CAPÍTULO XXIV LAS DOS BESTIAS
(Apoc. 13: 1-18)
"Y yo me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que
tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre
las cabezas de ella nombre de blasfemia" (V.1).
Esa bestia de siete
cabezas es la humanidad fornicaria. Los diez cuernos son la rueda del destino.
La bestia sube del abismo y cae al abismo. Las diez diademas sobre las siete cabezas
significan que la bestia reina soberana durante la edad de Hierro, o Kali Yuga.
Empero, cuando la
rueda del destino gire sobre su eje, la bestia rodará al precipicio.
"Y la bestia
que vi, era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como
boca de león. Y el dragón le dio su poder, y su trono, y grande potestad"
(V.2).
Y vi una de sus
cabezas como herida de muerte, y la llaga de su muerte fue curada: y se maravilló
toda la tierra en pos de la bestia" (V.3).
Cuando los hermanos
del templo examinan esa cabeza de la bestia herida y sanada, ven un nuevo
símbolo. Ven un hombre semejante a un gorila, lleno de inteligencia maligna.
El hombre-gorila,
espantoso y terrible, lleva delante de sí cuatro bestias siendo él la quinta.
Las cuatro van encadenadas y él las lleva delante. Con este símbolo entendemos que
la cabeza herida es el hombre perverso de la quinta raza, el hombre actual.
Esta raza maligna se lanza a la guerra fratricida y bárbara, y luego de ser
mortalmente herida, es curada y se maravilla toda la tierra en pos de la
bestia. Realmente los cuerpos internos también son heridos en la batalla.
Empero son sanados, con ayuda de los maestros de la medicina.
"Y adoraron al
dragón (el Satán) que había dado la potestad a la bestia, y adoraron a la bestia,
diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién podrá lidiar con ella?"
(V.4).
Todo el mundo se
cree civilizado y adora a la gran bestia. Todos adoran al yo, al mí mismo, al
Satán que llevamos dentro. La gente vive en el mal. Todos aman a la bestia, y se
revuelcan en el lodo.
"Y le fue dada
boca que hablaba grandes cosas y blasfemias: y le fue dada potencia de obrar
cuarenta y dos meses" (V.5). La bestia tiene preeminencia durante todo el
Kali Yuga y reina soberana. Ella es la gran ramera cuyo reinado está terminado.
"Y abrió su
boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre (con el ateísmo) y su
tabernáculo (fornicación) y a los que moran en el cielo (los santos) V.6).
"Y le fue dado
hacer guerra contra los santos, y vencerlos (muchos iniciados se cayeron).
También le fue dada potencia sobre toda tribu y pueblo, y lengua, y gente"
(V.7). La humanidad
entera capituló ante la gran bestia que sube del abismo y que ya está cayendo
al abismo.
"Y todos los
que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro
de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo (V.8).
En el Corán, el
Libro de la Vida es llamado Aliín, y contiene la conducta de los justos y de
los ángeles.
El libro de los
perdidos es llamado entre los mahometanos con el nombre de Syyín. Las buenas y
malas obras son pesadas en la balanza de la Justicia Cósmica.
Aquellos que no
están escritos en el Libro de la Vida, ya se están hundiendo en el espantoso
abismo. La fe gnóstica es la única que puede salvar a los perdidos. El Cordero fue
muerto desde el principio del mundo, cuando nosotros fornicamos. Ahora debemos resucitar
al Cordero dentro de nosotros mismos con el arcano A.Z.F. Esa es la magia sexual.
"Si alguno
tiene oído, oiga" (V.9). "El que lleva en cautividad va en
cautividad, el que a cuchillo matare, es necesario que a cuchillo sea muerto.
Aquí está la paciencia y la fe de los santos" (V.10).
Ley es ley. Lo que
se hace se paga. Los santos conocen la ley y por eso son pacientes.
En verdad, en
verdad os digo: que los tiempos del fin ya llegaron. El que lleva en cautividad,
va en cautividad. El que a hierro mata, a hierro muere. Sólo entrando en el arca
de la ciencia, podremos ser salvos. Nosotros salimos del Edém por la puerta del
sexo. Sólo por esa puerta podemos entrar al Edém. El Edém es el mismo sexo.
Nadie puede entrar
al Edém por puertas falsas. Ley es ley. Por donde salimos tenemos que entrar. Esa es la ley.
El Opus Magnus es
la ciencia de la transmutación sexual. Hay que hacer retornar la energía del
Tercer Logos hacia adentro y hacia arriba. Así nos convertimos en dioses.
En la gran obra del
alquimista se necesita el agua y el aceite. Mitad agua, mitad aceite.
Aquellos que
desprecian el agua, fracasan en la Gran Obra. Sólo podemos iluminarnos con
nuestro propio aceite espiritual, cuando tenemos agua pura de vida (semen acumulado).
¿Qué significan las
dos ramas de olivas que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como
oro? "Estos son los dos hijos de aceite que están delante del Señor de
toda la tierra" (Véase Zacarías 4: 12-14).
Estos son los dos
testigos que en síntesis nacen del lago. Ellos salen de las vesículas seminales.
Por entre esas dos olivas, fluye la energía sexual transmutada, el aceite de oro
puro. Aquellos que afirman que existen muchos caminos para llegar a Dios y que
el sexo es tan sólo uno de tantos, realmente están despreciando el agua pura de
vida, y por lo tanto, fracasan y se hunden en el abismo.
En verdad, en
verdad os digo: que en toda eternidad sólo se ha conocido única y absolutamente
una sola puerta angosta, y un solo camino estrecho y difícil que conduce El
a la luz. Esa
puerta y ese camino es el sexo.
"Porfiad a
entrar por la puerta angosta (el sexo); porque os digo que muchos procurarán entrar
y no podrán" (Lucas 13: 24). Angosta es la puerta y estrecho el camino que
conduce a la luz, y muy pocos son los que lo hallan. Nuestro Adorable Salvador Jesucristo
nunca dijo que hubiera muchos caminos, Él sólo nos habló claramente y sin rodeos,
de una sola puerta y de un solo camino (el sexo) (Véase Juan 10: 7:9,14).
Nosotros, los
Hermanos del Templo, os invitamos, querido lector, a estudiar los cuatro evangelios.
Allí podréis comprobar, por vos mismo, que sólo hay una sola puerta y un sólo
camino, estrecho y difícil.
Los predicadores
que afirman la existencia de muchos caminos para llegar a Dios, ignoran que en
la Gran Obra necesitamos mitad aceite y mitad agua.
"Después vi
otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero;
más hablaba como un dragón" (V.11). "Y ejerce todo el poder de la primera
bestia en presencia de ella; y hace a la tierra y a los moradores de ella
adorar la primera bestia cuya llaga de muerte fue curada" (V.12).
"Y hace
grandes señales, de tal manera que aún hace descender fuego del cielo a la tierra,
delante de los hombres"(V.13). "Y engaña a los moradores de la tierra
por las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando a
los moradores de la tierra que hagan la imagen de la bestia que tiene herida de
cuchillo y vivió" (V.14).
Esta bestia que tiene
dos cuernos semejantes a los de un cordero, mas habla como un dragón, es la
ciencia materialista de los moradores de la tierra. Realmente la gran bestia es
doble, porque tiene mente que habla grandezas. La ciencia materialista juega
con lo que no conoce, y cojea entre las tinieblas.
La ciencia
materialista engaña a los moradores de la tierra por las señales que le ha sido
dado hacer en presencia de la bestia. Cohetes teledirigidos, cohetes cósmicos,
radiotelevisión,
aviones
ultramodernos, bombas de hidrógeno que hacen llover fuego del cielo sobre las
ciudades indefensas, bombas atómicas, submarinos atómicos, rayos mortales, etc.
Todos esos inventos
son las señales con que la bestia de dos cuernos engaña a los moradores de la
tierra. Entonces los hombres engañados adoran a la gran bestia, y dicen:
¡No hay como la
bestia! ¿Quién puede ser superior a la bestia? "Y le fue dado que diese
espíritu a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y
hará que cualesquiera que no adoren la imagen de la bestia, sean muertos"
(V.15). Los hombres de la ciencia materialista envenenan con sus teorías a las multitudes.
Entonces, la imagen de la bestia habla. Los santos que no adoren a la bestia, son
matados, perseguidos, encarcelados y odiados. La bestia de dos cuernos es
terrible. "Y hacía que todos, los pequeños y los grandes, ricos y pobres,
libres y siervos, se pusiesen una marca en la mano derecha, o en sus
frentes" (V.16). "Y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que
tuviera la señal, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre"
(V.17).
"Aquí hay
sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque es
el número de hombre: y el número de ella, seiscientos sesenta y seis"
(V.18).
La marca de la
bestia son los dos cuernos en la frente. Millones y millones de seres humanos
ya tienen la marca de la bestia en la frente y en las manos. Casi toda la población
humana de este valle de lágrimas, ya tiene la marca de la bestia en la frente y
en las manos. Todas esas almas se perdieron y desde 1950 están entrando en el
abismo.
La evolución humana
fracasó totalmente.
Realmente el mundo
está ya tan perdido, que en el mundo del comercio nadie puede comprar ni vender
si no tiene la marca de la bestia en la frente y en las manos. Así se ha vuelto
el mundo de los negocios.
El número de la
gran bestia es seiscientos sesenta y seis. Ese es el número de hombre porque
ese número se descompone cabalísticamente así: 6 + 6 + 6 = 18. Luego, sumando
este resultado entre sí, tenemos lo siguiente: 1 + 8 = 9. Nueve es el sexo.
Nueve es el hombre,
porque el hombre es hijo del sexo.
Total: en el 666
están contenidos los arcanos 18 y 9. El arcano 18, es el abismo, las tinieblas.
Las tentaciones sexuales contra las cuales tiene que luchar el iniciado.
El arcano 9, es la
novena esfera, la iniciación.
Los dioses juzgaron
a la gran ramera, cuyo número es 666.
La sentencia de los
dioses fue: ¡Al abismo! ¡Al abismo! ¡Al abismo!
CAPÍTULO XXV EL CORDERO EN SIÓN
Y
|
miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el
monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de
su Padre escrito en sus frentes" (Ap. 14: 1). El monte de Sión son los
mundos superiores.
El número ciento
cuarenta y cuatro mil, de aquellos que tienen el nombre de su Padre escrito en
sus frentes, es cantidad simbólica y cabalística. 144,000 se descompone así: 1
+ 4 + 4 = 9. Este número nueve es la novena esfera, el sexo.
Sólo con el Gran
Arcano podemos ser salvos y recibir el nombre del Padre en la frente. El pueblo
de Sión, es el pueblo de Israel (espiritual de Dios). Este pueblo está formado por
todos aquellos que practican magia sexual (pueblo de castidad).
"Y oí una voz
del cielo como ruido de muchas aguas (las aguas seminales), y como sonido de un
gran trueno, y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas"
(Ap. 14: 2).
"Y cantaban
como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales (de
la alquimia), y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino
aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los
de la tierra (con gran sacrificio)" (Ap. 14: 3).
"Estos son los
que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes (estos son los que
aprendieron a refrenar la bestia para no eyacular el semen). Estos son los que siguen
al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres
por primicias para Dios y para el Cordero" (Ap. 14: 4).
"Y en sus
bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono
de Dios" (Ap. 14: 5).
"Y vi otro
ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo
a los que moran en la tierra y a toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo.
Diciendo en alta
voz: Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida; y
adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas"
(Ap. 14: 6, 7).
"Y otro ángel
le siguió diciendo: Ha caído Babilonia, aquella grande ciudad (Babilonia la
grande, la madre de todas las fornicaciones y abominaciones de la tierra:
París, Roma, Londres, Berlín, Estados Unidos, etc., la presente civilización),
porque ella ha dado a beber a todas las naciones del vino del furor de su
fornicación" (Ap. 14: 8).
"Y el tercer
ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen,
y toma la señal en su frente, o en su mano, éste también beberá del vino de la ira
de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con
fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero" (Ap.
14: 9, 10).
Todos aquellos que
adoran a la bestia de las pasiones y a su imagen (el intelectualismo sin
espiritualidad), arderán en el abismo, entre el fuego y el azufre de sus propio
deseos.
Es preferible pagar
todo el Karma aquí mismo, en el plano físico, y nunca en los mundos internos.
El Némesis, el Karma, por muy grave que sea en el plano físico, resulta muy
dulce, si lo compararnos con el Karma en el plano astral y en el abismo.
"Y el humo del
tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su
imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare la señal de su nombre"
(Ap. 14: 11).
El intelecto puesto
absolutamente al puro servicio del espíritu, es un instrumento preciosísimo
para la Gran Obra del Padre. Un místico sin intelecto fracasa por falta de cultura.
El intelecto puesto al servicio de la bestia es satánico. Del intelectualismo
sin espiritualidad, resultan los bribones. Los bribones son exactamente la
imagen de la bestia.
En el abismo los
tenebrosos se atormentan unos a otros con sus odios, intrigas, calumnias, iras,
codicia, lujuria, etc., y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás.
Los santos saben esto, y por ello son pacientes.
"Aquí está la
paciencia de los santos, aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y
la fe de Jesús" (Ap. 14: 12).
"Y oí una voz
del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí adelante
mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos: porque
sus obras con ellos siguen" (Ap. 14: 13).
Cuando el hombre
muere algo continúa: ese algo es el pensamiento. Todos los deseos, todos los
pensamientos del deseo continúan, y eso ya está demostrado. La suma total de todos
los valores mentales, continúa. La suma total de todos esos valores del deseo, constituyen
el yo, el mi mismo, el ego, la individualidad. El yo se reencarna para satisfacer
sus deseos.
Bienaventurados
aquellos que mueren en el Señor; ellos entrarán en el nirvana para siempre.
Todo aquél que decapita y disuelve al yo, muere en vida, muere en el Señor.
Donde está el yo no
puede estar la verdad. El Señor es la Verdad. El señor Budha nos Enseñó una
esencia, una ley, y un fin.
La esencia es el
Ens Seminis. La ley es el arcano A.Z.F. El fin es el nirvana. Así dijo el Budha:
"Si
comprendes, ¡oh Kasyapa!, que todos los seres son de una misma esencia (el Ens Seminis),
y que no hay más que una sola y única verdad (el Cristo), y vives de acuerdo con
esta comprensión, alcanzarás el nirvana.
"El Tathagata
da alegría al mundo entero, a semejanza de la nube que vierte sus aguas (el
semen) sobre justos y pecadores (todos lo tienen). , Tiene los mismos
sentimientos de compasión para el grande que para el pequeño; para el sabio que
para el ignorante; para el virtuoso que para el pecador.
"La vasta nube
preciada de agua la derrama en lluvia sobre prados y zarzales, montañas y
valles, huertos y campos. Y todos beben el agua (semen) de lluvia, que es una
misma esencia, y árboles, plantas y hierbas medran y florecen y fructifican
cada cual según su especie y naturaleza. Arraigadas en el mismo suelo, todas
las plantas de un campo o de un huerto, reciben la misma agua (semen) que a
todas vivifica.
"El tathagata
conoce ¡oh Kasyapa! la ley cuya virtud es el conocimiento y cuyo fin es la paz
del nirvana (la ley del arcano A.Z.F.).
"Es el mismo
para todos; pero no se manifiesta del mismo modo a todos sino a cada cual según
sus necesidades. No les da a todos desde un principio la plenitud del conocimiento,
sino que tiene en cuenta la predisposición de cada uno". Antiguamente el arcano
sólo se entregaba secretamente a los iniciados. El Budha Enseñó esa clave a sus
discípulos bien preparados.
El que quiera morir
en el Señor, debe lavar sus pies en las aguas de la renunciación. El señor
Budha Enseñó la castidad como fundamento básico de la Iniciación.
Budha preguntó a
sus discípulos así: "Decidme, ¡Oh discípulos!, ¿Cuándo un discípulo deja
de serlo? Y Sariputra respondió: "El buen discípulo no debe quebrantar la
castidad.
Quien la quebranta
no es discípulo de Sakya Muni". Esto es textual del Evangelio del señor
Budha transcrito de los Pitakas o Escrituras Sagradas del Budismo. Véase el
texto del yogui Kharishnanda.
El Maestro
Huiracocha entregó la Clave Suprema de la Castidad en Latín: Veámosla: "Inmissio
membri virilis in vagina feminae sine ejeculatio Seminis".
El que quiera morir
en el Señor, debe practicar los Diez Mandamientos de la Nueva Era:
1° Amarás a tu Dios Interno y al prójimo como a ti
mismo.
2° Estudiarás la Doctrina Secreta del Salvador del
Mundo.
3° No vituperes jamás al prójimo, ni hables palabras
inmodestas o vanas.
4° Deberás sacrificarte por amor a la humanidad, y
amar a tus peores enemigos.
5° Debes obedecer la voluntad del Padre, así en los
cielos como en la tierra.
6° No cometerás fornicación ni adulterio, en
pensamiento, palabra y obra.
7° Lucharás contra el mundo, el demonio y la carne.
8° Deberás ser infinitamente paciente y
misericordioso.
9° Practicaréis el arcano A.Z.F., con tu mujer.
10° Lavaréis tus pies en las aguas de la renunciación.
Con estos Diez
Mandamientos moriréis en el Señor.
"Y miré, y he
aquí una nube blanca y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre,
que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda" (Ap.
14: 14).
"Y otro ángel
salió del templo, clamando en alta voz al que estaba sentado sobre la nube:
Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de
la tierra está madura" (Ap. 14: 15). Ya llegó la hora.
"Y el que
estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fue
segada"
(Ap. 14: 16). Ya
llegó la hora de segar.
"Y salió otro
ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y otro
ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz
al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos
de la tierra; porque están maduras sus uvas" (Ap. 14: 17, 18).
En el sexo está el
poder del fuego. Del sexo salen ángeles y diablos, dioses y bestias. El hombre
es el sacerdote, la mujer el altar.
En el sexo se
siembra y en el sexo se cosecha. Si la cosecha es buena, es cosecha de dioses.
Cuando la cosecha es mala, se pierde en el abismo. El sabio cabalista norteamericano
Manly H. Hall, citado por el gran Maestro de la Logia Blanca, Dr. Francisco A.
Propato, dice en su libro sobre Anatomía Oculta del Hombre, lo siguiente: "Aquellos
que sean incapaces de levantar el fuego de la médula espinal, a través del canal
de Susumná, serán arrojados a un reino lateral, semejante al de los simios (changos
o monos) actuales".
"Y el ángel
echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó la uva en
el grande lagar de la ira de Dios". Este versículo 19 del Capítulo 14 de
Apocalipsis, es definitivo.
El ángel echó toda
la uva de la cosecha en el grande lagar de la ira de Dios. La Gran Logia Blanca
sabe que la evolución humana en la tierra está perdida. La evolución humana
fracasó totalmente y la humanidad se hundió en el abismo.
"Y el lagar
fue hollado fuera de la ciudad y del lagar salió sangre hasta los frenos de los
caballos por mil y
seiscientos estadios" (Ap. 14: 20).
Esta cantidad
cabalística se descompone así: 1 + 6 = 7.
La raza humana
expiará con supremo dolor todas sus maldades. Los tres seres inefables de este
Capítulo 14 del Apocalipsis, corresponden a los tres aspectos de la humanidad: mundo,
familia y hombre. Los tres ángeles del Altísimo castigan al pueblo, a la
familia y al hombre.
Ley es ley, y la
ley se cumple. Los tres obedecen al Hijo del Hombre.
El Señor de todo
Poder está sentado en una nube de gloria.
El Señor de toda
Perfección tiene en su cabeza una corona de oro y en su mano una hoz aguda.
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