Es conveniente que los hermanos Gnósticos no se olviden jamás de sí mismos. Cuando digo no olvidarse de sí mismos, esto tiene que ser debidamente comprendido.
Un
atleta, un deportista, parecería como si no se olvidara de sí mismo y sin
embargo está completamente olvidado de sí mismo.
Un
anacoreta, un ermitaño, viviendo en una caverna solitaria, pasando por grandes
ayunos, con su cuerpo lleno de cenizas, complicado por las penurias,
hambriento, entregado por completo a sus cuestiones esotéricas, parecería en
realidad de verdad, como si no se olvidara jamás de sí mismo, más en verdad
está totalmente olvidado de sí mismo. ¿Por qué? Porque ha olvidado su cuerpo
físico, porque no lo mantiene como debe ser.
El
cuerpo es un instrumento útil, que se nos ha dado para la autorrealización
íntima del Ser. Si lo abandonamos, quiere decir que nos hemos olvidado de sí
mismos, pues el cuerpo tiene un objetivo, se le ha designado por la ley; sirve
para la consumación del Karma, pero sirve también para la autorrealización
íntima del Ser. Es un laboratorio maravilloso que debe ser cuidado.
Vean ustedes pues los dos extremos, el del atleta que parecería como si
nunca se hubiera olvidado de sí mismo, y el del anacoreta o penitente que vive
en la caverna, muriéndose de hambre, que parecería también como un sujeto, que
jamás se olvidara de sí mismo, pero ambos extremos resultan absurdos, tanto
uno, como el otro, se han olvidado de sí mismos, tanto el uno como el otro, han
violado la ley de la balanza, tanto el uno como el otro, están en perfecto
desequilibrio.
¿Cual sería el correcto modo de proceder, para no olvidarse jamás de sí
mismo?
En
realidad solamente mediante la perfecta relación, de conciencia, cuerpo y
ambiente exterior se logra ese sabor maravilloso, del espíritu, esa conducta
auténtica, del que jamás se olvida de sí mismo.
La
Conciencia, debe expresarse a través de los órganos del cuerpo, a través de la
máquina humana orgánica; la Conciencia, tiene que estar alerta y vigilante
como el vigía en época de guerra.
Es
por medio de la máquina, como nos relacionamos con el ambiente en que nos
movemos, así pues que, Conciencia, cuerpo y medio ambiente, en perfecto
equilibrio son necesarios si es que no queremos olvidarnos de sí mismo jamás.
Si
la Conciencia no se relaciona inteligentemente, con el cuerpo, vienen las enfermedades.
Si no se relaciona con el medio ambiente, vienen los conflictos. Así pues,
Conciencia, cuerpo y medio ambiente son vitales, cardinales, definitivos en
aquel que no se olvida de sí mismo.
Quienes se olvidan de sí mismos, marchan por el camino del error. Cuando
nos olvidamos de sí mismos, frente a una copa de vino, terminamos borrachos;
cuando nos olvidamos de sí mismos frente a una persona del sexo opuesto,
terminamos fornicando; cuando nos olvidamos de sí mismos frente a un insultador,
terminamos insultando.
Así que en realidad de verdad nadie podría llegar a despertar Conciencia
si se olvida de sí mismo.
¿Como procedemos en la vida diaria? Si miramos a las gentes en la calle,
o en su trabajo, o en su casa, podremos evidenciar el hecho concreto de que se
olvidan de sí mismos. Obviamente aquél que se olvida de sí mismo no podrá
autodescubrirse y continuará con la Conciencia dormida.
Indubitablemente, necesitamos autodescubrirnos, y
esto solamente es posible con la interrelación, es decir, con la convivencia.
En relación con otras personas, los defectos que llevamos escondidos afloran
espontáneamente y si estamos alertas y vigilantes como el vigía en época de
guerra, entonces los vemos; defecto descubierto debe ser sometido a estudio, a
través de la autorreflexión evidente del Ser, defecto descubierto debe ser
sometido a la meditación.
Sólo por ese camino profundo del discernimiento, podemos hacernos
conscientes de cualquier defecto de tipo psicológico.
Indubitablemente, todo defecto está representado por un agregado
psíquico. Estos agregados sólo pueden ser vistos con el sentido de la
autoobservación psicológica.
Incuestionablemente, tal sentido se halla latente en todos los seres
humanos, sin embargo, diremos que órgano que no se usa se atrofia; órgano que
se usa, se desarrolla. A medida que vayamos usando el sentido de la
autoobservación psicológica, éste se irá desarrollando; incuestionablemente,
el desarrollo de tal sentido nos permitirá ver a nuestros propios agregados
psíquicos; resulta muy interesante ser testigo de nosotros mismos, ver como
tales agregados, se van pulverizando en una forma didáctica y dialéctica.
Es
obvio que para conseguir la desintegración, de tal o cual agregado, se necesita
inevitablemente apelar a un poder que sea superior a la mente; este poder
existe, está latente en cada uno de nosotros. Es la serpiente ígnea de nuestros
mágicos poderes, es Kundalini, y es la Madre Cósmica, es Marah, es Tonantzin,
Isis, Diana, Celene, etc. Incuestionablemente, es un poder que se encuentra en
estado latente en toda materia orgánica e inorgánica; es una parte de nuestro
propio Ser, pero derivada.
Nosotros podemos ser auxiliados por Marah, por nuestra Madre Cósmica,
durante la meditación interior profunda, entonces ella podrá desintegrar
cualquier agregado previamente comprendido, en todos los niveles de la mente.
Así que en verdad conviene que reflexionemos profundamente en todo
esto. Conviene que nosotros comprendamos profundamente, la cruda realidad de
estas cuestiones; Marah, María, Isis, Adonía, Isoberta, Rea, Cibeles, nos
prestará su ayuda. Nosotros en realidad de verdad necesitamos ser ayudados.
La
Conciencia normalmente, está enfrascada entre los agregados psíquicos, cada
agregado parece una botella, dentro del cual la Conciencia está embotellada, si
rompemos la botella, la Conciencia quedará liberada.
Necesitamos despertar la Conciencia, para poder tener acceso a la
verdad. Necesitamos despertar la Conciencia para lograr el Samadhi constante;
necesitamos liberar la Conciencia, para experimentar eso que no es del tiempo,
eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente. Así pues
hermanos, quiero que comprendan ustedes la necesidad de estar alertas y
vigilante, como el vigía en época de guerra.
Este estado de alerta, no se consigue a través de los extremos, sino en
el medio, en el centro; ya dije, un atleta no está atento, no está alerta, se
ha olvidado de sí mismo; dije también que un anacoreta metido en la caverna
solitaria, con el cuerpo hambriento, miserable, tampoco está verdaderamente alerta,
se ha olvidado también de sí mismo. El camino está en el centro, el de saber
relacionar el estado de alerta, Conciencia alerta, un cuerpo sano, y un medio
ambiente, sólo así no nos olvidaremos de sí mismos. El camino es interior,
profundo.
Ante todo debemos saber nosotros, que el
máximo poder de la Divina Madre es fuego. Ella en sí misma es fuego. Stella
Maris, la Virgen del Mar, es Fohat, es el fuego.
Mediante el fuego podemos destruir los agregados psíquicos. Incuestionablemente,
es la cobra sagrada de los grandes Misterios, la que tiene su máximo poder en
la Forja de los Cíclopes. No hay duda que la electricidad sexual trascendente,
fuerza el poder de la Kundalini Shakti. Por eso es que aquellos que siguen la
Senda del Matrimonio Perfecto, deben invocar a la cobra sagrada. Precisamente,
en la fragua encendida de Vulcano y desintegrar los agregados psíquicos.
El
fuego en sí mismo es profundamente divino. Se le denomina Fohat. Existe una
tremenda diferencia entre el fuego que sirve para cocinar los alimentos y el
fuego que se pone en el altar. El fuego, con el que se vela a los difuntos y el
fuego luciférico. El fuego del Kundalini, es un fuego muy especial, es el fuego
"vulcaniano", que puede transformarnos radicalmente. Hay que
desarrollarlo en nuestra naturaleza. En verdad hermanos, que uno es el fuego
que arde aquí, en toda la naturaleza del mundo tridimensional de Euclides, y
otro es el fuego del fuego, la llama de la llama, la signatura astral del fuego.
Incuestionablemente, hay muchos fuegos, pero aquel con que se destruyen
los agregados psíquicos, es vulcánico y esto resultará sorprendente. La
salvación de nosotros está en el fuego. Los libros sagrados han sido escritos
en el crepitar del fuego. El Apocalipsis que es el libro de los libros, con el
que se guían los alquimistas, está escrito con carbones encendidos. El
chisporrotear del fuego se encuentra en cada versículo apocalíptico.
Los Cuatro Evangelios han sido escritos con fuego; el Antiguo Testamento
también ha sido escrito con fuego; el crepitar incesante de las llamas. Debemos
volvernos comprensivos, nuestro evangelio es ígneo, chisporrotear en toda el
aura del Universo y transformarnos radicalmente. Pero necesitamos estar alertas
y vigilantes como el vigía en época de guerra. Necesitamos no olvidarnos de sí
mismos jamás; sólo así marcharemos por el camino que nos lleva a la liberación
final.
Fohat en el mundo físico tiene múltiples usos, más en los mundos
superiores Fohat es diferente. Uno se acuerda de Apolo, Dios Solar, que es una
llama. Uno se acuerda de las llamas que iniciaron la aurora del Mahamanvantara
(todos aquellos Dioses Santos de la antigua mitología griega son llamas). Todos
aquellos Dioses inefables de los Panteones Nahuas, Egipcios, Hindú, Chinos,
Druidas, Hiperbóreos, etc., son llamas vivientes.
Por eso San Pablo asegura en forma enfática que los ángeles son
ministros del fuego y que Dios es un fuego devorador. Moisés, sabio cuál
ninguno nos habla de Aelohim, tambien cita a Elohim. No olvidemos que existen
dos unos: El Manifestado y el Inmanifestado. El Inmanifestado que jamás
podríamos burilar, simbolizar, pintar, etc., porque es incognoscible y está
más allá del fuego.
En
alguna ocasión cuando se le preguntó a un Gran Dios Elemental del Fuego, ¿Qué
habría más allá del fuego? respondió: Esa es cosa que nosotros no sabemos. Es
que la Sonda Incognoscible está aún más allá del fuego. El Aelohim, el Eterno
Padre Cósmico Común. A él de ninguna manera sería posible alegorizarlo, pero de
ese gran uno, surge Elohim, las huestes de las palabras, del verbo.
Incuestionablemente, cada uno de estos Elohim de las Grandes Huestes es una
llama viviente, que surge de las entrañas de lo Incognoscible.
Quiero que ustedes entiendan que el fuego es el verbo manifestado que ha
surgido de las entrañas mismas de lo incognoscible. Quiero que ustedes sepan
que el fuego es la palabra, es el verbo.
Con justa razón Juan, inicia su evangelio diciendo: "En el
principio era el verbo, y el verbo estaba con Dios, y el verbo era Dios, por él
todas las cosas fueron hechas, y sin él, nada de lo que es hecho, hubiera sido
hecho. La Luz vino a las tinieblas, pero las tinieblas no la
comprendieron".
Todo el Ejército de la Voz, el Logos, el Demiurgo Arquitecto del
Universo, es el fuego. De esto resulta como corolario o secuencia lógica lo
siguiente: El fuego tiene poder para manejar las fuerzas cósmicas del Universo;
el fuego tiene poder para crear y para destruir. El fuego tiene poder para
hacer y el fuego puede organizar la materia caótica. Puede integrarla y puede
desintegrarla.
El
fuego asciende al primer impulso las fuerzas atómicas que estén contenidas en
el caos, con el propósito de crear mundos. El fuego da el primer impulso.
Después se convierte en ley. El fuego tiene poder para crear y volver
nuevamente a crear. El fuego es inteligente, puede hacer nuevos átomos, lo que
jamás pensó Demócrito, puede desintegrar los átomos existentes. En todos los
universos, existe. No se extinguirá, no se irá acabando en la forma en que las
gentes lo creen, sino que antes bien, un día de estos tantos dormirá entre el
caos. Todas sus partes desintegradas se sumergirán en los centros de la llama.
Su
vida no se extinguirá, únicamente se desintegrara y en cada una de sus partes,
la vida quedará latente con posibilidades de resurgir más tarde. No hay duda
que un día, este universo, después de haber desaparecido, resurgirá con más
esplendor que antes, más fuerte que antes, más poderoso que antes.
¿Quién es el que realiza esta maravilla? ¿Quién es el capaz de hacer
todas las cosas siempre nuevas? Fohat, el fuego, el Ejército de la Palabra, las
ígneas llamas de la aurora de la creación.
Comprendiendo esto mis queridos hermanos, debemos velar el fuego. Los
Parsis le rendían culto y se le siguen rindiendo. En las distintas sectas
cristianas existe la lámpara ardiendo con el fuego sagrado. Quiero que ustedes
sepan en forma clara Vishnú... Etimológicamente Vishnú es el Christus Cósmico,
es el Logos, es el Verbo.
El
fuego sagrado que crepita entre el espacio infinito, tiene el poder de penetrar
como lo indica etimo: lógicamente la sílaba Vish de Vishnú. El puede penetrar
en todas partes, él tiene poder para entrar en nosotros mismos y crepitar en
nuestra naturaleza orgánica, convertido en Devi Kundalini Shakti, la serpiente
ígnea de nuestros mágicos poderes. Vishnú, El Logos, "El Christus"
debe siempre dar tres pasos dentro de las siete regiones del universo, así nos
lo han dicho los sabios Orientales.
El
primer paso seria dado en el mundo del Espíritu. El segundo en nuestra propia
alma y el tercero en nuestro cuerpo. A la inversa, nosotros trabajamos en el
Laboratorium Oratorium del Tercer Logos y damos el primer paso. El segundo paso
que el Cristo debe dar en nosotros será en el mundo anímico; el tercero, en el
mundo espiritual.
Estos tres pasos del Christus en nosotros, a través de las siete esferas
es fundamental para lograr la liberación final.
El fuego mismo que habrá de pulverizar
completamente a los agregados psíquicos, una vez cumplida su labor se
establecerá totalmente en el alma, el tercer paso será en el espíritu. Cristo
ha de dar vida a nuestro cuerpo, ha de desarrollarse en nuestro organismo como
fuego viviente y filosofal, ha de arder en nuestra Conciencia es decir en
nuestra alma. Y ha de resplandecer en nuestro propio espíritu.
He
ahí los tres pasos del Demiurgo Arquitecto, es decir el fuego.
Ignis Natura Renovatur Integram. El Fuego Renueva Incesantemente la
Naturaleza. Hay que renovar el cuerpo por medio del fuego. Hay que llevar el
fuego en nuestra alma y hay que llevarlo a nuestro espíritu; el fuego
descendiendo resplandece en nuestro espíritu, se hace fecundo en nuestra alma y
transforma a nuestro cuerpo.
Así son los tres pasos del Christus en las siete regiones de este
universo, El Christus nos guía, es el Sol de media noche, que a los místicos
indica el camino, él brilla en el Oriente cuando algo nuevo ha de surgir en
nosotros. El brilla en el Cenit, cuando estamos en Plenum Esotérico, él se
oculta en el ocaso, él surge cuando muere el Ego.
El
místico de la media noche, en estado de meditación profunda debe aprender a
conocer todo el simbolismo del Señor. Obviamente, el Sol de la Media Noche ha
de guiarlo en la lumbre de la llama, que debe conducirlo por la senda del filo
de la navaja hacia la liberación final.
Christus Intimus es fuego. Existe el fuego en el estado pétreo; existe
el fuego en el estado acuoso; existe el fuego en el estado vaporoso, y existe
el fuego como llama ardiente y sin limite. El Ejército de los Elohim, es el
ejército del fuego.
Da
tres pasos para descender aquí en el mundo de las formas. Tres
pasos debe dar, para concebir la plena manifestación
en este mundo físico.
Los Dioses Antiguos, los Dioses Solares, esas llamas ardientes de los
antiguos tiempos, ante los cuales se inclinaban reverentes los adeptos de
Egipto, India, Persia, Gran Tartaria, Lemuria, Atlántida, etc., etc.,
salieron de las entrañas de lo Incognoscible, dieron tres pasos para venir a
ser resurrectos y desgraciadamente muchos de ellos cayeron.
Esos Dioses Solares de antiguamente, ahora se han convertido en
criaturas vulgares y sólo se les recuerda en el mundo de los arquetipos
universales en la forma de simbólicas esculturas de piedra viva. ¡Los Dioses de
la antigüedad murieron! Se nos ha dicho que en la futura sexta raza,
resucitarán. Tendrán que hacer arder el fuego en su cuerpo, en su alma y en su
espíritu, para convertirse nuevamente en Elohim, posteriormente, en la noche
profunda del Maha Pralaya, cuando se termine este universo, se sumergirán en el
seno de lo incognoscible.
Hoy en día hay muchos Dioses caídos que deben despertar el fuego en sí
mismos. El fuego que so apagó en ellos, debe de arder nuevamente en sus
cuerpos, en su alma y en su espíritu. No sería posible, para esos Dioses caídos,
dar los tres pasos dentro de las siete regiones para llegar al estado de Elohim
y volver a ser lo que otrora fueron, si no desintegran mediante el fuego, a los
agregados síquicos que ellos desgraciadamente cometieron el error de crear.
¡Hay de esos Dioses!
La
Conciencia de cada uno de ellos quedó embotellada entre tales creaciones
demoniacas, entre tales engendros del Infierno, ahora sólo utilizando el fuego
para quemar a tales agregados, podrán regresar a su estado Cristiano Universal,
a ese estado que tuvieron en la aurora del Mahamanvantara.
SAMAEL AUN WEOR
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