstancias agradables y desagradables, las
épocas de triunfo y de fracaso, el optimismo y el pesimismo, lo que llaman
“bueno” y lo que la gente llama “malo”, etc.
Alrededor
de este Círculo Mágico podemos ver un desfile muy interesante: Descubriremos, por
ejemplo, que a toda alegría le suceden, enseguida, estados depresivos
angustiosos, dolorosos.
Cuando
las gentes se carcajean más, las lágrimas son mayores y los llantos peores.
Observen,
habrán visto ustedes que ha habido, en la vida, instante en que todo el mundo
ríe, la familia que todos están contentísimos, que no hay sino carcajadas y
alegría... Mala cosas ésa.
Cuando
uno ve en una familia eso, puede profetizar (seguro de que no va a fallar), de
que a esa familia le aguarda un sufrimiento, en que todos van a llorar.
Eso
es seguro, porque todo es doble en la vida. A la mueca esa de la carcajada, le
sigue otra mueca fatal: La del supremo dolor y el llanto. A los gritos de
alegría, etc., le suceden los gritos de supremo dolor.
Todo
tiene dos caras: la positiva y la negativa, eso es obvio. Este signo, por
ejemplo, Esotérico.
Supongan
ustedes o refléjenlo aquí, en el suelo. Observen en el suelo la sombra, ¿qué se
ve? EL DIABLO, y sin embargo es el signo del esoterismo, pero su sombra,
obviamente, tiene la cara del Diablo. Todo es doble en la vida, no hay nada que
no sea doble.
Cuando
uno se acostumbra a ver las cosas desde el centro de un Círculo Mágico, todo
cambia, se libera de la Ley del Péndulo. En cierta ocasión, tuve yo
el cuerpo físico de TOMÁS DE KEMPIS, escribí en una obra titulada “Imitación de
Cristo”, la siguiente frase: “No soy más porque me alaben, ni menos porque me
vituperen, porque siempre soy lo que soy”... Eso es claro, todo tiene doble
cara: La alabanza y el vituperio, el triunfo y la derrota... Todo tiene dos
caras...
Cuando
uno se acostumbra a ver cualquier circunstancia, cualquier cosa, cualquier
acontecer, en forma íntegra, uni-total, con sus dos caras, pues, se evita en la
vida muchos desengaños, muchas frustraciones, muchas decepciones, etc.
Si
uno trata a una amistad, a un amigo, pues, debe comprender que ese amigo no es
perfecto, que tiene sus agregados psíquicos; que en cualquier momento podría
pasar de amigo a enemigo (lo que es normal, además). Y el día en que eso suceda
de verdad, el día que ese acontecer se realice, ya no pasa uno por ninguna
desilusión, está “curado en salud”; eso es obvio.
Recuerdo
cuando empecé con el Movimiento Gnóstico. Por ahí, unas tres o cuatro personas me
seguían y en verdad yo había puesto todo mi corazón en esta gente, luchando por
ayudarles:
Que
salieran en Cuerpo Astral, que la Meditación, que en el estudio de la Gnosis,
etc. Logré formar cierto grupito; todo aguardaba entonces, menos que alguien
del grupito se retirara, puesto que había venido de lleno, dedicado a formar
ese grupito con mucho amor.
Claro,
cuando uno de los del grupo se retiró, sentí como si me hubieran clavado un
puñal en el corazón. Dije: “Pero si yo he luchado tanto por este amigo; si yo
quería que él marchara por la Senda como debía ser; si yo no le he hecho ningún
mal, ¿por qué me traiciona?”
Se
afilió a otra Escuela. Todo pensaba, menos que alguien que está recibiendo las
Enseñanzas, pudiera afiliarse a otra Escuelita. Sin embargo, resolví continuar
estoicamente con mi trabajo.
Fueron
aumentando en el grupo y llegó el día en que había mucha gente.
Por
aquellos días se me dijo en los Mundos Superiores, que “el MOVIMIENTO GNÓSTICO
eraun tren en marcha, y que unos pasajeros se bajaban en una estación y que
otros subían en otra estación; que más allá bajaban otros y mucho más allá
subían otros”. Conclusión: Era un tren en marcha y yo era el maquinista que iba
conduciendo la locomotora. “Por lo tanto, no debería preocuparme”...
Así
lo entendí, y realmente, más tarde lo pude comprobar: Unos pasajeros subían en
una estación y se bajaban más adelante, y así sucesivamente. Desde entonces me
volví estoico. Vi también que se retiraba uno y llegaban diez.
“Bueno,
dije, entonces no hay por qué preocuparse tanto”. Desde aquella época, pues,
después de un gran sufrimiento por uno que se retiró, aprendí que muy raro es
el que llega la estación final. Eso me costó bastante dolor. Que hoy se retira
un hermano, ¡qué le vaya bien! Ya no soy aquél que se llenaba de terrible
angustia, desesperado por el hermanito; esos tiempos ya pasaron.
Que
se retira uno, llegan diez, llegan veinte... ¿Qué es uno cuando hay tanta
gente? Por gente no debemos pelear; eso es claro.
Todos
están sometidos a la Ley del Péndulo: Los que hoy se entusiasman por la Gnosis,
mañana se desilusionan. Eso es normal, todos viven dentro de esa mecánica.
Aprendí,
entonces, a ver las dos caras de cada persona. ¿Se afilia alguien a la Gnosis?
La ayudo y todo, pero estoy absolutamente seguro que ese alguien no va a
permanecer con nosotros toda la vida, que ese alguien no va a llegar a la
estación final. Como lo sé por anticipado, pues estoy “curado en salud”.
Me
he colocado, exactamente, en el centro del Círculo Mágico para ver todo lo que
en círculo va pasando: cada circunstancia, cada persona, cada acontecer, cada
suceso con sus dos caras, positiva y negativa. Si uno se sitúa en el centro y
ve pasar todo a su alrededor, sin tomar partido por la parte positiva o por la
parte negativa de cada cosa, pues, se evita muchos desengaños, muchos sufrimientos.
El
error más grave en la vida es querer ver nada más que una cara de cualquier
cuestión, una cara de una amistad, una cara de una circunstancia, una cara de
un objeto cualquiera, una cara de un acontecer. Eso es grave porque todo es
doble.
Cuando
viene la parte negativa, entonces siente uno que le clavan siete puñales en el
corazón.
Hay
que aprender a vivir mis amigos, hay que saber vivir, si ustedes quieren llegar
lejos, no como muchos. Porque si ustedes únicamente ven una cara nada más, no
ven la antítesis, la otra cara, la fatal, tienen que pasar por muchos
desengaños, por muchos desencantos, por muchos sufrimientos; terminan enfermos y
al fin mueren.
La
pobre BLAVATSKY, por ejemplo, la mataron. ¿Quiénes la mataron? Todos sus
calumniadores y detractores y enemigos secretos, y amigos (o esos que se dicen
“amigos”). Sencillamente la asesinaron; no con pistolas ni con cuchillos, no,
no, no; hablaron mal de ella, la calumniaron públicamente, la traicionaron,
etc., etc., etc., y otras tantas hierbas. Conclusión: murió la pobre llena de sufrimiento...
Yo
francamente, lo lamento mucho. Pero ese gusto si no se lo voy a dar a todos los
hermanitos del Movimiento. Yo veo, en cada hermanito, dos caras. Un hermano que
hoy está con nosotros, que estudia nuestra Doctrina, lo aprecio, lo amo, pero
el día en que se retira, para mi es normal que se retire; más bien me extraño
cuando alguien dura demasiado.
Pero,
para aprender esta horrible lección, tuve que sufrir fuertemente. Los primeros,
sí, fue como si me clavaran un puñal en el corazón; ya, después, me volví como
mejor, parece que me salió un callo en el corazón.
De
manera que lo de la Blavatsky no me va a suceder, porque yo estoy mirando las
dos caras de cualquier cuestión; estoy sí, en una tercera posición: En la
posición en que está el corazón cuando se está preparado para su sístole. Él
está en estado de alerta, absorbiendo (en sus profundidades,) preparando,
organizando, para luego recogerse, comprimirse y lanzar la sangre en todo el organismo.
Ese tercer aspecto es muy útil Mejor dicho, considero que mejor es vivir uno en
el centro de un Círculo Mágico, que en los extremos del Péndulo. Ese centro, en
el Oriente, en la China, especialmente, se llama el “TAO”.
Tao
es el TRABAJO ESOTÉRICO-GNÓSTICO, Tao es el CAMINO SECRETO, Tao es el INRI, Tao
es el SER. Cuando uno vive en el centro del círculo, pues no está metido dentro
de ese jueguito mecánico de la Ley del Péndulo, no está sometido a las
alternativas esas de angustia y de elegía, de triunfo y de fracaso, de alegría
y de dolor, de optimismo y pesimismo, etc., no; se ha liberado de la Ley del
Péndulo, eso es obvio.
Pero,
repito, hay que aprender a ver, cada cosa, en sus dos caras:
Positiva y Negativa, y no identificarse ni con la una ni con la otra, porque
ambas son pasajeras, todo pasa; en la vida, todo pasa...
Dentro
del mundo éste que podríamos llamar “intelectual”, siempre sentí como una cierta
aversión a las opiniones. Porque tengo entendido que una opinión emitida, no es
más que la exteriorización intelectiva de un concepto, con el temor de que sea
otro el verdadero. Esto, naturalmente, acusa supina ignorancia, esto es grave,
allí están las antítesis.
Todavía
no entiendo, no comprendo por qué motivo, cierta Pitonisa Sagrada le dijo a
Sócrates que “había algo entre la Sabiduría y la Ignorancia”, y que “ese algo
era la opinión”. Francamente, aunque sea muy sagrada esa Pitonisa, no he podido
aceptar su tesis, porque LA OPINIÓN, DEVIENE DE LA PERSONALIDAD Y NO DEL SER.
La
Personalidad, realmente, conduce a los seres humanos hacia la Involución
Sumergida de los Mundos Infiernos.
La
Personalidad es múltiple como les decía en cierta ocasión, tiene muchos
trasfondos, es artificiosa, está formada por las costumbres que nos enseñaron,
con esa falsa educación que recibimos en las escuelas y colegios, que nos
separó del Ser, y que no guarda ninguna relación con las distintas partes del
Ser.
La
Personalidad es artificiosa. Como quiera que nos aleja de nuestro propio Ser
Interior Profundo, obviamente nos conduce por un camino equivocado que nos
lleva hacia la Involución del Reino Mineral Sumergido.
De
manera que, pienso (estoy pensando aquí en voz alta) que cuando uno no sabe
algo, es preferible callarse antes que opinar, porque la opinión es el producto
de la ignorancia. Uno opina porque ignora; si no, no opinaría. Uno emite un
concepto, con el temor de que otro sea el verdadero; ¡vean ustedes ese DUALISMO
DE LA MENTE. Esa la Ley terrible del Péndulo: A una opinión se le contrapone
otra!
De
manera que la Personalidad se mueve dentro de la Ley del Péndulo, vive en el
mundo de las opiniones contrapuestas, de los conceptos antitéticos, del
batallar de las antítesis. Entonces no sabe nada la Personalidad y la opinión
es producto de la ignorancia.
Si
analizamos lo que es la Personalidad (que es la que origina la opinión),
llegamos a la conclusión de que la opinión es el resultado de la ignorancia. De
manera que lo que esa Pitonisa le dijo a Sócrates, me parece equivocado.
Le
pregunta Sócrates, también, a la Pitonisa (DIVINUS se llamaba la Pitonisa de
Delfos) sobre el Amor. Dice Sócrates que “el Amor es bello, inefable, sublime”.
La Pitonisa le contesta que “propiamente, no es bello”. Sócrates le dice,
asombrado le responde:
–
¿Acaso no es bello? ¿Entonces es feo? La Pitonisa le dice:
–
¿No puedes ver sino lo feo, como si no existiera más que lo feo? ¿No puedes
concebir que entre lo bello y lo feo hay algo diferente, algo distinto? El Amor
no es ni bello ni feo; es diferente y eso es todo... Sócrates, como era un
Sabio, tuvo que guardar silencio.
Claro,
como estoy pensando aquí en voz alta con ustedes, les invitaría a la reflexión.
¿Cómo han visto ustedes el Amor? ¿Cómo lo han visto? No como se lo han dicho
que es, sino como ustedes lo han sentido: ¿Bello o feo? ¿Alguno de ustedes me
puede dar una respuesta? ¿Quién osaría responder?
Discípulo.
Maestro, cuando se está enamorado, pues, es bello; y si uno recibe una desilusión, pues, se torna feo aquello bello, para los
dos pretendientes. Para mí, pues, ahí hay... ...pero hay que buscar...
Maestro.
A ver...
D.
Siempre sea relacionado la belleza con el amor, y lo feo con la antítesis del
amor. Ésos son aspectos psicológicos, porque nuestras abuelitas, por los menos,
cuando nos hablaban de las Hadas, nos las pintaban por ser buenas, bellas, y
cuando nos hablaban de los ogros, por ser malos, nos los pintaban feos.
Entonces creo que está, más allá de esos conceptos.
M.
Están buenas las respuestas. Mas debe hacerse una diferencia entre lo que es
bello y lo que es el Amor. De manera que no está muy completa la cuestión.
Haber quién otro da una respuesta.
A
ver tú...
D.
...Presiento que el Amor está más allá de ese par de opuestos; trasciende lo
bello y lo feo; está más allá.
M.
La respuesta está muy interesante. A ver, dime, hermano...
D.
El Amor es inefable porque no es una cuestión intelectiva; es una emoción que
podríamos llamar “sublime”.
M.
Esa respuesta está más trascendental.
D.
Maestro, yo considero que el Amor es indescriptible; cuando uno siente Amor,
pues, no se puede manifestar con palabras.
D.
Se es en el Amor...
.
Maestro, yo diría que para nosotros es muy difícil decir si el Amor es bello o
feo, porque nosotros no conocemos el Amor. Estamos en vías de conocer el Amor.
Sólo un Ser superior conoce lo que es Amor
M.
Bueno, a ver, la última de las respuestas.
D.
Pienso que desde el punto de vista de nuestra humana Personalidad... ...todo es
relativo, todo depende de las circunstancias. Profundizando e interiorizando
dentro de nosotros mismos, pienso que se escapa de lo nuestro. Eso ya
pertenece, realmente, al Ser, y no a la humana personalidad. Si a
nosotros
nos interesa, es bueno; sino nos interesa es malo, es decir, es cuestión de
ponerse en el intermedio...
M.
Te hemos escuchado. ¿Quién más va a decir algo? A ver, Shepard...
D.
El Amor es como el Ser; la única razón del Amor, es él mismo.
M.
A ver, hermano...
D.
Yo conceptúo que el Amor consiste en armonizar con todo y con todos...
M.
Está bien... Pero en realidad de verdad, que la Pitonisa aquella de Delfos, que
habló a Sócrates, insinuó prácticamente una verdad: EL AMOR MÁS ALLÁ DE LO
BELLO Y DE LO FEO. Que la belleza
deviene del Amor, es otra cosa. Por ejemplo, cuando el Ego es disuelto, queda
en nosotros la Belleza Interior, y de esa belleza deviene eso que se llama
“Amor”.
De
manera que, entonces, el Amor, en sí mismo, está más allá de los conceptos que
se tienen sobre la fealdad y sobre la belleza. No se puede definir, porque si
se define se desfigura.
¿Tendría
entonces razón o no, la Pitonisa? Sí la tiene: Está más allá de los conceptos
de fealdad y de la belleza, aunque del Amor devenga la belleza, resulte la
belleza. Donde existe el verdadero Amor, existe la Belleza Interior; eso es
obvio.
Así
que, hermanos, entre la Tesis y la Antítesis, siempre hay una SÍNTESIS que
coordina y reconcilia los opuestos. Veamos esto. Sabemos que existe la gran
batalla entre los Poderes de la Luz
y
los Poderes de las Tinieblas. EN EL MISMO ESPERMA SAGRADO, EXISTE UNA LUCHA
entre los Poderes Atómicos de la Luz y los Poderes Atómicos de las Tinieblas.
En todo lo creado, existe esa gran lucha; las columnas de Ángeles y de Demonios
se combaten mutuamente, en todos los rincones del Universo.
Cuando
uno no tiene todavía la Piedra Filosofal, ve como imposible la RECONCILIACIÓN
DE LOS OPUESTOS (LUZ y TINIEBLAS) dentro de uno mismo. Más cuando uno logra la
Piedra de los Filósofos, la Piedra de la Serpiente (a base de trabajos conscientes
y padecimientos voluntarios),
entonces,
mediante la misma, logra reconciliar los opuestos, y los reconcilia en sí
mismo, porque reconoce que todo en la Creación tiene doble cara; y sólo
mediante una tercera posición, es decir,
sólo
mediante el Tao (en el centro del Círculo Mágico), sólo mediante la SÍNTESIS,
podemos reconciliar los opuestos dentro de nosotros mismos; eso es obvio.
Así
que se hace necesario que aprendamos a reconciliar los Opuestos, se hace
necesario que nos libertemos nosotros de la Ley del Péndulo y que vivamos mejor
dentro de la LEY DEL CÍRCULO.
Uno
se liberta de la Ley del Péndulo cuando se coloca en la Ley del Círculo, cuando
se coloca el Tao, que está en el centro del Círculo Mágico. Porque entonces, a
su alrededor de uno, todo pasa; por todo el rededor de la Conciencia de uno, en
círculo; por la CONCIENCIA REDONDA de uno, ve como pasan los distintos
aconteceres, con sus dos caras; con sus cosas, con sus dos posiciones, las circunstancias,
etc., los triunfos y las derrotas, el éxito y el fracaso.
Todo
tiene dos caras, y uno, ubicado en el centro, reconcilia los opuestos, ya no
teme
a
un fracaso económico, ya no sería capaz de “volarse la tapa de los sesos”
porque perdió su fortuna
de
la noche a la mañana, como han hecho muchos jugadores del Casino de Montecarlo:
pierden su fortuna y se suicidan; ya no van a sufrir por las traiciones de sus
amigos, se hace invulnerable al placer y al dolor.
¡Vean
ustedes lo extraordinario, lo maravilloso! Pero si nosotros no aprendemos a
vivir dentro del círculo, si no nos ubicamos exactamente en el del Tao (punto
central del Círculo Mágico), continuaremos como estamos: Expuestos a la Ley
trágica y cambiante del Péndulo, que es completamente mecanicista en un ciento
por ciento, dolorosa.
Así,
mis queridos amigos, debemos aprender a vivir inteligentemente,
conscientemente; eso es obvio. Desgraciadamente, toda la humanidad está
sometida a la Ley del Péndulo. Miramos cómo
la
Mente pasa de un lado a otro. ¡Eso es fatal!
Yo
he visto, pues, que no hay nadie, en realidad de verdad, que no esté sometido a
la cuestión esa de las OBJECIONES. Llegará alguno y nos dice una cosa, alguna
frase. ¿Qué es lo primero que se nos ocurre? ¡Objetar, poner tal o cual
objeción! Es la Ley del Péndulo: “Dime que yo te diré”, “me derribas y yo te
derribo después”. Conclusión: Dolor. ¡Vale más que no, eso es terrible! ¿Por qué
tenemos que estar poniendo objeciones, hermanos?
Me
viene en este momento a la Mente, un caso interesante. Hace mucho, pero
muchísimos años, hallándome en el Mundo Astral (en Hod, en el Sephiroth HOD,
internado en ese Sephiroth), hube de invocar a un Deiduso, Ángel o Elohim (como
ustedes quieran denominarlo), o Deva. Algo me dijo aquel Deiduso y de inmediato
objeté y saqué a relucir la antítesis. En forma muy vulgar les diría a ustedes
que refuté.
Yo
esperaba que el Deiduso aquél discutiera conmigo también, mas no sucedió así.
Aquella Seidad me escucho con infinito respeto y profunda veneración. Aduje
muchísimos conceptos y cuando concluí (que pensaba que iba a tomar la palabra
para rebatirme), con gran asombro vi que hizo este signo, se inclinó
reverentemente, dio la espalda y se fue, dio media vuelta y se fue.
Me
dio una lección extraordinaria; no objetó nada. Obviamente, aquel Deiduso había
pensado más allá de las objeciones. Sí, es indubitable que las objeciones
pertenecen a la Ley del Péndulo.
Mientras
uno esté objetando, está sometido a la Ley del Péndulo.
Todo
el mundo tiene derecho a emitir sus opiniones, cada cual es libre de decir lo
que quiera.
Nosotros
debemos, sencillamente, escuchar al que está hablando, con respeto. ¿Terminó de
hablar?
Nos
retiramos... Claro, algunos no proceden así, o no procederán en esa forma. Por
orgullo dirán:
“Yo
no me retiro. Yo tengo que darle en la torre”. He ahí el orgullo supino,
intelectualoide. Si nosotros no eliminamos de sí mismo el Yo del orgullo, es
obvio que tampoco lograremos jamás la Liberación Final.
Lo
mejor es que cada cual diga lo que tiene que decir y NO LE PONGAMOS OBJECIONES,
porque cada cual es libre de decir lo que quiera, sencillamente. Pero uno
siempre vive poniendo objeciones: Se las pone al interlocutor y se las pone así
mismo también.
Claro,
esto no significa que no exista el agrado o el desagrado; es obvio que existe.
Supongamos que a cualquiera de nosotros se nos pone a limpiar una pocilga,
donde viven los cerdos (creo que éste no sería, precisamente, un trabajo muy
agradable).
Tendríamos derecho a que no nos
pareciera agradable, pero una cosa es que no nos parezca agradable (tal
trabajo) y otra cosa muy diferente es que nosotros pongamos objeciones, que
empecemos a protestar: “¡Qué porquería ésta, Dios mío; nunca creí que yo fuera
a caer tan bajo! ¡Ay de mí, desgraciado de mí (etc., etc.), limpiando una
pocilga de cerdos! ¡En lo que vine a parar!” Bueno, con eso lo único que uno
consigue es fortificar completamente, pues, los Yoes de la ira, del amor
propio, del orgullo, etc.
También,
está el caso de una persona que, en principio, nos desagrada: “¡Es que me cae
tan gorda esa persona!”... Pero una cosa es que nos desagrade, en principio, y
otra cosa es que nosotros estemos poniendo objeciones, que estemos protestando
contra esa persona: “Pero es que tal persona
me
cae mal, esta persona es un problema”, y que estemos buscando subterfugios para
apuñalarla,para eliminarla.
Con
las objeciones, lo único que conseguimos es MULTIPLICAR LA ANTIPATÍA en
nosotros, ROBUSTECER EL YO del odio, robustecer el Yo del egoísmo, el Yo de la
violencia, del orgullo, etc.
¿Cómo
hacer, en este caso en que una persona no nos es grata? Es que todos nos
debemos de conocer a sí mismos, para ver por qué no nos es grata esa persona.
Podría suceder que esa persona esté exhibiendo algunos de los defectos que
nosotros poseemos.
Uno
tiene el Yo del amor propio, adentro, y si alguien exhibe algunos de esos
defectos interiores, pues obviamente, ese alguien “nos cae mal”. De manera que,
en vez de nosotros estar poniendo objeciones sobre esa persona (protestando,
riñendo), mas bien debemos AUTOEXPLORARNOS, para conocer cuál es ese elemento
psíquico que cargamos interiormente y que origina esa antipatía.
Pensemos
que si nosotros descubrimos tal “elemento” y lo disolvemos, la antipatía cesa.
Pero si nosotros, en vez de investigarnos a sí mismos ponemos objeciones,
protestamos, “tronamos”, “relampagueamos” contra ese alguien, robusteceremos el
Yo; eso es indubitable.
Dentro
del mundo del intelecto, no hay duda que siempre estamos poniendo objeciones.
Esto produce la DIVISIÓN INTELECTUAL: Se divide la Mente entre TESIS y
ANTÍTESIS, se convierte en un campo de batalla que DESTROZA EL CEREBRO.
Observen ustedes como esas gentes que se dicen “intelectuales”, están llenas de
extrañas manías: Algunos se dejan el pelo alborotado, se “rascan”
espantosamente, etc., hacen cincuenta mil payasadas; claro, producto de una
Mente más o menos deteriorada, destruida por el batallar de las antítesis.
Si
a todo concepto le ponemos una objeción, termina nuestra Mente riñendo sola.
Como consecuencia, vienen las
enfermedades al cerebro, las anomalías psicológicas, los estados depresivos de
la Mente, el nerviosismo, que destruye órganos muy delicados, como los del
hígado, corazón, páncreas, bazo, etc.
Pero
si nosotros aprendemos a no estar haciendo objeciones, sino que cada cual
piense como le venga en gana, que cada cual diga lo que quiera, terminarán esas
luchas dentro del intelecto y en su reemplazo vendrá una Paz verdadera.
La
Mente de las pobres gentes está riñendo a todas horas: Riñe entre sí, espantosamente,
y eso nos conduce por un camino muy peligroso, camino de enfermedades al
cerebro, de enfermedades a todos los órganos, DESTRUCCION DE LA MENTE: Muchas
células son quemadas inútilmente.
Hay
que vivir en santa paz, sin poner objeciones; que cada cual diga lo que quiera
y piense lo que le venga en gana. Nosotros no debemos poner objeciones, que así
marcharemos como debe ser: Conscientemente.
Así
que hay que aprender a vivir. Desgraciadamente no sabemos vivir, estamos
metidos dentro de la Ley del Péndulo. Ahora que sí yo reconozco aquí,
platicando con ustedes, que no es cosa fácil no poner objeciones.
Salimos
nosotros aquí, agarramos nuestro carrito; de pronto, más adelante, alguien nos
rebasa por la derecha, se nos atraviesa. Bueno, si no decimos nada, por lo
menos tocamos el claxon en señal de protesta. Aunque sea haciendo sonar el
claxon, pero protestamos. Que alguien nos dice algo (en un momento en que
“abandonamos la guardia”) y seguro que protestamos, ponemos objeciones.
Es
muy difícil, espantosamente difícil no poner objeciones. En el mundo Oriental,
esto se ha reflexionado profundamente; también en el mundo Occidental. Yo creo
que hay veces en que hay necesidad de apelar a un Poder que sea superior al de
nosotros, si es que queremos libertarnos de esa cuestión de las objeciones.
En
cierta ocasión, en que iba un monje budista caminando, por allá por las tierras
esas del mundo Oriental, en un invierno espantoso, lleno de hielo y de nieve y
de bestias salvajes (claro, esto le proporcionaba sufrimientos al pobre monje),
naturalmente protestaba, ponía sus objeciones.
Pero
tuvo suerte el pobre: cuando estuvo desmayándose, en Meditación se le aparece
AMITABHA
(es
decir, Amitabha, en realidad de verdad, es el DIOS INTERNO de GAUTAMA, el
Buddha, Sakyamuni) y le entregó un mantram para que pudiera, pues sostenerse
fuerte y sin hacer objeciones; algo que le ayudase para no estar protestando, a
cada rato, contra sí mismo, contra la nieve, contra el hielo, contra el mundo.
Ese
mantram es utilísimo; se los voy a vocalizar bien para que los graben en su
memoria y para que quede grabado también en estas cintas que traen ustedes
aquí, en sus grabadoras:
GAAAAATEEEEE,
GAAAAATEEEEE, GAAAAATEEEEE.
Mejor
es que se los deletree: G-A-T-E. Ese mantram, tengo entendido que le permitió,
a aquél monje budista, abrir el OJO DE DANGMA, y eso es interesante. Se
relaciona con la ILUMINACIÓN INTERIOR PROFUNDA y con el VACÍO ILUMINADOR...
Hubo
necesidad de esa ayuda, pues, porque no es tan fácil dejar de poner objeciones.
Un momento que descuide uno la guardia, y está poniéndole objeciones a todo: A
la vida, al dinero, a la inflación, al frío al calor, etc., etc., etc. Muchos
protestan porque está haciendo frío, protestan porque está haciendo calor,
protestan porque no tienen dinero, protestan porque los picó un mosquito; por
todo están protestando.
Cuando
uno en realidad en verdad, vive haciendo objeciones, se perjudica
horriblemente, porque LO QUE HA GANADO UNO POR UN LADO, DISOLVIENDO EL EGO, POR
OTRO LO ESTA
DESTRUYENDO
CON LAS OBJECIONES.
Si
uno está luchando por no sentir ira, pero sí está poniendo objeciones, pues
vuelve y coge fuerza el demonio de la ira. Que está haciendo uno la lucha
terrible por eliminar el demonio del orgullo, pero sí pone objeciones a la mala
situación, a esto o aquello, pues vuelve a fortificar ese demonio. Que está
haciendo unos esfuerzos para acabar con la abominable lujuria, pero sí pone objeciones
en un instante dado: “Que porque la mujer no quiere tener relaciones sexuales
con él”, o la mujer que “porque el hombre no la busca”, y cincuenta mil
objeciones así por el estilo, pues, está fortificando el demonio de la lujuria.
De
manera que si por un lado estamos luchando por eliminar los agregados psíquicos
y por el otro lado los estamos fortificando, sencillamente NOS ESTANCAMOS. Así
que si ustedes quieren, en realidad en verdad, desintegrar los agregados
psíquicos tienen que terminar con esa cuestión delas OB-JE-CIO-NES. Si no
proceden en esa forma, se Estancan inevitablemente, no progresarán en modo
alguno. Quiero, pues, que comprendan de una vez.
Bueno
hasta aquí por hoy la cátedra que hemos dado. Sin embargo, dejaremos abierta la
puerta, para las preguntas que los hermanos tengan que hacer... A ver, habla
hermano...
Discípulo.
Maestro, se dice que “el silencio es la elocuencia de la Sabiduría”. Muchas
veces, se dice, “es tan malo callar cuando se debe hablar, como hablar cuando
se debe callar”. Y hay veces que es necesario hablar, tal vez en momento de
defensa, cuando lo están atacando, tal vez injustamente.
Quisiera
que me aclarara, pues, este aspecto.
Maestro.
Uno tiene derecho a hablar, porque no es mudo ni nadie le ha asistido a uno la lengua.
Pero lo que no es conveniente jamás, para nuestro propio bien, es estar
haciendo objeciones,
estar
protestando, “tronando” y “relampagueando”, porque está haciendo calor, porque
está haciendo frío, disgustado con todo. Eso nos conduce, naturalmente, al
fracaso. Necesitamos, repito, no hacer objeciones.
Uno
debe decir lo que tiene que decir: La verdad y nada más que la verdad, y dejar
a los otros libertad para que opinen como les venga en gana, porque cada cual
es libre de decir lo que quiera. Si uno no procede así, si a todas horas está
haciendo objeciones, destruye su Mente, destruye su propio cerebro y se
ocasiona mucho daño a sí mismo. Además, fortifica el Ego en vez de disolverlo.
¿Hay alguna otra pregunta?
D.
Hay personas que viven, muy pero muy convencidas de que a un momento de alegría
le sucede uno de tristeza. Es decir, se programa en este sentido, no se colocan
dentro del Círculo Protector.
Evidentemente
a esas personas le sucede eso, pero de una manera infalible, matemática. Tanto
es así, que no disfrutan de los momentos de alegría porque ya, fatalmente,
están temiendo el momento de tristeza. Quisiera que nos aclarara un poquito
esto.
M.
Esas personas se dan cuenta, realmente, que todo en la vida tiene dos caras,
pero desafortunadamente no se colocan en el Centro del Círculo, no se colocan
en el Tao. Cuando uno está en el Tao, sabe que va a pasar alrededor de sí
mismo, alrededor de su propia Conciencia (dentro de sí mismo), todos los
acontecimiento de la vida con sus dos caras, y sabe que son pasajeros.
Obviamente,
entonces no se identifica ni con una cara ni con la otra: Reconcilia los
opuestos mediante la síntesis. Tengamos el caso de que alguien, por ejemplo,
está en una gran fiesta (muy contento, muy alegre). Pero a ese alguien sabe que
a todo momento de alegría, le sucede uno de dolor. Más si esa persona está
ubicada en el Centro, en el Tao, entonces reconcilia los opuestos dentro de sí
mismo, en su propio Ser, en su propia conciencia. Dice: “Se que a toda alegría
le sucede una tristeza, más a mí nada de esto me afecta, porque todo es
pasajero, todo pasa: las personas pasan, las cosas pasan, las ideas pasan, todo
pasa”...
Por
lo tanto, puede perfectamente vivir ese acontecer, como debe ser. Una reflexión
así, le permitirá a tal persona, estar en el evento sin preocupación alguna:
Está consciente, sabe que está en un momento pasajero, no lo alude, lo
entiende, conoce sus dos caras. Sencillamente, vive a Conciencia. Al
reflexionar una persona así, actúa en la misma forma en que actúa el corazón, cuando
en el diástole se abre y recibe, acumula, organiza, elabora, para luego entrar
en actividad con el sístole.
No hay comentarios:
Publicar un comentario